Partida Rol por web

Los primeros rayos de luz empezaron a mosquear la cara de los ex mercenarios. Ahora no tenían una función ni un trabajo específico. Algo por lo que seguramente varios estarían muy confundidos.

Oktael, un ex esclavo ahora liberado, sirviendo a un amo muerto, en búsqueda de su hijo que ahora también ha fallecido. Quien sabe si el resto de su familia aún respira.

Edain, gran comerciante, perdió casi todas sus pertenencias.

Polux, gran guerrero y mercenario, ahora no tiene ni una compañia ni gente a quien comandar.

William, soldado de guerra al servicio de un reino quien lo busca como fugitivo.

Y los hermanos Weinmann, quienes son nobles de un reino en guerra civil. Su estado de nobleza podría ya haber acabado y quizás ni están al tanto.

Ciertamente todos se despertarían de forma extraña ese día. El siguiente paso era ir a Roland, pero... ¿qué les espera allí?

Ahrem estaba junto a su hermano platicando en la salida de la posada. Junto a los caballos, los cuales ya estaban alistados. Parecían no querer demorar demasiado en salir.

La luz del sol afectaba a Edain que llevaba su mano para tapar los rayos del molesto, el dolor de cabeza no ayudaba.- Nunca más...- Se decía el hombre mientras caminaba hasta su carreta, vio a los hermanos Weinmann platicando junto a sus caballos y les saludó con la mano con que tapaba el sol, haciendo que entrecerrara la vista exageradamente arrugando la frente y facciones de la cara. - Este maldito sol...- Llegó a la carreta y se puso acomodar los pocos productos que le quedaban para hacer un inventario.

Me encontraba ensillando mi caballo, pensando en que pasará eventualmente. Vi a Edain ocultar su cara del sol, se notaba que este no estaba acostumbrado al mismo. Cuando se es soldado, se debe entrenar con el sol en la cara, para así acostumbrarse en el campo de batalla. Terminé de ensillar a mi caballo, y me acerqué a Edain.

-¡Edain, amigo!- Dije esto en voz alta, y levantando mi mano para atraer su atención.- Lograste guardar todo lo que te quedaba? Todavía tenemos unas pertenencias de la... Escaramuza, previa ¿Crees que logres obtener un buen precio por ello? En todo caso, todavía tengo algo de oro, si se presenta la oportunidad, podemos empezar una pequeña alianza mercantil...

Dije esto con cierta duda, ya que no era muy buen comerciante, sin embargo, no sabía lo que depararía el futuro, por lo que comenzar un pequeño negocio sería un buen comienzo para una vida normal.

Volteó al escuchar su llamado arqueando una ceja para ubicar el origen, ahí estaba William quien preguntaba unas cosas, le devolvió el saludo con un gesto y regresó a ver los productos restantes entre los cuales había uno que otro alcohol y brebajes hasta unas cuantas "plantas". 

- Algo queda, por el momento pero no es suficiente, el cabrón logró sacarme la mayoría.- Movió unas cuantas cosas de allá para acá mientras escuchaba la propuesta de William, - Bueno ¿por qué no? Si queremos hacer negocios por acá primero tenemos que reconocer a los clientes. Los burdeles suelen ser buenos sitios- Expresó con una sonrisa. - Lo que temo es que se gasten mis- plantas - Sacó una de estas, era verde y de punta redonda como una pelota - es lo que más consumen- Le guiñó un ojo, -A ver si la reconoces, nos haríamos ricos con más de estas.- En un principio este se mostraba un tanto distante al grupo, pero tras lo ocurrido comenzó a demostrar más confianza, no le hubiera mostrado este tipo de mercancía a nadie que no conociera, o al menos que no haya pasado una situación sumamente riesgosa con él.

- En cuanto a las armaduras y eso, en el mercado negro ofrecen una buena pasta, la cuestión sería encontrar contactos...-

Oktael se levantó igual que los últimos disfrutar, con poco deseo de vivir y sufriendo una pesadilla. Ya era costumbre levantarse y pensar que la muerte de su hijo había pasado realmente y que no fuera solamente otra de sus pesadillas. Ese maldito mundo en el que fuera arrastrado su familia, lo estaba matando por dentro.

Con el andar pesado, apenas saludó a Edain y a William, quienes hablaban de negocios que no le interesaban a él. Se acercó a los hermanos, mostrándose tan impaciente como ellos por partir

-Opio... Bueno, conozco un sitio en donde se encuentran unas ruinas imperiales... Recuerdo haber visto las flores crecer allí. Sin embargo...- Puse gesto contrariado, ya que, a pesar de tener un excelente uso medicinal, no todos lo usaban para lo mismo.- Para llegar hay que cruzar un bosque peligroso, el cual dicen que es impenetrable. Sin embargo Edain, espero que sea para fines medicinales. Ya sé que en el mercado negro tiene alto valor... Pero no puedo decir que lo apruebe.

Pólux se levantó fresco como una lechuga, su hígado era de hierro y para que le entrara resaca tenía que dejar medio vacía una licorería entera, los dioses o quien fuera le habían dado ese don y no pensaba desaprovecharlo. Por lo que en cuanto escuchó como el resto ya se ponía en pie, escuchó la conversación de William con el mercader y dijo:

-Muchacho, estarás pensando en un reparto equitativo, ¿verdad? por esas armaduras sangramos todos -dijo en tono distendido pero sin dejar pasar la oportunidad de recibir su parte del botín, su instinto de mercenario era demasiado palpable como para no decir nada en aquellas transacciones- en cuanto a la hierba, seguro que son para fines medicinales jajajaja -concluyó riéndose con estruendosidad como solía hacer- venga, ya buscaras hierbas en tu tiempo libre William, ahora toca mover el culo y ponernos en marcha, ¡arriba gandules! -gritó a la vez que despertaba a los hermanos y a quien quedara dormido, sin poder evitar su rutina como capitán.

Finalmente, cuando todo el mundo estuvo en pie, compró algunas provisiones con el oro de Nikómedes y se dispuso a partir en su caballo, a la vez que miraba a Edain y le decía:

-¿Puedes conseguirnos un buen precio por los caballos que les quitamos a los que iban con Alfred? -dijo esperando sacar el máximo partido a aquel encuentro.

Varen fue el último en levantarse. Sus heridas aquel día le pesaban más que los anteriores. Este saludó a todos e intentó disfrazar su dolor, tratando de no dejar mucha evidencia de ello.

- Ah claro, si, si, es con fines medicinales para la relajación - Guiñó un ojo a Pólux mientras hablaba con William - Por mi parte no la consumo, mi droga es el oro. Podríamos llegar a ganar una buena suma de dinero si encontramos el mercado negro, o algún clandestino que acepte comprar...- Edain guarda las plantas y termina de acomodar las últimas cosas qque quedan, escuchando a Pólux sobre los caballos y cuantas cosas más.

- Seré sincero, ustedes me ayudan y yo los ayudo, por supuesto que será reparto equitativo. Además yo lo único que hice fue hacer el ridículo y gritar como una niña, buena imagen ¿eh? - Rió - ¿Los caballos? Sí, podríamos intentarlo, también son buen negocio.- 

Este escuchó la conversación de los presentes y luego se quedó pensando en las ruinas de las que hablaba William.

Bueno, ese bosque está en nuestro camino a Roland. No lo sé, podríamos hacerlo. Un poco de oro beneficiaría nuestro viaje, ¿no?

Puse gesto contrariado. Sabía muy bien que el opio no iba a tener un fin medicinal. Sin embargo, una idea cruzó mi mente.- Por mi no hay problema, siempre y cuando no obliguen a nadie a usarla.- Luego miré a Pólux, cuyo comentario me ofendió ya que yo soy incapaz de tomar ventaja del beneficio de los demás.- Por supuesto, Pólux. El dinero se repartirá de forma equitativa.

-No esperaba menos muchacho -dijo en respuesta a William, el cual parecía molesto con sus palabras, por lo que intentó enmendarlo dándole al caballero el tratamiento que merecía- en cuanto a la ruta de las ruinas del bosque, por mi parte no hay problema, si nos pilla de camino no veo por qué no conseguir un poco de oro extra, todo sea por la medicina jajaja -concluyó riendo con su risa estruéndosa ante la "nobleza" de su misión.

Vale, está decidido entonces - este se montó al caballo - vamos.

Estos comenzarían su travesía finalmente en dirección a Roland. Tras algunas cuantas horas yendo por un camino que rodeaba los bosques y una montaña, encontrarían una carreta destruida, con una rueda incendiada. En las cercanías, verías finalmente unos cadaveres con armaduras de gran calibre. 

¿Y esto? ¿Una batalla en Illiandor? Ellos no están en ninguna guerra. ¿Qué significa esto?

Aproximándose con el caballo hacia los cadáveres, lo primero que pone la vista es en aquellos soldados o más bien, las armaduras - Dos cosas, no lo sé y mira qué armaduras. Ayúdenme a tomarlas, podemos conseguir una buena pasta por estas o bien si las quieren usar...- Edain bajó del caballo y antes de ir hacia los cadáveres, se aproximó a la carreta para ver que hay dentro.

Oktael se sorprendió al encontrar aquella escena. Preparándose para lo peor, cogió su lanza y le dijo a sus compañeros
- Revisaré los alrededores...- e inició la inspección de los alrededores con todo el sigilo que su experiencia como cazador le dio. 

Oktael no demoraría en hallar que en las cercanías había indicios de que un grupo de al menos de 10 personas merodeaban cerca. ¿Serían bandidos? ¿Guerreros experimentados en alguna incursión invasora?

Las huellas hablaban por sí solas, y la única certeza que tenía es que sin dudas eran muchos.

Oktael volvió de su incursión

- Huellas de al menos 10 personas... bandidos no pueden ser. No dejarían tirada la mercancía. Algo raro está pasando en éstas tierras...-

El guerrero, con su mentalidad práctica, registró a los muertos, por si le quedaba algo de dinero encima, y así poder desechar completamente la idea de los bandidos. A la vez que le decía al grupo:

-¿Alguien reconoce los blasones? -dijo mirando especialmente a los nobles- yo no sé vosotros, pero no pienso jugármela contra diez soldados, propongo seguir nuestro camino más rápido si cabe, y olvidarnos de estas disputas internas, pues seguramente será algún ajuste de cuentas de unos mercenarios o un noble local -expuso creyendo que era lo más lógico y esperando que el grupo lo secundase en su idea de alejarse, pues al fin y al cabo aquel no era su problema.