Partida Rol por web

Y tras ese fulgor y ese grito a tu cabeza vuelve una imagen. El rocodo quemado en el tronco del árbol. La muñeca intacta en el rastro de una explosión.

-¡Niña estúpida!- escupe el Ide fuera de sí, volviéndose de golpe en dirección al sonido, al grito y saliendo a toda prisa en esa dirección, sin esperar ni encomendarse a nadie.

¡Espera Natsuki-kun! ¡No te separes!. Salgo corriendo detrás del Ide justo después de decirle a Yugure: Acompaña a Seo-chan a la torre, ponla a salvo y luego reúnete con nosotros.

Acto seguido, salgo a la carrera detrás del unicornio...

Todos mis sentidos me llaman indicandome que debo seguir al ide y al kakita, pero también hay algo que me llama la atención. Demasiada  coincidencia. - Y diciendo esto, me quedo con Yugure.

Me quedo con ella, busca su muñeca y vayamos a la torre para preguntarla acerca de lo que ha visto esta noche.

Yugure observa a la pequeña con detenimiento mientras ésta habla y solloza. La muñeca de nuevo perdida, o quizá... ¿robada por alguien...? Y en ese momento, la explosión verdosa.

-Quizá se valieron de la muñeca, no puede ser sólo coincidencia...

Murmura para sí. Un shugenja poderoso podría utilizar el juguete para impregnarlo del mal necesario para corromper sin llamar la atención, una muñeca es un objeto de inocente aspecto, y más en manos de una niña. Quizá ese "veneno" está en ella.

-¿De dónde sacaste esa muñeca, pequeña...? ¿Quién te la dio? ¿Quizá Toji-sama...? ¿Quizá la samurai-ko que vino a mediar en su boda...? -Hace una pausa para que Seo pueda responder, y luego sigue.- Cuando la perdiste la otra vez dijiste que no era verdad que andaras perdiéndola por todas partes, como comentó tu primo Toji-sama. ¿Qué quisiste decir...?

La niña parece atolondrada y confusa por unos instantes ante todas las preguntas formuladas por Yugure, pero está obviamente más tranquila por la ausencia de vuestro compañero Unicornio que siempre actúa de manera extraña en su presencia. Se sorbe los mocos inspirando fuerte y le da la mano a Yugure con algo de precaución.

-Mi muñeca me la... me la dio mi primo. Fuhiro-kun.

Se vuelve a sorber los mocos sonoramente.

-Toji-kun no lo sabe porque se enfadaría... Él dice que la estoy perdiendo... siempre... pero es que a veces desaparece mientras duermo... Y no me gusta que me regañe...

Os dais a la carrera por el bosque siguiendo la dirección del resplandor. Aún hay lucecitas que brillan en vuestros ojos tras ésta y entre eso y el frío que os agarrota tropezáis un par de veces y os rasgáis los kimonos con las ramas de arbustos y árboles.

El silencio del bosque se llena con vuestras pisadas y jadeos acompañados de volutas de vaho que se disuelven en la noche. El corazón os late a mil sin saber lo que os espera al final de la carrera. Y los árboles parecen cerrarse sobre vosotros con el único propósito de entorpeceros el camino.

Comenzáis a buscar, espoleados por la prisa y la inquietud, la zona donde parece haberse dado el estallido de luz y de pronto encontráis una curiosa escena. La muñeca de la niña se halla, intacta, en el centro de lo que parece haber sido una explosión. Ceniza y un hueco en la nieve de tierra ennegrecida.

Tu mente, liberada de pensamientos durante la búsqueda de pronto localiza algo intuitivamente Hay rastros de piezas de metal incrustados en los árboles de alrededor, como la metralla de una explosión. Y ves un trozo de la guarda de la katana del centinela incrustado en un roble cercano.

Me intento acercar hasta el borde de la onda expansiva. Dudo un poco, miro a mi compañero... pateo una pequeña piedrecita del suelo hacia dentro de la zona de la explosión, si todavía quedan restos de "magia" no quiero que me pille por sorpresa...

-Te la dio Fuhiro-sama, ¿eh...? ¿Y cuándo fue eso...? ¿Por qué dices que Toji-sama se enfadaría...? No te preocupes, no se lo diremos. Pero a mí sí puedes decírmelo... lo mantendremos en secreto. Y yo te ayudaré a buscarla, ¿de acuerdo? Pero tienes que contarme toda la historia, toda, como un cuento...

Yugure se ha incorporado y con la pequeña de la mano ha empezado a deshacer lo andado. Pero muy lentamente.

-Por cierto, ¿con quién hablabas cuando hemos llegado...?

Esto lo dice lanzando una mirada a Ryu. Habían oído la voz de Seo antes de llegar al claro. No era probable que la niña hablara sola, así que alguien podía estar escondido cerca...

Nunca se me han dado bien los críos, no tengo lo que se dice empatía. Asi que se lo dejo todo a la grulla, que parece mucho más agradable y simpática que yo.

Me mantengo al margen, alerta a los sonidos dispersos que se suceden alrededor nuestra. Me guio más por el oído que por la vista.

Si alguien estaba hablando con la niña es probable que ya se haya marchado. Y si no lo ha hecho, nos debe estar vigilando. - agudizo mis sentidos intentando encontrar una fuente de ruido ajeno al bosque.

-Allí.- dice el Ide, señalando un arbol y un punto concreto en él. Incrustado en el tronco está el trozo de la guarda de una espada. POr esa zona comienza a buscar Natsuki lo que se teme serán los despojos del soldado..

-Es extraño que la muñeca no haya resultado dañada. Mira esa metralla.- y señala trozos de metal dispersos y clavados en los árboles. Parece que alguien intentase matar a la niña.-

¿Entonces el soldado que salió corriendo y se llevó la muñeca sabía que pasaría esto? ¿Alguien vió quién era? Sigo a Natsuki hasta donde está el árbol.

Mientras andáis buscando por las cercanías, un sudor frío comienza a recorreros la espalda, un nudo empieza a cerrar la boca de vuestro estómago y algo, no sabéis el que, está haciendo que vuestro vello se erice. La sensación de que deberíais salir de allí corriendo os va trepando desde las tripas hasta el cuello, apretándoos en la garganta como una tenaza de acero. Vuestra respiración se acelera, el viento deja de traer los sonidos de la noche para ulular como si fuese cargado con las agónicas y desquiciadas voces del Jigoku.

Y sin duda sabéis de dónde proviene tal sensación. La visión de la muñeca, intacta e inocente, en medio de las cenizas de lo que debió ser un centinela, os produce un temblor en las piernas difícil de disimular.

No parece haber más evidencias ni rastros del centinela que los trozos de metal y una mancha de cenizas en el suelo.

Natsuki-kun, clávale ahora mismo una flecha a la muñeca... por favor... tengo un mal presentimiento...

La niña mira a Yugure, desconcertada con tantas preguntas, por unos momentos parece saturarse hasta que comienzan a precipitarse las palabras en sus helados labios.

-El primo me la regaló hace un mes, antes... antes de todo lo malo. Toji-kun se enfada porque dice que la pierdo mucho y no quiere que salga de la torre y no le gusta mi muñeca... porque el primo Fuhiro-kun se fue, y la gente dice que se fue con los malos... Pero yo no me lo creo...

La niña se queda con una graciosa mueca en los labios como intentando adoptar una seriedad inapropiada para su edad.

-Entiendo. Claro, tu primo tiene miedo de que salgas sola, por eso está enfadado. Y triste. Porque seguro que hecha de menos a su hermano. Pero no me has dicho con quién hablabas ahí en el claro, cuando hemos llegado...

Yugure sigue hablándole a la pequeña, con dulzura pero seguridad al mismo tiempo, y avanzando hacia la Torre sin apresurarse. Habla en tono bajo, y su mano sigue asiendo la pequeña manita de Seo, pero la otra está presta a blandir su espada, porque no está tranquila al respecto de que no les estén vigilando...

La niña a veces se para y tropieza y tenéis que deteneros un rato. Parece algo entumecida por el frío, pero aún así parece intranquila.

-No hablaba con nadie, le preguntaba a mi muñeca si estaba por ahí. Aún no la he encontrado y no quie... no quiero volver a la torre hasta que no la encuentre.