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La hora cero (DM 05/2021)

La hora cero (II)

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17/05/2021, 12:54
Narrador

Los pasos acelerados de un grupo de niños se escucharon con claridad. Gritaron y rieron al mismo tiempo que se acercaron a la casa del la familia Stevenson. Arthur perdió la consciencia antes de que llegaran a su lado.

Los infantes se detuvieron rodeando a Karl y al pequeño que yacía en el suelo, con una extraña mirada perdida en los ojos y en el más absoluto de los silencios. Algunos frunció el ceño. En sus manos no llevaban juguetes. Portaban palos, piedras, alguna tijera y una botella rota.

- Déjalo en el suelo -dijo uno de los niños tras señalar a Arthur con vara de madera - vendrá con nosotros.

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17/05/2021, 13:33
Karl Stevenson

Cuando su mujer se marchó a llamar a la ambulancia, Karl se quedó junto al pequeño convaleciente, zarandeándolo y animándolo un poco para que no perdiera la consciencia. Estaba con la mirada prácticamente translúcida y carente de expresividad; parecía encontrarse realmente mal. Eso suponía que si se quedaban allí sin hacer nada por evitarlo sería como una invitación a los problemas, y justo en ese momento, igual que en una premonición, los problemas se detuvieron frente a ellos. 

Un grupo de niños, de escasa edad, los rodearon tanto a él como al chico ahora inconsciente entre risotadas y gritos exagerados. El hombre clavó sus ojos en los diferentes objetos que portaban, tragando saliva en el proceso al escuchar las palabras mágicas: "Déjalo en el suelo, vendrá con nosotros"

Aquello estaba tomando un cariz peligroso, como si ese grupo de chavales estuviesen recreando El señor de las moscas en mitad del barrio y sus intenciones no apuntaran a ser muy buenas. Trató de mantener la calma, sin alterarse por lo surrealista del escenario que le tocaba vivir. Mentalmente se hizo con la situación. Contó el número de niñatos, su distribución, quién estaba más adelantado y quién más atrasado. Se fijó en sus armas. Cosas cotidianas que empleadas de un mal modo traerían consecuencias terribles.

Niños, tened cuidado y bajad lo que lleváis que al final os vais a hacer daño. ¿Dónde le queréis llevar? —quiso saber mientras cogía al pequeño en brazos, cubriéndole y retrocediendo unos pasos con lentitud, atento a los movimientos del grupito amenazante.

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17/05/2021, 14:02
Martha Stevenson

Las palabras de sus hijos dejaron estupefacta a Martha y sin dudar los abrazó con fuerza mientras su mirada seguía pendiente en la situación que estaba surgiendo allí en la acera. No obstante segundos antes de que el grupo de niños esté allí con malas intenciones, susurró a sus niños:

—Estamos con ustedes, no le permitan que hagan cosas malas. Siempre los protegeremos. 

Y de esta forma tras dejar un beso sobre la cabeza de cada uno, decidió ir hacia la puerta con sus dos pequeños porque tenía miedo de dejarlos solos y al ver que esos niños amenazan a Karl, no lo pudo creer. Eran unas cositas pequeñas, armados. Increíble, claramente para mal. 

—Karl... Ten cuidado por favor. 

No soltó a sus hijos, pero confío en que su esposo podía con ellos. 

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17/05/2021, 23:09
Narrador

Una piedra rompió uno de los cristales de la bonita casa de los Stevenson. El sonido provino de la parte trasera y fue acompañado por el gemido lastimero de un perro en la cercanía.

Uno de los pequeños asaltantes se envalentonó aún más y alzó su palo de forma amenazadora.

- Apártate, él vendrá con nosotros.

Una nube de humo se alzó con pereza de un lugar indeterminado. En principio no pareció un gran incendio, aunque tampoco se trataba de algo fortuito o accidental.

Una niña, de prietas trenzas dorada, dejó caer las tijeras que portaba y se sentó en el suelo. Con sus manitas se sujetó las sienes mientras apretaba los dientes.

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17/05/2021, 23:19
Sally

- Mami... tengo miedo, mucho miedo -la pequeña se abrazó con más fuerza a su madre y de sus ojos cayeron algunas lágrimas.

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17/05/2021, 23:20
Max

- Papá y mamá no dejaran que nos pase nada ¿verdad?

Aunque el niño lanzó la pregunta retórica, miró a su madre para que ella le confirmase que tenía razón.

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18/05/2021, 00:58
Karl Stevenson

El ruido de cristales rotos sobresaltó a Karl, quien miró hacia atrás, intentando averiguar qué había provocado aquello. Pero antes debía lidiar con el problema que tenía enfrente. No pintaba nada bien la situación, no...

¡Ni se os ocurra acercaros un paso más ni a mi casa ni a él! —les reprobó a los niños, con gesto desafiante, cuando vio que estos trataban de estrechar el cerco sobre ellos y seguían enarbolando sus armas sin visos de cesar con sus intenciones perversas—. Dejad en paz al chico, ¿no veis que se encuentra mal? No sé qué os está pasando a todos en el vecindario, pero más os conviene regresar con vuestros padres porque voy a llamar a la policía ahora mismo.

La amenaza vino acompañada de unos pasos más en dirección a la entrada de su hogar, donde se encontraban Martha y sus hijos visiblemente afectados. El padre de familia no permitiría que aquel grupo de locuelos les pusiera un dedo encima a sus pequeños; mucho menos a su mujer. Por eso, se apresuró al interior de su casa, con la intención de cerrarles la puerta en sus narices.

Cariño, llama a la policía —le pidió a su esposa, notando que la tensión le marcaba la vena del cuello—. Esto se ha salido de madre. Ha pasado de ser un hecho extraño y aislado a una auténtica película de terror... —se acercó al sofá para dejar a Arthur reposando sobre el mismo, mientras se daba también tiempo para pensar en cómo mantener el lugar seguro hasta que las autoridades llegasen.

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18/05/2021, 01:20
Martha Stevenson

El ruido del cristal roto logró que Martha se sobresalte y se lleve a sus hijos al interior de la casa muy pegaditos a ella porque nos los soltaría por nada del mundo. Sólo que ante la petición de su esposo, el comportamiento extraño de los niños del vecindario y el miedo de sus hijos, hizo que esté en alerta total. 

Así que tras coger el teléfono por segunda vez, intentó llamar a la policía mientras mantenía a sus hijos cerca. 

—Siempre estaremos para ustedes, no se preocupen mis pequeños. Los protegeremos. 

Intentaba tranquilizar su estado, pero esto era cada vez más escabroso, así que desvío la mirada mientras esperaba que le reciban la llamada para saber dónde fue el asunto del cristal, en qué parte de la casa. 

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18/05/2021, 11:43
Narrador

La banda de pequeños y enajenados matones se quedó quieta. El sonido de una explosión llenó el aire y el fuego brilló como el propio sol. La sirena del coche de bomberos sonó cada vez más cerca.
Arthur se convulsionó en el suelo al igual que la niña de las largas trenzas.

El gañido de un perro, el lamento de una mujer, una risa burlona...

La voz de un infante al otro lado del teléfono sonó alta y clara antes de colgar:
- Ahora no pueden atenderle.

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18/05/2021, 11:52
Narrador

Como moscas atraídas por el aroma de la más dulce miel, los pequeños se alejaron a la carrera, riendo, cantando, aullando.
Algunos lanzaron piedras a alguna ventana o algún coche.

Uno de los infantes terribles se detuvo de pronto y miró con odio a Karl.
- No nos olvidamos de ti, volveremos.

Sin mirar, ni preocuparse por su seguridad, cruzó la carretera. Un vehículo se desvió para esquivarle y estuvo a punto de estrellarse.

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18/05/2021, 11:57
Arthur

- La hora cero... - farfulló el niño mientras sangraba por la nariz - El hermano mayor vendrá...

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18/05/2021, 13:47
Karl Stevenson

Karl pudo observar por la ventana que en algún punto del vecindario tenía lugar una explosión de la que surgió una nube de humo y una gran bola de fuego. Aquello ya iba en serio; no era ninguna broma o un mal sueño del que pronto se despertaría. Y, por si fuera poco, los críos seguían mostrando ese comportamiento caótico y salvaje, alejado completamente de su verdadera cara... ¿O su verdadera cara siempre fue esta y la habían estado ocultando hasta ahora? Un nuevo interrogante al que no podría satisfacer con una respuesta aclaratoria. 

Escuchó, con los dientes apretados, fruto de la rabia y la tensión, cómo el grupo de mocosos lanzaban piedras y otros objetos contra su precioso hogar, ese que tanto esfuerzo le había costado construir y mantener. "Os maldigo, malditos mocosos" —pensó, protegiéndose en una esquina de la casa de algún posible lanzamiento en su dirección. Pero, para su sorpresa, estos se cansaron de repente de seguir con el juego y se marcharon tan contentos tal y como habían venido por mitad de la carretera; no sin antes soltar, el que parecía el cabecilla de todos ellos, una sentencia en forma de frase lapidaria hacia él. "Atrévete a venir de nuevo, maldito. La próxima vez no voy a ser tan complaciente con vosotros". Serían menores, pero no iba a permitir que le humillaran o increparan de esa forma. Y mucho menos que atacaran a su familia. La tolerancia tenía un límite y ellos la habían sobrepasado con creces.

¿Qué dice la policía, cariño? ¿Cuánto tardarán en llegar? —le preguntó a Martha una vez cesaron los ataques, antes de dirigirse a Arthur, quien volvía a sufrir convulsiones—. ¿¡Pero qué es la hora cero!? ¡Dímelo! —le agarró de la pechera, con cierta brusquedad, acercándolo para sí—. ¿¡Cómo se habla con ese hermano mayor!? —la crispación de los nervios de Karl era cada vez más latente.

Estaba desesperado. Muchísimo.

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18/05/2021, 15:43
Martha Stevenson

El incendio se produjo, pero Martha no pudo ver nada desde el interior, solo escuchar la sirena de los bomberos que era ya imposible de obviar. Así que mientras mantuvo a sus niños muy pegada a ella, se quedó congelada al escuchar la voz de un niño al teléfono tan impresionada como hasta ahora. Es decir que estos pequeños habían tomado el control de toda la ciudad, ya que raro era que en una estación policial, esté uno recibiendo la llamada. 

Así que colgó el teléfono visiblemente preocupada y al asomarse a la puerta, sintió alivio de que esos niños no estaban amedrentando más a su esposo. Aunque algunos tiraron algunas piedras y seguían en esa línea caótica que ya estaba aterrando a la mujer. No obstante respondió a la pregunta, aún con sus hijos cobijados. 

Me atendió un niño Karl, un niño... Esto es horrible —dijo y agregó—, ya no sé qué pensar cariño. Tenemos que irnos de este lugar, no sé...

Y tuvo una idea. 

—¿Vamos a la casa de mi madre? 

Su esposo seguía interrogando al niño, Martha quería salir de allí. Temía por sus hijos. 

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18/05/2021, 20:42
Arthur

- Sólo habla con los niños... no le veis...

Las palabras de Arthur salieron de su garganta con dificultad. A su lado la niña tosió sangre y se tiró tan fuerte del pelo que parecía querer arrancarse el pelo.

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18/05/2021, 20:45
Narrador

La sirena del camión de bomberos sonó aún más cerca y las luces, a pesar de ser de día, se vieron al principio de la calle. Las llamas surgieron en otra de las casas.

Un ambulancia y un coche de policía se unieron a la comitiva. Era sin duda un canto a una catástrofe que aumentaba por segundos. Un canto de caos y muerte.

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19/05/2021, 01:01
Karl Stevenson

Karl recibió la noticia de su mujer con rostro serio y la mandíbula desencajada. ¿Estaban soñando? No podía ser verdad que un grupo de niños hubiese tomado el control total del pueblo, impartiendo su particular ley del destrozo al mobiliario de las viviendas y a la vía pública. 

Joder... —murmuró pasándose una mano por el cabello, restándole importancia a soltar un taco delante de sus hijos—. ¿Pero qué está ocurriendo? ¿Cómo ha podido suceder algo así de una manera tan radical? Ayer fue un día mucho más tranquilo, si ignoramos el ataque de los perros al chico... Definitivamente esto es una pesadilla —resolvió inquieto y con un tono de voz que denotaba estrés.

Sin embargo, no despertaría nunca de ninguna pesadilla, pues estaba bien despierto. Todo era real y ellos debían moverse pronto a otro lugar, porque aquel dejaría de ser un sitio seguro si las llamas de la explosión se extendían hasta allí. Y para colmo el pequeño Arthur seguía empeorando, sin contar nada nuevo, reiterando que ellos no podrían ver al hermano mayor. Genial, todo pintaba genial. Martha sugirió entonces visitar la casa de su madre. Él no tenía claro que fuese la mejor opción, pero bien era cierto que tampoco barajaban muchos destinos; la otra opción sería subirse al coche y quemar rueda lo más lejos posible del pueblo.

De acuerdo, Martha. Iremos a casa de tu madre... Hay que preparar una maleta con unas pocas cosas. Casi que viajaremos con lo puesto —respondió, acercándose a su esposa para darle un breve abrazo, con el fin de transmitirle seguridad. No había tiempo que perder—. Niños, a cambiarse, nos vamos a visitar a la abuela. ¡Cinco minutos y salimos! —les apremió, antes de susurrarle una última cosa a Martha, al pasar por su lado—. ¿Nos llevamos a este chico con nosotros? ¿O dejamos que se ocupen de él las autoridades? —preguntó ladeando la cabeza hacia el afectado Arthur.

En ese momento, las sirenas de los vehículos de emergencias se hicieron eco en la calle y ese fue otro incentivo para que comenzara a subir las escaleras de dos en dos para cambiarse con rapidez. "Tengo que sacarlos a todos de aquí... No puedo permitir que nadie sufra daño" —se repetía continuamente en su cabeza.

Menudo día les estaba tocando experimentar. Y no había hecho más que empezar...

Notas de juego

No entiendo lo de la niña. Nosotros estamos dentro de casa y ella se supone que está fuera, ergo no puede estar al lado de Arthur :S

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19/05/2021, 12:35
Director

Notas de juego

Es un error mío. Si has recogido a Arthur, la niña sigue fuera.

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19/05/2021, 12:39
Narrador

La familia Stevenson se dispuso a recoger lo imprescindible e irse de la ciudad. Un equipaje ligero, algo para comer en el camino y dinero.
Aún no habían terminado cuando sonó el teléfono. El timbre tenía un tono urgente, como si el propio aparato intentase hace saber que las noticias que iban a transmitir eran muy importantes.

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19/05/2021, 15:37
Martha Stevenson

Sí que era una locura, eso Martha lo tenía más que claro y por ello es que rápidamente tras escuchar a su esposo, asintió conforme mientras se disponía a preparar todo para el viaje. No tanto por la ropa en sí, que cogió una muda para todos, sino por una cuestión de comida para el viaje. Ya el vecindario había enloquecido y no se sabe que podría pasar saliendo de allí, si ese hermano mayor perseguiría a los niños sin importar donde vivan. 

Y al cabo de un rato, dijo: 

Sí, cariño. Ya tengo todo listo—dijo y ante la pregunta de su esposo, respondió entre susurros—, hm podría acusarnos de secuestro, no me parece correcto. Lo dejamos con la policía al pasar y nos retiramos, sé que la casa de mi madre no es la mejor opción, pero ya es evidente que debemos irnos de aquí. 

No pudo evitar el aclarar todo con su esposo, ya tenía una maleta con la ropa de todos, más una canasta con agua y alimentos varios para el camino porque nunca se puede predecir que pasará una vez cojan la carretera con el auto. Además la mujer temía lo peor, considerando como todo de repente se puso así. No obstante en medio de un ir y venir para tener todo listo, el teléfono comenzó a sonar. 

Amor, recibe la llamada. 

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19/05/2021, 17:31
Karl Stevenson

Karl se cambió de ropa de un modo atropellado, estando a punto de caer al suelo tras ponerse los pantalones. Con la camisa aún desabrochada, ayudó a su esposa a preparar una maleta con lo imprescindible para el viaje; quizá era hasta excesivo y se estaban dejando llevar por la histeria generalizada que reinaba en el ambiente. Pero más valía ser precavido en el mundo y no quería sorpresas desagradables una vez cruzaran la puerta. Si el fuego del exterior alcanzaba su hogar, no sería con ellos dentro. De eso estaba convencido.

Una vez vestido, bajó las escaleras, tanteando la llave de su vehículo cuando el teléfono del salón empezó a sonar de manera insistente. Lo observó fijamente, abstraído por completo, como si aquel continuo timbre fuese un canto de sirenas que le había embelesado. Karl miró a su esposa, cuando esta se dirigió a él y finalmente, tras parpadear un par de veces para salir de su estupor, obedeció la orden de su cónyuge. Extendió el brazo para descolgar el auricular y se lo pegó a la oreja, aguardando a que al otro lado de la línea hablara alguien.

¿Diga?