Partida Rol por web

Tras oír las órdenes de la Sargento, apunté al cielo de nuevo...asentí, pero fue un movimiento reflejo, pues nadie me estaba mirando y nadie se había dado cuenta. Escuché a Bill a mi lado y le respondí "Vale....¡¡pe...pe...pero muévete....a la n...n...nave...rápido!!" mientras andaba de forma sistemática hacia la nave*...un paso...Brrtt...brttt...mi morita rugía...otro paso....Brrttt...brrrtttt......el zumbido de las balas eran como música para mis oídos en ése momento...."¡¡Los bichos están cayendo!! Joder...que diferencia venir con equipo adecuado y con apoyo...." pensé mientras seguía apretando el gatillo....otro paso....Brrrtttt...brrrrt..........y salí zumbado hacia la lanzadera...."¡VAMOS BILL!" dije...pero él ya me había sobrepasado y había entrado...yo lo hice detrás de él....dejando espacio para los que venían detrás. 

¡todos adentro, ya! gritó Frost de manera repentina cuando dejó de disparar y entre la ventisca y la oscuridad se percató de que iban cayendo ripplers sin control hacia donde ellos se encontraban parados. Junto a esa letal lluvia, iba llegando la caballería pesada desde el cielo, como letales bólidos los gigantes de acero atravesaban la atmósfera trayendo muerte y destrucción entre los artrópodos.

Sabiendo que lo aéreo no necesitaba más balas para ser destruido, Jhonny volvió su mirada al campo de batalla terrestre, localizando rápidamente un warrior que corría solo entre las explosiones e intentó alcanzarlo con la última ráfaga del cargador actual de su morita. El disparo falló ya que había empezado a moverse antes de apretar el gatillo, por lo que llegó rápido a la lanzadera, apresurándose para recargar su arma desde la bandolera.

A punto de tomar unas granadas escucho las ordenes del Cabo mientras contemplo como cae el tanque, el precio en granadas fue muy alto, pero nada comparado con los cuatro infantes que se cargó. - Señor, si señor. - Miro como esos soldados se las tienen que arreglar y se me ocurre ir a ayudarlos pero el Cabo me mataría por desobedecerlo.

Corro directamente hacia dentro de la Viking cambiando al modo de visión normal sabiendo que había otros que me cubrirían mientras para terminar viendo que el infante ligero sigue dentro y me acuerdo del caído y seccionado por el brutal bicho tigre. No te olvidaremos. Pienso mientras apoyo una rodilla junto al difunto y respetuosamente tomo la medalla de identificación leyendo su nombre en vos alta para luego tendérsela al que todavía está vivo. - No lo olvides, yo no lo haré. -

Noto que tiene cargadores de su morita y los tomo sabiendo que las municiones le sirven más a los vivos que a los caídos, sin tratar al muerto como una bolsa de papas tomo los cargadores incluyendo el del arma con la intención de dárselos al Sargento.

La batalla se volvía más confusa por momentos, pero el inconfundible sonido de los refuerzos llegando al campo de batalla alentó al soldado a mantenerse firme ante la adversidad. Además los ripplers que se cernían sobre su escuadrón habían sido reducidos a unos pocos que descendían torpemente. No obstante, todavía no se encontraban fuera de peligro pues aquellos bichos todavía podrían causar daños muy serios.

McNillon escuchó las indicaciones del Cabo Frost para refugiarse en la lanzadera. -¡A la orden, Cabo!- Gritó el fusilero para hacerse oír por encima del estruendo reinante. Dada su posición, Jenkins se fue retirando hacia la lanzadera mientras cubría a sus compañeros en su repliegue hacia el transporte. "¡Moríos de una p*** vez, joder!" Pensaba furioso el soldado mientras disparaba contra los que quedaba del grupo de ripplers.

Al oir a Vincent, asiento mientras me levanto Sígueme y no hagas el gilipollas, rápido digo mientras su morita escupe una nueva ráfaga de muerte justo antes de seguirme hasta dentro de la lanzadera, donde aprovecho para meter un nuevo cargador en el rifle mientras miro hacia el exterior.

La primera oleada la hemos aguantado bastante bien. Aunque todavía faltaba mucho para decir que estábamos a salvo, pues sabíamos de sobra que los bichos no habían dicho todavía su última palabra. Mi única duda era sobre qué nuevo horror nos iban a lanzar, a parte de los tanques y gusanos ¿qué otras bestias lucharían de su lado?

Hans sentía la frustración recorrer su cuerpo, pues justo cuando alcanzaba la línea de su escuadrón ahora tenían que retroceder a la nave de nuevo. Así que, maldiciendo para sus adentros corrió de vuelta a la nave sin decir nada a nadie, tenía que entrar en la nave y conseguir munición, pues su arma estaba vacía y solo le quedaban dos cargadores. 

Eso era malo.

Una vez llegó a la nave pudo relajarse y hacer una ligera cuenta de los bichos que había conseguido matar. Estaba contento con la cifra, pero tenía que aumentar mucho hasta que estuviera satisfecho por completo.

¡Recibido!Volviendo a la lanzadera - respondía a la voz del cabo, habíamos salido e inmediatamente teníamos que volver dentro, tenían que recular o les caerían encima un montón de bichos que se desplomaban hacia ellos, posiblemente sería la mejor opción aunque no le gustaba nada quedarse metido allí dentro y quedar encerrado, pero aún le gustaba menos separarse de la formación, así marchó lo más rápido hacia dentro junto con sus compañeros para después volver a la carga.

¡Jodidos Bichos! - soltó en cuanto puso los pies dentro del transporte dejando notar su frustración.

Viendo que muchos de la ECO seguían abriendo fuego, McAllen optó por cumplir la otra orden de la jefa- Yo en esto ya tengo experiencia, Jefa -dijo mientras cogía a uno de los heridos, pues los caídos ya no tenían solución, y arrastrándolo como él sabía, cogió a uno de las axilas y comenzó a correr de espaldas hacia la lanzadera mientras sus compañeros le cubrían- vamos, joder, vamos, vamos, vamos -gruñía mientras se sentía otra vez como el carretillero de heridos.

El sargento miro al cielo y al exterior, por un lado llovian mosquitos, por el otro habían conseguido aniquilar al tank, antes de que le diera tiempo a hacer nada, Frost, eficaz como siempre se adelanto a dar las ordenes, ante su acción el sargento asintió y se giró a mia a la vez que entraba otra vez en la nave

-la situación esta controlada, los refuerzos han llegado y hemos controlado el perímetro.-dijo a la chica de la radio

se giro hacia el resto del grupo -chicos en cuanto pare de llover mosquitos avanzaremos en grupos de cuatro, uno de cada grupo se encargara de recoger municiones, el resto le cubrirá.

los jefes de equipo serán, el cabo Frost y Llorens, Mía tu estas en mi equipo, el resto tenéis 4 segundos para escoger a vuestra pareja de baile.

se acerco a Llorens y le cogió del hombro

-¡buen trabajo con ese escarabajo!-le guiño un ojo-siga así soldado

Los bichos voladores eran ahora nuestra mayor preocupación, si caían sobre nosotros podría ser tan catastrófico como si conseguían realizar un ataque con éxito y nuestros mandos lo sabían bien. Así que sus órdenes no eran de extrañar, correr de nuevo a la lanzadera y estar a cubierto de estos proyectiles vivientes. Recargo la morita con el cargador que aun tengo en la mano y salgo corriendo hacia la lanzadera. Las figuras de compañeros infantes ligeros sobretodo se encuentran por doquier....putas ordenes....me acerco a uno de ellos que parezca posible que se salve y agarrándolo por las axilas lo arrastro conmigo.

- Vamos chaval hoy no vas a morir aquí.

Las balas de mis compañeros servían de cobertura a estas acciones, pero sobre mi mente planeaba la sensación de que algún bicho estaba apunto de hacer alguna trastada.

No se lo pensó dos veces, echó a correr a resguardarse como alma que lleva el diablo agarrando en su carrera a un sujeto que, sin saber si estaba vivo o muerto, tuvo que arrastrar todo lo que pudo y en las condiciones que tenía. A su alrededor compañeros abrían fuego contra los ripplers restantes pese a saber mejor que nadie que siempre hay más. Pero las órdenes no eran ponerse fatalista ni el plantearse cambiarle el nombre a Brocheta por Carretilla ni tampoco bromear con el peso muerto que arrastraba, las órdenes eran,básicamente, correr como una putilla asustada y llevar consigo a muertos y heridos.

No es que le sobraran motivos para estar al borde de un ataque de nervios pero no pudo evitar sonreír con cierta socarronería... después de todo le habían dado una camilla que bien podía significar la diferencia entre la vida y la muerte de algunos de los que estaban con el culo en ese caos.

Por fin las cosas mejoraban y los titánicos marauders eran la confirmación de que la batalla se decantaba de la parte humana, pero las chinches se les venían encima como una lluvia de mierda, las alas desplegadas de esas cosas podían abrir sus armaduras como un cuchillo caliente la mantequilla y la Sargento había ordenado replegarse para no exponer absurdamente al pelotón. Miller estaba de acuerdo.

Maynard, nos vamos.

Levantó el morita y disparó una ráfaga contra los voladores que se les venían encima hasta agotar el cargador.

¡Vamos sardinillas, volvemos a la lata!

Observando el repliegue del equipo que cargaba con heridos a cuestas se retiró de forma controlada hasta la protección de la Viking.

A la orden. Contesto a Miller. Parece que esto se calma, y mientras bajan las latas acorazadas el resto de los hombres se van replegando. A nuestro alrededor los infantes van retrocediendo mientras hacen pausas para lanzar alguna ráfaga. Nunca era tarde para conseguir otro impacto, de modo que apunto para lanzar una ráfaga a esos putos riplers. No tengo munición como para tirarla, pero estaba decepcionado con mi actuación. No quería ser el cachondeo de la unidad por la mala puntería. Una vez satisfecho retrocedo con Miller sin decir nada.

Oído, vamos para adentro. - Garth asiente mientras busca unos nuevos objetivos que se acerquen por tierra cubriendo la retirada de sus compañeros, y tras la ráfaga se dirige al interior de la lanzadera. 

El miedo a quedar desmembrados por las filosas alas de los Ripplers hizo que todos los infantes de ambos escuadrones optaran por regresar a la lanzadera cuanto antes evitando así la zona de impacto. A pesar de su esfuerzo, este no fue tan necesario pues los últimos en retroceder habían dado cuenta de los últimos bichos voladores, los cuales ahora caían desmembrados al suelo sin representar un mortal peligro. El infante Llorens era ahora el único que estaba fuera de la lanzadera tras decidir alejar para recuperar la placa de un soldado desconocido y así con suerte, hacerse con uno que otro cargador extra.

Mientras en los alrededores el combate continuaba con una clara ventaja para las fuerzas de la federación. Con infantería pesada, infantería ligera, escuadrones de veteranos, pathfinders, tropas de asalto de la flota, cazas de la flota, artillería e incluso Marauders, se había logrado afianzar la zona consiguiendo con ello una contundente victoria. El imperio arácnido por su parte, no tardaría en dar el segundo golpe, había fallado al intentar expulsarlos de Galdonia, por lo que la próxima vez aplicaría aun mas fuerza a su golpe de martillo.

El rugir de motores se escuchó en las cercanías pocos segundos despues de que el peligro que representaban los Ripplers hubiese pasado. En las cercanías, rompiendo la niebla y avanzando a través de la ventisca, se aproximaban dos vehículos pesados de gran tamaño. Un segundo vistazo a los pocos segundos les hizo ver que aquello que se aproximaba a su lanzadera eran Vehículos acorazados Gecko para el trasporte te tropas.

Al acercarse los vehículos a la lanzadera, un hombre con voz familiar descendió de uno de estos.
-Escuché que necesitaban algo en que moverse rapido, que les parecen este par de acorazados- comento el teniente Hammer mientras sin mirarlos evaluaba la situación actual y daba ordenes de estar atentos.

-Desde dentro podrán seguir matando bichos, hay suficientes puestos de tirador para todos. Sargentos, que cada uno de sus escuadrones entre a uno de los vehículos cuanto antes, aun tenemos cosas que hacer y esto apenas está empezando-. Señalo el frío teniente quien era famoso por no hablar nunca sobre si mismo ni bromear con nadie, aunque también era famoso por mantener siempre la calma en los combates, lo cual era característico de un infante capellán.

Recibido teniente!.

Venga Eco subir al segundo transporte, rapido rapido!

Alex salio de la lanzadera y echo un vistazo alrededor, vigilando el lugar en busca de cualquier amenaza que pudiera surgir mientras subian al transporte. Como siempre seria el ultimo en subir.

"Se acabó.....por ahora. Seguimos respirando...y en la brecha." pensó Ethan al escuchar la orden de la Sargento. "Va...vamos......Bill. Si...si...sígueme...." le dijo a su binomio al salir por la puerta. 

Contempló el campo de batalla mientras salía y se dirigía hacia el transporte ordenador por la sargento...al menos hasta donde se podía ver, ya que la tormenta seguía limitando su visión. Habían bastantes cuerpos de bichos destrozados por el suelo, incluyendo muchos que habían sido directamente vaporizados por las armas de gran calibre de los vehículos pesados que ahora mismo circulaban alrededor de los marines....Marauders, vehículos de apoyo....pero tristemente también empezaban a contar con bajas en su bando, además de las que ya habían tenido durante el descenso....pero lo que era indudable, es que habían conseguido con éxito establecer "la cabeza de playa". La cantidad de vehículos y de gente alrededor suyo lo confirmaba. 

A pocos metros de él, nada más salir de la valquiria, se encontraba tirado en el suelo el infante ligero que el bicho con denominación "Tigre" había cogido nada más abrirse la puerta y había lanzado por los aires....muerto. Estaba congelándose rápidamente en las temperaturas bajo cero que su armadura le marcaba que habían en el exterior....."Lástima de tipo....podría haber sido yo, hace no mucho..." pensó, torciendo un poco el gesto y frunciendo el ceño. Al ver la sangre coagulada y congelada alrededor del hombre, una oleada de angustia le subió por la garganta, pero pudo contenerla a tiempo y no vomitar....tenía órdenes que cumplir, trabajo que hacer....y no podía comportarse ya como un recluta novato.

Con el semblante más serio que de costumbre, abrió el canal para hablar con su binomio y le dijo bien claro..."Cúbreme un segundo...tengo una cosa que hacer" le dijo a Bill. Su binomio recibió la transmisión limpia y clara...Ethan, en ésta ocasión, no había tartamudeado. Al menos, evitaría que aquel soldado cayera en el olvido..."nos tomaremos una por tí..." susurró por lo bajo...dijo mientras cogía las placas de identificación del soldado caído.

Parándose un momento al lado del cuerpo, cogió tanto las placas de identificación, como la morita y los cargadores y granadas que llevara, para entregárselas a la sargento una vez dentro del transporte y que ella decidiera quién las llevaría...el caído ya no las necesitaba.

Gallagher se acerco al trasnporte con curiosidad y se permitió esbozar una sonrisa cuando el teniente hizo mención a los transportes. 

-si, señor, gracias señor.

tras recibir sus ordenes, el sargento se cuadró y salio en pos de sus hombres.

-señores, al primer transporte, no os olvideís los cepillos de dientes, esto no va a ser un ligue de una noche.

una vez que se metieron todos, se acercó al medico del equipo y pidió que le hiciera un chequeo.