Partida Rol por web

Iba dando bandazos entre las sujeciones, lo bueno de aquello era que al tener un ojo biónico éste podía mantenerse abierto mientras que el otro, por reacción natural e inconsciente, se cerraba con cada golpe.

-Heyyy- Saludó  a Bill como si fuera a perder el transporte-¿vas a pedirme fuego? Pídemelo ahí abajo si te pillo a mano. 

Acompañó la broma con un gesto para que se pillara bien las sujeciones aunque ese gesto y la risa que iba a expulsar fueron interrumpidos por un golpe especialmente brusco que la hizo soltar una maldición, cerrando esta vez incluso la prótesis, eliminando así la lucecilla roja que iluminaba la cuenca artificial. Pese al golpe la voz de Alex sonaba inflexible y dura dando la organización del escuadrón.

-A la orden, señora- buscó con la mirada a Rodríguez y le mandó un beso socarrón y carente de cualquier interés más allá del sano y descarado compañerismo que la mujer extendía a cualquiera con quien tuviera trato-cada oveja con su parej...- miró a Brocheta y arrugó la nariz haciendo una mueca-¿Celos? Qué palabra más fea, ¿Te la han enseñado las chicas de la federación, Brocheta?- y, como si fuera poco, estiró la pierna para darle una muestra más de ese cariñoso pique que tanto Brocheta, Tartaja y ella tenían desde que subieron a aquella lanzadera del demonio que les dejó en el infierno helado de Galdonia en su primera bajada.

En esa ocasión al menos habían tenido tiempo de ser sometidos al estudio de ondas cerebrales que debían dar el visto bueno para la próxima bajada e incluso habían tenido la opción de visitar a un sacerdote que purgara de ellos el remordimiento y la culpa por si no volvían con vida.

Vamos, todo va a ir bien. ¿Recuerdas?

Tocó la camilla e inspiró hondo.

Vamos, que estos dos se dejaron la piel y casi la vida por sacarte, Sam, no les dejes caer.

-A padre le vas a explicar como hacer hijos, Miller- y, sin embargo, con la respuesta cargada de la acidez habitual, acompañó un cabeceo para dar a entender que había comprendido las órdenes-Ni embudos ni mariconadas.

Apretó la mandíbula con un nuevo bandazo.

-Como alguno se ponga tonto ahí abajo le atenderé solo para que pueda sentir el cuchillo hasta lo más profundo de las tripas. ¡Si oís "ahí va" corred hacia la voz!- así había comenzado la amistad con los otros dos energúmenos y sería una falta de respeto no repetirlo. Esa vez les había dado suerte.

Al escuchar a la sargento, Ethan asintió a la vez que contestaba con un fuerte "¡Señora, si señora!" mientras otro bandazo le hacía coger de nuevo las sujeciones....pero ya no era necesario... volaban más firmes y pudo dedicarse a repasar el armamento y el equipo...."ajá...todo en orden.....al menos hasta que lleguemos ahí abajo...donde empezará la mierda de verdad..." 

Le habían asignado a Hutchinson, y su compañero dio muestras de haberlo oído también en cuanto se dirigió a él...."¿espalda contra espalda? suerte tendremos si podemos cubrir los flancos mientras avanzamos.....no podremos pararnos...ya me lo han dejado claro en el previo...." de todas formas, asintió y levantó el dedo pulgar hacia su compañero..."No t...te preocu...cupes....mi punto de mira cubrirá tu fla...fla....flanco." tras oír a García, no pudo menos que sonreír, cuando le vino a la mente la famosa frase...."y si o...o...oyes "ahí va" corre p...por tu vida hacia el ojo r...r...rojo......no mi...mires atrás.." 

Al oír el comentario de Brocheta, me encojo de hombros con una sonrisa

Firmaría ese final ahora mismo

El sentir como nuestra nave de desembarco se soltaba de los anclajes y se dejaba caer al vacío me recordaba vagamente a las atracciones de las ferias...cosas de tiempos de paz sin bichos que te quieran devorar.... A un lado y luego al otro, aumento de velocidad y frenado brusco. Sino fuera por que el piloto nos había avisado de que los bichos estaban empeñados en derribarnos estaría convencido de que esos cabrones de la marina tenían ganas de hacernos vomitar a todos.....un espectáculo nada agradable...... 

Me centro en lo que dicen la sargento y Miller, me dan unos segundos de respiro en los que mi estómago no tiene ganas de salir por mi boca. Aprieto los dientes ante un zarandeo antes de contestar.

- Ok....ordenes recibidas corro tras Miller y no pierdo de vista a Josh. ¡Has oído Josh! Nos toca no perder al otro. Siempre que este pájaro no se la pegue antes de tiempo y acabemos todos como mosquitos contra un parabrisas. 

Unos segundos mas y ya estaríamos en tierra. Eso sería de verdad disparos, carreras y heridas una vez mas.

- Samantha si ya empiezas a ofrecer tus tiernas atenciones y no hemos bajado, es como para preocuparse si vienes hacia nosotros. 

Miller empezó a alucinar. En el ejercito había reglas, reglas pensadas para matar al enemigo, pero sobretodo pensadas para no matar a tus amigos. En un descenso la regla número 1 era no soltarse el arnés, pues corrías el peligro de salir volando por toda la nave pudiendo impactar contras tus compañeros o incluso contra el piloto, lo cual sería una muerte segura para todos.

¿Hutchinson se puede saber qué narices hace paseando por la lata?¡Vuelve a tu sitio y cierra el arnés, maldito novato! ¡Cuando volvamos vas a hacer saltos en el simulador hasta que te sangre el culo!

No sabía si reírse o realmente cabrearse con el zapador. ¿A quién se le ocurre levantarse en pleno descenso? El cabo terminó por sonreir dentro de su casco, era inevitable con tantas bromas y chanzas. Así eran ellos, se reían hasta de la muerte incluso cuando la temían y la sentían tan cerca como hasta ahora.

Asintió con la cabeza a Maynard, quién formaría pareja con él y luego miró concentrado al resto de la escuadra. La cosa era inminente y ya no había vuelta atrás.

Queda nada para llegar a tierra y mirando la caja de cerveza sujeta por sus pies recordó como había llegado allí, Fue de los últimos en llegar a la Viking pues como en las ultimas misiones se paso por el bar adueñándose de una caja de cerveza para la ECO. Al llegar a la lanzadera la sargento le empujo para dentro y busco su sitio, dejo la caja y se puso todas las protecciones necesarias para el descenso.
Los compañeros lanzaban chazas de uno a otro lado, pero esta vez Rodrigues estaba preocupado, era todo o nada, y la mayoría de sus compañeros no llegarían a ver otro día, mirando a Sam,( que le lanzo un beso divertido que le hizo sonreír y devolverlo), pensó, Esta es la única diferencia entre morir y vivir, me alegro estar a su lado y tendré que mantenerla con vida para que los demás también se mantengan. Esa noche estaba triste, pero se iría cuando aterrizaría y saliera disparando al lado de Sam.
En esto una sacudida le meneo entero y volviendo a plantearse las cosas pensó, Que cojones, a animar esto .
y dijo:- Bueno ECO, nos queda poquito para nuestra despedida de soltero, el que no tenga los cojones bien agarrados que se los coja el de al lado. Va haber putadas, putas, chinches y al final bebida y tarta, así que llenar vuestras herramientas y darle duro a la limpieza. Por cierto, aparte de esta caja de cerveza tenemos dos más reservadas en en bar y no quiero deberle un favor a la chica de intendencia si no es para devolvérselo en su cama, así que a ponerse las pilas por si hay suerte a la vuelta. VIVA ECOOO!!!!, Viva Alex y Miller!!!!!

Aprovechando los descansos concedidos por las sacudidas del descenso, J señala a Cain con el dedo para luego levantar el pulgar... A tu flanco...y de cerca compañero... tu no me pierdas de vista que yo no lo haré contigo... 

Respondiendo a las palabras de Rodrigue... HUA!!!!

Vamos, vamos, vamos!!!!

Frost estaba aferrándose a su Morita en silencio mientras los demás miembros de la Gatling seguían sus instrucciones, cuando abrió los ojos como platos al ver a Hutchinson haciendo una terrible payasada, terrible y peligrosa. Había descendido muchas veces y había sufrido numerosos percances en compañía de muchos infantes de la Eco que estaban allí. Todos habían sufrido juntos sus novatadas, pero a ninguno se le hubiera ocurrido nunca soltarse del arnés en pleno descenso. Para el joven técnico era equivalente a no chequear la munición del arma. Simplemente eso no se hacía.

Pero al peligro había que ponerle buena cara, así que sacó una sonrisa sarcástica, mirándolo a Miller con cara de complicidad Menudos novatos te han tocado, ¿eh, Miller? levantó una ceja mostrando al mismo tiempo los enormes incisivos Están tan ansiosos por morir que ya se están soltando los arneses. Luego giró la cabeza hacia el chiflado que se golpeaba intentando volver a su arnés Desperado, deberías esperar hasta tener muchos bichos al frente para suicidarte, así al menos mueres como un infante. 

Ya estaban por tocar suelo, y había decidido no hablar tanto, pero la situación lo ameritaba. El estómago se le estaba revolviendo un poco.

Gallagher se quedó mirando a los del escuadrón ECO sin mucha emoción mientras la nave se zarandeaba. Pensando para sus adentros cuales serian los escenarios donde podrían estar. durante el trayecto pensó en varias estrategias pero las desecho por su probable ineficacia, finalmente se decidió por una.

¡Escuadrón Gatlin! en cuando salgamos les quiero en formación Delta, a mis flancos irán el Cabo Frost y la Técnico Garcia-Dijo en voz alta para que todos pudieran oirle-a sus Flancos irán los siguientes en este orden:

Ala frost: Vandel, Stukov, Jenkins

Ala Garcia: Llorens, Tarcus, Philip, Taylor 

No quiero que se rompa la formación a no ser que la situación lo requiera, por ultimo solo queda decir que cuiden de sus compañeros

por ultimo le echo una mirada a su cabo por si quería añadir el alguno.

Estaba furioso consigo mismo, todo el entrenamiento recibido le había endurecido más de lo que imaginaba pero ahora con todo lo que estaba pasando a su alrededor volvía a ser un joven hijo de civiles salido de una universidad privada que había huido de los bichos a Sirius con el rabo entre las piernas hacía pocos años, estaba algo desorientado por todo lo que pasaba a su alrededor y pese a que jamas lo reconocería, mareado, más que por el descenso por la tensión de ser su primer despliegue en un campo de batalla real, era una sensación desquiciante como el primer tramo de una montaña rusa, las voces de sus compañeros le sonaban distantes, desde que todo empezó no había pronunciado palabra a falta de algo que decir, las palabras del recientemente nombrado sargento le sacaron un poco de su ensimismamiento... no logró escucharlas todas, pero si que captó el significado, la formación que debían de adoptar y que el suelo estaba cerca, una idea de lo más reconfortante

Tras unos instantes más de espera, el piloto les anuncio que la lanzadera estaba entrando en la helada atmosfera de Galdonia VI; según la trasmisión que se podía escuchar, se estaba desatando un cruento combate tanto en cielo como en tierra.
-Maldita sea, oh maldita sea- se les escuchó clamar a uno de los pilotos sin saber a que se refería en realidad. –No podremos entrar allí, es un suicidio- remarcó el mismo.

-Ya no hay vuelta atrás, en cuanto bajemos la velocidad estallaremos en pedazos. Bien, aquí vamos- respondió el otro infante y tras sus últimas palabras la lanzadera empezó a cobrar gran velocidad para así al poco tiempo empezar a agitarse como una lata de cerveza.

El movimiento era intenso, a tal grado que los infantes se aferraban fuerte a los seguros mas para evitar que estos se rompieran que para evitar salir despedidos de sus lugares. La lanzadera se movía bruscamente de un lado a otro y la transmisión de los pilotos dejaba en claro que no ser por la habilidad de estos, ya habrían sido impactados. La lanzadera que era ocupada por los 24 infantes que conformaban a los escuadrones Gatling y Eco, era además ocupada por dos infantes de infantería ligera que eran encargados de resguardarla tras el descenso, así como múltiples pesadas de caja que se azotaban fuertemente y que solo eran contenidas en su sitio por fuertes redes colocadas allí probablemente previendo la situación actual.

Como bien sabían los miembros de ambos escuadrones, no combatirían solos. Una fuerza inmensa de infantería móvil estaba descendiendo con ellos, y aunque ya conocían de lejos los nombres de los pelotones que les acompañarían, no los conocían realmente. Con ellos, en total la fuerza que se encargaría de plantar batalla a las fuerzas del imperio arácnido en las gélidas llanuras rocosas del Galdonia VI, sumaban mas de 15000 hombres entre infantería, artillería y apoyo logístico; y todo ello sin contar las fuerzas de reserva que deberían sumar otros 5000 hombres.

Sumidos en sus pensamientos y en su intento por salir vivos de aquello, los infantes en la lanzadera tipo Viking apenas empezaban a percatarse del ruido que se sentía ya en las proximidades. Afuera se combatía, afuera había explosiones y el característico sonido de ráfagas; ahora les era claro que la zona A no estaba asegurada, y que por ello su descenso sería en medio de un encarnizado combate.

Un fuerte estruendo sacó a todos de sus pensamientos, sobre todo al cabo Frost quien súbitamente se encontró con una inmensa espina de quizá un metro de largo, clavada en el casco de la lanzadera apenas un decímetro de su cuello. Para todos los presentes, eso fue señal clara de que no solo estaban en medio de un combate sino de que ya eran un objetivo de los ataques. Los pilotos por su parte seguían esforzándose por esquivar todo lo que se les venia encima al tiempo que iban contando los pocos metros que quedaban para tocar suelo.

-Todos listos, faltan 30 metros, voy a liberar los seguros una vez que…- la trasmisión no llegó a concretarse pues una intensa explosión detonó en el casco inferior de la lanzadera abriendo un gran boquete, generando que la lanzadera perdiera por completo su estabilidad y cayera de forma irremediable al vacío; esto a la par de que la abertura en el casco estaba imprimiendo una fuerza de succión que jalaba a todos los infantes quienes mas que nunca daban gracias de los seguros.

El impacto no se hizo esperar, algunos infantes consientes de lo que sucedería se limitaron a apretar los dientes, cerrar los ojos y rogar no solo por que salieran vivos de esa, sino por que salieran enteros. No supieron cuando llego, simplemente sintieron que todo se derrumbaba, que el metal crujía sobre de ellos y que sus cuerpos se comprimían debido a las fuerzas G del enfrenon para después contraerse violentamente debido a las fuerzas ficticias que generaba la inercia del impacto. Todo quedó oscuro, todo quedo en silencio…, a lo lejos una voz gritaba al tiempo que una fuerte e intensa ráfaga de helado viento los sacudía.

Michael Gallagher respiraba despacio y profundamente sin decir nada, tratando de conservar la calma en esa situación de crisis, no podía dejar de preguntarse por el escenario en el que iban a aparecer y si saldrían todos vivos de allí.

Abrió los ojos como platos al ver aquella protuberancia que entraba en la nave y temió por Frost.

-¡Cabo!, ¿esta bien?-luego al ver que estaba vivo sonrió mas relajado-mas le vale no morirse, o tendrá que rellenar papeleo por un mes-bromeó 

Cuando la nave empezó a sacudirse, los golpes poco a poco le hicieron perder el sentido.

El impacto fue todo lo que esperaba y mas, el ultimo tramo de descenso se acelero prodiciendo una caida rapida y una frenada aun mas rapida contra el frio suelo de la zona de aterrizaje, J no hacia mas que repetir...  es la zona de aterrizage? esta es la zona? donde estamos? ...

Busco a sus compañeros de compañia, se esforzo por orientarse y se aseguro de que lo que sujetaba con fuerza era su arma y no una barra de la ahora maleable estructura de la Viking...

Una sacudida de cabeza para despejarse seguida de una tecnica de relajacion para recuperar el norte ya que sacudir la cabeza no hizo mas que marearlo... tras convencerse de que estaba bien, comenzo a soltarse de su asiento a la par que buscaba a su binomio Cain y a Miller al que se les ordeno seguir de cerca... Cain, Cain... estas entero? Miller... Tenemos que salir de aqui y buscar una posicion mejor, debemos soltarnos... haciendo fuerza, J intenta zafarse de las defensas que lo tienen sujeto...

Las suposiciones de Miller se iban haciendo realidad como en el guión de una mala peli. Parecía que la zona A no estaba asegurada y pronto las bromas y chanzas se tornaron en silencio ahogadas por las detonaciones que sucedía a escasos metros de la lata. Parecía que los pilotos lo iban a conseguir, pero en el último momento cayeron a plomo.

El Cabo sintió toda la fuerza del impacto recorriendo su columna vertebral y haciendo que se golpease la cabeza contra las sujeciones. A punto estuvo de perder la consciencia, pero de alguna manera la adrenalina se impuso a la oscuridad que le amenazaba y consiguió reaccionar.

Tranquilo Garth, aquí sigo. 

Consiguió articular. Mientras sus manos empezaron a rebuscar en sus bolsillos y cinturón hasta encontrar lo que buscaba.

Todos, traten de romper el arnés, activen la fuerza de sus armaduras. Cuando se liberen ayuden primero al Cabo Frost y al infante Caiazza, para que busquen una forma de liberarnos a todos. Luego a los médicos, hay que ver si podemos hacer algo por los pilotos.

Con el cortador de plasma en sus manos empezó a cortar las sujeciones de su arnés.

Brocheta, informe inmediatamente a los mandos de nuestra situación, mira a ver si pueden mandarnos refuerzos.

Ya no hubo risas, a no hubo humor, ni comentarios ingeniosos. Apretó los dientes, agarrandose a los arneses de seguridad con fuerza, aferrandolos entre sus dedos y apretandolos ocntra su cuerpo como si le fuera la vida en ello. Él, estaba situado cerca de Frost, así que cuando escuchó el metal crujir, romperse y aquella garra aparecer, Mijail giró la cabeza, abriendo los ojos de par en par, sintiendo como los latidos de su corazón iban en aumento.

Podía sentir la sangre correr por sus venas a causa de la fuerza de los latidos de su corazon, del nervio y el miedo de lo que estaba sucediendo. Cuando estalló la cabina, se encogió como pudo en su sitio, y miró hacia el boquete. Aferró la morita con todas sus fuerzas, y cerró los ojos ante el brusco descenso de la nave. El suave pitido de sus oidos fue dejando paso a uno ensordecedor. Cuando abrió los ojos, un halo blanquecino lo rodeo todo, y a pesar de sus esfuerzos por concentrarse, acabó por perder la consciencia.

"Buenas noches..."

Mia estaba logrando mantenerse fuerte pese a las sacudidas y a los ataques hasta que el suelo de la nave se abrió como una lata de sardinas. Mierda... las Viking no aguantan nada... En cuanto los pilotos perdieron el control del aerotransporte, se cerró en sí misma aferrando su equipo para evitar verse arrastrada por la fuerza de succión del boquete y para evadir golpearse alguna zona vital. Mierda, mierda, mierda... Pese a todo, fue una cuestión de segundos el que cayese inconsciente debido a la caótica física a la que estaban sujetos mientras se estrellaban.

el ladrillo cocho con la barrera fue lo único que pensó, y las sacudidas hicieron que el cuerpo del infante se sacudiera violentamente de un lado a otro, sentía como la ansiedad se apoderaba del el, pero sabia que resistirse solo haría que se lastimara a si mismo, que mierda morir antes de disparar la primera ronda, me habría gustado ver caer algunos bichos ante su morita, pero la suerte estaba echada.

Damas y caballeros si miran por la ventanilla de la derecha verán el centro relacional insectopolis, hagan el favor y destruyan todo a su paso decía con algo de ironía al tiempo que trataba de mantener la compostura, el choque casi hace que se muerda la lengua, pero sintió como el mundo se iba al vació y la oscuridad y entro en un sueño silencioso...

estaba en uno de los valles helados vestido con un taparrabos y una lanza, era peludo y estaba cazando, era una especie de cavernicola, y frente a el su presa herida se arrastraba, era una especie de venado, con 6 patas, de su cuello pululaba sangre en abundancia justo el situó donde estaba clavada una espina de color verdoso, los ojos del cazador lucían desconcertados y miraba a sus costados, de-repente la nieve a sus pies salta y es despedido por lo aires un WarBug se alzaba ante el, y con alaridos le gritaba al monstruo, apretaba sus manos y cargaba contra el...

en su silla el soldado yacía inconsciente mientras el caos le envolvía en su sueño negro...

Mierda mierdamierdamierda Los golpes hacían que la nave se volviese una lata de sardinas claustofóbica. Ya estabámos sufriedo impactos, y no hemos pegado ni un tiro, joder. Justo en ese momento la nave abrió la panza, dejándo ver un atisbo de lo que los esperaba.

Dante podía ver enjambres de bichos, a su mente acudían imagenes de panales de abejas, marabuntas, se veía hurgando con 10 años un nido de hormigas con un palo, como se movian enfurecidas, como subían por el palo cargadas de rabia.

Otro gran impacto y todo se oscureció, pero las visiones permanecieron ahí, la nave estaba cubierta de msocas, miles de moscas. Las rocas, la nieve, las montañas, todo nagro, todo cubierto de moscas. El planeta era una masa de cadáveres, el planeta enter estaba podrido y cubierto de moscas y hormigas.

Tras denodados esfuerzos por aclarar su cabeza fueron las sacudidas de la lanzadera, al principio se alegró de que le bajasen de las nubes... pero su alegría duró poco al ver desaparecer parte del suelo de la lanzadera y ver como lo iban a bajar de las nubes en un sentido más literal, se aferró con la mano derecha a la barra de sujeción con todas su fuerzas y con la izquierda a las correas de su recientemente adquirido kit médico hasta que con el impacto, todo se volvió negro