Partida Rol por web

La desaparición de un compañero a mi lado destrozado por un insecto me pillo por sorpresa dejandome congelado como aperitivo para el bicho.

Acababa de aparecer en el dintel de la puerta lateral un bicho tigre, rápido y peligroso por lo que había podido comprobar en los días anteriores, y no podía seguir allí, había novatos que no durarían un sus piro delante suyo, y a pesar de las ordenes de cubrir la zona, ese bicho debía caer, por lo que me subí al asiento mas proximo evitando así a cualquier compañero que tuviera delante y descargue toda la potencia de fuego que podía producir mi morita barriendo toda la entran en el proceso mientras decía:- Vete al puto infierno cabrón.

-No puedo cubrir porque no tengo el equipo aún -dijo Vandel al soldado 1º Llorens. No pudo evitar tragar un poco de saliva ante el brazo armado de lo que quedaba del piloto que se cruzó ante él. 

Con un movimiento fluído desactivó la fuerza aumentada de la armadura y observó como se abrían todos los seguros- a buenas horas pensó mientras recogía todo su equipo y se preparaba para lo que fuera. Escuchó el sonido de las puertas abrirse y, entonces, todo pasó.

Observó como el puto arácnido acababa con el infante ligero que había abierto una de las puertas y, segundos después todo eran gritos y sonidos de disparos. Ese ser parecía haber sido el primero en probar lo que era la infantería movil- Eh, Stukov, ¿te vienes de caza? -la sonrisa que apareció en el rostro era algo bastante sádico, pero que prometía mucha sangre de bicho. Escuchó la órden del soldado 1º y sonrió- Vandel listo, ahora si.

-Si, Sargento -contestó a las órdenes McAllen, justo en el momento en que Baron conseguía abrir los anclajes y sentirse liberado- no dudé de ti ni un momento -dijo divertido mientras comenzaba a ajustar los diales para una comunicación con el Mando de la Misión.

-Mando, Mando, aquí Consejero Táctico de la Eco. El punto de aterrizaje está comprometido. Repito. Está comprometido. Hemos sido derribados. Ninguna baja confirmada. Nos preparamos para desplegarnos.

En lo que esperaba respuesta comenzó a coger todo el equipo que podía llevar y se fue a acercar a la zona de la Sargento, para coger las cosas de ella o por si quería hablar ella con los mandos; cuando un infante ligero abrió la puerta, justo para ser destrozado por un puto chinche. Mil pensamientos pasaron por su cabeza, pues él sabía muy bien que era enfrentarse a esas cosas con una armadura mínima, y más viendo lo que hacen con las armaduras potenciadas. Sacudió la cabeza y se percató de que varios de sus compañeros abrían fuego. Solo esperaba que estuviera muerto.

-Jefa, no me gaste las balas -dijo recordando que ella tenía su morita y con una sonrisa- y recuerde que si se acercan tiene una escopeta, pero con pocas balas -recalcó sobre el aditamento. En cuanto pudiera cogería el arma de su sargento y se la cambiaría.

Sam ya estaba espabilada del todo cuando Baron desctivo la seguridad y pudo comenzar a moverse- Gracias Baron -dijo con una medio sonrisa mientras comenzaba a recoger todos sus bártulos, equipo médico y camilla. Tendría que ir bien cargada, pero ya le endosaría a alguien algo, como la camilla a Rodriguez, por ser su compañero de binomio.

Comenzaron a abrir las puertas cuando Sam se puso en pie- Voy tras de ti, Rodriguez -le dio tiempo a decir antes de que la chinche matara al Infante Ligero. Eso la dejó de piedra, paralizada, y ni siquiera llegó a darse cuenta de que Rodriguez había abierto fuego con todo contra ese bicho.

Mientras el resto de mis compañeros estaban liberándose de sus ataduras por su propia maña o ayudados por otros compañeros. La sargento había terminado con los dos bichos obreros que habían conseguido colarse dentro de la nave. Cuando parecía que algo de calma estaba instalándose en la nave dentro de las circunstancias y Miller empezó a exigirme la devolución del arma que me había pasado, uno de los infantes ligeros abrió la compuerta posterior.

- Toda tuya.

Un "guerrero tigre" se abrió paso haciendo trizas al infante ligero y quedándose frente a las dos compañías que intentaban rearmarse y prepararse para salir. Ese extraño ser hizo que volviesen a mi los antiguos temores del combate, me había dejado paralizado.

Al aparecer el puto tigre me quedo unos segundos en shock, pero rápidamente los morita responden a la visita escupiendo fuego. Al ver que todos los infantes ya están espabilados y disparando me concentro en equiparme al completo, para luego tener el Hawkeye listo. Grito para que se me escuche por encima del estruendo de rafagas y impactos.

¡¿Sargento, nos quedamos aquí adentro de picnic o salimos de esta puta lata?!

Mantener las posiciones ECO!. Equiparos para el despliegue! Dice mientras da la espalda al tigre despues de mirarselo sin importancia, mucho infante con el dedo del gatillo muy flojo.

Alex se acerca hasta brocheta, y le alarga su arma golpeandole ligeramente con ella con el cuerpo. Comunicale al sargento de la gatling que se encargue del lado derecho del transporte, la eco nos encargaremos de la parte izquierda.

Seguidamente Alex va a su silla de la lanzadera y recoge todo su equipo.

Logro despertarme claro con todo este jaleo no se de que me extraña mis compañeros están en plena acción y sin hacer nada no me jodas veo que estoy todavía atado con el arnes debo de tratar de soltarme de aquí hacer lo posible por ayudar a mis camaradas 

Automáticamente, tras escuchar a Rivas, recogió todo su equipo, desactivó la energía del traje y... bueno, un bicho feo y que?, preparó su arma y dirigiéndose a Rivas -listo, te cubro-

El tigre, tras destrozar a aquel pobre incauto, no perdió tiempo y se lanzo sobre el resto de infantes en un esfuerzo por causar miedo y desorden en las líneas de tropas recién llegadas. No obstante los veteranos Frost y Rodríguez no sucumbieron al miedo y actuando con prontitud ayudados por Macreidi, lograron abatir e incluso destrozar al bicho tigre. Abatir a un tigre no era algo sencillo, esas cosas bien podían aguantar toda una ráfaga de Morita a quemarropa antes de caer, por ello, todos los infantes eran concientes de que las cosas podrían haber salido muy mal de no haber actuado rápido.

Las tropas, apresurándose a recoger sus cosas para estar listos, olvidaron en gran medida el agujero de la lanzadera en la cabina de pilotos. Por suerte White estuvo presto a actuar contra cualquier amenaza que de allí surgiese; y por esta acción, en cuanto un sorpresivo guerrero entro en acción, fue recibido por una lluvia de balas a quemarropa que lo hicieron caer a un mas rápido del tiempo que les tomo al resto de los infantes el darse cuenta de lo que había sucedido.

Con el tigre abatido, los infantes pudieron prestar mas atención a lo que había allí afuera, en aquella inmensidad blanca. Y lo que todos observaron fue una sola cosa, caos. Una copiosa tormenta de nieve caía desde los cielos de Galdonia VI impidiendo la vista a mas allá de 120m, lo cual parecía no ser mucho… si no se pensaba en que se estaba peleando una batalla.

Gritos y balas se escuchaban en todas direcciones dándole una intensidad mayor a la batalla que se gestaba ante sus ojos. En todas direcciones se veía una nube de bichos y infantes combatiendo cuerpo a cuerpo prácticamente, los bichos eran muchos y parecían apresurarse a atacar las lanzaderas apenas estas llegasen para evitar que las tropas de la federación se organizasen. De hecho a unos 100m de distancia, los infantes sin poder ayudar podían ver como más allá del mar de la batalla una lanzadera era abordada por cerca de 5 bichos guerreros al tiempo balas y gritos de dolor salían despedidos de su interior.

Cerca de la lanzadera, un contingente de más de 20 fusileros ligeros se habían organizado y avanzaban formando una línea de combate para brindar apoyo a las demás lanzaderas. Lamentablemente su avance se veía sumamente reducido al ser acosados desde los aires por gran cantidad de bichos. Si los infantes del escuadrón Eco y Gatling esperaban una amena recepción, quizá era el momento de empezar a quitarse esa idea de la mente.

-Tranquilo soldado- respondió la voz característica del teniente Hammer quien había tomado la comunicación –todo esta comprometido, no hay porque hacer alarde de ello- indicó con suma tranquilidad mientras se percibía que donde quiera que estuviera había también un intenso combate y muchos gritos.

-Formen un perímetro y ayuden a los heridos. Concéntrense soldados, han entrenado para esto, ya saben que hacer, el miedo solo los acercará al fracaso- clamó el teniente a sus tropas al tiempo que retomaba las comunicaciones. -Indíquele a la sargento Odonell que se movilice con su escuadrón asaltando a los bichos que acechan las lanzaderas, hay que organizarse cuanto antes. Indique al sargento Gallagher que haga lo mismo y que no se alejen demasiado los escuadrones entre si para que puedan apoyarse de ser necesario-. Concluyó el teniente cortando la comunicación tras un abrupto cambio y fuera.

Brocheta cogió el rifle que le acababa de dar la sargento- ouch -dijo bromeando ante el golpe y después salduó- a sus órdenes, jefa -y con el equipo preparado, se fue a informar al sargento de la Gatling cuando recibió comunicación del mando.

-De acuerdo, señor. Corto -dijo por el comunicador y se giró de nuevo hacia Odonell- Jefa, tenemos órdenes -dijo- tenemos que formar un perímetro y asaltar a los bichos que acechan las lanzaderas y que no nos alejemos mucho los ECO de los GATLING -dijo McAllen, antes de dirigirse hacia el sargento de la Gatling.

-Sargento Gallagher -dijo, pero le vio que estaba algo aturdido por lo ocurrido- mierda, piensa, quien era el siguiente, quien, quien... ¡Frost! -y empezó a buscar al cabo que lo había visto junto a la entrada con Rodriguez- Cabo Frost, tengo órdenes y su sargento parece estar aturdido -dijo señalando al sargendo de la Gatling- tenemos que formar un perímetro y asaltar a los bichos que acechan las naves. La sargento Odonell con la Eco se hará cargo del flanco izquierdo del transporte, encargaros vosotros del derecho como con ese Tiger, ¿vale? -sonrió ligeramente.

En realidad no había tenido mucho trato con Frost, pero sabía que había sido miembro de la ECO en el Fuerte Helado- y quizás deberíais de espabilar a vuestro sargento -dijo señalándolo de nuevo.

Miller estaba equipado y listo, había órdenes claras y mucho trabajo que hacer. Hasta ahora y pese al kaos de la situación, se estaban comportando, funcionaban como una unidad. Mientras esperaba a que la Sargento Odonell repartiese órdenes a la misma velocidad que repartía plomo, comenzó a hablar a su unidad dando premisas básicas.

Muy bien micos, ya sé que este descenso es una cagada, pero vamos a hacer las cosas como Dios manda. No quiero que nadie abandone esta lata hasta que el estandarte este desplegado y ondeando. 

Maynard, White, en cuanto salgáis quiero que marquéis objetivos para el pelotón, ganaros el pan exploradores.

¡Uhha! exclamó el técnico mientras el enorme y letal tiger se desplomaba lleno de agujeros humeantes en su quitinoso cuerpo Buen trabajo Rodríguez... Hablaba en un tono un tanto eufórico, mientras le lanzaba una sonrisa cómplice a su ex-compañero de la Eco. Ese tiger vale un par de cervezas, seguro recordaba como el soldado de apellido latino siempre se encargaba de organizar apuestas y repartir premios entre los que cazaran muchos bichos o bajaran bichos gordos. Estaba sumido en ese pensamiento cuando McAllen se le acercó con noticias...

Cabo Frost, tengo órdenes y su sargento parece estar aturdido -dijo señalando al sargendo de la Gatling- tenemos que formar un perímetro y asaltar a los bichos que acechan las naves. La sargento Odonell con la Eco se hará cargo del flanco izquierdo del transporte, encargaros vosotros del derecho como con ese Tiger, ¿vale? -sonrió ligeramente.
 

Frost respondió con un gesto de asentimiento, que le derritió la expresión de disfrute que había adquirido al destrozar al bicho. Dándole una palmada en el hombro al consejero táctico de la Eco y disponiéndose al instante a hacerse con su equipo de campo, al tiempo que elevaba la voz, con la intención de que ningún infante de la Gatling desoyera las órdenes que estaba impartiendo. Hay que asegurar el perímetro soldados ajustó las correas de su mochila, y comenzó a colocarse la bandolera la puerta trasera es nuestra señaló con los dedos índice y mayor la compuerta trasera, que todavía estaba cerrada, al tiempo que se dirigía a ella ya pertrechado, buscando con la vista los controles de la misma. ¡vamos a salir en una formación en falange de seis*! inspiró, dando un instante para que lo entendieran ¡primero Rivas y Mc Nillon, detrás Stukov y Llwelyn y finalmente Vandel y Taylor para asegurar el espacio aéreo! su voz intentaba ser lo suficientemente clara para todos, además de recordarles todo lo que habían practicado tanto, que ahora tenían que usar contra enemigos verdaderos. En el instante en que se abra la compuerta los quiero saliendo, sin retrasos y ordenadamente: se observa y se dispara a discreción, no quiero ni un solo infante ahorrando munición.

Respiró unos momentos, mientras estaba ya listo para abrir la compuerta y comenzar con la maniobra. Mía, quiero ese equipo de comunicaciones funcionando cuanto antes, necesitamos tener un canal permanente con los mandos superiores y no vamos a disponer todo el tiempo de McAllen. Lanzó una mirada al médico del escuadrón Tarcus, quiero que ya mismo estés viendo la situación del Sargento. Mientras decía estas palabras abría la compuerta, para que los demás infantes comenzaran a limpiar los alrededores.

-Mc Nillon, me encargo de la parte derecha de la puerta- digo mientras me pongo en posición. El cabo se dispone a abrir la puerta y los nervios me atacan.

-Joder joder joder...que no haya bichos ahí fuera...

La puerta se va abriendo y cegado por los nervios salgo directamente en busca del primer objetivo para disparar. Todo es un caos, es terrible, hay bichos por todas partes y disparo, simplemente disparo sin ver cual es el mejor objetivo...

Claro Contestó a Llorens, levantando el arma, y apuntando al agujero, dándole tiempo al Soldado de 1º volver hasta su posición. En cuanto volvió, mantuvo el arma en alto, en posición de disparo, hasta que Llorens se ocupo de la posición. A servir. Contestó al Soldado, mientras se giraba hacia Vandel, cuando lo llamó. En cuanto salgamos de esta puta lata ya tienes compañero de baile. Contestó, levantando el pulgar hacia el explorador.

Miró al Sargento. Joder, está totalmente acojonado... Como no despierte pronto vamos a estar bien jodidos... Y, en ese momento, Frost comenzó a hablar. Comenzó a dar órdenes, con buena organización, precisas y hablando con propiedad. Aspiró con fuerza, oliendo el aroma a tabaco que había dentro de su casco, y caminó hacia la puerta asignada, colocándose detrás de McNillon, dándole un toque en el hombro para indicarle que estaba detrás de él. Stukov en posición. Me encargo del lado izquierdo, Llywelyn. Informó a su compañero, preparando el arma.

Se sale, se mira, se apunta y caña al bicho. El último es una puta y paga el tabaco del resto del mes. De puta madre. Vamos a por todas. Pensó, esperando a que salgan McNillon y Rivas.

Callagher vio como los hombres derribaban al Tiger todavía algo conmocionado, sin darse cuenta miro alrededor y luego sintió como si uno de esos bichos se le hubiera tumbado en el pecho, le costaba respirar, se llevo las manos al cuello tratando de poder conseguir un poco de aire y entonces de dio cuenta de que nisiquiera estas le respondían bien, cerca de el escucho a uno de la Eco y a varios de sus hombres comentar sobre el. hizo acopio de un poco de fuerza de voluntad, cogió su arma del suelo y luego fue a por su equipo una vez con todo se unió a su Cabo Frost.

-Cabo, informe

Hans sonrió al gesto de Stuckov y se dirigió a la puerta mientras escuchaba las órdenes que impartía el cabo Frost- Sí señor -dijo, buscando con la mirada a Taylor- Yo cubro arriba derecha, tu encárgate de arriba izquierda, ¿de acuerdo? -preparó su rifle de explorador y se preparó para salir a ese mundo de caos y destrucción, respirando lenta y profundamente para calmar sus nervios antes de empezar a repartir amor de morita.