Partida Rol por web

McNillon se secó el sudor de la frente mientras soltaba un resoplido. Su rostro reflejaba la expresión de alguien que había realizado un buen trabajo. -Bueno, al final no ha sido para tanto.- Dijo en tono de broma a sus compañeros de tarea. Realmente entre todos pudieron cumplir sus trabajos en un tiempo más que aceptable. 

Pero la vida de un soldado no es fácil y no encuentra su merecida recompensa hasta que ha matado tantos bichos como para convertirse en alguien lo suficientemente relevante como para ser tenido en cuenta. Así que sin a penas una pausa, el teniente ya estaba reuniendo a los escuadrones Gatling y Eco para que subiesen de nuevo a los transportes. "De vuelta al frente." Pensó Jenkins con cierto aire de resignación. Él ya sabía sabía donde se había metido el día que decidió alistarse, pero ello no quita que inconscientemente se pregunte de vez en cuando donde estaría ahora de haber seguido otro camino.

El frente se mostraba distinto con respecto a la última vez que lo habían visto, y eso que solo habían pasado cerca de 30 minutos.  Gran cantidad de tropas se encontraban reunidas entorno a la línea del frente de batalla, en su gran mayoría, infantería de la federación. Había una amplia línea de infantería que seria la primera en avanzar y de entre la cual se encontraban ahora ubicados ambos contingentes de la compañía Sirius, tras ella había un par de contingentes de infantería que sin duda también verían acción. Algo más atrás se podía ver a las poderosas fuerzas de la artillería de la infantería móvil en la que se podían distinguir a la par de posiciones de disparo fijo (que presumían una gran variedad de armas), vehículos Gecko pesado y los ruidosos MLRS. Por lo pronto no se podía ver a ningún Marauder aunque seguramente los tendrían entre las líneas de reserva, justo detrás de las fuerzas de apoyo logístico.

Y de este modo, los infantes podían girar la vista a su izquierda o a su derecha lo único que veían era una interminable lista de infantes posicionados para la batalla. Cientos de tropas se encontraban allí reunidas en lo que hasta donde recordaban, debía conformar una fuerza cercana a los 10000 efectivos.

De lo primero que los infantes pudieron darse cuenta fue de que ambos escuadrones no pelearían juntos, había un par de escuadrones de fuerzas de asalto aerotransportado de la flota justo en el centro de la línea de combate. Por lo que habían oído apenas llegar, ciertos rumores apuntaban a que la flota había sido necia hasta el cansancio en que sus tropas fueran puestas en el centro en la primaria línea de combate a fin de demostrar su efectividad.

A la par de aquellas fuerzas de la flota, los infantes de la compañía Sirius combatirían con amplios contingentes de la infantería ligera y otros pesados que podían ubicar también en los alrededores. Justo frente a los escuadrones Eco y Gatling se encontraban también escuadrones ligeros del mismo nombre procedentes también de Sirius los cuales eran parte de los ya conocidos Gladiadores de Sirius. Así mismo los escuadrones pesados de Alfa y Beta del primer pelotón de la compañía Sirius también les hacían compañía siendo separados de los escuadrones Eco y Gatling solo por un respectivo escuadrón de infantería ligera.

Las voces de los soldados que intentando olvidar el nerviosismo inundaban los alrededores producían un efecto de tranquilidad y camaradería, el cual incluso los hacia sentir como si solo estuviesen practicando un simulacro, aunque lo cierto que todos eran concientes de lo que sucedería pronto.

Frente a ellos todo parecía tranquilo, a la distancia se podía ver a obreros y guerreros que merodeaban el frente vigilantes pero que no se atrevían a avanzar. Y esto más que nada era por la presencia de los Stalwart Bug Fiel Generator que hacían la función de una inmensa barrera de energía invisible que freiría a cualquier bicho que se acercase e incluso freiría a cualquier infante incauto que olvidara el poder de esas armas defensivas.

Aparentemente la barrera defensiva no tenía mucho de haber sido encendida en su totalidad pues apenas cuando los infantes de ambos escuadrones descendieron de los Geckos los tenidos estaban guardando sus herramientas de trabajo y ultimaban detalles menores. De hecho, justo ahora se les veía alejarse a pie entre las líneas de infantería móvil despidiéndose con cierto pesar ante la noción de que muchos de esos infantes no sobrevivirían.

Algunos momentos depuse, ya para cuando los infantes habían formado filas y se encontraban relajados conversando y comprobando el terreno ligeramente rocoso que se presentaba frente a ellos, se escucho el fuerte rugir de las maquinas de guerra que parecían anunciar su despertar. El teniente Hammer, ubicado momentáneamente justo detrás de los escuadrones de asalto de la flota procedió a taparse los oídos casi por instinto, tal como si supiese exactamente lo que iba a pasar.

Unos pocos segundos después, apenas 5minutos después de la hora pactada para el inicio de la ofensiva que tendría que haber sido a las 21:30 horas, el estallar de los disparos de toda la artillería de la federación allí presente se hizo sentir con toda su fuerza. El suelo crujía y temblaba a sus alrededores mientras que la artillería continuaba con sus poderoso concierto cuyos desafortunados espectadores no eran otros mas que los bichos del imperio arácnido. En poco tiempo, tan solo la artillería terminase de descargar todo su poder la infantería seria lanzada al ataque para acabar con todo enemigo sobreviviente y avanzar hasta la zona B tal como se había planificado.

El "Doc" soltó un silbido de admiración ante tal despliegue de medios.

  -Así que aquí es donde vienen nuestros impuestos... dinero bien invertido he de admitir-

  Tras su frase de rigor miro en dirección a los superiores a la espera de que les dijeran que muevan el culo y ofrezcan la vida como buenos ciudadanos.

Entre charlas informales, pitillos, comentarios sobre si las chinches tenían huevos o no y demás berrea verbal para aliviar la tensión mientras marchaban a bordo del Gecko, este se paró y dieron la orden de salida del mismo. Stukov tomó su casco con una mano, y sacó de la pitillera un cigarro, que metio dentro del casco, suelto, y luego se colocó el casco, sellandolo. Ahora el interior del traje olería a tabaco, como a él le gustaba.

- La puta. - Comentó, al ver el inmenso despliegue de tropas. - ¿De quien es el cumpleaños? - Bromeó, tomando su arma y comprobando su estado una vez más. Stukov estaba seguro que el cabrón de intendencia les había jodido las armas, por que era imposible que tantas fallaran solo al comenzar la batalla. La próxima vez iría a la armería a pegar cuatro tiros solo para ver que la recamara expulsaba el casquillo como Dios manda.

Miró entonces al Sargento, esperando respuesta sobre que debían hacer. La mirada duró tan solo unos segundos, pues volvió am irar a su alrededor observando toda la maquinaría allí reunida, fascinado con aquel despliegue más propio de las peliculas que de la misma realidad.

Cuando el primer cañonazo de la artillería dio al blanco, agachó la cabeza sin esperar aquel espectáculo de fuegos artificiales. Miró entonces las posiciones de las chinches, mientras las explosiones se dejaban ver. Como me gustaría un piti ahora para disfrutar del espectáculo...

Frost le dio unas palmadas a Stukov mientras ambos dejaban de lado el tabaco y volvían a colocar sus cascos de combate en posición. ¿Te vas a gastar todo el sueldo en cigarros? bromeó el cabo dejando la seriedad de lado mientras guardaba el desgastado zippo en el cinturón de combate. Observó por unos momentos al resto del escuadrón, intentaba adivinar cúales de ellos serían alimento de los arácnidos y cúales volverían como héroes a Sirius. Hay muchos soldados verdes... pensaba mientras observaba a Llywelyn y recordaba sus inocentes comentarios y el miedo que la había paralizado en la corta escaramuza que tuvieron en el descenso. En esos momentos sentía que una gran responsabilidad caía sobre sus hombros, no debía dejarse vencer, intentaba darles buenos consejos, pero todavía no estaba seguro como inspirarles valor.

Decidió alejar esos pensamientos y quedarse con el sabor a tabaco y la garganta seca que le duraría un rato, al menos hasta que comience la balacera y se movió junto al ruso para vovler a recibir el hielo y la nieve del asteroide que venían a limpiar. Se mantuvo junto a la puerta, asegurándose de que todos bajaran rápidamente, observando, dando algunos consejos a los que pasaban ajusta esa correa... las armas no están funcionando bien, chequea la recámara y el seguro... cuando pasó García la miró a los ojos y asintió levemente, como entendiendo algo más.

Mi mirada se pierde en el frente. Mi respiración es fuerte, algo acelerada pero dentro de los parámetros de normalidad, dentro de la espera del combate de nuestras vidas.

Esto es una batalla a gran escala. Miles de hombres dispararán al unisono cuando lleguen los bichos, más de 300000 disparos se realizaran en un abrir y cerrar de ojos. Cualquiera diría que con eso bastaría, pero no.

Me mantengo en mi mundo, activos los sistemas de visión para comprobar que todo va bien, activo la potencia del traje...soy de la infantería pesada y estoy en una linea de combate salvaje. ¿Qué se supone que debemos hacer aquí?¿disparar?. Un niño puede disparar un arma, vaciar el cargador y poner otro hasta cansarse.

-Somos un desperdicio aquí...-digo y me digo en voz baja. Estoy ansioso como el que más, pero en campo abierto en algo así, todo nuestro potencial desaparece repentinamente.

Pienso demasiado y quiero entrar en acción. Pienso demasiado y estoy cabreado y feliz por estar aquí.

El Cabo pasa junto a mi y me dice que me indica que me fije la recámara y el seguro. - Si Señor. - Tomo nota de eso verificando rápidamente ambas cosas y viendo que está todo en orden quedando más tranquilo. Pero noto que ahora con dos lanza-misiles cargados más el lanza-granadas y la morita se complica un poco bastante llevar todo. Paso el misil a la Javalin y la guardo donde estaba el Longbow con este último en mano me acerco a Taylor. - ¿Me haces un favor? Veo que no vienes tan cargado como yo y necesito que alguien lo tenga encima porque si lo pierde me van a matar. - Lo extiendo esperando que me haga el favor pero de espalda a mis superiores por si no les gusta lo que ven.

Me bajo del Gecko y observo el despliegue junto con Amanda posicionándome en fila como mis compañeros. -Empieza la fiesta....- Susurro con una sonrisa en mi rostro. Eramos bastantes pero los enemigos también, si nos lo montábamos bien, saldríamos todos de una pieza, o eso esperaba, más bien. El cabo indica revisar armas, pero yo ya lo había hecho en el Gecko así que obvio la orden, el cabo Llorens se me acerca y me pide si le puedo llevar el lanza-pepinos y asiento con la cabeza. -Claro tío, no te preocupes.- Afirmo colgándomelo en la espalda. -Esta vacío no? No quiero que me estalle ésto.- Bromeo soltando una ligera carcajada.

El suelo vibra y pequeñas piedras se mueven cuando la artillería lanza sus salvas, eso indica que pronto desactivarán la cerca que zumba por la estática de la electricidad y empezará la batalla. 

Me llevo la anilla a la boca y me agacho un momento a coger un puñado de tierra y la huelo. -Huele a victoria.-

Gallagher se quedo mirando el espectáculo, por muchos bichos que aniquilasen todavía quedarian mas, siempre seria de una proporción de 10 a 1 en el mejor de los casos...con todo lo que ello conllevaba, aquello siempre ofrecía una perspectiva desoladora, que le hacía preguntarse si era el mas adecuado para el mando. 

Con el semblante impertérrito como siempre, pero con unos nervios demasiado intensos bajo la fachada, Hans bajó del gecko y se puso en posición. No le gustaba nada esa forma de combatir. Él era un explorador, adelantarse, observar y avisar, esa era su función, no mantenerse en una línea de batalla en la que su arma no tenía tanta cadencia de fuego y sus habilidades eran inútiles.

Esperaba bastante ansioso y pendiente de cualquier cosa que no fuera algo normal, asegurándose de que tenía el arma con el cargador lleno antes de poder pensar en lo que tuviera que disparar.

Al menos el ansiolítico que le había dado "Doc" le había calmado el tick nervioso que le había surgido durante el viaje.

Todo estaba siendo mucho más intenso de lo que él quería reconocer, así que aferró con un poco más de fuerza su morita mientras se preparaba por si alguno de esos bichos que estaban siendo bombardeados intentaba pasar la barrera de energía por encima, ya sea saltando o volando.

Al llegar a sudestino, todo parecía que no iba con ellos no daba la sensación de que estaba a punto de empezar una de las mas grandes ofensivas contra los bichos, una de tantas, como otras veces la federación había anunciado. Lo que si estaba claro es que era el momento, y los recursos parecía que era cierto de una vez por todas.

Los geckos dejaron de moverse, y a poco tiempo los cañones empezaron a rugir. La infantería empezaba a anunciar que estaban ahí, era claro que el ataque era inminente, comprobó por última vez sus armas a la espera deque los mandos dieran las instrucciones necesarias. Mientras esperaba echó un vistazo hacia el perímetro intentando encontrar algo entre la ventisca helada en la que estaban metidos.

me quede junto a Franz todo el tiempo... me hacia sentir mas tranquila el tener a alguien mas experimentado cerca de mi... cuando el me dice lo de la "fiesta"... levanto mi arma y el sonrio repitiendo lo que el me dijo antes... -... "hora de la fiesta Franzis"...-

me ajuste el casco al tiempo que le pregunto... -cuantas veces has estado en combate Franzis??...- escucho l que me dice mientras oigo instrucciones y asiento con la cabeza a los superiores... entonces me formo al lado de Franz...

respiraba hondo para hiperventilarme lo suficiente para no sentir tanto temor... llegaba la hora... y solo esperaba en silencio a que el cielo se nublara sobre toda la infanteria movil... -joder... no traje mis cigarrillos...-

Amanda me pregunta cuanto he estado en batalla. -Uffff... Éste no es el primer rodeo, aunque no llevo la cuenta. Simplemente me alegro de seguir vivo y seguir repartiendo plomo para que la guerra acabe.... aunque si es así nos quedamos sin trabajo.- Sonrío sacando la lengua.

Golpeo de forma suave mi cadera con la suya. -Todo saldrá bien, no te preocupes.- La guiño un ojo.

le devuelvo una sonrisa a Franz dandome confianza -a joder bichos...-

-Por cierto, se me olvidaba Amanda.- Le digo sacando un paquete de cigarros y poniendo dos en mi comisura de lso labios. -En cuanto empiece el Rock&Roll tíralo, no es bueno que te de el humo en los ojos y te dificulte el disparar.- Le aconsejo encendiendo ambos cigarros y dándola uno.

El fuego de artillería se intensificó hasta provocar que la sensación de frío se disipara por completo. Con una duración superior a los tres minutos y el apoyo orbital de la flota, el bombardeo fue de tal intensidad que parecía imposible que algo hubiese salido de allí vivo, y eso sin pensar en si estaba entero o no.

Y a pesar de todo ello, una considerable cantidad de bichos aéreos surgieron desde detrás de la ardiente columna de humo para lanzarse sobre sus posiciones. Las moritas estaban listas para entrar en acción y la barrera de energía seguía dándoles cierta protección, aun en aquellas circunstancias. El rugir de intensos motores se escuchó entonces en los cielos, los cazas Thunderbolt de la flota habían llegado en el momento justo para prestarles la cobertura aérea necesaria.

El bombardeo había terminado y la hora de avanzar había llegado, en segundos la barrera de energía se apagaría y entonces llegaría su turno.

El  doc. formo con el resto del escuadrón buscando una posición táctica donde fuera a resultar útil, su habilidad disparando no era de la mejor y tenia que estar pendiente del estado de los demás así que se mantuvo en la retaguardia donde podría ver bien quien necesitaría asistencia medica.

    En cuanto las luces se apagaron vio como todo el mundo emprendió la marcha de aniquilación y el tenia que aportar su granito de arena, movió los pies y atento al primer signo de movimiento masivo tenia el dedo listo en el gatillo para entorpecer los movimientos de los bichos.

El sargento repitió las ordenes impuestas, era el momento de hacerse valer.

-Adelante señores, sin prisas pero sin pausa.-dijo prestando atención a los demás escuadrones para mantener el ritmo de la marcha

mientras iba corriendo empezó a pensar en las ordenes del teniente Hammer, y en el comodín del ataque orbital

-Mia ¡atenta!-dijo preocupado pues que no se le oyera o que no le escuchara a tiempo la petición de A.O podría tener consecuencias desastrosas.