Partida Rol por web

La Larga Búsqueda: In Vitae Veritas

La Oscuridad de Rosalía

Cargando editor
30/12/2013, 19:39
Thomas Daister

El Ventrue apenas pudo soportar la mirada suplicante de Rosalía.

-Ojalá pudiera... Pero ¿Cómo restaurarlos si yo tampoco los recuerdo? Francamente, me da miedo volver a trastocar tu mente. No quiero arriesgarme a cambiar algo que no debiera y creo que tú tampoco querrías... Quizás cuando sepamos más... Dices que Audax ya consiguió la Corona. ¿Cómo lo sabes? Los Giovanni mencionaron un clavo. Querían negociar con los Tremere....

Cargando editor
30/12/2013, 20:00
Rosalía Caeiro

Rosalía asintió bajando la mirada a su regazo. Thomas tenía razón al ser prudente, pero no quería ni imagimarse viviendo para siempre con un vacío semejante en su memoria.

-Lo sé porque lo recuerdo. Yo tenía la Corona y Audax me la pidió... Y supongo que se la di -no quiso mirar a Thomas-. Un clavo? Puede ser el tercero, o uno de los dos con que fue forjada la Corona. Quizás esté incompleta, o quizás los Giovanni pretendían un intercambio. Anoche antes de salir de la cripta les robé esto -sacó de su manga el medallón-; Audax lo llevaba en mis últimos recuerdos.

Cargando editor
30/12/2013, 23:52
Thomas Daister

-¿Se la diste? -murmuró pensativo-. 

Ha de haber una explicación. No puedo desconfiar de ella. ¿Verdad? ¿Y si me ha manipulado todo este tiempo? No.

Entonces, cuando Rosalía le enseñó el medallón Thomas sonrió sorprendido.

-El medallón de los Lupinos -dijo. Entonces miró a Rosalía-. Verás, aquella noche, cuando ayudamos a los Licántropos en el bosque... ¿La recuerdas? Vosotros salisteis de la tienda de su jefe y yo me quedé a hablar con él... el caso es que me entregó ese colgante. Se supone que -pareció dudar sobre si revelarlo todo-... se supone que con él quedas identificado como un aliado para esas bestias de piel humana... Al despertar en Viena ya no lo tenía. Supuse que los Tremere se lo habían quedado... y no me equivoqué... Y ahora, curioso destino, vuelve a nosotros.

Notas de juego

Recuerdas la noche de la que te habla, porque es una noche entre 1080 y 1300. Se supone que de ese periodo habéis ido recordando durante la crónica anterior.

Cargando editor
31/12/2013, 00:16
Rosalía Caeiro

Volvió a mirar el medallón en su mano y sin quererlo frunció el ceño. Recordaba aquella noche, y de alguna forma la consolaba saber que eso, al menos eso, habían logrado recuperarlo de las garras de los Tremere.

-Es tuyo, entonces -dijo tendiéndoselo. Después permaneció en silencio, pensativa. -¿Yurev y Francesco? -preguntó por fin-. ¿Sabes dónde están?

Cargando editor
31/12/2013, 00:32
Thomas Daister

Thomas cogió el medallón y lo sopesó, después se lo devolvió a Rosalía.

-Si el medallón ha estado en poder de Audax aún puede revelarnos información -dijo poniéndolo en su mano-. Cuando estés preparada... No sé dónde están Yurev y Francesco. Al lombardo lo vi en un recuerdo. Creo que nuestro propósito era escondernos sin conocer los paraderos de los demás... Pero según las cartas que me ha enseñado Oana yo... debí obligarte a que me dijeras el tuyo... Lo siento... 

 

Cargando editor
31/12/2013, 00:49
Rosalía Caeiro

Rosalía arqueó las cejas y desvió la vista. No le apetecía discutir con Thomas esa noche, y tampoco sabía si que hubiera hecho aquello la enfadaba o no. Contempló el medallón un instante y lo guardó de nuevo en su manga.

-Oana... -dijo como regresando de nuevo a la conversación-. ¿Recuerdas haberla Abrazado? -por fuerza hubo de hacerlo después de que ella la conociera en Buda, es decir, en aquellos años de los que no conservaban recuerdo alguno. Los mismos en los que ella debió de encontrarse con Christian Adler.

Cargando editor
31/12/2013, 09:30
Thomas Daister

Thomas la observó. De nuevo sus emociones se hacían inescrutables para el Ventrue.

-Es curioso -respondió-, pero sí recuerdo a Oana. Y no como fruto de esas imágenes que me asaltaron antes de despertar. Quien quiera que me borró los recuerdos se aseguró de que no la olvidara... o quizás yo se lo pedí... En cuanto a esas extrañas visiones. ¿Viste algo más, a parte de Audax y la Corona? Yo, vi algo muy extraño que no sé cómo encajar: Una mujer pelirroja y a ti entragándole una carta cerrada. Estabas triste. Ambos lo estábamos...

Cargando editor
31/12/2013, 11:43
Rosalía Caeiro

Al escuchar aquellas palabras Rosalía enmudeció, pero no apartó la vista de Thomas. En sus ojos podía verse la consternación.

-Creo... -dijo por fin-. Creo que Francesco murió.

Frunció el ceño, desvió la vista y se llevó una mano a la frente. No sabía cómo se sentía. ¿Triste? Sí, más de lo que hubiera imaginado, pero sobre todo rabiosa, por no poder recordar siquiera la muerte de un amigo y porque sin duda murió por culpa de la maldita Corona. Su esperanza de reencontrarse y viajar de nuevo juntos, los cuatro, acababa de desvanecerse. ¿Habría muerto también Yurev? Sentía la absurda necesidad de tomar aire pero el pecho no parecía responderle.

Cargando editor
31/12/2013, 11:54
Thomas Daister

-¿Qué...? ¿Por qué...? -dijo Thomas sintiendo que lo que decía Rosalía era cierto.

Su primer instinto fue apretar el puño. Quiso maldecir y golpear el colchón, pero entonces vio la consternación en los ojos de la Toreador y en lugar de eso se acercó y la abrazó. Sintió esa necesidad.

-Lo siento... lo siento -le susurró mientras acariciaba el pelo sobre su cabeza-. Saldremos adelante. NO dejaré que te ocurra nada malo... Saldremos de ésta y nunca volverán a hacernos pasar por algo así. Si decidimos escondernos fue para obtener ventaja. Y ahora... aunque creo que hemos despertado antes de lo previsto... ahora tenemos ventaja... 

Cargando editor
31/12/2013, 12:06
Rosalía Caeiro

Rosalía se refugió entre los brazos de Thomas, aunque sus palabras no lograban consolarla. Tal vez ellos tuvieran ahora ventaja, pero eso no devolvería la vida a Francesco. Él era quien menos merecía morir.

-Quiero destruir la Corona -dijo entre sollozos-, quiero que desaparezca.

Cargando editor
31/12/2013, 12:19
Thomas Daister

-Te lo prometo. Haremos que todos paguen por lo que nos han hecho -dijo. Rosalía pudo sentir la voz del Ventrue vibrando con rotundidad en el interior de su pecho.

Cargando editor
31/12/2013, 12:25
Rosalía Caeiro

Rosalía sintió que hablaba con sinceridad y decidió creer en aquella promesa. Era agradable saber que de nuevo tenía a alguien más fuerte que ella en quien apoyarse.

-Gracias... -dijo separándose un tanto de él. Con el dorso de la mano se limpió las lágrimas que habían manchado sus mejillas-. Cuando te recuperes... ¿qué haremos?

Cargando editor
31/12/2013, 12:30
Thomas Daister

Thomas miró a la Toreador y hubo de domar a la Bestia ante la visión del perfecto rostro de Rosalía teñido de Vitae. Conteniendo el temblor de su mano, acarició la mejilla de ella y la ayudó a enjugarse.

-Creo que deberíamos salir de la ciudad en cuanto podamos y encontrar un refugio que sea seguro, donde podamos ordenar las piezas que tengamos y meditar el siguiente paso. Oana dice que Toledo sería una buena opción... De camino ahí necesito que me cuentes todo lo que has averiguado... Por cierto. La dueña de la casa. ¿Quién es y por qué me habló de ese modo?

- Tiradas (3)
Cargando editor
31/12/2013, 15:05
Rosalía Caeiro

Sonrió levemente compadeciendo a Thomas.
-Lucita de Aragón -respondió-, es una Lasombra poderosa en este feudo. Éramos algo parecido a amigas, por lo que he sabido. Tú... No lo sé. Al parecer tuviste algunos desencuentros con ella. O todo lo contrario, según entendí por algo que dijo Oana. Sea como sea nos ha acogido y nos ha ayudado, y confío en ella. Sin Lucita probablemente no hubiéramos salido de Santa Engracia, le debemos mucho.

Notas de juego

Cargando editor
31/12/2013, 17:18
Thomas Daister

Thomas la escuchó atentamente. No le gustaba deber nada a nadie y su gesto así lo reflejo.  

-Si es como dices tendremos que entendernos con ella -dijo tratando de ponerse de pie. Pero el dolor lo detuvo y ahogó un quejido. Gruñó y volvió a intentarlo con mayor impetu, levantándose forzadamente de un salto y apoyando las manos en la cómoda. Se miró un instante en el espejo y comprobó el estado de la herida en su pecho-. Necisataré ropa. Estos pantalones tienen más de un Siglo. Puede que no lo hayan quitado todo, pero seguimos teniendo nuestra belleza y nuestra dignidad. Crees que Lucita podría dejarme alguna prenda digna?

- Tiradas (3)
Cargando editor
02/01/2014, 13:32
Rosalía Caeiro

Dejó que el Ventrue se pusiera en pie por sí solo, sabiendo que cualquier intento de ayuda heriría su orgullo.

-¿Qué criatura te hizo eso? -preguntó mirando preocupada la herida que le surcaba el pecho-. Seguro que Lucita te dará ropas, pero habrán de ser de sus criados a menos que quieras llevar un vestido -se forzó a sonreír-, y en cualquier caso no vamos a marcharnos hoy. Aún no estás bien.

Cargando editor
03/01/2014, 00:07
Thomas Daister

Thomas se volvió apoyándose en el mueble y bajo la vista hasta la herida.

-No lo sé, pero estoy bastante convencido de que por fuerza hubo de suceder poco antes de que entrara en el Letargo -supuso. Después la miró con algo de contrariedad-. Deberíamos partir cuanto antes. No sabemos nada de esta ciudad. Los Giovanni aún pueden tener mucho aliados aquí. Yo puedo curarme durante el viaje. Sólo necesito un par de noches y estaré como nuevo. Necesito sentir que hago algo. No puedo estar aquí languideciendo y no estoy dispuesto a permanecer tendido en esta cama toda la noche.

Cargando editor
03/01/2014, 01:49
Rosalía Caeiro

Rosalía torció el gesto pero no se opuso.

-Como quieras -dijo. No iba a preocuparse por Thomas si él mismo no lo hacía-. Voy a hablar con Lucita -añadió antes de salir.

Cargando editor
03/01/2014, 09:56
Thomas Daister

Thomas asintió y dejó que se fuera.

Cargando editor
03/01/2014, 10:00
Oana Radu

Al abrir la puerta de la habitación, Rosalía comprobó que Oana esperaba fuera de la habitación. Portaba unas vestimentas entre los brazos.

-¿Cómo lo veis? -le preguntó.