Partida Rol por web

 SIn más me dirigo hacia mis aposentos.

Buenas noches a todos!.Rosita,para mañana ten preparado un buen desayuo,despiertame temprano,si no me lenvanté más temprano de las 9,de la mañana.

DIcho lo cual me dirigo hacia mi lecho.

El clérigo camina pensativo a su alcoba luego de despedirse de sus compañeros, su voluntad quisiera ir ahora mismo a buscar a aquellos pequeños y sin embargo su mente le dice que es necesario esperar. De nada servirá un grupo débil a esos pobres, debemos ir preparados para lo peor... Nunca como aquel día se había sentido impotente, cuantas veces se vio imposibilitado para ayudar a sus compañeros, aquello no podía haber ido peor para él.

Al llegar a su cuarto lo observa detenidamente y se acuesta a descansar, mañana seria otro día...

La mañana siguiente el mago despertó temprano aun que no tanto como hubiera querido, lanzar conjuros arcanos era una labor que consumía mucha de su energía. Tranquilo se relajo para orar a su dios con el alma en paz, aquello debía ser una comunión entre ambos. Mystra, se que tu voluntad continua protegiéndome aún cuando tu presencia haya desaparecido para el resto del mundo, aún puedo sentirte en la magia arcana que conjuro y tu energía sigue fluyendo a través de mi cuando elevo mis oraciones a ti, desconozco a donde me llevará el camino elegido, pero sé que mientras aumenta mi poder, también aumenta la iluminación que alcanzo sobre tu desaparición...

-Buenas noches -digo también al marido de Rosita al pasar- Hasta mañana -me fuerzo a añadir para mis compañeros, antes de entrar en mi habitación y cerrar la puerta tras de mí.

Con la mano aún en el pomo de la puerta, suspira.
Los hombros caen, los ojos se cierran y, cuando se abren, los párpados cubren la mitad del ojo, como cansados.

Se gira y observa sin demasiado interés la habitación.
Por una pequeña ventana entra la luz de la luna.
Sobre la mesa hay una vela que Sejmet no tarda en encender.

Se quita el casco y lo deja sobre la mesa.
El pelo, algo largo, oscuro y rizado, cae sobre sus hombros, balanceándose en torno a su cuello durante unos instantes.

Deja la ballesta y sus virotes, que llevaba a la espalda, en una esquina de la habitación. Entonces se desprende del chaleco largo que porta sobre su armadura, y lo extiende a un lado de la cama.

No podré limpiar toda esa sangre con lo que dispongo aquí… -piensa con cierta molestia, mientras procede a despojarse de su cinto, con sus pertenencias y sus armas. Este lo deja entre la cama y la mesita, cerca de ella.

Por fin se sienta en el centro de la cama y comienza a quitarse la armadura.
Apoya cada parte que se quita en su regazo para limpiarla como buenamente puede con un paño y algo de agua y, cuando está limpia, la deja a su otro lado sobre la cama.

Cuando termina la recoge y la coloca en la otra esquina de la habitación, a los pies de la cama -que, como el cuarto es estrecho, queda bastante cerca de la ballesta-.

Qué descanso…

Recoge también el chaleco, que dobla y deja sobre la armadura, poniendo por último el casco sobre él.

Finalmente vuelve a sentarse sobre la cama y se descalza, limpiando por encima también las botas.

Luego sube las piernas a la cama, y toma el espadón, lo saca y pasa el trapo por todo él, aunque no está demasiado sucio, por las sacudidas previas a los envainados.

Un baño no vendría nada mal, no … -piensa con amargura, al ver que su túnica y ella misma también tienen motas de sangre y, sobre todo, suciedad.

Guarda la espada y comprueba los paños limpios que le quedan. Resignada, decide utilizar el mismo que ha usado para lo demás, al no quedarle más que uno. Con una de las esquinas aún no utilizadas del trapo, Sejmet se refresca la cara y lava sus brazos y manos. Por último, casi sin importarle ya lo sucio que pueda estar, lo pasa lentamente por la parte de atrás de su cuello –el pelo previamente apartado con un rápido movimiento de la otra mano-, con la cabeza ladeada y mirando hacia abajo, como si soportara un gran peso y eso lo aliviara.

Tras guardar el paño, Sejmet saca de su mochila el icono de madera de su dios.
Lo contempla unos instantes, la llama de la vela bailando en el reflejo del rostro tallado.

Hoy he presionado a un pobre anciano para que recuerde su dolor… Pelor, perdonadme…

La mano encierra el símbolo con fuerza, y la humana acerca su boca a la vela y la apaga de un soplo. Quiere sumirse en la oscuridad, la salvadora oscuridad que se lleva consigo la vergüenza… pero la luna, implacable, extiende su luz sobre su cama.

Sejmet, sobre la cama, se arrodilla. El icono en su regazo, es firmemente sujetado por sus manos.

Vos me ayudasteis hoy a no perder a un amigo; gracias a vos estoy con vida, lo sé… y quizá haya obrado mal, pero lo enmendaré, si me concedéis de nuevo vuestro poder…

Sé que protegeréis a esos niños hasta nuestra llegada, pero por favor… sabéis que mi intención no era mala… perdonadme… hacedlo por ellos… y haré cuanto pueda por salvarlos en vuestro nombre, mi amado Pelor…

La mujer se tumba de costado en la cama, aún sujetando el símbolo con su mano derecha, y recita la misma frase que siempre susurra, antes de acostarse.

Tu luz ilumina mis pasos, que mis pasos proclamen tu luz…

Dicho esto, guarda el símbolo en su mochila y se mete bajo la manta, cediendo al sueño reparador.

Intentad descansar, mañana será un día duro se despide amablemente de sus compañeros antes de meterse en su cuarto para sumirse durante unas horas en el trance al que los elfos llaman sueño.

Cierras los ojos y entras en tu habitual trance de noche. No pasan mas que las típicas cuatro horas cuando despiertas de ese trance que hace sentirte mas descansada y, que también borra el dolor de tus heridas de combate.

Todo está en silencio y la luz de la luna entra vagamente por la ventana, iluminando tenuemente la habitación... pero de pronto detectas unos pasos que cruzan por el pasillo y pasan frente a la puerta de tu aposento.

Al menos uno ya está levantado... así no tendré que desayunar sola... aunque es un poco pronto para ellos..

Una vez se ha desperezado, recoge sus cosas y sube a la taberna para tomarse un buen desayuno y así tener fuerzas para la dura prueba que les espera ese día

Te levantas y recojes tus cosas tras haberte colocado bien tus ropas. Subes los peldaños de las escaleras y esta vez no te encuentras con la posadera Rosita, si no con su marido: un hombre de mediana edad regordete y con pendientes en sus orejas. Te da los buenos días. No deja de mirarte, preguntandose una y otra vez por que no estás aún en la cama, pero decide guardarse la pregunta.

Antes que puedas mencionar palabra ves a aquel elfo salvaje de cabellos blancos está junto a la puerta del Bar, dispuesto a salir.

Cita :

Tras lo cual abre la puerta del Bar y sale al exterior..

Buenos días saluda al tabernero sería tan amable de prepararme el desayuno a mi también? pregunta mientras se dirige a una de las mesas. Al llegar deja sus bártulos a un lado y se sienta cómodamente.

Ya me parecía raro que uno de los chicos estuviese despierto a estas horas...

El elfo se acerca lentamente a los pescadores que faenan en el puerto, con la esperanza de conseguir algo de información sobre Oppol, a si que tras haberse situado tras los marineros dice:

Saludos caballeros, os auguro buena suerte para la faena de ésta noche, solo tengo una pregunta para ustedes ¿me podrían indicar donde se suelen reunir los piratas ladrones y demás gentuza de esa calaña? Si no es molestia. No piensen mal, solo busco una criatura que huyó de nosotros en el bosque y vino a parar aquí, y pudiera ser un peligro para el pueblo

Los pescadores dejan de hacer el trabajo cuando detecta una voz desconocida tras de ellos. Se cruzan de brazos y escuchan tu historia, que para ellos y por sus gestos no les parece mas que una simple farsa.

-¡JAJAJAJA!- Ríen señalando al elfo.

Uno de ellos se aprecia como tiene el ojo tuerto y está cubierto con unas pieles sobre su hombro izquierdo. Su cabello está recogido en un moño. -Dime, elfo, como es exactamente esa criatura que buscáis, ¿me la podéis describir?- Añade estás últimas palabras con cierto retintín, como si buscara una respuesta por parte de sus camaradas.

Otro de los piratas, es oriental, lleva dos katanas unidas entre sí en la espalda y contesta a la pregunta que menciona el "líder" antes de que lo pueda hacer el elfo. -Quisha ande buscando un jabalí..- Dice con un acento oriental.

Acto seguido echan a reír de nuevo mientras esperan a ver cual es tu reacción.

Tabernero:

-Buenos días- Dice con un sonrisa algo forzosa tras verte. A estas horas tampoco se le puede pedir mucho más, pero enseguida empieza a calentar leche en un cazo previamente depositado en unas asas junto al fuego.

Al instante entra en la cocina y al poco tiempo, empiezas a notar un intenso a olor a bollería recién hecha. -Espero que te guste la leche de vaca y los bollos de leche. Los hago yo jejeje..- Dice mientras sale de la cocina y se encamina hacia la misma mesa en la que te has sentado.

Te sirve un buen tazón de leche bien caliente junto a dos pequeños y dorados bollos. -Si necesitas alguna cosa más estaré ahí mismo. El hombre se retira tras la barra y da un trago de algo que seguramente le mantendrá despierto para matar el tiempo. Te mira detenidamente como si tuviera alguna pergunta guardada. Finalmente se atreve a abrir conversación. Dime, Srta. ¿qué se le ha perdido en un lugar como este a vos.?. No se ven muy a menudo a una manada de heróes como vosotros por aquí..-

Seguro que están deliciosos contesta con una educada sonrisa al comentario de que los ha hecho él mismo y un gracias cuando le deja el desayuno en la mesa.

No somos heores ríe aunque no muy alto para no despertar a los demás o al menos yo no me considero una heroína. Lo cierto es que vinimos para avisaros e intentar ayudar, porque encontramos una nota donde un chamán trasgo le daba órdenes a uno de sus lacayos de venir al pueblo a atacarlo y robar un objeto. Ya debe conocer el lío que se montó en la plaza del pueblo... pues se trataba de esos mismos trasgos... tras una breve pausa en la que aprovecha para comer un pocoEs cierto que se llevaron dos niños del pueblo durante la refriega?

Rápidamente el elfo desenvaina su espada, y apunta hacia la garganta del oriental, con un rostro siniestro mira fijamente a los ojos al pirata oriental. Yo que vosotros, no me reiría de alguien de pudiera mataros con un movimiento de muñeca, solo busco información

La criatura debería ser un reptil, pero, si necesitas más información, su nombre es Oppol.

Tabernero:

El tabernero escucha atentamente la historia que os ha traído hasta aquí. Sonríe por tener a uno de esos valientes guerreros que ayudaron a librar el cobate contra los citados Trasgos en la mañana anterior.

Él tampoco se quiere quedar corto y te cuenta algo, que quizá despierte tu atención. Apura las últimas gotas de su brebaje y continúa. -Pues voy a contaros algo jovencita. Evidentemente es una frase echa pues seguramente tu le dupliques en la edad. Fuí emboscado por esos Trasgos en las afueras de Zelbrros, junto al Bosque Terrible. Estaba acompañando a una caravana proviniente de Aguas Fuertes cuando nos atacaron. Los mataron a todos menos a mí. Yo sobreviví porque mientras luchaba contra ellos, tropecé y caí por un barranco, quedando inconsciente. Con nosotros venía cinco niños, hijos de los padres que venían conmigo. Se los llevaron..- Dice estas últimas palabras con cierto temor, aclarando tu posible duda sobre el secuestro de unos niños.

Cuando te desenvainas la espada y la punta de esta roza el gaznate del oriental, tú ya tienes otras dos espadas que apuntan a tu rostro. Son mayoría, con lo que te sientes en inferioridad a pesar del buen manejo de tu espada. No quieren pelea, no es su intención.

-Debes de reconocer que presentarte así y contarnos toda esa patraña no ha sido lo mas elegante por tu parte. Baja el arma si no quieres morir, somos mayoría- Sentencia el líder bajando una de sus armas y haciendo un gesto a los demás piratas para que mantengan la calma. Dirías que al ecuchar el hombre de Oppol parecen creerte.

El oriental te mira con malos ojos y roza las empuñaduras de sus katanas.

El líder vuelve a tomar la palabra. -Hay una casa, una Mansión en la Villa. Su propietaria es la Dama de Fuego, es la dueña de todo lo que ves aquí, los muelles, las tabernas, las casas, todo. Esperaros a que salga el Sol e id a hablad con ella, no te resultará dificil encontrar la Mansión es el edificio más alto-

Lamento escucharlo... pero bueno hoy partiremos en busca de esos niños así que, si los dioses están con nosotros, les traeremos de vuelta sanos y salvos... contesta antes de comer otro poco

Tabernero:

-Es un placer escuchar eso que decís, espero que tengáis suerte y consigáis encontrarlos. Los padres de esos niños deben de estar muy preocupados- Se pasa un trapo por las manos para aclararselas y luego cuelga el trapo en su hombro.

Hace intención de meterse en la cocina. -Voy a preparme un poco más de té, si quieres algo más estaré en la cocina..- Te dice con una amable sonrisa, dejandote a tus anchas para que desayunes a tu ritmo.

De acuerdo contesta finalmente antes de dedicarse de lleno a su desayuno

El elfo guarda su espada a la espalda y hace una leve reverencia a los piratas. Siento mucho las molestias causadas caballeros, espero poder recompensaros algún día, a pesar de lo que dice la gente de vosotros, los piratas, no soy tan mala gente como se dice, al contrario.

Minsk camina de nuevo hacia la posada, vigilando su espalda. Una vez allí, desayuna, y espera a que Querelar despierte