Partida Rol por web

Dependiendo de dónde se encuentre uno, oirá distintas versiones sobre dónde comienza y termina la Frontera Salvaje. Aguas Profundas considera como tal todo el territorio situado al este y al norte de sus murallas. Los mercaderes de Puerto Cálim creen que todo territorio situado al norte de Tezhyr pertenece al bárbaro Norte. Pero en la mayor parte de las definiciones, el Salvaje Norte tiene como límite al sur una larga línea que va desde la costa a través del Vado de la Daga y las ruinas de Dekanter hasta Anaurokh. Las fronteras al norte están marcadas por el Espinazo del Mundo y lo que hay más allá.

El Norte atrae aventureros y colonos. Los aventureros se introducen en las cavernas de los enanos y las fortalezas drow y exploran misteriosas ruinas de antiguas culturas, mientras que los colonos buscan nuevas e indómitas tierras, nunca antes pisadas por los hombres, para iniciar una nueva vida libre de leyes, tasas, impuestos y las miradas y murmullos de sus entrometidos vecinos. El Norte se conoce por muy distintos nombres, según el lugar de Faerûn en el que nos encontremos y el viajero que nos esté hablando, nombres utilizados de forma intercambiable en este texto, a saber: el Bárbaro Norte, las Tierras bárbaras, la Frontera, el Norte, el territorio bárbaro norteño, la Frontera Salvaje, el Norte de la Costa Salvaje, el Salvaje Norte y las Tierras Salvajes. Muy cerca queda también un misterioso Valle de la Sombra.

Regresaste a al taberna tras asegurate de que Emperador se encontraba en buenas manos. Allí bebiste y comiste algo, hasta te sobró tiempo para descansar un rato más y recuperar el cansancio tanto fisico como mental.

La mañana llegó sin antecedentes, Argus te despertó como hacía habitualmente y decidiste salir temprano del lugar. Suponiendo que el resto de tus compañeros, saldrían de la ciudad no mucho más tarde que vos. El pueblo se encontraba tranquilo, por lo que te encontraste muy cómodo al abandonar el lugar.

Ya tras sobrepasar el portón, viste una silueta conocida; Gárret, el mediano.

Al parecer parece que se marcha, sus pies avanzan por un estrecho sendero y si nadie, en este caso tú, le dice nada parece que marchará él sólo..

Tras la cruenta escena vivida en la Plaza central, decidiste no perder tiempo y salir de la ciudad cuanto antes. Con la mirada buscaste un estrecho sendero a la luz de las estrellas, allí se encontraba un pequeño edificio en ruinas, muy cerca de los muros de Aguas Fuertes.

Te sumergiste en el interior de las ruinas para vencer al traicionero frío, y de paso para descansar tanto fisica como mentalmente.

La mañana llegó temprano, cogiste tus cosas y marchaste por esa misma senda que te conduciría hacia la Frontera más peligrosa de todo el continente.

Limpiaste la zona de la herida, que más bien era un rasguño superficial aunque bastante feo. Con agua caliente, paños y algo de alochol es más que suficiente, después cubriste la herida con una venda limpia y el tiempo haría el resto. Hima te dió las gracias de nuevo.

Hubo un silencio bonito acompañado de una mirada de ojos, Hima se acercó a tí, seguro del siguiente paso que quería dar. Enredó sus dedos por detrás de tu pelo y rozó sus labios con los tuyos. Hizo una breve pausa para abrir los ojos y percibir si tú también lo deseabas tanto como él. Si así era, Hima rozaría tú nariz y se iría retrepando hacia el lecho entre besos. Pasaría lo que quedara de noche junto a tí.

Un mediano como tú era muy dificil que tuviera sueño, además nunca tenías problemas en dormir en mitad de un bosque plagado de lobos, por lo que dormir era el menor de tus problemas.

Junto a Grifo fuiste a la Casa Señorial con la Gnoma capturada y su perro. Antes de ir en busca de Miyanuviel, Grifo te propuso comer algo en el comedor junto a la "prisionera". Hablastéis de casi todo y cuando el Sol ya entraba por las ventanas Grifo se levantó de la mesa para ir busca de la elfa Miyanuviel.

-Vamos, es por aquí- Dijo.

Tocó una de las puertas que formaban un largo pasillo de aposentos y esperó a que la elfa abriese la puerta.

De pronto sales de esa terrible pesadilla, y aunque parezca mentira aquella criatura consiguió desgarrarte en más de una ocasión. Lo que cuesta de creer es que tus ropas están desgarradas como si ese sueño tuviera tintes de realidad. Lo último que recuerdas es que sacaste el medallón de tu Dios y el espectro quedó cegado, aunque no recuerdas del todo que ocurrió allí..

-Toc, toc... toc- Unos puños golpean sonoramente a tu puerta, los cuales han sido los responsables de tu desvelamiento.

Regresaste a la taberna tras tener un pequeño hincapié con el encapuchado Aslan, que destapó su secreto para tratar de reunir un grupo lo suficientemente valiente como para ir en busca de unas "Cenizas Sagradas, que supuestamente salvarían a su padre y aun viejo amigo del propio Aslan. La verdad, no te importó demasiado lo que tuviera que hacer ese chaval.

Allí bebiste y comiste algo, hasta te sobró tiempo para descansar un rato más y recuperar el cansancio tanto fisico como mental. La mañana llegó sin antecedentes, aunque tuviste un extraño sueño con una esfinge y sin saber muy bien porqué te habías despertado con unos músculos extrañamente más fibrados y fuertes.

La taberna se encontraba tranquila, por lo que te encontraste muy cómodo al abandonar el lugar tras haber desayunado un par de bollos con leche reciente. Rosita te dió una carta que llevaba escrito tu nombre en el reverso antes de salir.

 El joven toma la carta y asiente.

 - Gracias Rosita, por cierto ¿Quién es el remitente, viste quién la dejó?

 Mientras pegunta el joven se sienta en uno d elos altos taburetes pegados a la barra y repasa el contenido de la nota, leyendo para sí mismo.

Rosita te contesta mientras pasea un trapo por la barra para limpiar los restos de desayuno y demás.

-No quiso decir su nombre, además, añade, tenía una capucha y ropas de aventurero muy ajustadas. No sabría decirte con seguridad pero diría que era una mujer. Vino esta mañana temprano y se fué.. La mujer de grandes pechos te examina y con confianza, ya que te ha visto multitud de veces por aquí se atreve con una pregunta:

¿Va todo bien?-

 Al escuchar la descripción que hace Rosita, Querelar deja de leer al instante mientras el corazón le de un buelco y la mira directamente a la cara. Estudiando sus gestos. A pesar de su voluntad, una media sonrisa aflora en sus labios. ¿Será la Dama? De forma distraída acaricia un colgante que tiene bajo la ropa.

 - No, no todo bien, gracias Rosita.- Dice para volver a leer la nota con renovado interés. ¿Será ella?

 Pasado el tiempo y tras releer la nota comenta.

- Por cierto, no sabrás algo acerca de aquel elfo que me acompañaba, Minsk. Hace tiempo que no sé nada de él.

Me levanto un tanto extraño y eso se nota por el brillo que emana mi cuerpo.Otra vez la magia innata de Racalín ha crecido en él,seguramente se deba al contacto que ha tenido con la gnoma.

Oh vaya...uhjijijiji...todos alucinan ante el ataque paranoico de Racalín,pues lo normal habría sido decir:buenos dias.

Uf,qué subidón..qué hay de comer?,le pregunta a la Gnoma,¿cómo te llamabas...?,sonrio de oreja a oreja.ANtes de que me responda,vocalizo una palabra arcana y en pocos segundos asumo la forma de la Gnoma*,pero con mis ropas y demás.**

Nunca ha dormido demasiado y este día no es una excepción. Así pues, la primera luz del sol y los ruidos del exterior terminan por despertarla a una hora temprana. En un primer instante se encuentra algo desorientada, pero esa sensación pronto desaparece al recordar lo sucedido la noche anterior..

Lentamente, para no despertarle, se gira hasta quedar en una posición cómoda y verle dormir mientras medita acerca de lo ocurrido y lo que ocurrirá..

Claro está que algo hay entre nosotros, pero no seas tonta... tú tienes una misión que cumplir y él sus obligaciones en el pueblo ahora que Hojaflecha está herido... no nos acompañará... con cariño acaricia su rostro dormido en un gesto que es tanto de afecto como de resignación Que sea lo que deba ser...

Aunque no lo pretendía su gesto despierta a Hima y cuando éste abre los ojos Methgar le saluda con voz suave Buenos días... y una sonrisa

<<Me gustaría decirte esto en persona, pero no sería muy diferente a lo que vas a ver en estas líneas; Me llamo Leia, me conocerás más como La Dama de Fuego y más bien soy una mujer de pocas palabras. Simplemente quería daros las gracias por todo lo que hiciste por mí.

Gracias a lo que hicistéis he vuelto a abrir los ojos y me siento más fuerte que nunca. Voy a buscar al maldito que ordenó que me cortaran la lengua. No sé el lugar, por el momento.

Si te preguntas por que escribo esto, es porque no sé si podré hacer esto sola. Quizá puedas encontrarme en Aguas Profundas.

Mára Mesta*

L.>>

No se interesa demasiado en un principio por el interés de saber que hay escrito en esa nota. Sin embargo no deja de quitarte el ojo encima, al fin y al cabo es una mujer y a todas les gusta el cotilleo.

Sin más, contesta a tu duda sobre el elfo:

-Oh, creo que he visto demasiados elfos pasar por aquí.. lo siento no recuerdo ese nombre. Siente no ayudarte, a lo que añade. Aunque podrías preguntar a los pescadores, ellos lo saben todo de por aquí...- Ríe jocosa.

La Gnoma se queda con las aruqeadas hacia abajo al copiarle su aspecto. -¡Bah, eso es muy sencillo de hacer!- Ríe divertida, pero la impaciencia le puede rápido y comienza a pegar patadas a la puerta hasta que la abran.

-Maldita puerta, ¿porqué no se abrirá?- Murmura.

Dandose por vencida dice su nombre:

-Marpilla. Me llamo Marpilla.. ¿no tendrás algún truco para abrir la puerta verdad?- Te pregunta despacio, sin que Grifo llegue a escucharlo. El cual se encuentra de espaldas a los dos, mirando "vuestro juego" pero sin prestar demasiada atención.

Por segunda vez unos nudillos, que parecen ser patadas golpean con fuerza a la puerta:

-PAM, PAN.. ¡PAM!.-

Los ojos anaranjados del oficial se abren despacio al notar los finos dedos sobre su rostro. Cuando descubre quien ha sido la culpable esboza una sonrisa, estira su cuerpo debajo del lienzo y responde a tus buenos días.

-Buenos días... Uno de sus brazos abarca tu cuello y hace un corto movimiento para besar tu frente. Se reincorpora saliendo de la cama, pero quedándose en un borde de la misma, dándote la espalda y mostrando su cuerpo semidesnudo. La espalda muestra numerosas cicatrices y un discreto tatuaje de un diminuto dragón, seguramente sea de la tribu de donde nació.

Hoy te marchas, ¿verdad?- Su voz no se muestra triste, su oficio le obliga a vivir con dificultades como la de dar la noticia de la muerte de un esposo a su respecitva esposa, simplemente sabía que este mismo día embarcarías hacia una misión que él no podría ir.

Mm mm,murmuro negando con la cabeza.Pero puedo utilizar otros métodos.Le digo sonriente.Pero prefiero esperar a que abra la puerta ella misma...Me acerco a la puerta y trato de escuchar lo que hay al otro lado.

Se sienta a su lado y comienza a trazar suavemente con el dedo el contorno del dragón de su espalda, en el que no había reparado hasta el momento Si... Curuvar dijo que nos diésemos prisa.. Además aún tengo esperanzas de encontrar algo que nos permita hacer algo por ellos si volvemos a tiempo.. se queda callada unos instantes, que aprovecha para posar su mano en la de él..

Sin embargo, he de admitir que hay otro motivo que me impulsa a volver lo antes posible levanta la mirada a sus ojos y sonríe ya que no puedo ignorar el deber y quedarme, aunque es lo que una parte de mi desea.

Sobresaltada y con un sudor frío recorriendo mi frente tras el sueño demasiado real me despierto con unos golpes en la puerta de la habitación donde me acosté, en la Casa Señorial...

Me miro de arriba abajo antes de escuchar de nuevo esos golpes y ahogo un grito de sorpresa y completo terror al ver que mis ropas están desgarradas aunque no llego a ver restos de sangre. No debería presentarme así ante nadie pero, aún conociendo que es de mala educación dejrse ver por la mañana aún en la cama, lo único que puedo hacer es taparme bien hasta arriba con la sábana que adorna la cama y respondo tratando de que no me tiemble la voz mientras intento volver a la realidad o saber qué ha pasado realmente:

- Sí. ¿Quién es? Puede entrar. - digo con un hilillo de voz.