Partida Rol por web

Le toma casi medio dia a Trochi recorrer el enorme laberinto de grutas subterraneas, y aun asi vuelve con las manos vacias.
En ese tiempo, han aprovechado para descansar bien tras los dias largos que les han tocado vivir. Ya no pueden estar seguros siquiera si los dias prisioneros fueron reales o tan solo un sueño, y si los saqueos bajo el hechizo de la espada de Miyori fue real, o tan solo una ilusion más.
Laura se mantiene algo callada, sin comprender mucho sobre lo que le está ocurriendo. La falta de memoria acerca de su pasado la trauman aun más, y sin embargo responde con una calida sonrisa cada vez que alguien se acerca a ver que le ocurre.
Tras casi diez horas, Trochi surge al fin del túmulo, y todos están listos para partir...quizas de regreso a Falkongris, la única ciudad cercana que conocen tras el incidente con los Kuo Toa que los trajera a éste desconocido lugar de dos lunas.

Alma de Fuego, estudia sus conjuros en soledad, bajo los constantes comentarios de su familiar.
Laura hace lo mismo, rogando a su dios no solo por dones y milagros, sino también por una luz que libere de la oscuridad a su turbada mente.

Al fin, descansados del todo, y con las dos lunas ya casi invisibles por el sol cada vez más alto con el acercamiento del medio dia, se preparan para regresar al camino que va a Falkongris.

Sentado tranquilamente al lado de su fiel corcel el guerrero intenta aclarar su mente. Creo que lo mejor es regresar a la ciudad y avisar de lo que hemos encontrado aquí, en realidad no tengo idea de a que demonios nos hemos enfrentado aqui y lo mejor es asegurarnos que el peligro realmente haya pasado, la espada puede ser una pista o simplemente una maldición más...

Laura no está muy lejos del Paladin, no se ha curado aún, realmente lo ha olvidado , de hecho, el dolor físico ha pasado a un segundo plano, pues sus meditaciones han aumentado y sobre todo, su pasado. Necesitaba saber quien era, y que había pasado en ese lugar, 

- eh...- la voz del paladín parece despertarla - sí... es verdad, debemos volver... -  su voz suena monotona, responde realmente más similar a un autómata que la jovial muchacha de antes.

El guerrero se acerca a Laura y le toma la mano, por su palma comienza a fluir la energía vital concedida a Zenram por su diosa, energía reparadora que ayuda a la mujer a sentirse mejor, al menos físicamente. No te preocupes, yo también he visto lo que sucedió con aquella criatura sin embargo aqui estas, con nosotros, no hay nada de que preocuparse...

El semiorco observa a Laura con gesto preocupado. Su cara no es demasiado expresiva, pareciendo siempre estar enfadado, pero su mirada es bastante clara. Aquella mujer le había tratado mejor que cualquier otra en toda su vida, y sólo por eso se había ganado al bárbaro para siempre. Ver como sufría también hacía daño a Prag.

Aunque quiere decir algo para animarla, agacha la cabeza y guarda silencio, consciente de que no se le da bien encontrar las palabras adecuadas. Mejor dejar que sea Zenram quien lo haga.

Zenram logra curar en parte las heridas sufridas por Laura, tras el troncazo que le diera el gigante.
No llegan a entender, como es que las heridas son reales, cuando en realidad todos los enemigos habían desaparecido tras acabar con el extraño desuellamentes.

Al fin, con el sol del medio dia, se dirigen al camino que viaja hacia Falkongris.

Tras unas cuantas horas de marcha, y ya con el sol ocultandose hacia vuestra derecha, comienzan a aparecer ocasionalmente algunos carruajes.
El camino, no es muy transitado, excepto por granjeros que llevan y traen sus cosechas y mercaderias, y por tanto recuerdan que no tiene posada alguna al menos en los dos dias que han recorrido anteriormente.

Al anochecer, hacen campamento a un lado del camino, desde donde se ven varios sembradíos, y algunas casas lejanas, en medio de los campos.

Laura parece recien despertar cuando siente la mano del paladin, más suave de lo que podría suponerse por ser un experto con la espada, pero ella sólo  levanta la cabeza, y sus ojos claros quedan unos instantes en los ojos del paladin, él no comprendería que sus heridas no eran físicas, que no era lo que la preocupaba y la sumía en una desesperanza, aunque al sentir el tibio tacto de la imposición de manos de Zenram, en algo mejoró su pálido rostro.

- gracias, aunque no era necesario, pero muchas gracias realmente... procuraré no preocuparme - le sonrie nuevamente poniendo su mano sobre la mano que el paladin aun sostenía en un afectuoso gesto - ¿estas herido?... Prag, ¿Estas herido también? - le pregunta, parece volver al mundo de los vivos, luego de ser traida por Zenram, aunque no le preguntó a Alma, por obvias razones.

Soltando al buen Zenram, sus pasos fueron hacia Prag - hola...- le sonrie con una ternura renovada, aunque esa reacción respondía más a sus deseos de que sus amigos no se preocupasen más por ella, una vez más, se tragaba sus aflicciones en post de su misión en ese mundo.

- Estas herido...- le dice, colocando sus manos en el pecho de él, tanteando con la punta de los dedos su plexo, hasta encontrar el donde estaría su corazón - dulce Ilmater, señor de los humildes y de los que sufren... envia tu bendición a esta criatura...- cura a su compañero, iluminando sus manos cuando tocan el pecho del barbaro.

Zenram estaba ligramente herido, y vuelve con él, - te devuelvo la mano - le guiña un ojo, emitiendo una tibia oración a Ilmater para curar al joven.

Por ultimo se curaria a sí misma, en una oracion que los demás no esucharían, sino que era muy personal. Al recuperarse suspira más aliviada.

- vamos, debemos llegar al pueblo... esperemos que Ilmater nos protega el resto del viaje - se dispuso a seguir su camino, preguntándose en donde pudo quedar su montura.

El guerrero agradece a Laura sus intenciones pero le muestra que la sangre que cubre su cuerpo no es suya. Enseguida, al comprender que la mujer desea estar a solas para hablar con su deidad, Zenram se aleja un poco del grupo dándose a la tarea de hacer la primera y más larga guardia.

Levanta la cabeza de nuevo y recibe con algo parecido a una sonrisa las atenciones de Laura. Sus manos cálidas y delicadas buscan las heridas sin llegar a tocarlas, curando al instante el maltrecho cuerpo del semiorco.

- Prag te da las gracias una vez más

Es lo único que alcanza a decir, sobrecogido por la inquietante y reconfortante belleza de su compañera.

Si mal no recuero, fuimos allí, a ese túmulo en busca que un niño desaparecido y con el dato de que allí había un necromante poderoso, no buscamos mucha más excusa, un necromante maligno era alguien que teníamos que destruir.
Ahora bien... En Falcongris estaban un tanto alborotados por la llegada de los ocho.
No se bien como encajamos en este lugar pero sin dudas hemos hecho bien en acabar con el mal en aquel túmulo lo cual no dice que estamos en el camino adecuado ya que es el camino del bien aquel que busca acabar con el mal.

Como ya sabían, Alma no tenía heridas, su santo cuerpo se regeneraba rápidamente dejandolo tan puro como su alma. Si, tal vez ella se escapaba un poco de la realidad, pero tal vez se debía a su cercanía con la divinidad.

Yo creo que encontraremos una nueva senda yendo a Falcongris.

El paladín luce un tanto preocupado y las palabras de Alma no logran serenarlo. No lo sé, por que una criatura con tal poder se limitaría a raptar a un niño y a robar en los alrededores, además, sus rasgos son extrañamente parecidos a los de... En fin, lo mejor como dices es ir a Falcongris.

Tras pasar una recuperadora noche a la vera del camino, el grupo se pone una vez más en rumbo a Falkongris. El viaje, transcurre sin contratiempos...
Poco después del atardecer, con muy poca luz ya, salvo la de las dos lunas en lo alto del firmamento, comienzan a ver a lo lejos las luces de la nocturna ciudadela.
Aun falta una hora para llegar, con lo cual se disponen a realizar un ultimo esfuerzo, deseando llegar al fin a obtener un merecido descanso en alguna de las excelentes posadas de la ciudad. De repente...

¡CABOOOOOOOOOMMM!!! CRASHH CLANKK!! POOOWWW!!

Todo transcurría con calma, cuando un objeto cae del cielo impactando pesadamente sobre Zenram. El paladín, intenta resistir el pesado golpe, derrumbándose al suelo y girando para disminuir los daños.
El objeto que le ha golpeado, queda tendido boca arriba torpemente, con las alas despatarradas y moviendo débilmente sus gordezuelas patas.
Zenram ya había visto a ésta criatura antes: Es Edwina, la Pseudodragona familiar de Jallarzi!

La diminuta dragona, intenta alzarse sobre sus pies, pero parece aturdida. Puede que esté atontada por la caida.
Fijando en vosotros sus negros ojitos, emite un sonido gorgeante muy peculiar: "Qisss".

Una voz telepatica que dice: "Esos asquerosos grandulones me asaltaban!!" suena en sus mentes.
Se tambalea cuando consigue ponerse sobre sus pies, y añade:
"Las cosas pegajosas de los bollitos en mi cabeza traen problemas"

El guerrero apenas y puede reaccionar ante lo que parece una enorme roca caída del cielo, sin embargo pese a lo estorbosa que luce su armadura, Zenram es capaz de dejarse caer y girar sobre su costado justo a tiempo para evadir el golpe. Enseguida al recuperarse de la sorpresa se reincorpora y reconoce a la criatura que acompañaba a las mujeres que ayudo justo antes de salir de la ciudad luego de entregar al niño. Pero? Que ha pasado???

Estaban por  llegar, por fin una cama, un baño y descansar luego de tan extraña y peligrosa aventura. Laura no iba más adelante del resto de sus compañeros, pero a pesar de eso, no pudo ver que le sucedía al paladin, sino, hasta cuando este estaba en el suelo, con algo a su lado... un dragon!, Laura no había visto ninguno en su vida, dentro de lo que recordaba, así que el asombro en ella era evidente. Se agachó para ver  a la criatura, y tenderle una mano al paladin.

- estas bien?- le pregunta en un susurro, pero estaba más entusiasmada viendo a tan gracioso animal - quien eres? - le pregunta candorosamente como siempre.

Alma no entendía mucho que pasaba así que se mantuvo al margen.

Cita:

Le preguntan a la pequeña Pseudodragona. La criatura, parece muy desorientada, quizás por la caída o por algo más.
no puede responderte, ya que al intentar hablar solo carraspea y le surgen quejidos. Sin embargo, mientras trata de ponerse en pie, les lanza cientos de mensajes telepáticos respondiendo a las preguntas que le han hecho...

¡Temo por Jallarzi, esas malditas cortezas de cerdo, o lo que sea que he comido, me han dejado piripi el coco...!
Uhhhggg...mi panza...doloooooorrr...dolorrrdepanza!...Grita en vuestras mentes.
Soy Edwina! No me recuerdas? Ahhh No te he visto!...estaban ricos esos bollitos de azúcar! Si! Muy ricos!, aunque las costeletas de cerdo no me cayeron bien, ...mm...quizas porque me atacaron esos malditos olorosos, apestosos, sucios nobles con olor a cloaca!!
Tengo que volver a comer esos rollitos glaseados llenos de pasas de uva y ciruelas secas y dulce de dátiles! Ahhh...pero mi estomago...mi estomago...dueleee!!!

Ugggg...Jallarzi.....Ugggg, mi panza...duele mi panza...
Creo...creo que he comido algo que me cayo muuuuy mal...Ugggg...Dolorrr...
Estaba en el Fenix Dorado. El chef mediano que siempre me atiborra de golosinas y panquicitos dulces y grasosos no estaba hoy...pero habia dejado para mi una bandeja de dulces en la cocina...apenas pude comerme la mitad, cuando me comenzó a sentirme mal...dolorrrrr...mi panza!...
Se queja chillando telepaticamente.
Jallarzi...me envió entonces un mensaje...pero me duele, me duele muchooo ugggg! La torre!

El guerrero no puede sino recordar a la bella mujer y algo en su fuero interno le dice que el que su familiar se encuentre enfermo no es una mera coincidencia... Vamos, de todos modos teníamos que dirigirnos al centro de la ciudad, antes de regresar a la posada quiero dar una vuelta por el centro y esa torre, si quieren los alcanzare en la posada... Dice al tiempo que posa sus manos sobre la criatura.

Atena, sé que por muy lejos que me encuentre de tu regazo y las dudas que aquejan mi mente no dejaras de escuchar esta plegaria, ayuda por favor a esta criatura para que sus dolencias y problemas cedan y dejen de aquejarla de modo que pueda seguir sirviendo fielmente a su ama... Luego de murmurar una plegaria Zenram se aleja un par de pasos de la bestia esperando que está se recupere.