Partida Rol por web

De nuevo el poder purificador de Robie hacia su presencia, eliminando todas las heridas de los afectados por la ancianisima trampa, aunque no era suficiente para eliminar el efecto de piel: endurecida , carcomida y ronchones, del veneno de momia (Nota traducido , curo el daño pero no la reduccion a la carisma

Se preguntaban que habrian hecho mal, pues el diario del espiritu errante y quien sabe que mas se hallaba al otro lado de la cerradura , pero no habia llave , la cerradura qunque antigua era de buena manufactura lo que suponia un reto importante hasta a un buen especialista, algo debian hacer que se les pasaba por alto

Miro esa piel que les ha dejado el veneno:

- Sin duda es algo grave que deberá ser sanado con otros medios, creo que siendo algo extraño deberemos recurrir a conjuros que permiten restituir tanto mi fuerza como sanar esas heridas en la piel que además afectan a vuestro ánimo. Pero habrá de ser mañana.

Pero... QUE LE HA PASADO A MI PIEL!! Juro que mataré a quien puso este veneno en la puerta, y luego mataré a Gael por activarlo.

Espero que esto se pueda curar y devolverme mi aspecto normal. No puedo cortejar a mis amantes con esta cara.

Lucien está realmente asustado y enfadado. Para él su aspecto lo es casi todo y no perdona a quienes sean los culpables del incidente.

Al oir la amenaza explicita, Gael termina cerca del rostro de Lucien comentando en voz baja..."Espero seas lo suficiente inteligente para mantener ese juramento y no que te arrepientas a mitad de camino"...

Gael desenvaina su daga y lo apunta directamente mientras dice: .."Si no te fijaste la trampa se activo sola sin yo haber manipulado nada, y me da igual si tu cara se parece a la de ese (indicando al esqueleto) a todos nos ha dañado el gas, asi que procura mantener tu lengua reservada para mejores usos que para amenazar a Gaelazair Dwin Retyn o seras lo ultimo que hagas en tu miserable vida"...

Gael no ataca pero no envaina su daga. Si Lucien no perdona por su aspecto Gael no perdona por una ofensa.

Estaba rezándole a mi dios cuando veo cómo mi cara empieza a pudrirse ¡nooo! me levanté y tras salir de la zona afectada conjuré mi conjuro de restablecimiento.

De nuevo se encontraban los heroes en esa situacion, Dunk, el paladin humano afortunadamente tenia un hechizo preparado para la ocasion, asi pues se concentro y pidio furzas rezando para curarse. Gael y Lucienque habian estado mas cerca de la cerradura, tenian media cara demacrada y tuvieron envidia en un primer momento del paladin que sanaba los efectos secundarios almenos en parte

Con el tiempo , se quedaron unos mirandose a otros sin saber que hacer, muchos miraban al ladron como esperando que abriera la cerradura, aunque ya lo habia intentado 2 veces sin poder abrirla, de no poder tendrian que seguir su camino

Estando fuera de la zona me restablecí aunque no del todo alguna señal aunque leve quedó en mi piel, harto de las argucias de las fortalezas me quedé fuera protegiendo los caballos, mientras esperaba a que mis compañeros salieran aunque su rostro había quedado marcado con saña.

Miro con sorna y evidente enfado al caballero Dunk:

- Vaya...así demuestra un caballero su dedicación a los necesitados.- con evidente decepción miro hacia otro lado y finalmente le digo a Gael:- ¿Pudes abrir el cofre o es imposible?

Recito el código de los caballeros de Solamnia para mis adentros murmurando.

- Esperemos que esta vez tengas más éxito. - Digo, y saco de mi bolsillo una pequeña ramita del bosque que aferro con fuerzas. - Ruego a la madre tierra que te otorgue su favor para que los vientos del destino te sean favorables, que la dama Ehlonna de los bosques guíe tu mano para abrir la cerradura con éxito - Pronuncio este cántico para provocar que la diosa del bosque guiara ahora la mano de Gael como siempre había guiado mis pasos.

Por todos los dioses Gael, abre la puerta si puedes, o nos vamos de aquí, necesito curarme estas cicatrices!!

Acto seguido lanzo un conjuro hacia la puerta por si hubiera más sorpresas desagradables.

..."Compañeros, no quedara en mi mano el volver a intentar abrir esta maldita cerradura, pero me temo que mi intento sera futil ya que imagino que otro tipo de secreto desconocido por mi oficio guarda ese tesoro. Asi que os pido que salgais de la habitacion ya que si activo el mecanismo o si se vuelve a activar solo no quiero que os afecte nuevamente. Si es asi, que mi destino me acoja"...

Con determinacion y animo renovados aunque apesadumbrado, mas por su dañado orgullo que por las laceraciones en su cuerpo, trata nuevamente de abrir esa maldita cerradura.

El picaro consigue abrir la cerradura.En el compartimiento los personajes encuentran un pequeño cofre de hierro que muestra muchas señales de óxido y descomposición. En el interior del cofre hay una bolsa de cuero que se deshace al tocarla, derramando 250 piezas de oro istarianas (que ahora tienen muy poco valor, excepto para los coleccionistas de antigüedades istarianas), un diario encuadernado en cuero (que contiene las notas sobre el templo Destrozado y la Noche de la traición), ademas , una poción+ 2 pociones iguales

Diario del espiritu de la torre:

La Noche de la traición tuvo lugar tras ponerse el sol del día 22 de sirriniont, 280 años antes del Cataclismo, hace casi 7,00 años. Muchos estudiosos consideran que la Noche de la traición fue uno de los Signos de la perdición, los presagios de la caída final de Istar, revelado siglos antes de que el Príncipe de los sacerdotes causara la ira de los dioses.

Un poderoso y carismático sacerdote de Mishakah cuyo nombre se ha borrado de las historias y leyendas de las tribus, llegó a ser el gran maestro del templo, un cargo sólo por debajo del de sumo sacerdote. Todo indicaba que era un clérigo piadoso y dedicado, pero al hacerse viejo sintió que perdía el control de su propio cuerpo, e incluso las plegarias más fervientes a su diosa no podían calmar el inevitable deterioro de la edad. Lentamente, la amargura y la sensación de traición a su diosa llevaron al sacerdote al Santuario de la oscuridad del templo, un santuario donde se honraba a los dioses malignos (en el templo se honraba piadosamente a todos los dioses). Nadie está seguro de lo que pasó esa noche, pero más tarde se puso de manifiesto que el sacerdote había cerrado un trato con Chemosh, el Señor de la muerte viviente, quien le prometió la inmortalidad.

Chemosh nubló el alma del sacerdote, respondiendo a sus plegarias para que nadie del templo fuera consciente de la transformación que estaba sufriendo. Sólo Mishakal sabia que había perdido a uno de sus favoritos, pero antes de que la diosa pudiese actuar, el sacerdote hizo un trato con los chamanes de Blóde, permitiendo que las hordas de ogros irrumpieran en el valle y mataran a sus habitantes por sorpresa. Mientras los sacerdotes del templo intentaban ayudar a sus acosados seguidores, el traidor atacó desde dentro, matando al sumo sacerdote en el Santuario de la luz y usando su sangre para profanar el templo y debilitar el poder de los dioses de la luz. Entonces liberó a los esbirros de Chemosh desde los pozos más profundos del Abismo. .A medida que la sangre de los sacerdotes de la luz se derramaba en el suelo del templo, causaba una maldición sobre los invasores que cubrió a la horda de ogros que los hacía sucumbir. El traidor se retiró a las catacumbas del templo, donde busco refugio de la ira divina en el Santuario de la muerte. Fue en esas catacumbas donde un joven acólito, provisto de una visión que le había dado la diosa Mishakal y empuñando una hoja sagrada de luz divina, fue capaz de abatir al traidor, aunque le costó la vida. En una sola noche murieron centenares de personas, tanto inocentes como ogros y sólo Chemosh ganó algo, ya que

muchos de los que murieron volvieron a levantarse como muertos sin reposo.

La noticia de la Noche de la traición se extendió por las tribus de Khur, transportada por las alas de los sueños y las visiones. Un grupo de chamanes llegó a la entrada del valle dos días después y, aunque no se atrevieron a entrar, pronunciaron muchas plegarias para calmar a los espíritus de los muertos y conducirlos a la otra vida. Después marcaron la entrada del valle con advertencias sobre la maldición. Desde esa época, ningún nómada Khurita ha pisado el valle. Se dice que muchos de los espíritus que vagaban por el desierto de noche provienen del valle maldito, y muchos de los que murieron cerca de las ruinas encontraron que sus almas eran atraídas hacia un lugar donde la barrera entre la vida y la muerte se había debilitado.

Cuando llegó el Cataclismo, la entrada del valle quedó sellada al llenarse el cañón de cascotes v escombros, cerrando el valle maldito durante más de 100 años. Los khuritas quedaron muy aliviados, pero los chamanes de más rango predijeron que llegaría un día en el que el valle se abriría de nuevo, liberando un antiguo mal sobre el mundo.

Los heroes siguen su camino hacia el templo , esta vez con mas pistas, pero puede que pronto tuvieran mas

RH5. EL CAMINO DE LOS DIOSES

Ceca del centro del valle hay una formación natural de la tierra que ha creado una suave elevación hasta una meseta. Encima de la meseta podéis dis­tinguir la forma del templo Destrozado, flanqueado a cada lado por dos estatuas de piedra colosales que han caída presa del tiempo y de los elementos.

El camino que lleva hasta la meseta es ancho, con casi un centenar de pies de ancho y 600 de largo antes (de llegar a la meseta, que se encuentra al menos a 50' de alto.

ENCUENTRO CON UN MERODEADOR NOCTURNO

Los personajes encuentran a un kender  verán que está sosteniendo tranquilamente urna calavera y mirándola con seriedad mientras le habla, preguntándole todo tipo de cosas raras en general comportándose como un kender: ¿Qué a pasado aquí? ¿Conoces a tía Ashe? ;Cómo te llamas? ¿Prisas? Eh, Prisas, ¿te he contado aquella vez en la que mi tía Ashe habló con el espíritu ¿le Fistandantilus? Dijo que era una calavera, igual que tu, pero tenia todos sus dientes y..

Tras descansar la noche en la torre que habíamos liberado de su mal, a la mañana siguiente empiezo mis oraciones para pedir ayuda a Kiri Jolith para sanar nuestras heridas del combate, sobre todo aquellas que no eran de índole violenta. Además pedí perdón por los actos del caballero Dunk y su egoísmo en la cura de sus heridas antes de los demás, como todo buen caballero que siga el estricto código de la sagrada orden de los Caballeros de Solamnia, el Código y la Medida, acabo con un sonoro:

-EST SULARUS OTH MITHAS- esperando que aquellos que aún no habían despertado lo hagan.

Luego voy a mis compañeros dañados por el veneno Gael y Lucien para invocar el poder de Kiri Jolith sobre ellos para recuperar su aspecto.

Me levanté después del reparador sueño y utilicé otra vez mi conjuro divino para dejar por completo restablecido mi aspecto, veía como el clérigo también sanaba cosa que me pareció aceptable.

Después de haber comido frugalmente y ante la mirada condenatoria del clérigo que la aludí no haciendo referencia a ella nos dispusimos a seguir la marcha, cuando nos encontramos con un Kender.

Eh muchacho (lo confundí con un niño) qué haces aquí en este desierto y hablando con huesos, le pregunté mientras me iba acercando montado en mi caballo con escudo en mano y mi perro al lado.

Abandonamos la torre con la primera luz del alba, tras un descanso bien merecido. Recuperamos los caballos y avanzamos de nuevo a lo largo del valle. A lo lejos observamos una situación dantesca, del todo subrealista. El caballero se acerca, al parecer con intención de ayudar... Pero mis ojos no ven a alguien que necesite ayuda. - Dunk, cuidado... recuerda que el valle está maldito, no sabemos qué clase de criatura puede ser en realidad... - Dije mientras cabalgaba tras el caballero, con Ithildil siguiéndome de cerca.

Gracias señor Redneck. 

Caminaba absorto en el problema de mi cara y en como se podría solucionar. Era tal mi preocupación que no tenía ganas ni de bromear con el estricto clerigo.

Caminando en dirección al templo se nos apareció un kender medio majara hablando con uan calavera. Eso me devolvió un poco el humor; - Jaja, aquí hay un kender que parece que le ha sentado mal el sol del desierto. Y bien joven, ¿que te trae por aquí y hablar con Prisas?