Partida Rol por web

Poco después de abandonar la mansión de Gunnar, James recibió un mensaje de Brendan: el viejo thane que dirigía la colonia de enanos de Byxby Noll había encontrado unos colmillos de cría de Fenris entre una vieja herencia de la familia, y estaba dispuesto a cederlos para curar a Cybil. El mensaje os urgía a que os dieses prisa en regresar a la colonia enana; el estado de Cybil había empeorado notablemente y el médico estimaba que no le quedaban más que unos pocos días de vida si no se hacía nada por ella.

De vuelta a la colonia de enanos, es notable el deterioro que la sociedad está experimentado ante la inminente llegada del Fimbulvërt. Las temperaturas han seguido bajando, y la gente está cada vez más violenta. Todos los días en los periódicos y la televisón hay noticias de altercados y disturbios en todo el mundo.

Nada mas que os acercáis a la puerta de la colonia, Ola sale a recibiros

- ¡Gracias a Freya que habéis llegado! ¡Cybil esta muy grave! ¡Hay que curarla cuanto antes!

Se apresuró a llegar al lado de Cybill, la pobre estaba fatal y era fácil adivinar que su salud, incluso si ese milagro la salvaba no iba a ser gran cosa en una temporada. Sintió lástima de ver a una de los suyos en ese estado moribundo, y se juró que acabarían con el Invierno, que no podían ceder terreno. Algo en su interior, quizás su cinismo humano, le llevaba a pensar que el fin era inevitable, pero que quizás hubiese salvación para unos pocos... Y deseó que la pobre Cybill fuese una de ellas.

- Ya hemos venido para salvarte pequeña, no te mueras aún, tienes mucho que hacer. - Dijo tomando su mano con delicadeza, algo que contrastaba con Eckhart.

El estado de Cybil era más que preocupante, especialmente teniendo en cuenta las extrañas mutaciones que aparecían por su cuerpo. Sus brazos y la parte trasera de su cuello y hombros estaban cubiertos de lo que parecían escamas brillantes de color azul, y la posición de sus rodillas se había invertido, imitando la disposición de las piernas de un ave. Sus manos y pies se habían retorcido hasta formar garras, y la mujer parecía incapaz de articular ninguna palabra inteligible, presa de severos delirios febriles.

-Quita tus manos- Digo, sacando a Eckhart y haciéndome lugar junto a Cybil.
Con una mano en la nuca, sintiendo sus escamas, la miraba de arriba a abajo. Mi rostro se veía apenado y preocupado, tal vez sintiendome mas mal por mi que por ella.
No mas de un minuto estuve a su lado que me levante. -Que carajo le esta pasando?!- Dije y a la vez me quitaba mi chaqueta y de la chaqueta mi arma.
Deje mi prenda favorita a los pies de la cama de Cybil -Ahí están los cabellos de Sif, cuidado al quitarlos. No la vallan a dañar.-

Enojado salí de la habitación. -Yo no se que mierda estamos haciendo aquí, el mundo se cae a pedazos y vinimos a rellenar un pavo con una piedra. Y no es lo menos que podríamos haber hecho, no me lo nieguen.
Como me hubiese gustado que Gunnar dijese todo lo que sabia, todo y mas, que volviera lo que haya hecho para atrás.
Como me gustaría tener a ese gordo sentado allí!- Dije apuntando el arma al medio del sillón. 

Al llegar a la colonia me dirijo a toda prisa a casa de Brendan para agradecerle el regalo.

Una vez lo tengo en mi poder me encamino a casa de Ola para ver el estado en que se encuentra la hija de Loki. Lo que veo me pone la piel de gallina.

- ¿Que carajos le está pasando? - pregunto directamente mientras la señalo.

- La sangre de gigante la está convirtiendo en otro tipo de criatura; Loki tiene la manía de engendrar monstruos. Sin embargo, no creo que sobreviva al proceso de transformación.

Borri, el viejo erudito, estaba presente. En una pequeña bolsa llevaba los colmillos de Fenris.

- Bien, ¿tenéis el resto de los componentes?

"Este payaso ya me está inflando las narices" pensó Eck, pero por respeto a Cybill, Ola y el resto se mantuvo tranquilo, aunque su mirada revelaba que estaba cansandose del hijo de Loki:

- Nunca vuelvas a quitarme así de enmedio. Ya está bien de ser un mocoso vacilón, respeta su estado. Y si preferías dejarla morir y charlar con el Gigante, haberte quedado allí, parece que aún no te has enterado de que esta historia no trata de evitar el Ragnarök, sino de sobrevivir a él todos los que puedan... Y ella se merece sobrevivir. Se está convirtiendo en algo aterrador porque estamos discutiendo en lugar de salvarle la vida.

- Callaros ya los dos de una puñetera vez. - digo. Pareceis críos pequeños.

Luego me gro hacia Borri.

- Ahí tienes los cabellos de Sif. - digo señalando la chaqueta de Ian. Y la dama tiene los otros dos componentes. - añado señalando a Hilda.

Miró a James:

- Ni se te ocurra mandarme a callar como a un crío, porque no tienes autoridad ninguna sobre mí. Deja de ir de guay James, no te pega. - Y siguió esperando a que los enanos obraran el milagro.

Observo preocupada a Sybil. Imagino que mis compañeros están tan incómodos por el estado de la mujer como yo y los nervios hacen que reaccionen de forma más agresiva.

Negando con la cabeza en gesto de desacuerdo con su comportamiento, saco de la mochila el Corazón del Invierno.

- Hagger tiene una daga de los svartalf - informo a Ola. - Y te hemos traído el Corazón del Invierno, aunque por lo que sabemos ya ha sido utilizado para atraer el Fimbulvert... ¿Estás segura que con ese artefacto podréis salvar a Sybil?

Se lo acerco a la enana, musitando un aviso sobre su gélida temperatura.

- También necesitabais nuestra sangre - recuerdo mientras me quito la chaqueta. - Si no nos damos prisa podrás recogerla del suelo, así que puedes tomar la mía, si te sirve. Entre las habilidades que heredé de mi padre está la de curarme rápidamente.

Tras poner mi arma bajo mi cinto, en la espalda, después de haber hecho pedazos el cojín del sillón a tiros, miro a James de reojo. -De críos es hacerse el niño bueno, ya deja de actuar tu papel.-

La situación empezaba a impacientarme, todos esperando ahí a que se hiciera algo. Tenia una preocupación extra, mi hermana, una practica convalecencia, podría haberme pasado lo mismo... Pero lo peor era pensar que afuera todo se acababa, estaremos condenados mas de lo que ya estábamos y eso me molestaba.

-Y a ti marica ni te conozco, como para que me vengas a insultar.- Mirando a Eckhart -No se en que mundo pretendes sobrevivir, pero sera mejor que me lo muestres.- Dije acercándome súbitamente. Y como dijo James, que nada se resuelve solamente hablando, trompee la cara de Eckhart con mi puño. -A ver, sobrevive, puta.-

Hagger pasa olímpicamente de la trifulca entre los otros tres, dedicando una mirada reprobatoria; el mundo se va a ir a la mierda, y allí están discutiendo por quien la tiene más larga. Cuando ve que Hilda se dispone a ofrecer su sangre, él se adelanta

- No; dije que lo haría yo, y así será.

Hagger desenfunda la daga y la deja con el resto de los componentes. Luego se arremangó la camisa, cogió una cubeta y empleó el filo de su espada para hacerse un corte en el brazo, dejando que la sangre cayese dentro del recipiente.

- Una pinta, ¿no?

Ante la demostración de Ian, y de Eckhart por extensión, Ola se presenta echa una furia

- ¿¡Pero que demonios!? ¿¡Os habéis vuelto locos?! ¡Vosotros dos, fuera de mi casa AHORA MISMO!

Brendan aparece como si hubiera estado allí todo el rato

- Tranquila Ola; se van a portar bien. Y el otro te va a pagar un sillón nuevo, ¿verdad?

Brendan no lleva esta vez una pistola; previendo que podría haber problemas, había cogido un rifle automático, y aunque no apuntaba a nadie estaba claro que no le importaría usarlo

- Manda cojones, la chica muriéndose y todo yéndose a la mierda, y vosotros comportandoos como críos. Como para que vuestros padres se sientan orgullosos. Haced el favor de sentaos y dejad de hacer el gilipollas.

Eck esquivó el impulsivo golpe del hijo de Loki y descargó un golpe veloz, pero sin fuerza, más para demostrarle su potencial que para causar una confrontación. Una vez el intercambio de golpes hubo quedado zanjado, tomó asiento junto al resto, esperando la curación de Sybill, la cual ciertamente le parecía una verdadera heroína.

- De marica nada, payaso, que Hilda tenga más cojones que tú no la convierte en un tío y contando que me mola cantidad pues tu dirás. - Dijo con una sonrisa divertida.- Me quedo contento sabiendo que un tipo como tú, sin temple, ni cabeza alguna va a caer de los primeros, por bocachancla.

Tras la bronca de Ola, agachó la cabeza, verdaderamente avergonzado:

- Lo siento Ola, perdí los papeles... Me preocupa de verdad la chica. Creo que juega un papel distinto al de la mayoría de los nuestros... Solo ella sabe cual. - Miró a Hagger.- Deja que yo también aporte mi sangre, gozo de una resistencia heróica, no es por menospreciarte, pero si dos o más donamos, será rápido y seguiremos fuertes para continuar la lucha.

Hagger retira el brazo y se lo cubre con un trapo limpio

- No hará falta; creo que ya está todo lo que se necesita. Aunque sería un bonito gesto que cada uno aportase al menos una gota, aunque solo sea para demostrar que es esto lo que os importa de verdad, y no pelearos por ver quien mea más lejos.

Asiento a las palabras del Grandullón mientras dejo de lados a los dos imberbes.

- Estúpidos descerebrados. - pienso en relación a Eckhart e Ian.

- Por mi parte puedes contar con esa sangre. - digo cogiendo el cuchillo y dandome un pequeño corte en el antebrazo izquierdo lo suficientemente profundo como para que mi sangre caiga en el recipiente.

Luego guardo el cuchillo y tapo la herida.

Eck cogió la punta de Tejedestinos para hacer el corte necesario para añadir sangre suya a la mezcla. Esperaba que eso ayudara en algo a la joven, ya habían llegado muy lejos como para que fuese en vano.

- Aqui tienes mi sangre... Espero que te sea de ayuda.

Alzo los brazos y me resuelvo de la situación. Doy una vuelta y me siento en el sillón destrozado. -Realmente esto le viene bien a la decoración del lugar. No?.- No, y saque mi billetera, mire que tenia adentro, saque los documento y la tire sobre la mesa. Eso pagara.

-No me pidan sangre a mi, seguro que le haré peor.- Bajo la cabeza y quedo en silencio, como al incomprendido que nadie quiere.