Partida Rol por web

- Que va, son los mismos que me secuestraron. Solo han venido dos veces; deberían haberse quedado dentro de esa nevera que llaman "casa"

- Creo que ya no os molestarán más. - digo no sin poca ironía.

Guardo el arma, reprimiendo las ganas de acabar con el único gigante que queda vivo.

- ¿Cómo llegaron hasta aquí la primera vez, Ola? Esta colina no es precisamente un lugar conocido, pero es evidente que sabían que aquí vivían enanos cuando vinieron a por vosotros.

Me acerco al gigante esperando a que llegue Hagger para arrastrarlo entre los tres.

- ¿Los envión también Gunnar? - Si había sido así, el gigante estaba, cuanto menos, bien informado. Había descubierto el Corazón del Iniverno y enviado a su hermano, y a estos tres gigantes, a por él. Pero ¿tendría algo que ver el propio Gunnar con el secuestro de los enanos? Con suerte, el gigante que había quedado vivo podría responder a alguna de sus preguntas. Buscó con la mirada a Ian, sus trucos habían funcionado bién con Robrek y tal vez pudieran ayudarles nuevamente ahora.

- Exactamente igual que hoy. No sabemos quien les dio la información; puede que ese Gunnar sepa demasiado.

Me acerco al cuerpo del gigante al que le dispare.
Me extraña que, pese al gran calibre de la Desert, Hilda pudiera hacerle mucho mas daño. Cuanta habilidad! Me da morbo pensar que podrían llegar a hacer sus manos en mi arma...

-Bien- Digo, quedandome con tantas ganas como Brendan de disparar un poco mas...

Empieza a ser una noche divertida, y eso que a estas horas suelo ya estar ebrio.
Los ojos de Hilda me incitaban a algo, pero de seguro que no era diversión, entiendo que querrán que intente hablar con el gigante.
 

Saben que?, haganlo ustedes. Como si mi tiempo no fuera valioso como para gastarlo en eso.
Tendrán fuerza, puntería. Pero les falta algo de "tacto"... por eso siguen solterones.

Ayudo a cargar hasta el garaje de Brendan al gigante y sin decir nada escucho lo que van diciendo hasta que decido intervenir -Pues puede que sea hora de enviarle un mensaje a ese Gunnar, la pierna de este gigante sería uno bueno- digo con una sonrisa de oreja a oreja recordando el mandoble que le había asestado hacía escasos minutos. -Por otro lado... ¿Podría haber un topo entre vosotros?- no se si podía ser un insulto hacia los enanos pero, era algo que podía ser posible, que hubiese un traidor.

- ¡Por Freya, no! ¡Somos una comunidad muy unida!

-Disculpa Ola, no es que dude de tu palabra pero... reconoce que es algo extraño, y disculpa si os he ofendido, no era ni mucho menos mi intención- digo mientras decido no intervenir por el momento, pues como siempre demuestro, no soy tan hábil hablando como blandiendo una espada.

Mientras carga con el gigante, Brendan responde a Hagger

- Puede que estemos aislados, pero no somos un pueblo secreto. La gente piensa que esto es simplemente un pueblo habitado por humanos con enanismo; un gigante sin duda sabe que es realmente este lugar. Puede que simplemente Gunnar nos mandase a su hermano y sus amigotes por la cercanía al sitio donde querían excavar. O que simplemente se le ocurriese a Robrek, para no mancharse él las manos.

- Hagger, ellos no son como los humanos. - le digo señalando a Brendan, Ola y compañía. Para ellos la Lealtad es sino lo más importante dentro de las 3 cosas más importantes. Jamás traicionarían a los suyos.

Llegáis a casa de Brendan. Se saca un llavero del bolsillo, y aprieta el botón de un mando. La puerta del garaje se abre, y os indica que paséis al gigante dentro.

- ¡Brendan! ¡¿Se puede saber a donde llevas... eso?!

La que ha gritado es Dora, la mujer de Brendan, que sale a la entrada de la casa. Se parece a Ola, aunque esta es pelirroja y algo más rechoncha. Tal vez sean hermanas.

- ¡Dora, este es de los hijos de puta que secuestraron a mi primo el otro día! ¡Vuelve adentro y no preguntes!

- ¡Jajaja! ¡Papá ha dicho "hijos de puta"!

Un niño enano sale de la casa también, detrás de Dora. Pelirrojo como su madre, y los ojos profundos de su padre. Dora le mira enfadada. Brendan no puede evitar reirse.

- ¡Tu tira para adentro! ¿Ves? ¿¡Que te tengo dicho de decir tacos delante de los niños!?

- ¡Lo habrá aprendido en la tele, mujer! ¿No ves que se ha puesto de moda la música esa de negros soltando tacos? ¡Ahora dejanos, tenemos trabajo que hacer!

Pasais al gigante al taller y Brendan limpia la mesa de trabajo

- Ponedlo ahí. Yo voy a buscar la caja de herramientas

El taller de Brendan está lleno de piezas sueltas de armas de fuego, armas a medio montar, algún chaleco de kevlar, una caja llena de lo que parecen granadas, y jurariais que eso que cuelga de la pared es un RPG-7. Cuando termináis de subir al gigante a la mesa, Brendan vuelve con una voluminosa caja de herramientas. Tiene desde llaves inglesas a cortafríos y sierras manuales. También acerca un soplete conectado a una bombona de propano, y un taladro y sierra eléctricos. Con unas correas asegura al gigante a la mesa, para que no intente escapar (aunque tenga la pierna hecha una pena)

- ¿Por donde empezamos?

- Dejemos que Ian lo intente primero. - digo. Si no consigue nada te lo dejo a tu elección.

Si insisten...

-Por las preguntas...- Contesto a Brendan, mientras me coloco unos anteojos de soldador que habían sobre una mesa  
Como un científico loco me deben quedar.
Pensaba mientra agarraba un cortafrio y me colocaba un guante de soldador tambien. Así no me mancho la mano, la noche es joven, quien sabe donde tenga que meterla luego.

-Así que bueno... Primera pregunta- Acercandome al gigante

-¿Te duele aquí?- Y meto el cortafrio en el corte de la pierna, apretandole de la carne de su herida hasta que pelliscara con el hueso.

El gigante parece despertarse de golpe, por el dolor

- ¡Me cago en Asgard y en todos los putos dioses que lo habitan!

- ¡Brendan! ¡Encima con blasfemias!

La voz de Dora suena desde el otro lado de la pared

- ¡Que yo no he sido, joder!

Cuando el gigante despierta cojo la espada que llevo conmigo a la espalda, la coloco con funda en el suelo y me apoyo en ella, miro al gigante y sonrío -¿Mi espada te ha pegado un buen mordisco eh? Se ha quedado con ganas de cortarte la pierna del todo y hacer lo mismo con la otra, y yo también pero podemos hacer un trato, tu nos dices lo que queremos saber y puede que no lo haga...- digo con mi peor cara intentando asustar al gigante.

- ¿Se puede saber que cojones queréis de mi? ¿Por que no os habéis limitado a matarme?

Miró al gigante herido y torturado, que intentaba bravuconear para que los elegidos de Odín no pudieran obtener la información:

- Si hablas lo que queremos saber te mataremos si quieres, pero primero suelta lo que sabes o el cerdo que te engendró te oirá gritar desde su prisión. - Dijo intentando amedrantarle.