Partida Rol por web

Si aun respirase ahora seria la parte en donde tomo aliento dándole un momento a mi cuerpo para que se recupere y mientras reboleo los ojos como un africano muerto de hambre en una carnicería cinco estrellas.

No lo necesito claro, viene con el hecho de estar muerto.

No veo al bicho culiado ese pero no me creo que se haya rendido tan fácil, yo por las dudas me sigo moviendo, mientras agarro la pistola, hacia algún lugar con más gente y mucha luz.

Si aun quiere joderme la no vida, va a tener que trabajar mucho para lograrlo.

Encontrar amontonaderos una noche de lluvia esta bastante jodido. Encima este barrio tiene toda la pinta de residencial cheto, asi que no hay muchos comercios grandes. Pero la suerte te sonrie un poco mas, y solo caminas unas 3-4 cuadras hasta que al fin encontras un restoran que todavia esta abierto, la Nueva. Un local bastante grandecito y con pinta elegante, donde estan cenando los que todavia pueden morfar comida.

No hay muchos comensales, quizas una docena, pero mejor que esto imposible pedir una noche donde el cielo se cae a gotas. Mientras te acomodas para buscar la seguridad con el gentio, tenes tiempo a repasar tu situacion.

Sin auto. Sin Yasmila. Perseguido por un demente y en un barrio muy lejos de casa. Hermoso... ¿Y ahora, que?

La luz trae la tranquilidad al menos de momento, irónico si se piensa puesto que soy una criatura de la noche.

No puedo evitar reír ante lo irónico de la situación, ¡Yo!, el máximo depredador que existe, he corrido como una nena exploradora a la que le quieren robar sus galletas.

Miro a través del vidrio húmedo y empañado del paquete restaurante y no puedo evitar comparar mi actual situación con lo que mis ojos me devuelven.

Todo se ve difuminado, apenas se perciben las siluetas de los que se mueven por dentro del lugar, el mundo, ¡ese mundo! Que hay por detrás del vidrio, parece haber sido sumergido entre las nieblas.

Como el mío ahora.

Me encuentro lejos de casa, solo y sin mi compañera.

Perseguido por una bestia deseosa de crueldad.

Solo.

Que pronto cambian las cosas incluso para los que como yo, no conocen del paso del tiempo.

…

Me arreglo un poco, calado hasta los huesos, con el pelo revuelto y las ropas arrugadas.

Voy a llamar a un taxi, claro.

Irme de aquí es mi prioridad ahora.

Y luego.

Cuando ya me encuentro seguro y con la mente aquietada.

Buscare la forma de saber que ha pasado,

Y como actuar para remediarlo.

Con tus pintas (porque no hay que olvidar las ropas tajeadas y mojadas) es normal que el encargado de la barra y un par de mozos se pongan en guardia cuando entras, buscando telefono para llamar a un taxi supuestamente. Seguro que ni se acuerdan la ultima vez, si es que hubo alguna, que les cayo alguien asi...

Bajo su mirada atenta, el tipo hace la llamada, y al menos tienen la amabilidad de dejar que esperes adentro, aunque otros comensales tambien te vigilan. Lo que tiene ser de la "negrada".

Por suerte el tachero no tarda demasiado. El bigote es un cuarenton, con pinta de cansado. Tambien te mira con alguna suspicacia, pero tranquilo. tras decirle donde queres ir, te avisa que ni en pedo entra. A lo sumo hasta una esquina bastante amplia. el resto a patiña. Es lo que hay.

Viaje, otra caminata bajo la puta lluvia, y casa. Una casa que se siente mas fria, mas vacia. Los muebles siguen ahi, mesas, sillas, tele, armarios y repisas... Todo en su lugar, como estaba cuando saliste hace unas horas. Lo unico que falta es la señora del lugar. Pero solo eso, ya lo hace sentir muy diferente...

Aun no puedo creer todo lo que ha sucedido en tan breve lapso de tiempo.

Hace cinco, diez minutos que he entrado en mi hogar y aun estoy parado a un par de pasos tras cruzar la puerta.

Pienso, o intento hacerlo a decir verdad.

¿Qué diablos ha sido todo esto?, ¿quién diablos era ese que me siguió?

Pero más importante aun:

¿Qué ha pasado con Yasmila?

¡Yasmila!, solo evocar su nombre revuelve todo mi ser, la ausencia de su persona se me hace insostenible, ¡un hecho inusitado!, una carencia de todo aquello que hace interesante esta no vida.

Debo buscarla, intentar averiguar que ha sido de ella.

La casa en si no ha cambiado nada, aunque todo lo demás lo hiciera.

No hay mucho que pueda revelar cosas de sus dueños vampíricos, ya que hasta la comida para los ghouls disimula la vitae escondida atrás. Respecto  a datos en sí, hay que ser muy cuidadoso. La mayoría están en su cabeza y la tuya, como dónde encontrarse con las anarcas gracias a las entregas. Los celulares a tarjeta son limpiados cada vez y en general es ella la que se encarga de los contactos, dejándote a vos ir a los lugares. Pero queda algo.

Su laptop. No la llevo por la lluvia. Seguro que ahí debe tener un respaldo. El cachivache está escondido en la mesita de luz, abajo, porque también hay que pensar en los chorros humanos del barrio.

La maquinita se prende, tarda unos segundos pero lo hace. Solo para mostrarte una página azul y donde meter la contraseña. Como muchos otras de memorizar, la sabe ella… ¿Te la acordas vos?.

Por suerte no es algo demasiado dificil. Fabriycharly93. Los primeros dos pibes que convirtio en ganado hasta matarlos y el año. Ambos eran del grupito que la violo, y digamos, fue su desquite. Ahora los conmemora a su manera. No es la supercontraseña, pero si algo muy personal y efectivo si no sos de su circulo intimo.

En el escritorio no hay mucho, asi que rapido encontras un par de xls con listas en mis documentos. Si bien los nombres estan en solo por apodos, te podes dar cuenta que son listas de miembros, con telefonos y direcciones. La cantidad coincide con la gente de los grupos anarquistas importantes, en concreto la banda de Kaos, Ramiro y el Che. Esta ultima es la mas facil porque toda la banda duerme en un unico refugio, donde tuviste ese lindo encuentro con los fantasmitas de la Giovanni. Los otros estan mezclados, pero con algo de tiempo podrias descifrarlos. Por ejemplo, sabes que fue cerca de la sala donde se reunen los de Kaos donde ella desapareciera. Alguno de los suyos tiene esa direccion y en efecto, hay uno, identificado como "rasta". Lo demas es razonarlo... justo lo que se te da tan bien.

Rasta.

La palabra taladra a través de mis ojos saltando directamente desde el blanco impoluto que es la hoja de Word.

No recuerdo conocer a este vástago, pero el hecho de que sea alguien del grupo de los Kaos, quienes casualmente tienen su lugar de reunión tan cerca de donde desapareció Yasmila, vuelve a este “Rasta”, en una criatura sumamente interesante.

Y peligrosa.

Quizás pueda darme un buen empujón hacia la dirección correcta, o tal vez no sepa absolutamente nada.

Y aun así.

Salgo a buscarle.

La llamada a los muchachos, no obstante, tiene un resultado imprevisto. El vago que te atiende es el que les hizo de chofer en la huida. Al reconocerte, parece agitarse

-Loco, no sabes... fui a recuperar la chata, como pidio la petisa. Caí con un par de amigos para arreglarla. ¡Nos estaban esperando! Habia un auto estacionado enfrente, con los vidrios subidos y dos flacos nos empezaron a tirar cuando estabamos acomodando para levantarla. Lo bajaron al Tuca y le dieron en la gamba a Yona. Yo me salve raspando, lo meti en el auto y sali picando. Apenas zafamos... Loco ¿Que mierda paso anoche? 

La llamada a otros conocidos no es mejor. Los paraguas no contestan, pero si la hermana de uno. Entre llantos, te comenta que lo bajaron a el y sus amigos, en un allanamiento sorpresa a mediodia. 

-¡A tiros nomas entraron los hijos de puta, ni preguntaron! +solloza, mientras de fondo, se oye el lento murmullo de los rezos. O la mala suerte viene toda en balde o algo mas esta en marcha aca.

De menos fiar y mas dificil localizar es el Gato. Leal al jugo loco de Yasmila, realmente a vos no te tiene ningun aprecio especial, o mejor dicho, te odia sin enfrentarse. La cosa parece funcionar solo hacia quien provee la sangrita. Pero esa adoracion va aparejada de celos hacia los demas que la rodean. Vos te la comes y el no...

-Si... que necesitas, queridA. +atiende en tono suave.

Cuando llueve mierda, llueve a lo macho.

Así como ahora, mientras voy juntando las piezas del rompecabezas en que se ha transformado todo este asunto.

Alguien nos quiere limpiar, recién ahora voy cayendo en la magnitud del asunto.

Me salve de pedo, pienso, me salve solo porque no quise hacerme el Rambo.

Por usar la cabeza – y las piernas -, me salve.

Si por mi fuera, dejaría toda esta mierda y me las picaría para otro lado, pero ese “pequeño” asuntito llamado Yasmila me taladra la mente sin descanso, no puedo dejarla atrás, indefensa y sola.

El Rasta es la clave que quizás me permita seguir por la buena senda, y dado que no quedan “soldaditos” en la tropa de los descastados, me veo en la obligación de llamar a quien no quiero recurrir.

Escuchar la voz del “Gato”, me causa tanto placer como tomar un coctail de vidrio molido y mata ratas. Escucho su timbre de voz y me imagino a mi mismo hundiendo mis pulgares en sus glóbulos oculares mientras un pitbull le mastica los huevos.

Le quiero muerto.

De la manera más horrenda imaginable.

Pero.

Ahora necesito de el.

Yasmila, le digo con parquedad, ella te necesita, venite a casa.

Un suspiro fatigoso, pesado, se escapa de su boca al notar quien esta llamandolo

-Me podía llamar ella… +murmura, después de algunos segundos.+ Ok… ahora voy.

Cuelga sin decir una palabra más, dejándote a solas con el celular en la mano. Es un puto pero le debe toda la lealtad a Yasmi. Si lo manejas por ese lado…

Pasados una media hora llega, con un paraguas, camperita deportiva y relax. La calle está hecha mierda por la lluvia y la basura, no hay modo de que meta el auto seguramente.

Toca el timbre con cara de orto a la que no ayuda vos seas quien abra.

-Ey. ¿Dónde está la flaca?+pregunta a la vez que saluda torvamente.

Sobre la mesa del comedor hay una botellita de plástico de 500 cc llena hasta el borde de un líquido rojizo.

El gato seguro conoce de que se trata, yo también por supuesto, es el “jugo loco”, pero hecho con mi sangre y no la de Yasmila.

Cierro la puerta con fuerza tras del boludo ni bien entra y comienza a gritar como una nena, llego el momento de poner en claras las cosas acá.

Sentate y cerra el culo, le digo nada amigablemente.

Pasa de tu mirada asesina con una sonrisa desdeñosa. Probablemente se ha acostumbrado al odio entre los dos, o no estas en tu mejor momento, pero la ignora como si se tratase de algo casual a la relación.

-Shh... cayese. Vine a hablar con la dueña del circo no con el enano.

Igualmente se adentra en la casa, pero en vez de sentarse como le indicas va a mirar la cocina, sin duda esperando ver a Yasmila. Frunce el ceño al no encontrarla, ni sentir que halla nadie mas en la casa, y vuelve la vista hacia vos. Aca pasa algo raro. Los dos parecen estar solos. Apoya la diestra en el cinto, cerca del fierro que lleva escondido. ¿Sera hoy el dia donde arreglen sus diferencias?

El gesto de frotarme el puente de la nariz es una pose que me sirve para ordenar las ideas.

En realidad quiero desmembrarlo, se que no sería difícil en mi nuevo estado, pero lamentablemente le necesito por ahora y por eso, hay que llegar a un acuerdo.

Sentate, le digo haciendo yo lo propio, hablemos de Yasmila.

A continuación sigue el relato de lo que creo le ha pasado, obvio la parte que me toca, no quiero asustarlo por el momento dado que por más que se las tire de macho, estoy seguro que de ver lo que yo he visto, va a terminar bañado en bosta.

La idea que le trasmito es sencilla, buscar en la dirección que he encontrado en la computadora de Yasmila por un poco de info, algo, que nos acerque a ella.

No se sienta, desconfiado, pero te escucha desde la mesa, atento. Se le entrecierran los ojos de sospecha, pero se nota que decís la verdad de la milanesa sobre lo ocurrido, al menos en parte…

-‘ta… +lo medita, rascándose la barbita de chivo.+… Si esa es la historia no sé qué haces acá. Yo la estaría buscando todavía.

Camina despacio, manteniendo una distancia, y se va a la puerta. Al parecer su deseo prima sobre la bronca, justo como era de esperarse.

-Vamos a ver a ese “rasta” entonces... O habla o le quemo el rancho. 

Nada que decir puesto que he conseguido lo que preciso, movilidad y un suministro de sangre en caso de precisarla.

Me importa una mierda que piense que el la tiene mas larga, o que dependo de el para hacer algo por Yasmila.

Lo importante es que vamos a lo del “rasta” y quizás, a una nueva pieza del puzzle.

La lluvia es un puto rio que cae desde arriba esta noche. Incluso en la media cuadra hasta donde el Gato dejo la camioneta te mojas hasta las bolas, pero después del baño de hace un par de horas, es una boludez. Hay peores cosas que el agua.

Es un viaje silencioso, algo peligroso. Se nota la prisa en el acelerador que tiene el ghoul. Eso con la lluvia no siempre es bueno, pero el tipo sabe manejarse realmente y el agua salta en olas a su paso.

Poco rato después están de nuevo en el barrio donde tuviste el hermoso encuentro. Sin dar muchas vueltas enfila a la dirección del Rasta.

El lugar resulta ser una casita muy de familia, pintada de verde y blanco. No se ve a nadie, al menos desde afuera. Gato la mira con sospecha, estacionando enfrente pero en la otra vereda. Pispea la calle, pero el aguacero mantiene a los vecinos adentro, y hay muy poco tráfico.

Lindo. Pero también se veía tranqui cuando apareció esa cosa…

Hay dos formas de hacer esto, le digo mientras me ocupo de verificar mi “equipo”.

En la primera tocas el timbre de la casa, esperas a que te atiendan y preguntas amablemente por el rasta mientras yo te cubro.

En la segunda, tocas el timbre y cuando te atiendan entramos a la fuerza.

Vos elegis…