Partida Rol por web

Apenas la puerta se abre, se encuentran en un espectáculo de horror. 8 o 9 personas se encuentran tiradas en el suelo ensangrentado, o contra muebles y muros, destrozados metódicamente. No todas están muertas, lo dicen los quedos gemidos que se oyen suavemente en el cuarto.

Pero no tardaran en estarlo, probablemente.

Cerca de la entrada, una muchacha se ensaña con cuerpo de una mesera, rabiosa. Es difícil saber si lo está drenando o comiendo... Entre las sombras, se adivina más que ve a alguien más, haciendo lo propio con otra persona.

Y por al fondo, como ajeno a la escena, está sentado en un sofa un ser horrible, de forma humana, pero con el rostro mutilado a un grado inaudito. Juega a los besos con una bonita mujer, cuyo vestido elegante se encuentra destrozado y deja entrever un atractivo cuerpo. El asco de esta es evidente, pero al parecer no puede escapar del abrazo de aquella criatura.

Laura la reconoce de inmediato… Es Mercedes!

Intentaba caminar tratando de hacerlo con estilo. Iba a ponerme furiosa, pero bastante lamentable era hacerlo de la forma en que estaba vestida, ni qué decir de que quería ahorrarle cualquier manera de criticarme a Mercedes.

¡¿Donde chingados estabas?! - ya comenzaba a gritarle en mi cabeza.

Cuando por fin tengo la puerta frente a mí, sin siquiera tocar, empujo con ambas manos, pasando de una sola zancada y ya formando mi grito de reclamo mientras se crisparon mis puños.

Todo cambió cuando ví...

Me quedé de pie. Petrificada. Mis labios temblaron, y mi corazón se comprimió al escuchar los gemidos, como si estuviera frente al infierno.

Nunca soy más fuerte que el otro. Es una locura poder ganarle a un jaguar siendo vampiresa. ¡A los 18, me peleé a puño limpio con un tipo con uniforme, casco, escudo y macana! Cuando Sergio tenía sus crisis, no pensaba e intentaba abrazarlo pero no para calmarlo, sino para inmovilizarlo, aunque la mayoría de las veces acababa arrastrada por él.

Es exactamente lo que pasa siempre: actúo impulsivamente.

Al ver a esa chica, más bestia que otra cosa, me quedé inmóvil. Estaba en shock. Alcé la vista, sin recuperarme de mi asombro, y veo algo peor...

- ¡Mercedes! - grito sin pensar, te puro terror y en un segundo olvidé todo: el coraje, lo traicionada que me sentía, incluso que casi había muerto la noche anterior y corro, impulsivamente a intentar quitarle esa cosa de encima.

Crucé la puerta junto con Laura, lista para ver una de dos opciones: o nada, ya que si Mercedez no estaba en su refugio a lo mejor este tipo tampoco, o un Toreador antiguo en una habitación totalmente "fashion". Si me hubiesen dicho que era un antitribu o algo así, tal vez me hubiese esperado lo que encontramos.

Al ver toda esa demoniaca escena, no pude evitar sacar mi escopeta instintivamente como cuando me enfrentaba a esas mierdas en las alcantarillas. -Laura, vámonos. - Dije mientras disparaba a la cosa esa que tenía a la mujer y empezaba a retroceder.

Mientras Laura se lanza enloquecidamente en ayuda de su sire, desoyendo a Sarah, el ser que la abraza se gira para mirar el manchón borroso que es la joven. Sus garras están firmemente apretadas en torno a la Toreador, puede notar ahora la pequeña neonata… No será tan fácil.

-Ah… más juguetes. +carraspea una voz de ultratumba+… Una buena noche.

En tanto, el disparo de la Gangrel atina en la rubia... Pero las armas de fuego no son la opcion mejor cuando se trata de vampiros, no para dar una muerte rapida.

Algo mucho peor en cierta forma a lo vivido en las alcantarillas empieza aqui. Y el recuerdo de aquella amarga noche en Santa Fe se hace presente en la antigua agente del fbi.

El sujeto, si es que se le puede llamar así, toma a Mercedes del cuello. Sus garras se clavan en la blanca carne, mientras con el otro brazo le rodea la cintura. Fija la mirada en Laura… Es una mirada podrida, llena de odio y lascivia.

- Quieta muchachita, o le arranco la garganta a tu amiga…+gruñe.

Mientras, Sarah dispara a la hambrienta chica un escopetazo, que la impacta en el costado. Pero los perdigones apenas la contienen. Sin palabras, mientras la sangre chorreante le cae por la boca, se lanza a por la Gangrel

Y esta nota que tiene unas feroces garras, similares a las suyas!!! Las mismas buscan su cuerpo no muerto con ansia, alcanzándola en el pecho…

Antes me creía fuerte. Pero jamás, ni siquiera si me hubieran levantado para llevarme ante el chapo, habría sentido lo que ahora. Miro llena de miedo a Mercedes. ¡¿Qué chingados es eso?!

Me sorprende que no esté tan aterrorizada como yo. En su lugar estaría llorando. No sé si ha visto cosas peores, o si es la máscara de ecuanimidad que siempre lleva. ¡Chingada sea! ¿cómo le quito esa madre  de encima?

Alzo las manos, como si tuviera un arma. No la necesita para ser perturbador. Solo verla la... cara... a esa cosa, siento como si aun me pudiera enfermar. También existen los monstruos. Es tan antinatural que de solo verlo siento que estoy frente al infierno.

- Tra... - ¿tranquilo? ¿tranquila? - ...Mira... - trago saliva, lo cual conforme pasan los días es más dificil y doloroso en sí. Imaginé preguntarle qué quería, pero no estaba segura si después de eso le arrancaría el cuello. - ¿Eres... un vampiro, verdad? - Fue lo único que se me ocurrió, porque si Sarah tenía esas antenas sepa la chingada que más tendrán. - E... escucha, como notarás no tengo experiencia  - ¡piensa en algo ingenioso, lo que sea!

Quizá, si me hago rápida, podría meter a tiempo mis manos entre sus dientes y el cuello de Mercedes, pero no podría arrancársela. De alguna forma tengo que liberarla.

¿Puta madre, que no es el bar de Gregorio?

Tiemblo de la sola idea que por casualidad te encontraras con Ernesto o, Dios no lo quiera, Eusebio... 

En la madre, ¿y si lo que sea que es eso era alguno de estos?

- Dime qué quieres, o cámbiame por ella - estoy haciendo kamikaze... - Acabo de hablar con su sire. Tiene aliados, muchos aliados, te va a ir mejor si me... - ¡no suenes como una amenaza, con estas chingaderas imprevisibles no le hagas creer que es una amenaza -...si me dices lo que quieres - ahora si que casi lloro.

Mercedes no es que no luche. Esta helada de pánico y asco. Pero su mirada busca a Laura, llorosa, si bien son lágrimas rojas las que se agolpan bajo sus ojos.

El ser lame la oreja de tu sire, lo cual hace que un violento escalofrió la recorra. Esas uñas salvajes hienden la delicada piel de la Toreador. No brota sangre, pero el dolor se intensifica.

- Todos van a morir. Su sire y el sire de su sire. Ella. TU. ¿Lo que quiero, niña?

Fija la mirada en tus ojos. La mirada debajo del aspecto de monstruo, es si se quiere mas horrible aun. Lo peor de un humano y un vástago. Algo que solo conoce el odio... y la sed.

- Que corras….

Tras el fallido escopetazo la demente alcanza a Sarah nuevamente. Su ataque es brutal, desesperado, sin técnica ni nada... Pero con tanta ansia. No de destruir. Eso sería muy fácil.

De devorar.

Quizás por eso en vez de desgarra aun mas, carga contra la Gangrel, placándola con gran violencia para derribarla! El impacto es firme, aunque amortiguado por la naturaleza no muerta resulta inefectivo para dañar. Da igual. De todas formas su verdadero propósito es hacerla caer... 

Sentí una arcada de puro asco, más psicológica que física. Ni viendo Men Behind The Sun quise vomitar (o poder vomitar) tanto como ahora.

Por dentro, la parte racional que me quedaba se sentía agradecida de que no hubiera enloquecido (¡¿Más?!) y matado a Mercedes para probarme su punto, pero ahora lo único que me queda es actuar. Quiero correr, pero mis piernas no responden. Si no fuera vampiro, bromearía diciendo que necesito un pañal.

Atrás, escucho la pelea entre Sarah y la otra vampira. Miraría, pero la impresión misma ha hecho que el infierno se reduzca a esa... cosa... Mercedes y yo.

¡Puta madre, piensa Laura!

La única vez que leí (o mejor dicho, vi una película de Twilight... ¡Está bien, me ví un video parodia de You Tube) la chica se rajaba el brazo para distraer al vampiro. El guardaespaldas inservible de Mercedes se quedó loco con su sangre, y si logro algo así con este? Algo dijo Mercedes que era muy peligroso beberse la sangre de otro vampiro, no recuerdo por qué...

Ay dios, ay dios, ay dios...

- ¿Entonces quieres pelea? - no sé ni lo que estoy diciendo, pero sigo, con la voz temblorosa, pese a que sé que me arrepentiré en el futuro cercano - ¿y si le añades más diversión, eh? - lo que sea que reemplace la adrenalina en los vampiros, está funcionando. En el fondo, quizá buscaba hacer reaccionar a Mercedes. - ¡Ya que vamos a morir, al menos desquitate conmigo! - una fuerza se acababa de apoderar de mí. Que dios me ampare - ¡Mátame frente a ella, anda!

Sara logra aguantar el encontronazo, manteniéndose erguida. Rápidamente descarga otro escopetazo contra la chica, pero esta vez la perdigonada solo la impacta en el costado, sin hacer mucha mella… Retirarse por donde vino es la única salida y eso hace. Que la estúpida de Laura se sacrifique si eso quiere… Ella no paso 5 años en las alcantarillas para morir así.

Lo evalúa un momento. La sugerencia es buena. Primero la pequeña, luego la grande… Suena justo. Aquella noche estaría llena de sacrificios… ¿Por qué no dejar morir a alguna en sus propios términos? Sería una historia diferente para contar junto al fuego cuando acabasen.

La vieja ya había dejado de luchar hacía rato, demasiado aterrada y asqueada. Esa criatura dejo a Mercedes contra la silla y con un violento movimiento, abrió las entrañas de Laura.

Sus garras cortaron la piel y carne como el cuchillo del carnicero hubiera hecho con un tierno cordero. Inundando a la mexicana con un dolor como nunca antes había sentido…

A diferencia de Sarah, ella era joven. No lo sabía, pero sus entrañas todavía estaban en camino a ser las de un vampiro, y aun algo de sangre circulaba por las mismas. Eso solo hizo las cosas peores cuando bajo la vista a su vientre para mirarse la herida… La sangre manaba hacia abajo, sobre las ropas todavía húmedas… y... ¿qué era eso que se adivinaba saliendo?

Laura supo en ese momento que no sobreviviría a otro golpe... ni probablemente, a esta noche.

La demente esboza una sonrisa llena de sangre, al recibir los perdigones del escopetazo. Su cuerpo se mueve desacompasadamente, como el de una araña sin una pata, pero porque ella así lo quiere. Esta chica está resistiendo más que los demás.

Sera divertido comerla. Ojala grite tanto como el de traje…

Con eso en mente, se abalanza tras de Sarah, pero su ímpetu es demasiado para la puntería. En el último momento trastabilla, su pie ensangrentado se desliza un poco sobre las losas del piso… No cae, se ataja con la mano y conserva la postura, pero falla en su intento de placar a la Gangrel nuevamente...

Podría haberme aventado una maratón de Kill Bill, Sons of Anarchy, videos de mataderos en you tube y Men Behind the Sun, y jamás habría sabido o imaginado lo que hiba a sentir de ver parte de mi sistema digestivo. El sonido de la carne abriéndose fue similar al del papel rasgándose. No pude gritar: el shock casi me hizo creer que esta herida es de otra persona. Ahora si estoy llorando, pero es tanta sangre que ni siquiera sabria decir si la de mi cara salió de mis ojos... o abajo. Dejé virtualmente de escuchar cualquier cosa a mi alrededor. El mundo estaba en [/I]stand by[I]. Todo se detuvo. Milagrosamente, pude volver a pensar. O reaccionar. Si Mercedes estaba libre de su abrazo ya podía escapar. ¡Tenía que salir de aqui! Mordiéndome el labio inferior con tanta fuerza que casi me habría otra herida me levanté, instintivamente apoyando las palmas de mis manos con el suelo para impulsarme.

Tus pasos son pesados mientras te alejas. Entre tanto, la criatura se lame la uña con la cual te abriera, saboreando las primeras gotas de la sangre que hace poco había en tu cuerpo. Si no estuvieras de espaldas verias una lengua negra, llagada...

-Fresca… +comenta. Ni siquiera se apresura o busca adelantarte, siguiéndote detrás... Sus ojos estan fijos en tus muslos generosos, mientras un pensamiento cruel le viene a la mente sobre qué hacer con ellos+ Puede que me tome un tiempo en devorarte…

Mas allá, Sarah continua luchando por su vida con la loca, arremetiendo una contra otra en el lobby, pero eso nada tiene que ver contigo salvo que estorban tu camino para correr afuera. Si juntas la fuerza para hacerlo. 

El juego del gato y el ratón se está volviendo muy peligroso. Las balas no sirven contra esta loca.

Es todo o nada. La naturaleza de los Gangrel es odiosa, y la forma en que tu cuerpo responde deformándose, una abominación. Pero puede ser lo único que te salve.

Agazapada, Sarah usa su sangre para hacer crecer las uñas, convirtiéndolas en afiladas garras óseas, levemente curvadas, tan eficaces como una buena navaja… pero por alguna razón mucho más contra otros vampiros.

En tanto, se pone lista a esquivar, y así es que logra hacer un segundo “ole!” a la maldita pelirroja, escapando por los pelos a otra brutal embestida.  

Giro mi cabeza en el peor momento posible. El mismo asco que paralizó a Mercedes me habría hecho vomitar si pudiera (y no tuviera mis órganos a la vista). La horrible... mirada... que hizo a mis muslos casi me provoca una arcada. Solo ver como se relamía con mi sangre hacía al muerto ghoul verse como una versión poética de lo mismo. El escándalo que sentí esa vez pareció insignificante. Casi fue como pasar de leer 50 shades of grey y creerme la mala, a leer Julieta, y descubrir que no había visto aun lo que realmente era... lo que sea que es esto.

Un escalofrío helado me cruza toda la espalda. Es repugnante... horrible...

¡¿De donde chingados salió esa cosa?!

Miro a Mercedes, aguantando ese horror, esperando a que se mueva, pero no así lo hace. ¿Pero qué carajos esperas? ¡¿A que nos maten?!

Una parte de mí, la que aceptó beber por voluntad propia parte de un ser humano, mezclada a la que quería ver otro día (o noche) quería dejarla y salvarme. Otra, la moralista que me llevó a aguantar la mitad de las cosas que en México aguanté, me pedía que la jalara y nos largaramos de allí. Las dos no sabían si esa mierda de... monstruo... sería más rápido que yo. No sabía a cual apostar.

¡Puta madre, de verdad tenía que escoger este momento para paralizarse del miedo!

Para eso me gustabas, cabrona...

Por un lado Sarah y la loca bloquean la entrada, por el otro Mercedes sigue en shock, y en medio está lo que sea que es ese demonio del infierno. En una pelea uno a uno no le gano, lo mejor que tengo son mis piernas.

Rezando porque no se me salgan los órganos (en este punto creo cualquier cosa) y haciendo acoplo del mayor acto de voluntad que en mi vida hice, sin tener la menor idea de lo que estaba haciendo o estaba sucediendo, ralenticé el tiempo. No puedo abrirme hueco de un empujon entre la loca y Sarah, pero aun puedo aprovechar que no son dos desquiciados atacándome. Intento alcanzar a Mercedes, despertarla así sea de un empujón, para que o peleé o nos larguemos de aqui con Sarah. Fuera de este cuarto al menos vamos a tener mejores oportunidades.