Partida Rol por web

Gira la cabeza al sentir el contacto, asi como parte del torso y ves que el supermacho realmente no la está pasando bien. Tiene una triple cruz en el pecho, y la carne le cuelga a tiras… Incluso con su aguante, lo que tiene enfrente es demasiado para él.

También la incredulidad que alguno viniera a ayudarle.

-Si salimos de esta te la debo…+replica con asombro, mientras estampa un puñetazo en la cara del Jaguar. Igual que vos, solo tiene sus manos, asi que eso usa para contener a la bestia parda que lo está destrozando.

Un muchacho pasa al lado de ustedes, en sentido contrario. Al parecer todavía quedan locos con ganas de pelear.

Ulises en cambio esboza una media sonrisa a pesar del dolor y pasa una mano sobre tus hombros, mientras con la otra lo hace bajo tus rodillas. Luego un leve tiron, y estas contra su pecho

-Mientras no te pongas a cantar el “endaia”… dale. Kevin Costner a lo morocho no garpa.+bromea

Seguidamente te carga hacia la salida, una puerta donde esta recostado un muchacho malamente apoyado, sosteniéndola abierta...

- no... Pffff ¿por qué decerebrada cursi, me tomas?- tuvo ganas de volver a hacerse la listilla, pero no lo hizo, tenían a dos Jaguares detrás de ellos, y habían locos que querían seguir peleando, igual pensaba que si todos lucharán se hubiera podido hacer algo, eran un puñado de vampiros, muchos de ellos antiguos, ¿como no se podría hacer nada en contra de ellos? - parece que eso de tirar si va, te debo pagar de algún modo demasiado directa, y su pecho era agradable, Javiera reparó en el por unos segundos pero prefiero mirar sobre su hombro, para ver a los jaguares, si lograban avanzar más  rápido que ellos llegan a la puerta.

No respondo al comentario de Agustín: espero realmente no tener yo que deberselas a él si llego a fracasar en ayudarle. Por lo menos, pienso para mi capote, no sin algo de soberbia, es solo un jaguar, y de seguro que entre los dos lo aniquilamos en un santiamén. Yo también preparo mis puños y me lanzo al ataque.

Su cerebro se paralizó durante unos segundos.Pensando en como podrían escapar de allí si alguno de esos grandes felinos entraba en aquel estrecho callejón.
Sin embargo,era demasiado tarde para cambiar el plan.No podía echarse atrás, sus compañeros estaban jugándose la vida ahí dentro y ella tenía que seguir adelante con su plan. Necesitaban algo más que sus maltrechos cuerpos para plantarles cara a esos gatos.La furgo era su mejor opción, siguió caminando esperando no encontrarse de frente con uno de esos monstros asquerosos.

En el estado actual de Sebas apenas puede moverse, ya ha hecho acopio de toda su fuerza de voluntad para llegar a la zona donde se encuentra ahora mismo, desde la que solo puede ver el desarrollo de la lucha de sus hermanos de manada esperando que puedan salir triunfantes.
 

Ulises opta por no hacer comentarios, pero su abrazo se torna ligeramente más fuerte… Aparte, está ocupado, sorteando al flaco en la puerta para sacarlos a ambos, mientras por sobre su hombro miras como el jaguar, librado del estorbo, va tras de ustedes…

Apenas traspasa el umbral, salen a un estrecho y oscuro pasillo aledaño al galpón. Bolsas, cajas, y sombras oscuras, dan idea de que esto se usaba como basurero. Hay un alto murallón que impide seguir, quizás de unos 3 metros. En buena forma no sería problema, pero con la carga…Encima, la lluvia cae ahora firme sobre ustedes, pegando sus ropas y cabellos. Un hermoso diluvio, enmarcado por rayos distantes, como para dar un mejor marco de terror a una velada de por si aterradora.

El morocho opta por correr entre la basura, aunque esta le demora, hacia la única salida disponible…Hay una sola cosa positiva, y es que esto es demasiado estrecho para que el gatito pase.

La fortuna sonríe a los audaces dijo alguien una vez. Debió ser el mismo que pensaba que la pluma era más poderosa que la espada. Sería bueno tenerlo ahora acá, entre vos y el gatito, a ver si piensa lo mismo.

El jaguar divide su atención entre Agustin y vos, descargando dos rapidos y “torpes” manotazos a diestro y siniestro. “Torpes”, si no fuera porque tu guardia baja tras el fallido ataque lo recibe de lleno.

Hacía mucho tiempo que nada te dolía tanto como esto. Tu vientre se abre y raja, como si hubiera pasado por el cuchillo de un carnicero…Ropa, piel, carne, todo. No hay casi sangre, obviamente, salvo unas gotas oscuras. No rula eso para un vástago ya podrido por dentro. Pero el daño a todo tu ser es considerable… 

La parejita pasa a tu lado, metiéndose al oscuro y llovido pasillo. Ambos van heridos, pero él la carga a ella como todo un caballero.  La breve mirada que diriges a ambos, no obstante, basta para reconocerla…

Es la chica que defendiste antes. La que vino con Ramiro. Y él es quien también le plantó cara al jaguar.

Esto y un gruñido atraen tu atención de nuevo adentro… El gatito viene hacia acá, tras ellos.

Y otra vez, vos estas en el medio.

Unos metros después, te atoras con los que te precedían. Algún "buen samaritano" está bloqueando el paso mientras aporrea una puerta lateral que nunca viste, buscando abrirla desde fuera... y lo consigue!

Alguien sale, entre la luz que viene de adentro. Solo que no solo sale un sobreviviente.

También el áspero y cercano rugido de un jaguar, que hace vibrar la pared... Justo al otro lado, solo separado de vos por una fila de ladrillos, la cual ahora se siente muy tenue.

Pegadita a su pecho, imaginó que si estuviera vivo, podría escuchar su corazón, su respiración agitada. Javiera, se muerde el labio inferior, y luego se queja por el dolor, estaba demasiado herida, y cansada, sus reservas de sangre casi habían desparecido, su voluntad, estaba mermada.

- Ulises... espera... - intenta hablarle al oído - debemos... debo... buscar un lugar seguro... creo que me buscan a mí... si quieres dejarme ahora... puedes hacerlo, lo comprenderé - se muerde el labio inferior, y se vuelve a quejar - debo... hablar con los líderes... si han sobrevivido... esto no es de la camarilla... Ulises... esto es de algo mucho peor... y... esos jaguares los envían para acallar a todos los que sepan algo...- aprieta sus labios - ya lo vi... ya... oh... debe estar en peligro - susurra, y espera la reacción de Ulises, en cierta forma, lo está midiendo, viendo que haría, 

Sebas contempla como se acercan los dos y con un amago de sonrisa les recibe:

- Pero que hacen boludos?, Dején de joder! No ven que traen bichos detrás!. - Mientras se aparta de la puerta dejándoles salir y esperando que lo que viene detrás de los dos se centre en su objetivo y le deje tranquilo.

La... mierda... ¡Maldito jaguar!

Miró mi herida, haciendo un gesto entre una mezcla de asco y rabia, y a continuación miro al jaguar con odio. ¡Me las vas a pagar, maldito felino!, me digo para mi capote, mientras que intento vanamente acostumbrarme a esta nueva situación de dolor. ¡Maldita sea, cómo duele! Pienso, no sin poder evitar reírme, en el dolor que hacía víctima a Sebas mientras yo, y otros, trataba de escapar. Una mueca sardónica se dibuja en mi rostro, pensando en todos los compañeros a los que vengare ¡cuando acabe con este maldito jaguar!

Miró hacia atrás, por ahí también se quedaría atascada.Parece que no era la única que estaba en aquel maldito callejón.
No os paréis, no os paréis, no os pareis.... no podía pensar en otra cosa.Estaban encerrados y si todos los que iban delante de ella se paraban no podría ayudar a sus compañeros; necesitaba llegar hasta la maldita furgoneta y poder salvar a los suyos.
Sus opciones eran muy limitadas, o seguía caminando esperando que no se formase una bola delante de ella o volvía por donde había venido provocando ella misma el atasco.Decidió que lo mejor era seguir hacia delante y confiar en que no muriesen todos en ese maldito callejón, necesitaba ayudar a sus amigos.

Cuando pasas corriendo, la cabeza del Jaguar asoma.

Sentís el olor a vitae y muerte, como la sangre y cenizas que hay derramadas junto a la puerta a sus pies, invadiendo el callejón. Los restos de los pobres infelices que cayeron ahí, forcejeando por salir.

Pero pasas, y él no puede entrar en ese estrecho corredor. Ahora es problema de los de atrás. Vos, en cambio, ya vas viendo la salida… aunque tienes que pensar en volver ahí dentro por los tuyos.  

En eso un grito escalofriante viene de adelante. Una chica grita en agonía. Que no sea, que no sea lo que estás pensando…

El puñetazo es tremendo, pero resuena hueco y duro contra el jaguar. Es como golpear un gran tanque de cemento, carnoso y cubierto de pelo. Lo encaja, con apenas un leve titubeo. Agustín le encaja otro aprovechando el flanqueo que brindas, sacudiéndole los bigotes al darle un pleno en la cabeza, pero apenas lo conmueve.

 -Es mucho…+gruñe. Pero quizás esté haciendo efecto. Esta vez, el contraataque del gato es más torpe, más lento. A vos te alcanza, pero sus garras se enganchan en la ropa y resbalan sin dañarte. Al tu compañero ni siquiera lo toca. ¡Algo, al menos, le están haciendo!

La pareja pasa sin mirarte siquiera y se meten al callejón como los demás. El gatito sigue derechito a vos. Te dejan todo el problema sin ninguna culpa...

Es que de hecho, el tipo se detiene a tu lado, viendo claramente que no cabra dentro de aquel túnel estrecho que llaman pasillo.  Ruge rabioso, para luego volver la cabeza hacia vos. Tus heridas son muchas. No podes huir ni soñándolo…

Sentís el aliento fétido y sangriento del gatito cayéndote sobre el rostro. O más bien su olor. No respira…

-Todavía no salimos de esta… no pienses que te voy a dejar tan fácil. +sonríe, mientras siguen corriendo por el pasillo+ Cuando me expliques vemos.

La carrera les hace pasar junto a la otra puerta abierta. Ahí, un grito de dolor les llama la vista hacia la derecha.

Un muchacho rubicundo y narigón está atrapado entre dos jaguares. Uno le sostiene de la pierna y otro del brazo. Los dos tironean de él como si fuera un chicle… abriéndolo poco a poco en dos. A sus pies, ya hay sangre y cenizas, los restos de otros…

Con un último gemido de terror lo parten, disolviéndolo en un montón de cenizas, al tiempo que sus ojos verdes se fijan en ustedes relucientes….