Partida Rol por web

Después de todo lo que ha pasado no me puedo creer que al fin logre hacerme ayudar. No es como si Eli o Lucrecia se lanzaran sobre mí para acomodar mi cuerpo adolorido y maltrecho en el carro, pero por lo menos he alcanzado el vehículo en donde están, y con esto mi posibilidad de escapar cuasi ileso de este infierno.

Tan pronto como mi trasero toca el asiento presto atención a lo que Lucrecia me dice, pero su pregunta me es hasta indiferente. Estoy tan casado...; además de que con su duda me recuerda a Sebas, a Agustín, y demases compañeros que dejé atrás. Por primera vez en mi larga vida, tanto como mortal como vampiro, me siento basura. 

- No vi a nadie conocido al salir, pero sé que varios de nuestros compañeros han muerto - y nombró con esto a Sebas y a Agustín. - La última vez que vi a Selina iba a buscar un automóvil, no sé si encuentra bien. Por cierto - agregó, apuntando con un dedo sobre el cristal de la ventanilla en la dirección en la que he llegado -, por allá hay una especie de monstruo. Parece un hombre lobo, pero bien puede ser un Gangrel. Muchos de los que escapaban cuando salí se dirigían para allá, pero no me quedé para ver si eran atacados o no.

Ya pudieron ver el mega mercado, sus luces, y los autos saliendo, la vampiresa se tomó de la mano de Ulises, mientras escucha lo que dice, ahí tiene dudas,  mordisquea sus labios, y se da cuenta que no es muy extraño que esas criaturas llegaran, pudieron estar cerca cuando les informaron sobre la reunión. Ulises hace la última pregunta, y los ojos de Javiera fueron hacia él, tenía más preguntas que dudas, lo que hacia que todo lo que fuera a decir, resultara confuso. 

Buscaron entrar en el supermercado, primero, buscar algo de comer, segundo, llamar a Alfonso o Antonia, y tercero, buscar un auto. Cerró sus ojos, el agua ya molestaba, así como las heridas, cada paso era una tortura, la hacia cojear.

- antes de responderte, debo hablar con Alfonso,  lo malo, es que esto puede ser más grande de lo que creemos- apretó los dientes, las puntadas de dolor, y también, de traición -  pero algo te digo, lo seguro es que me quedaré contigo, ya no quiero saber de la Camarilla... las dos veces que he estado por morir, han sido sin siquiera saber qué sucede... me siguen usando de carne de cañón, - masculla.

- Ulises, Yam nos fue a buscar, sabía donde estaba Antonia, ¿sabes si ella estaba enterada de antes de la reunión o se enteró en ese momento? - pregunta crucial para saber si su sospecha era real. Buscaron un teléfono público, más bien ella - quédate y escucha todo lo que diga -  agarró su mano, sintió un escalofrío, como cuando estaba viva. El muchas veces le producía aquello.

-Espero que allí también tengas algo con que grabar el audio... y que esta vez afines el oído.No quiero que te pierdas escucharles morir por segunda vez...Sabía que se estaba pasando pero aquel capullo engreído la estaba sacando de sus casillas.
Le había dicho que todos sus amigos habían muerto, y ahora sin embargo volvía a hablar de ellos como si pudiesen estar allí. O estaba mal de la cabeza y no sabía ni lo que decía o estaba jugando con ella.

Lucrecia trastea con el encendido, calmada y fríamente. Es en momentos como este cuando alguien se pone nervioso, embraga mal y se producen esas escenas de peli de terror. Reforzados por la idea de un peludo adelante.

- La puta madre… ¿no hay una buena?+gruñe, poniendo reversa y primera+ Ok, salimos para el otro lado y que se vayan a la concha de su madre…

Aprieta el acelerador, lo que arroja tanto a Eli como a vos hacia adelante, mientras da la vuelta. Por el reojo ves que apenas evita chocar con la camioneta del Che… Bien puede ser que la muerte todavía no haya dejado de ser una chance.

- CORRANSE PUTOS! … VOS, DE ESTE LADO NADA, NO?

Dentro del supermercado, el gentío es realmente impresionante. Los dos vastagos quedan rápidamente rodeados de personas, que están comprando a rabiar. ¿Sera noche de ofertas? Ulises se queda en silencio durante los últimos metros, meditando las preguntas de Javiera, pero la verdad es que desconoce las respuestas. Ramiro no le dijo nada de eso…

No les cuesta nada localizar un pequeño locutorio y que les habiliten una cabina. Tampoco nadie dice nada de que estén hechos sopa, aunque la empleada mira seriamente sus ropas destruidas y Ulises se cubre sus heridas disimuladamente mientras se mantiene a tu lado, casi sin despegarse. Seguridad está a un toque después de todo, si piensa que son chorros.

Igual eso es lo de menos. Javiera marca el número y enseguida salta el mensaje fatídico.

“El numero al que desea llamar, no está disponible”.

La voz grabada resuena en su oído mientras mira por la cabina, al tiempo que las esperanzas de aliados se van derrumbando. Puede notar que los televisores del local, tanto el del mismo locutorio como los que están más dentro del enorme local, muestran noticieros. Y un mapa de la Capital Federal… con muchas zonas rojas. ¿Qué está pasando?...

-Jekjekjek… no, eso ya era mucho. Pero si quedan huesitos o cosas así, los coleccionare. Puede que te traiga uno…

Sus ojos pasan por tu figura. O al menos las lentes oscuras que los cubren.

- No tienes aspecto de una chica que vea muchas peleas…+ronronea+… Dime, ¿sabes cuánto dolor puede aguantar un chupón?... Comparada a mis otras niñas, tú duraras semanas quizás… siempre y cuando pases de esta noche. ¿Todavia no entiendes lo que ocurre arriba, no?

Después de todas estas aventuras, si es que se le puede llamar aventuras a algo de la naturaleza como lo que he dejado a mis espaldas, no es de sorprender que los ánimos estén caldeados. Después de advertirle lo que sucedía a Lucrecia, no sé si por nerviosismo o por ganas de salir de aquí rápido, la veo esforzarse con el encendido del automóvil. Maldito cacharro, pienso para mi capote, ¡enciende!

Cuando el motor decide funcionar, y soy empujado hacia delante producto del movimiento brusco del vehículo, una segunda sorpresa se avecina. Por poco chocamos, y con el automóvil que lleva el Che. Por una parte me pregunto: ¿acaso esta noche todo tiene que salir mal?, y por otra parte me digo: ¿Estará Selina con el Che? No había visto a mi compañera desde que me separé de Sebas, y ya bien visto como terminó mi compañero, me preguntó si la chica habrá salido con bien.

Un fuerte ruido metálico resuena contra el piso del auto cuando llegan a la esquina, un estruendo terrible como si algo se rompiera, y las peores premoniciones se cumplieran... Incluso la seria Eli se asombra, asomando la cabeza para ver qué pasa.

-… la tapa de la alcantarilla estaba afuera...+informa con voz algo atenuada.+ Le erramos al pozo de casualidad.

Por centímetros, la rueda no se metió en el hueco de la alcantarilla. ¿Quién carajo la pudo dejar abierta? El auto se hubiera quedado irremediablemente…

Lucrecia sacude su oscura cabellera como despejando un pensamiento muy desagradable y pasa las marchas, acelerando ahora hacia el frente, lo que devuelve el empuje contra los asientos… Las calles empapadas por la lluvia no son lo mejor para ir a alta velocidad, pero no le importa. Va dejando olas en los charcos a su paso.

-Mierdamierdamierdamierda… y si vinieron de ahí los putos?+masculla, tensa como una cuerda de guitarra.

Colgó molesta, mascullando unas palabras poco sonantes, cuando se gira hacia su amigo, dándose cuenta de la televisión, la joven arrugó el ceño ¿se estaba repitiendo lo del 2003?, la vampiresa fue  acercando a Ulises, para captar su atención,  apoyando su cabeza en su hombro. Instintivamente busca su mano, para apretarla.

- es mejor que vayamos a tu casa, que busquemos un refugio, y algo de comer, - le susurra, con su ojos en la televisión, pero no dice comentario alguno aún - no pude comunicarme con él, de seguro tiene que ver con esas zonas rojas, vamos, quiero descansar, - y buscar información para saber que diablos estaba pasando.

- no me respondiste si Antonia sabía de antes de la reunión, es importante ese dato, Ulises - se agazapa más contra su cuerpo.

-¿Por qué no me lo explicas tú? comenta poniendo voz de inocente de inocente desvalida... -Pareces dispuesto a enseñarme tantas cosas...
No tenía muy claro porque le había dicho aquello, pero estaba ya harta de depender de otros para su supervivencia. Tal vez, de forma inconsciente estuviera pidiendo a gritos la muerte, esa no era la no-vida qeu le habían prometido.habia deseado con todas sus fuerzas sentirse fuerte, poderosa, inmortal... y sin embargo llevaba días a merced de la voluntad de otros. Quizás solo trataba de controlar una parte de su existencia, por pequeña que fuera, provocando un poco el momento de su muerte.

Mientras hablan, el televisor escupe la información.

"… tenemos imágenes enviadas por un televidente, Carlos, de la zona de Floresta. Ahí el agua todavía está subiendo y entrando a las casas. Repetimos, estas imágenes son de la zona Oeste. En la zona Norte, los barrios de Palermo, Villa Urquiza, Belgrano, Saavedra, Nuñez, y toda la zona del Tigre, la situación es mucho peor…"

Los números debajo ya hablan de víctimas fatales y cientos de evacuados… una inundación sin precedentes. En la ciudad de La Plata, parece que todavía es aún más grave. Agua por metros en las calles!

Ulises mira también, atónito, sujetándote la mano cuando te aproximas.

- No... No va a poder ser flaca. Mi depto está ahí en Caballito… mira lo que es eso…

-Ah… mis clases son de otro tipo…

El pedaleo en el agua  va abriendo olas y salpicando inmundicia, mientras habla.

-… pero eso te lo tuvieron que enseñar de casa… Hoy empieza a acabarse todo, linda… Claro que la mayoría pensaba que nunca iba a llegar, o que pasaría muy muy en el futuro… ¿Tu mami o tu papi chupones no te dijeron de la Gehena? Jekjekjek.

Se inclina sobre el asiento para alcanzarte, sujetándote del pelo para forzarte a ver de cerca su máscara. El tono serio le embarga repentinamente.

- Vas a atener que agradecerme. Te vas a ir más temprano…

¡La mierda igualmente! Parece como si no nos pudieramos dar un respiro sin que nos metiesemos en otro problema, todavía más grave. Me pregunto, no sin cierto pesimismo, si vamos a llegar a puerto seguro en algún momento. Todas estas trampas, si es que se las puede llamar así, ciertamente no son fortuitas; y que todo el asunto de los jaguares tiene una cierta conexión con lo que está sucediendo en estas calles: es como si quien nos hubiera tendido este jueguecito de muerte estuviera empecinado en no dejar a nadie salir con bien.

Cuando Lucrecia hace su comentario, de sobre si los ataques vendrán desde las alcantarillas, mi mente se enciende en una idea, que me hace abrir los párpados de par en par. ¿Y si el que nos está atacando es aquel tipo de las ratas? Hasta donde recuerdo ese hombre controla el alcantarillado de la ciudad, y al menos que por algún artificio desconocido hubiera permitido que otros pasaran por sus dominios para venir a atacar en este lugar específico, bien podría ser que él mismo esté detrás de todo este asunto. La idea no deja de desconcertarme; pero estoy tan preocupado de que salgamos de aquí que le reservo mis dudas a mis compañeras hasta que la situación sea un poco más calma.  

-LA Gehena... lo dijo casi en un susurro, tratando de recopilar en us cabeza cualquier información que tuviera referente a eso.
De repente un tirón en su pelo la medio tumbó hacia atrás.No dijo nada, pensó en las palabras del enmascarado, le gustaba sentir dolor, pero tal vez debía haberse que dado y morir con sus compañeros.Aunque... si lo pensaba detenidamente puede que la mejor forma de pasar lo que le quedaba de no vida fuese con dolor.
-Si lo haces tan bien como presumes igual sí te lo agradezco.

El auto ilumina agua y más agua, a medida que agarra por la avenida. De pronto Lucrecia hace un giro y esta inunda dentro, mojándolos más de lo que ya estaban.

-La concha de su madre! +Exclama, deteniéndose en la huida.+ Esta todo inundado!

Mordiéndose el labio, incrédula que todo salga tan mal, pasa a reversa y retoma por una hacia el sur.

-No puede ser boludo, estas bolsas, no saben ni cuidar las calles…

Maldice el estado de la ciudad, pero realmente, una inundación asi es de primera magnitud. Qué carajo está pasando…Mientras cambian hacia el sur, sobre el ruido de la tormenta, escuchan otro sonido. Un lamento, una llamada. Una señal. O solo el viento entre las casas.

Pero suena como aullidos en la dirección a la que van...

La Gehena… no te suena mas que a un cuento. Nadie te hablo mucho sobre eso. Para los vampiros es algo malo, alguna clase de evento futuro. Los sacerdotes allá en España hablaban de ella, pero vos estabas muy ocupada gozando y divirtiéndote para darles atención. Si la recordas de tus otros estudios ocultistas. Es como los judíos llaman al Infierno o Purgatorio.

“Capuchas” te mira, mientras se va deteniendo. El tironeo de cabello te sirve de empuje para alzarte, mientras examina tu ropa. Su mano libre acaricia tu vientre y tus pechos, para luego bajar hacia tu sexo. Con brusquedad rompe el pantalón, para meter su mano enguantada...

- ¿Lo queres ahora, chiquita? ¿Queres empezar a sentirlo ya?

- pero que mierda...- exclama, era chilena, pasara el tiempo que pasara, ella era chilena, y lleva ambas manos a su boca, Carlos también estaba cerca, sin contar su estudio, sus casos, - las cosas de las que se preocupa un abogado, sus causas incluso antes que su vida- todo inundado, la chica mueve la cabeza, ¿esto era sólo un hecho fortuito o no?, luego de ver a los jaguares, ya ni sabía.

- mierda.. mierda... - pensó, la princesa debería estar con los pelos de punta, la lluvia no debería ser un problema para los vampiros, pero cuando los refugios s jodían si se volvía un grave problema - ¿sabes de algún hotel por aquí¡ o tendremos que ir a las alcantarillas - y encontrarse con algún que otro nosferatus, - no.. espera, mala idea - rodó los ojos, todo debe estar inundado, la chica fue hacia el vampiro, y lo abrazó, apoyándose en su pecho.

- compremos algo de ropa, y vemos donde quedarnos, necesitamos comer, recuperarnos, y de ahí, buscar a los que queden, ya, te contaré todo, pero necesito un poco de ropa y un lugar más o menos seguro... la bodega de este sitio puede servir - lo mira hacia arriba, jalando de sus ropas mojadas. 

Las caricias del encapuchado le traen de nuevo recuerdos de cierto tipo de actividades que le encantaban no hace mucho, cuando aún era humana. Había una parte de ella que se negaba a dejar atrás ese tipo de vida, por eso determinadas situaciones le resultaban tremendamente excitantes. -Creí que eras tú el que mandaba... comentó con un tono guasón.Si de verdad estaba cerca el infierno de los vampiros pensaba pasarlo todo lo bien que pudiese antes.-¿En serio te importa si lo quiero o no?

En mi vida había visto torrencial cual este. ¡Cómo llovía!; y además el estado de las calles no ayudaba nada. Por eso no me sorprendo al oír a Lucrecia juramentar, más aún cuando yo estoy haciendo lo mismo. Pero lo que si me toma de sorpresa, más por lo repentino que por el hecho en sí, es la bañada en agua helada, que de seguro de estar vivo me hubiera calado hasta los huesos. ¡¿Es que las cosas no pueden salir peor?! Cuando uno ya se cree seguro, ¡esto! Cuando uno cree que ya nada malo puede pasar, ¡esto!

Pero como bien me ha enseñado el destino, que cuando uno se dice "nada peor puede suceder", siempre sucede algo todavía mucho más malo. En mi sorpresa de verme empapado tan bruscamente, me percato de que Lucrecia cambia de dirección, y mientras conduce en una nueva trayectoria se escucha una especie de lamento. Si mi corazón aún latiera, de seguro que se hubiese detenido, todavía más al cerciorarme con más precisión de que lo que se oye es un aullido, y en la dirección a la que vamos.

-Hasta que se inunde… +murmura en tono poco convencido. Por ahora las líneas rojas están en el límite. Eso significa que en nada este barrio correrá la misma suerte…+ Pero te acompaño con lo de la ropa, así como estamos llamamos bastante la atención. Después busquemos algo de comer afuera y pensemos bien.

Como si se lo recordase, se concentra un segundo, insuflándose color y exhalando una bocanada de aire. Había olvidado por completo el tema con todo lo que estaba pasando,  y obvio en la asamblea no había pensado en “disfrazarse”. Pero con tanta gente circulando en el megamercado, podía ser un problema.

- No creo que acá se animen a nada, así que comportémonos como personas normales…¿Vamos cada uno por su lado y nos vemos en la caja 7, te parece?