Partida Rol por web

Harry estaba algo inquieto por la dificultad de la tarea. Por un lado le resultaba pesado intentar encontrar a alguien en la plaza del árbol cuando probablemente era el lugar más concurrido de las fiestas, y eso haría sumamente difícil la labor. Por otro lado la persona a buscar era una bella señorita y eso siempre motivaba a Harry. Así que intento tomarselo como algo positivo y se encaminó hacia la plaza con una discreta sonrisa en la cara.

Una vez en la plaza, y al no verla por ningún lado Harry fue a preguntar a algún conocido como el Doctor Krumber si todavía estaba por allí cortando cerdo asado.

-Si quieren saber, y espero que no aparezca en las noticias locales de la radio, les contaré lo poco que sé de mi primo... o más bien de mi tía- aun mostraba cierta molestia al hablar del tema, pero quizás las palabras de Luana habían roto esa coraza que tenía-. Mi tía, Angela, se embarazó de algún tipo de aquí, se marchó cuando se peleó con mi padre y no supimos de ella hasta hace pocas semanas. Apareció una señora con mi primo, una carta de mi tía y poco más- lanzó una sonrisa sin ganas-. El chico era un desastre, parecía haber salido de un basurero. Mi padre se puso como una fiera, solo el contenido de la carta pareció tranquilizarle- tragó saliva, mirando hacia el piso de la iglesia-. Al parecer mi tía falleció y el único pariente a cargo era mi padre- levantó la mirada tratando de abarcar con ella a todos los presentes-. Mi padre se fue del pueblo para arreglar unos papeles y me dejó a cargo de mi primo.

Se encogió de hombros, como diciendo “eso es todo”. Lucía una expresión cansada en el rostro y ojos grandes de perro apaleado… Otra vez esa sensación de que Dylan les envolvía con sus palabras, como si pudieran creer en todo lo que dijera pero a la vez sentían que algo no cuadraba o no contaba toda la verdad. Quizás había más detalles sobre ese drama familiar que quería ocultar ante esos extraños. No lo sabían.

-No imaginé que al poco tiempo de estar a cargo de él, Adam se escaparía en la primera de cambio. Mi padre me hizo responsable y lo perdí.

Krumber estaba en el mismo sitio donde lo viste hacia un tiempo, ya no tenía casi nada de aquel delicioso cerdo que había estado repartiendo y no lucia su característica sonrisa. Estaba sentado en una silla, con el mentón apoyado en su mano, ando ojeadas al hospital de vez en cuando. Tu llegada le sorprendió bastante, pues estaba algo distraído.

-Oficial Lee, un gusto verlo- dijo tratando de esbozar una sonrisa simpática. Sabías que no era por tu presencia, sino por algo más que le preocupaba. No te tomó más de dos segundos deducir que debía ser por el paciente que estaba en el hospital, quizás sentía la necesidad de saber que pasaba o prestar ayuda. Ya sabes, el deber era algo difícil de dejar atrás-. ¿Se le ofrece algo?

​También podrías ir hasta el Pub, donde Edna podría saber algo. Ella estaba en una posición que le permitía ver toda la plaza, era atenta y diligente. Claro que de allí a saber algo era mas una cuestión de suerte.

Luana pareció salir de su inactividad, pues no había pronunciado palabra, mas estuvo muy atenta a todo lo dicho hasta el momento. Sin duda las palabras de Dylan no fueron de su agrado, pues mostró una fría mirada y actitud bastante seria al haber atacado su trabajo.

-Creo que te confundes - dijo despacio, arrastrando las palabras - Los periodistas no sacamos noticias a costa de nadie. Los hechos son los que son ... Y nosotros contamos a la gente la verdad sobre los mismos, porque creemos que merecen conocerla. Si algo no calza, si algo está mal... Lo apuntaremos. No porque queramos sacar nada de nadie, si no porque es un trabajo necesario. Si no, muchas cosas se quedarían al margen de la ley ... Y, por cierto, a menudo estos hechos se descubren gracias a ...Intuiciones.- luego bajó el tono, mostrándose mas comprensiva con el chico-. Pero vamos, este chico, Dylan, ha perdido a su primo, y evidentemente la situación es peligrosa. Lo mínimo es ayudar a encontrarlo, claro, así que cuenten conmigo​. Por favor, dinos cualquier cosa que sepas al respecto de la situación de tu primo, cualquier detalle puede ser crucial. Créeme, sabemos de esto. Incluso la historia de tu familia, rencillas o demases situaciones, puede ser de vital importancia, sobre todo si tratamos con alguien que está en un estado de enajenación mental. ¿Lo entiendes?

Felix tomó la posta que había dejado Luana, mostrándose también de esa forma entre comprensiva y amable, pero siempre vigilando las contestaciones del chico.

-Supongo que por lo que has dicho no sabes donde estará tu padre, ¿no? Como bien dices quizás pueda ayudarnos, ¿tienes alguna idea al menos de donde podría estar?​

​Dylan pareció bajar la guardia, contando un poco mas sobre lo que ocurría.

-Si quieren saber, y espero que no aparezca en las noticias locales de la radio, les contaré lo poco que sé de mi primo... o más bien de mi tía- aun mostraba cierta molestia al hablar del tema, pero quizás las palabras de Luana habían roto esa coraza que tenía-. Mi tía, Angela, se embarazó de algún tipo de aquí, se marchó cuando se peleó con mi padre y no supimos de ella hasta hace pocas semanas. Apareció una señora con mi primo, una carta de mi tía y poco más- lanzó una sonrisa sin ganas-. El chico era un desastre, parecía haber salido de un basurero. Mi padre se puso como una fiera, solo el contenido de la carta pareció tranquilizarle- tragó saliva, mirando hacia el piso de la iglesia-. Al parecer mi tía falleció y el único pariente a cargo era mi padre- levantó la mirada tratando de abarcar con ella a todos los presentes-. Mi padre se fue del pueblo para arreglar unos papeles y me dejó a cargo de mi primo.

Se encogió de hombros, como diciendo “eso es todo”. Lucía una expresión cansada en el rostro y ojos grandes de perro apaleado. 

-No imaginé que al poco tiempo de estar a cargo de él, Adam se escaparía en la primera de cambio. Mi padre me hizo responsable y lo perdí.

Karl te estrecha la mano una vez mas para luego caminar a paso rápido hacia la comisaria, puedes ver que en ella le espera una joven de cabello rubio y abundante vientre, su esposa Ellie, como si no pudiera estar mucho tiempo separada de él. ¿Habías visto alguna vez a dos jóvenes tan puros? Casi parecían pertenecer a su propio mundo.

Sin perder mas tiempo, te dirigiste hacia la iglesia, donde viste que, de momento, nadie parecía estar en la entrada. Podrías acercarte a la puerta delantera, tratar de oír algo o ir por atrás, donde había una puerta que comunicaba con el cementerio. La puerta suponías que estaba cerrada, pero estabas seguro que desde allí nadie te vería husmeando aunque te seria mas difícil inventarte alguna excusa si te pillaban.

-Hicimos un buen trabajo- dijo a través de la mascara y con algunas gotas de sudor metiéndose en sus ojos. Sin duda, el "doctor muerte" había realizado un trabajo muy profesional, pero no podían evitar pensar que, saliera como saliera, Harold terminaría en sus manos. Pareció relajarse ligeramente antes de agregar-. Pero no creo que sea suficiente.

​Alzó la mirada hacia su colega, como pidiendo su opinion sobre el asunto. Quizás pensaba que la doctora Scofield tenia mas experiencia en esos asuntos, pues Korper estuvo toda su vida trabajando en Sonnenlicht.

Seguí la conversación intentando escucharlo todo. ¿Ángela embarazada de alguien del pueblo? Suponía que algo grave había hecho que se fuese sin decir nada más, pero supuse que simplemente la relación con su hermano se había deteriorado.

Miré al chico y me sorprendí de que la táctica de Luana diera resultado. La miré con aprobación mientras escuchaba lo que tenía que añadir Dylan. Sin duda esclarecía algunos acontecimientos, y por qué había estado tan reservado a contarlo.

-Entiendo que son temas familiares muy delicados. Gracias por compartirlo con nosotros. Creo que, si nadie tiene más que añadir, deberíamos salir a buscar al chico antes de que se haga más tarde. Cada segundo cuenta.

Me quedé esperando si alguien tenía algo más que añadir, antes de partir en busca del misterioso primo.

Harry había visto todo tipo de médicos, buenos samaritanos que ayudaban desinteresadamente a quien lo necesitara, tuviera o no seguro médico e incluso viajaban para ayudar a personas a otros países con menos oportunidades. Por otro lado médicos que tenían como único móvil el dinero. Capaces de firmar partes de cualquier tipo siempre que tuvieran una remuneración en proporción, que se casaban con la compañía farmacéutica que les ofrecía los regalos más suculentos. De momento el Dr Krumber parecía ser de los primeros y eso le daba mucho crédito a los ojos de Harry. 

Con una amplia sonrisa Harry le responde. - Buenos días Dr Krumber. Parece algo preocupado así que no le distraeré demasiado, si me permite una pregunta.... Estoy buscando una chica de unos 25 años, tiene ojos claros, lo que contrastan con su pelo oscuro y el color pálido de su piel. Llevaba el pelo un poco descuidado y recogido en una coleta. Añadir que iba vestida con ropa algo pasada de moda pero le aseguro que el vestuario no escondía la percha, ya me entiende. La verdad es que parecía muy simpática pero un poco ida. ¿No la habrá visto por aquí?.-  Viendo que puede dar pie a que la está buscando por un interés personal añade. - La busco por razones profesionales- Dice esperando la respuesta y con un semblante un poco preocupado. 

-Debería ir a comunicárselo a su mujer, doctor -le dijo ofreciéndose voluntaria para dar la noticia. Al fin y al cabo, el doctor Körper no había sido nunca alguien afable y Evelyn prefería ser ella la que hablase con la familia. 

Dicho esto, se quitó los guantes, se lavó las manos y se cambió la ropa. La que llevaba antes de la operación estaba manchada de sangre seca debido a los intentos de mantener estable al señor Swacht.

Krumber ladeó su cabeza con una media sonrisa algo picaresca antes de responder, parece ser que tus palabras lograron sacarle de esa nube de ansiedad en la que estaba sumergido.

-De haber visto a alguien así, la habría seguido- se levantó de donde estaba, arrugando ligeramente los ojos, recodando-. Por mas que hago memoria, no recuerdo a nadie con esas características. Supongo que no era del pueblo... Al menos no me suena a ninguna chica de por aquí- se mesó su perfecta perilla con una mano-. Si no está aquí, prueba en algún lugar mas turístico... No se, el pub, el mirador... ¿El bosque? No hay mucho para ver aquí, con tu patrulla podrías recorrer el pueblo en media hora.

-Claro señorita Walker- dijo asintiendo lentamente-. Terminaremos de cerrar- miró a Olivia-. Quizás deberían llamar a Doorgod. Los Swacht son muy creyentes...

Korper nunca iba a la iglesia, al menos no para rezar y eso, solo por cuestiones "profesionales".

Te quitaste el equipo de operación, sintiéndote ligeramente mejor. El espejo te devolvió un rostro cansado y con el cabello desordenado. Intentaste componer un gesto tranquilo, pensando en que le dirías a la anciana. El pasillo hasta la sala de espera se te hizo muy corto y encontraste a la anciana sentada, con un rosario en las manos, los ojos cerrados y murmurando para si misma. No te escuchó llegar, al menos de momento.

-Así lo haré -dijo Evelyn mientras abandonaba el quirófano. 

Primero iría a ver a la señora Swacht, y una vez tranquilizada, iría a buscar al padre Doorgod. Aunque no era su trabajo, no podía evitar intentar hacer cualquier cosa para reconfortar a los demás en momentos como aquel. Dejé atrás el quirófano y me dirigí hacia donde esperaban los familiares. Una vez allí, con la ropa todavía manchada de sangre encaré a la mujer del convaleciente. 

-Señora Swacht-le dije con un tono de voz afable, -hemos hecho lo que hemos podido. Ahora es su cuerpo el que tiene que luchar. ¿Desea que llame al padre Doorgod? Tal vez él pueda ofrecerle otro tipo de consuelo.

-No busco una noticia a costa de ti o de tu familia, Dylan -dije, esbozando una sonrisa casi burlona-. Solo busco la verdad, y la verdad puede ser la historia de un pobre enfermo que ha escapado de su casa y anda descontrolado o la historia de un pobre hombre al que han mantenido encerrado en un sótano y que ahora ha encontrado la oportunidad de escapar.

Sin embargo, cuando escucho la historia sobre la tía del chico, dejo escapar un ligero suspiro, preguntándome si el muchacho no nos estaría diciendo la verdad.

-Deberías haber empezado por ahí, chico -dije, en tono más amable. No terminaba de creerle del todo, aunque me parecía mucho más sincero que antes-. Vamos, salgamos a buscar a tu primo. No puede haber ido muy lejos.

Dylan mantuvo la compostura, como no queriendo caer totalmente ante las pujas de Eric, solo la mención del sótano hizo que le mirara directamente, pestañeando un par de veces. Vaya. ¿Acaso esa idea se le había cruzado en la cabeza al ver a su primo por primera vez? ¿O había algo de verdad en esa suposición al azar de Eric? Dylan solo agregó un rápido y escueto:

-Tenemos que apurarnos, el sol esta bajando...

Al verte se levantó con rapidez, algo notable en una anciana como ella, se acercó a ti, mirándote a los ojos, los suyos estaban brillantes y rojizos, buscando la verdad detrás de tus palabras. Tragó salvia asintiendo lentamente, mirando a su alrededor confundida.

-Viejo tonto- murmuró con la voz tomada, como si algo atenazara su garganta-. Le dije que dejara eso para otro día... Pero él quería ir al desfile- intentó borrar las lagrimas que empezaron a surgir con su mano-. "No he faltado a uno solo desde que puedo conducir" me dijo... El padre Geli es un gran amigo, seguramente a Harold le gustaría que estuviera con el... en caso de... lo puedo ir a buscar yo...

Se frotó las manos con fuerza y continuaba mirando los alrededores, como si quisiera ponerse a hacer algo, para evitar pensar. No sabes si estará bien yendo sola, tus palabras la dejaron algo descolocada.

Evelyn miró con cierta lástima a la señora Swacht. Era una mujer apacible, y con el rosario entre sus manos se le veía ciertamente afectada. Era muy difícil arrancarse los sentimientos para que estos no interfiriesen en su faceta profesional, por no decir imposible. 

-De ninguna manera le dejaré que vaya sola -le dijo mientras le indicaba la salida. -Yo iré con usted. 

Aunque estaba segura de que la anciana conocía perfectamente aquel hospital, la enfermera la acompañó despacio hacia la salida. 

-Tal vez debamos ir a buscarlo a la Iglesia, hemos estado un buen rato ahí dentro. Tal vez el desfile y demás haya terminado. 

-Chicos, es momento de marchar, quedan tres regiones por elegir si todavía quereis ayudar, yo me encargo de la restante.

-Me encargaré de la noroeste, sheriff -me decidí, tras pensarlo un instante-. Eso dejaría como dos últimas opciones las zonas noreste y suroeste.