Partida Rol por web

La Maldición de Strahd

Primera Parte - Capítulo Uno: Bienvenidos a Barovia

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22/10/2020, 21:55
Tadiel

Tadiel llama a su lado a Johann, Scarlett y Augusto, y el paladín, la cleriga y el bardo maniobran sus monturas para colocarse a su lado.

Ahora nos dividiremos momentáneamente. Os anuncia el elfo. Voy a la mansión del Burgomaestre para encontrarme con Kolyan Indirovich, pero voy a necesitar que os dirijáis al centro del pueblo, siguiendo esta calle principal, un poco más adelante.

Miráis en esa dirección mientras Tadiel continúa:

En la plaza del pueblo hay una taberna, la única de Barovia. Id allí y esperadnos hasta que nos volvamos a reunir con vosotros. No tardaremos. Mientras estéis allí, alquilad habitaciones para esta noche. Lo más probable es que no las utilicemos, pero hacerlo puede servir como distracción ante nuestros enemigos y también os servirá para entablar conversación con los habitantes del lugar.

Como os dije, hace más de un año que no recibo noticias de Barovia y conviene que tanteéis a los lugareños para conocer el pulso del pueblo y las últimas noticias.

Esperad nuestro regreso.

Dicho lo cual, Tadiel espolea ligeramente a su caballo y, seguido de vuestros tres compañeros, toma una bocacalle empedrada que se dirige al sur del pueblo, mientras que el camino que el elfo os ha marcado sigue recto, hacia el oeste, en dirección al centro de Barovia.

Veis una última vez a Tadiel, seguido de Johann, Scarlett y Augusto, antes de que desaparecezcan en la niebla…

 

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23/10/2020, 13:19
Halleth Silversun

-Creo que puedo seguir a pie, gracias por llevarme-dijo el caballero a Isopel y bajando del caballo. Una vez en el suelo le acarició la cabeza al animal agradeciendole el paseo.

-Vayamos entonces a esa posada. Estoy de acuerdo con que deberíamos tratar de conseguir toda la información que podamos, cuanto más cosas sepamos de este lugar más seguros estaremos... pero no se como hacer para que llamemos menos la atención-dijo el caballero. No era solo el pelo rojo de Isopel. El llevaba una armadura enorme que claramente lo delataba como que no era un campesino, Kiepja estaba claro que igual que el paladín, venían de otras tierras. La única que no llamaría la atención demasiado era Vera y aún así no les costaría averiguar que no habitaba en el valle. Por su propia experiencia las gentes de las aldeas no suelen fiarse de los extanjeros y menos en un sitio así- ¿Se os ocurre alguna idea?

Notas de juego

Master tomate todas las licencias que quieras cuando sea necesario. Si el elfo y sus compañeros se tiene que ir a una cosa y nos manda hacer otra es lo que hay no es una licencia, no te preocupes :)

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23/10/2020, 14:08
Kiepja

Kiepja volvió sus ojos hacia Halleth, se había mantenido en silencio y mirando hacia el camino por el cual se fueran el Alfar y dos de sus nuevos compañeros. Aun no entendía mucho la forma de pensar de los hijos del pueblo Alfar y por ello esta decisión de dividirse en un sitio desconocido y rodeados de potenciales peligros no le parecía una buena idea en absoluto.

 

Mmm…pues, quizás no entienda bien el significado de la palabra taberna, dijo sin un ápice de sarcasmo en la voz y una expresión sincera en el rostro, puesto que entre los míos esa palabra no existe. Pero, si he aprendido algo en el tiempo que llevo marchando junto a ustedes, creo que no deberíamos mas que entrar allí, como cualquier otro viajero, quizás incluso alguno que llegó a esta tierra con "esos" que pueden salir de Barovia.

 

Los ojos de Kiepja abandonaron entonces los de Halleth y mientras el bárbaro miraba más allá de donde el paladín se encontraba, haca el nuevo rumbo por el cual ahora debían marchar, hablo sin mirar a nadie en particular, como pensando en voz alta.

 

Los…¿Visanti?...

Notas de juego

!A la taberna!

XD

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23/10/2020, 15:27

La niebla tan espesa siempre se mantiene allí sobre todos como una tétrica compañera, ofreciendo toques lúgubres que sin duda inspiran temor, cuidado. No es fácil para Isopel mantener el control mientras la curiosidad la obliga a recorrer con la mirada cada estructura en ruinas, como el paso de la sombra ejerce su influencia y ofrece unas vistas que hablan mucho del pueblo, pero más de quien los mantiene controlado. 

No obstante se llega al dichoso pueblo, es Tadiel quien les habla y se comienza a planificar los pasos a seguir mientras existe la opción de separarse en dos grupos entre todos los presentes. Por un lado les toca ir a la Taberna y está claro que para la pelirroja es vital encontrar la forma de cambiar el color de mi cabello, en sí ya se sabe cómo pero hallar un momento para hacerlo puede ser un punto de organización a tener en cuenta. 

Luego Halleth se baja de Sombra mientras Isopel asiente a sus palabras. 

Creo entender que aquí todos se conocen, así que la sospecha de saber cómo hemos cruzado la entrada estará. Pero bueno, ya nos tendremos que preocupar cuando estemos en el meollo. No estamos al tanto de cómo se comportan con los viajeros osados—dice a modo de respuesta—. Paso a paso. 

Ante la pregunta del Paladín vuelve a hablar. 

Taberna, conozcamos a estos pueblerinos. 

Ya después las palabras del bárbaro logran que la pelirroja asienta, estando conforme e intercambia alguna que otra mirada de aprobación. 

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23/10/2020, 17:50
Director

Bajo la ligera lluvia los cascos de vuestros caballos repiquetean sobre el suelo empedrado de la calle mientras os internáis en el pueblo de Barovia. Ni un alma asoma a vuestro encuentro, como si en cuanto pareciera que la noche llega (tal y como da la impresión, por la manera en la oscurece el día) todos los habitantes decidieran que es mejor estar al abrigo de sus hogares.

Por eso os sorprende el sonido de una voz desde una bocacalle lateral a la que estáis transitando, donde podéis ver, algo más adelante lo que parece una vieja carreta cubierta, tirada por una vieja mula y de la que cuelga en una lámpara de aceite encendida en su parte posterior y una achaparrada figura tirando de las riendas del animal.

El primer contacto con un habitante del valle de Barovia es a través de la voz de una mujer anciana, una voz cascada, que anuncia a voz de grito:

¡Pastelillos! ¡Pastelillos! ¡Compren mis deliciosos pastelillos de cieeeelo!

Después del grito escucháis, ya en voz más baja, como la anciana refunfuña, hablando para sí misma:

Mal negocio, mal negocio…

¿Una vendedora ambulante? Quizás podáis deteneros en vuestro camino hacia la taberna del centro del pueblo y cruzar unas palabras con ella. Al fin y al cabo ¿no os dijo Tadiel que tanteaseis a los lugareños?

 

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23/10/2020, 18:25
Kiepja

Entre el frio, la llovizna y aquella horrenda neblina antinatural que lo cubría todo, el humor de Kiepja no estaba para celebraciones. En silencio y con el ceño fruncido cabalgaba sobre Nickful perdido en sus propios pensamientos y con muchas ganas de ponerse a cubierto pronto para poder zamparse algo de comida en el buche.

Por ello, oír primero y ver a continuación a aquella anciana mujer con sus pastelitos le supo a gloria y sin pensarlo mucho se acercó al carromato destartalado, tras mirar un poco el producto ofrecido y luego a la vieja, Kiepja hablo de la siguiente forma:

Buenas noches mujer vieja de Barovia, saludo sin saber bien cuál era la formalidad apropiada para este lugar y momento, ¿están calientes tus pasteles?, ¿son salados o dulces? Y a continuación le sonrió.

Notas de juego

Allá vamos! jajaja

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23/10/2020, 21:24

Vera se había quedado mirando a los cuervos con interés, tal vez recordando a su familiar, al cual no habían vuelto a ver desde el incidente de esta mañana. La mujer no dejaba de preguntarse si el espíritu habría conseguido atravesar las nieblas y se juntaría con ellos en algún momento, cuando hubiera recuperado fuerzas y, probablemente, su forma física.

Había desmontado nada más llegar a la ciudad y caminó junto a Halleth tirando de las riendas de su caballo. Con un simple gesto de cabeza, se despidió de Tadiel, del bardo y del otro paladín. La verdad es que prefería tener algo de tiempo para ella, dado que también tenía su propia agenda en el Valle.

Cuando Kiepja se acercó a la vendedora de pastelillos, no pudo evitar una sonrisa al escuchar su saludo.

Disculpe a mi compañero, buena mujer, en su tierra de origen son conocidos por su excesiva sinceridad y carencia de tacto... A mí no deja de llamarme delgaducha — comentó con aire despreocupado. En una ciudad como esta, si todo el valle tenía una población de tres mil personas, no iban a pasar desapercibidos, así que no tenía sentido por el momento intentar hacerse pasar por lugareños. — Pónganos cuatro de esos pastelillos, aunque ciertamente estaría bien saber de qué tipos los tiene.

En el peor de los casos, estaría bien saber cómo la gente de la localidad reaccionaba ante los extranjeros y, desde luego, parecía que una anciana vendedora ambulante presentaba una situación potencialmente menos peligrosa que una taberna en la que se podrían juntar varios parroquianos.

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23/10/2020, 23:35
Director

Kiepja y Vera se acercan al carromato, tirado por una mujer muy anciana, pero que al verlos, no puede evitar dar un pequeño salto seguido de un gritito de sorpresa: ¡Oh, CLIENTES!

E inmediatamente se acerca a ellos, murmurando contenta por lo bajo, para sí misma:

Buen negocio, buen negocio…

La mujer es bajita, regordeta, achaparrada, y va vestida con ropas viejas y remendadas mil veces, pero limpias. El pelo gris-blanco lo lleva recogido en un gran moño en lo alto de la cabeza. Su rostro está arrugado como una pasa, pero se ve sano, y con mucho color en las mejillas. Le faltan bastantes dientes y tiene mucho más vello facial del que sería estéticamente aceptable, pero parece tener buen humor y muchas energías para alguien de su edad y para ser una habitante de este tenebroso Valle.

La anciana trota contenta alrededor del bárbaro y la bruja, sin que parezca que el poco tacto de Kiepja al hablarle le haya afectado en lo más mínimo, tan emocionada parece por la posibilidad de poder vender su producto.

Oh, buen señor, buena señora. ¡Sí! Por favor vean la variedad de los pastelillos de la Vieja Yaya. ¡Horneados esta misma mañana por estas viejas manos! La anciana, que se ha llamado a sí misma la Vieja Yaya, abre la portezuela trasera del carromato en el que tiene expuestos los pasteles que vende, una especie de empanadas que parecen hojaldres rellenos.

Aún están templados, aunque pueden recalentarlos sí quieren, y también los pueden comer fríos. Hay quien dice que de un día para otro están mucho mejor. La anciana sonríe, desdentada. ¡Y tengo de toda clase! Pastelillos de pollo, de cabra, ciervo, cerdo e incluso lobo…

La vieja Yaya da vueltas en torno a Vera, mirándola con ojo crítico. La bruja juraría que la mujer está examinando la anchura de sus caderas.

Lo cierto es que el hombretón tiene razón, tienes que comer más, mi niña, estás muy flaca…

La anciana coge uno de los pasteles y se lo enseña a Vera, orgullosa.

Pero si también quiere mantener su figura, pruebe éste, sin carne, cocinado a base de patatas, nueces y bayas… ¡especial para veganos!

 

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24/10/2020, 09:57
Halleth Silversun

Halleth se quedó de brazos cruzados tras el grupo. No quería probar ni un solo pastelito de dudosa procedencia y el aspecto de aquella anciana no le inspiraba confianza tampoco. Sin embargo cuando la mujer comenzó a decir de que tipos de carne tenía los pastelitos, pollo, ciervo... al paladin le rugieron las tripas. 

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24/10/2020, 20:22

Desconfiando como nadie de aquella mujer, Isopel se mantuvo alejada de aquel grupo para evitar algún conflicto por el color de su cabello y por la incipiente desconfianza que despierta la anciana en cuestión. No obstante, confiada la pícara de que sus compañeros sean capaz de resolver el asunto, aguarda paciente mientras le da alguna que otra caricia a su caballo y revisa el entorno por sí algo extraño surge de repente. 

Quizás puedan sacar alguna información en aquella conversación, al menos eso cree la pelirroja mientras finge estar entretenida con la montura de Sombra. 

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25/10/2020, 08:03
Director

La Vieja Yaya se afana en preparar los pastelillos que le habéis pedido, envolviendo algunos en telas o directamente ofreciéndolos si los queréis probar ya, moviéndose con un brío impropio de una mujer de su edad, mientras no deja de parlotear como un charlatán de feria.

Bien, separemos a los mirones de los compradores, a los pobres de los codiciosos, y a los que de mí se fían de aquellos otros que no lo hacen. Echa una mirada hacia Halleth e Isopel, que están unos pasos más atrás. Porque si hoy no veis aquí ninguna ganga, es que no venís a comprar, habéis venido a robar. ¡Venga, un 2x1 en TODOS los pastelillos!

De alguna manera la mujer es capaz de, al mismo tiempo, envolver los pastelillos y ofrecerlos, pasándolos por delante de vuestras narices, incluso la de la pícara, a la que la Vieja Yaya intenta que se acerque a ver su mercancía. Nena, anímate un poquito, y no te quedes de pie ahí esperando, que nos van a dar las putas uvas.

Comprad, será mejor que compréis ya. Sería una tontería volver luego cuando ya no quede nada, “¿ya está, ya es demasiado tarde?” es lo que diréis cuando la Vieja Yaya se haya pirado, y si no lleváis pasta luego lloraréis como unas putas magdalenas.

¡Venga, todo al mismo precio! ¡Dos zarovs! ¡Dos zarovs por dos pastelillos! ¡No han visto en todo el Valle una oferta igual!

Aunque ustedes, obviamente, son forasteros, ¿me equivoco?

 

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26/10/2020, 14:03
Kiepja

Muchas palabras en un corto tiempo. Aquella vieja era de lengua rápida como un padde de hielo, pero se asemejaba a una Wicce. El bárbaro no lo sabía, pero fuera una u la otra, a Kiepja algo en la presencia de aquella anciana le causaba ahora un ligero resquemor.  

Sin embargo, sus dudas quedaron en un segundo plano, era este el tiempo para comer pues el aroma de aquellos condenados pasteles le estaba haciendo rugir las tripas como un tigre enfadado y poco interés tenia en otra cosa que hincarle el diente con prontitud al ansiado manjar.

De lobo vieja, le dijo extendiendo la mano hacia la anciana a la vez que sacaba de entre sus ropas un collar de cuentas hecho con sus propias manos.

Toma, le dijo y volvió a sonreírle como si aquella baratija fuera pago suficiente por la comida.

Notas de juego

XD

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26/10/2020, 15:33
Director

Ahora no me cabe duda que no son de estas tierras.

Dice la vieja Yaya, que se queda mirando el collar que el bárbaro le ha intercambiado por el pastel de carne de lobo. Desde luego parece que no era el pago que esperaba. Sin embargo se lo acerca para examinarlo mejor, casi diríase que lo huele, y su expresión cambia a un gesto satisfecho.

Aún conserva una pizca del amor que empleaste en fabricarlo… me vale como pago.

 

Notas de juego

Obviamente, el objetivo de este encuentro es recabar algo de información. Al haber comprado varios pastelillos a la anciana, ésta está en buena disposición para contestar a algunas de vuestras preguntas. Eso sí, para que no se alargue demasiado la escena, la vieja Yaya contestará a sólo una pregunta que plantee cada uno de vuestros protagonistas.

Por lo demás, la moneda que ha mencionado para cobrar los pastelillos, el zarov, es algo que ninguno de los personajes conoce.

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26/10/2020, 17:20

Keipja hace su pedido y Vera observa cómo la anciana tasa en un momento el collar de cuentas, pero ocultó un gesto de sorpresa al ver cómo la mujer notaba que el bárbaro había fabricado el collar con sus propias manos.

— Pónganos uno de cada — le dijo, interesada por saber si ese pastelillo de verduras era algo específico del verano que la mujer pronunciaba de forma un poco extraña. Calculó el precio de la comida y le dió varias monedas de cobre, que debían ser unas cuantas veces su valor. Por algún motivo, Vera pensó que no era buena idea pagar con plata aquí. — Supongo que es más que suficiente — comentó, como si se excusase por desconocer el valor de su moneda. — Como bien ha dicho, no somos de esta zona... ¿Qué nos puede contar de esta Villa, buena mujer? — preguntó mientras recogía los pastelillos. Realmente le interesaba más ver cómo les trataba aun siendo extranjeros que la posibilidad de que les contase algo interesante, aunque, por supuesto, esta siempre estaba ahí.

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26/10/2020, 18:43

Sin dudas la mujer es muy insistente y no queda otra opción que acceder, incluso cuando le muestra los pastelitos en la cara a Isopel. Rápidamente comprende la intención de la mujer y se une al resto para comprar también. 

Perdone, estaba esperando a que compren mis compañeros—se excusa—. Quiero dos de carne, se ven deliciosos. 

Y mientras la mujer continúa conversando—momento en el que la pelirroja capta al segundo la actitud de la anciana— aprovecha para hacer una pregunta más considerando que Vera va a ello. La insistencia para comprar es un tanto llamativa, quizás es una forma de sacar información al grupo. Hay que ser muy sigiloso. 

Disculpe buena mujer. ¿Conoce algún lugar donde podremos pasar la noche?

Tras dejar caer la pregunta Isopel se queda a la espera de una respuesta mientras le ofrece lo que corresponde por los pastelillos, está claro que es más astuta de lo que se puede imaginar y la pelirroja está atenta a ello. 

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26/10/2020, 21:17
Director

La anciana observa con curiosidad las monedas que Vera deposita en la palma de su arrugada mano.

Oh, dinero extranjero… la mano de la Vieja Yaya se cierra sobre las monedas y todas ellas desaparecen en algún lugar de su escote. Buen negocio, buen negocio…

Al parecer vuestro dinero, a pesar de que parece que no es el que aquí usan, le interesa y lo acepta sin dudar, y continúa repartiendo los pastelillos que le habéis pedido mientras contesta a la pregunta de la Bruja.

¿Contarles algo de esta Villa, dice? Oh, no, mi niña, yo no soy de aquí, vivo cerca de Vallaki, más al oeste. Lo que sí intento es ganarme la vida vendiendo mis pastelillos por todo el Valle, aunque sí que te diré que venderles algo a la gente de este pueblo es difícil… Poca gente, recelosa de los que vienen de fuera, desconfiados por naturaleza y lo que es peor: tacaños.

Una sonrisa desdentada ilumina su cara rechoncha. ¡Pero la suerte ha querido que me encontrase con unos forasteros! Si no hubiese sido así, el día de hoy casi hubiera sido un desastre. Últimamente vender algo en este lugar cada vez es más complicado. Su voz cascada se convierte entonces en un susurro. En los últimos tiempos esta comunidad se ha cerrado aún más, desde que la tragedia la golpeó por última vez…

En ese momento, Isopel interviene, poniendo de mejor humor si cabe a la vieja Yaya, que le entrega dos pastelillos envueltos, uno de ciervo y otro de pollo.

¿Un lugar para pasar la noche dices, cariño? Uy, pues olvídate de pedir un sitio en su casa a alguno de estos huraños Barovianos, pero en la Plaza del pueblo, un poco más adelante, está la taberna, un edificio grande de dos pisos…

Veréis, jovenzuelos, no se ven muchos extranjeros por aquí, pero estoy segura que Alenka y su hermana, que llevan el lugar, aceptarán prepararles unas habitaciones si les enseñan estas extrañas monedas que llevan consigo. La anciana se ríe, carcajeándose como una gallina. ¡A esa gitana le gustan los negocios tanto o más que a mí!

Lo que no recomiendo, tesoros míos, es que pasen la noche al raso en estas tierras… No es seguro… Y entonces con una mano señala a lo alto, hacia donde apenas se distingue la figura del Castillo Ravenloft y la otra se la lleva al rostro, donde su índice se planta sobre sus arrugados labios, en señal de guardar silencio…

 

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26/10/2020, 21:34
Director

Notas de juego

Nota sobre el dinero:

Como ya había comentado en algún otro post, no es necesario llevar la cuenta del dinero de cada personaje. Se da por supuesto que Tadiel les ha dado dinero de sobra a cada uno (aunque Kiepja no sepa muy seguro para qué sirve), y se considera que cada personaje lleva consigo: Bolsa con mucho dinero.

Cuando los personajes gasten dinero, mientras sean gastos “pequeños” (comprar pastelillos a la vieja Yaya, el coste de una habitación para pasar la noche, pagar una cena, etc…) no habrá cambios y no se llevará la cuenta de lo gastado.

Si durante la campaña usan su dinero para realizar un gasto “grande” (comprar un carromato completo con caballos, alquilar o comprar una casa, etc…) o se realizan una serie de gastos “pequeños” de manera frecuente y prolongándose en el tiempo, la Bolsa con mucho dinero se convertirá en una Bolsa con dinero, y si se vuelve a dar esa situación, se convertirá en una Bolsa con poco dinero, con la cual sólo se podrá realizar una vez más un gasto “grande”.

En cualquier caso, no os preocupéis demasiado por las finanzas de vuestros protagonistas. No es probable que el fin de los personajes sea la bancarrota.

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26/10/2020, 22:53
Halleth Silversun

El paladín se descruzó de brazos en una pose mas relajada y se acercó un poco. Se inclinó sobre las manos de Vera para oler un poco los pastelillos que acababan de comprar. Le volvieron a rugir las tripas.

-Huelen muy bien señora...-dijo el paladín- Dice que usted vive en Vallaki*. No me gustaría tener que pasar la noche al raso y seguramente pasemos la noche en la posada pero... si tuvieramos que pasar un tiempo visitando estas tierras, ¿dónde nos recomendaría instalarnos? No conozco el lugar y no se si esta aldea es peor o mejor que Vallaki o quizás haya otro pueblo más hospitalario con los extrangeros...-sugirió el caballero de la Orden con esperanza de que la vieja les sugiriese un lugar algo más seguro en aquel valle terrible.

Notas de juego

*Vallaki me da confianza por que suena a vallecas que me pilla cerca y como mucho te rajan con una navaja lo cual está bastante bien.

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27/10/2020, 06:08
Director

La anciana, que ha terminado de envolver y entregar los pastelillos que le habéis pedido, cierra la parte de atrás del carromato, satisfecha con las ventas de hoy, mientras responde al paladín.

Ya le he dicho, cariño mío, que vivo cerca de Vallaki, aunque no en la ciudad, y esa es mi recomendación, búsquese un lugar donde construir su propio hogar y vaya pensando en buscar a alguien con quien sentar la cabeza. Las miraditas que echa la vieja chismosa a Isopel y Vera son de todo menos sutiles.

Porque verá, el más hospitalario de estas tierras no es otro que el señor Conde, y, créame, no es la clase de hospitalidad que usted querría…

 

Notas de juego

Venga, una pregunta más por parte de Kiepja si quiere y otra más de regalo al primero que la postee. La vieja Yaya ya os ha entregado los pastelillos, ha cobrado y parece que ha terminado con vosotros, por lo que si no hay más preguntas o queréis hacer algo más, entenderé que seguís vuestro camino hacia la plaza del pueblo.

Cargando editor
27/10/2020, 13:53

Muchas gracias Señora por los pastelitos y la información, iremos pronto a la Taberna—responde a la mujer—. Ha sido muy amable con nosotros. 

De momento es lo que cree Isopel pero tiene muy en claro que algo esconde, pero el objetivo de hablar con ella es sacar información y la pícara siente que ya tienen lo suficiente. Seguramente el dueño de este lugar por la noche está de cacería y mantiene al pueblo controlado, de ahí es que no se puede pasar la noche fuera y es algo que muy apuntado tiene la pelirroja a la hora de tomar decisiones a posteriori. 

Incluso lo que dice al final la yaya, alimenta la curiosidad de esta mujer. 

¿Qué tipo de hospitalidad?