Partida Rol por web

- Esto tiene mala pinta, vámonos de aquí.

Hago un repaso rápido con la vista al suelo buscando huellas que rastrear.

En el suelo de la cabaña no ves huellas, pero sí ves trozos de papel en el suelo a medio cubrir por la nieve que parecen recortes de prensa o notas.

Cojo todos los papeles que puedo antes de salir.

Mientras John comienza a recoger los papeles del suelo, aparece en el umbral de la puerta León:

La cabaña está construída a base de troncos, de unos 6x4,5m. El interior está totalmente recubierto de escarcha y el viento ha hecho entrar la nieve, de manera que hay un espesor de nieve de hasta 15 cm en algunos puntos.

Catres,mesas,sillas, ropas y otros objetos se hallan desperdigados por el interior como si un torbellino hubiera pasado por allí. Fijándote en los detalles frente a ti observas latas de conservas abiertas, trozos de carne congelada, varios cartuchos de caza e incluso un rifle. Todo lógicamente, está congelado e inservible.

Al darte la vuelta para avisar a los demás, a la izquierda del marco de la puerta y pegado contra la pared ¡HAY UN CUERPO CONGELADO!

Se trata de un hombre vestido con pantalones de pana y camisa roja y negra a cuadros que aún aferra entre sus manos una escopeta, tiene una espesa barba castaña-parece - y el terror más absoluto grabado en el rostro

-¡Me cago en!... A éste paso, ¡moriremos congelados!-dijo Collins, entrando rápidamente en la cabaña.

-Hagamos lo que hagamos, que sea rápido y no nos quedemos mucho aquí...

La cabaña está construída a base de troncos, de unos 6x4,5m. El interior está totalmente recubierto de escarcha y el viento ha hecho entrar la nieve, de manera que hay un espesor de nieve de hasta 15 cm en algunos puntos.

    Catres,mesas,sillas, ropas y otros objetos se hallan desperdigados por el interior como si un torbellino hubiera pasado por allí. Fijándote en los detalles frente a ti observas latas de conservas abiertas, trozos de carne congelada, varios cartuchos de caza e incluso un rifle. Todo lógicamente, está congelado e inservible.

    Al darte la vuelta para avisar a los demás, a la izquierda del marco de la puerta y pegado contra la pared ¡HAY UN CUERPO CONGELADO!

    Se trata de un hombre vestido con pantalones de pana y camisa roja y negra a cuadros que aún aferra entre sus manos una escopeta, tiene una espesa barba castaña-parece - y el terror más absoluto grabado en el rostro

Collins revisó la cabaña... Verdaderamente aquello había sido muy raro. De hecho...

-¡¡Oh Dios mío!!-¿aquello era un hombre congelado? Sí, desde luego que lo era. Cuando el corazón se le calmó, pudo apreciar mejor su expresión, su postura, y como tenía un arma en la mano. 

-Ésto es muy raro...-dijo, mientas sacaba la cámara de fotos-¡Marlowe, ¿está ahí?!-y empezó a sacar fotos, del cuerpo, y del estado de la cabaña. 

Sobre el suelo y las paredes de la cabaña hay trozos de papel de procedencia diversa, Marlowe empieza a recoger los trozos que puede, pero a decir verdad, hay muchísimos, la cabaña está casi forrada de ellos. Se necesitaría un rato en organizar y rebuscar entre todos los papeles si se quiere encontrar algo.

-Sé que hace frío... Por decirlo de un modo suave. Pero quizá aquí encontremos algo más.

- Démonos prisa - comenté y empecé a rebuscar entre los papeles como un loco. No me quedaría mucho tiempo para no morir congelado, pero me picaba la curiosidad.

Viendo que León había empezado a investigar la cabaña, se unió a las pesquisas, dándose toda la prisa que pudo. El frío helador estaba siendo bastante letal, de hecho, creía apreciar en el resto (y en él mismo) síntomas de congelación. Pero poco podían hacer, más que ser rápidos y esperar tener suerte. 

Sigo rebuscando frenéticamente, como un sabueso tras la pista. Tras eso, salgo y me alejo de la zona de frío tiritando, sugiriendo a mis compañeros volver al pueblo y reponer fuerzas.

Sumamente impactado por la visión del cadáver manoseo torpemente las hojas del suelo como un autómata, no sabiendo muy bien lo que estoy haciendo.

Entre los restos de papeles , comida, ropa y demás, encontráis un cuaderno de medianas dimensiones totalmente empapado y cubierto de escarcha, no tenéis tiempo de leerlo en este momento, pues empezáis  a no sentir las manos y los pies. No duraréis mucho en esas condiciones.

De manera que salís al exterior y os dáis cuenta de que hay unas enormes huellas que se alejan de la cabaña en dirección al bosque bajo las montañas.

-Joder... Nunca pensé que lo diría, pero me alegro de estar al aire libre. Hace un frío del demonio, pero no tanto como ahí dentro... Por cierto, ¿y ésas huellas?-dijo, señalando el rastro en la nieve. Aquello seguramente les llevaría a uno de ésos malditos monos. Y no estaba seguro de querer encontrarlos-¿Qué opináis? ¿Volvemos al pueblo, y damos parte de lo ocurrido a la policía montada, o seguimos las huellas?