Partida Rol por web

Habiendo llegado a la losa, me uno al equipo que intenta desplazar el obstáculo con todas mis fuerzas

La cosa se está empezando a salir de madre y el hecho de que los tentáculos apresen a otro de los nuestros quizás es un buen indicativo de que toca pirarse de allí. Cuarto lo capisca a la perfección, aunque le da algo de lástima por Martín, pues es uno de sus mejores clientes, pero estando al otro lado de la habitación tampoco piensa jugarse el tipo, siendo un insensato. Así pues, retrocede hacia el muro de la nueva losa, aún con las agujas en la mano, para defender a aquellos que tiene más cerca y están intentando derribar el pedrusco.

Anión pegó su espalda a la pared y con el callado se puso en guardia. No entendía que era "eso" que brotaba del centro de la habitación pero no parecía que quisiera nada bueno para ellos.

- ¡Vamos! ¡Todos a una!

Gritó mientras continuaba apretando la fría piedra. Por el rabillo del ojo veía la oscuridad tentacular que se cernía sobre ellos y una gota de sudor, tanto por el esfuerzo como por el miedo le bajaba por la mejilla.

Martín removió su pierna para deshacerse del humo. Por mucho miedo que tuviera era solo humo. Y del humo fácilmente el iba a salir como salian los salmones ahumados que se cocinaban en su casa. Se dirigió hacia la losa para ayudar a los demas
¿Os hecho una mano? ¿O como va esto?

A mi no me podáis que ayude con esto. Soy un carcamal y no quiero que esa piedra destroze mis valiosas manos

Antonio Se queda apoyado a la columna observando a los demás y con una mano en su bolsillo por si necesitara usar sus gubias contra la cosa de humo negra

La situación está pasando a ser castaño oscuro. Me acerco a la losa, pero no tengo espacio material para ayudar directamente. Solo me queda intentar empujar a uno dd los que empujan, para uniri fuerza a la suya.

Finalmente con la fuerza de varios la losa cae al suelo. Un olor a moho y humedad inunda  vuestras fosas nasales proveniente de la estancia que teneis delante.

Parece ser calcada a la sala anterior, antes de la hexagonal.

Casi todo el grupo explorador nota como sus pies se resisten a ser levantados cuando el mismisimo humo mediante sus tentaculos intenta fijarlos al suelo...(todos menos agapito)

comienzas a sufrir un intenso dolor en los pulmones. 

Sin pensarlo un momento y viendo el humo que avanza, raudo y veloz intento entrar en la nueva estancia esperando que nuestro etéreo amigo no nos siga persiguiendo.

-Estimados caballeros

Me despido de esta sala

tan presto como una bala

Y aunque pierda mis dineros!

¿Pero que es este humo?¿Alguien se ha dejado la estufa encendida? Joder.... Menudo ciscarrel habéis armado! -Veis como Agapito puchingolas se pega a la pared y sigue en dirección al resto, pero alejado del humo... Para que mierdas me habré metido en este jardín por cuatro putas monedas

El humo se acerca, lo veo, lo siento. Una nueva habitación se abre y, aunque no corro, sí me apresuro a entrar y casi cruzar la habitación.

Cuarto siente como el humo, que ya ocupa prácticamente la totalidad de la sala y le está dificultando moverse. La sensación le recuerda al entumecimiento de las manos y los dedos después de todo un día de coser redes, pero aplicado a todo su cuerpo. Tiene que salir de ahí como sea y el camino más rápido pasa por apartar a su compañero Anion de en medio. No es nada personal, piensa para sí mismo. Pero fracasa miserablemente y no consigue avanzar...

Anión se revuelve ante el empujón de Udas que no consigue apartarlo.

- ¡Eh! ¡Sin empujar!

Después trata de salir de la habitación

El enano tose como no lo hacía desde que trababa en aquella maldita mina maldita.

- Cof cof cof... hay que salir de aquí.

Se adentró en la siguiente sala con la esperanza, vana quizás, de que el humo detuviese su avance.