Partida Rol por web

-Sólo recuerdo que lo leí en algun periódico. Creo que Andy, con algún otro pescador una noche vieron algo sobrevolando la isla. Lo contaron en alguna taberna y hasta el FBI estuvo involucrado...pero creo que quedó en nada. Andy pasaba muchas horas aquí. - escucha las palabras de Lance - Bueno, historias de puerto sí. De dos viejos.
 

-Sí, era un buen cliente...hasta que se volvía incontrolable. Era de esos que tenía que echar cuando cerraba, porque no se iba ni con agua caliente. Siempre enfilaba la calla tambaleando de pared en pared.
 

-Buen tipo. Buen tipo. Aunque un poco pesado - dice Arnold mirando a su taza de café.

Tom se queda mirando a Jane en cuanto ella comenta si tiene familiares vivos.
-Si. Carr… -parece que algo le hace frenar-. Lo siento, no acostumbro a ir dando información así sin más. No les conozco de nada. Pueden ir a capitanía del puerto y quizás allí les den más información. No me siento cómodo dando la dirección de su pobre viuda.
 

-Ah, sí. Carrie. En sus años mozos,...¡Qué chica! ¿Te he contado que bailé en las fiestas con ella? Mucho antes de que conociera a Andy.

Arnold levanta la cabeza y mira hacia la luz que entra de fuera, como si en su cabeza estuviera viajando en el tiempo, hacia otros épocas.

-Howard! -dice en cuanto Henry habla de invitarles - Me puedes volver a rellenar el café? Este chico me invita. Dice.
 

- ¿El FBI? vaya, sí que tuvo que ser gordo lo que ocurrió - sino se había seguido la investigación, estoy segura de que la cerraron en falso, además si el tal Andy se pasaba muchas horas en la cantina, les resultaría fácil taparlo alegando que fueron ensoñaciones de un borracho - Pues esa historia podría dar mucho beneficio a su viuda, estoy pensando escribir un artículo para el periódico, esas historias se venden muy bien - igual insistir no era la mejor opción, pero hablar de dinero y beneficios, a veces provocaba que tanto las puertas cerradas se abrieran, como las bocas; por supuesto era un farol en toda regla, pero como había dicho aquel hombre "no nos conocían de nada", y por tanto, desconocían hasta qué punto podíamos llegar con tal de sonsacarles cualquier tipo de información que nos fuera de interés - igual acabamos haciendo un reportaje para la radio y la televisión, habrá que preguntarle a la señora Carrie cuánto quiere en compensación por sacar esa historia, sería una pena no poder hablar con ella, con toda la publicidad que dan estas cosas a estos pueblos, luego vendrán familias a hacerse fotos, a alquilar habitaciones, comer y pasear por todos los lugares en los que Andy estaba. 

Me levanto, haciendo como que enfoco con un objetivo de cámara fotográfica una mesa - esa mesa podría ser en la que Andy pasaba horas, aquí podría poner una pequeña placa recordándolo, eso vende mucho - Me acerco a las sillas - Henry, imagínate que ésta fuera la silla en la que Andy se sentaba, ¿cuánto podría valer 30$, quizás 50$? Hay coleccionistas que seguro duplicarán esa cifra por tener todos los recuerdos. Oh, sí, vendrán a esta cantina después de leer el artículo, y cuando vean el reportaje vendrán más...

Si conseguimos hablar con su viuda, claro - Me volví nuevamente a la mesa, había que darles tiempo a esos hombres para que se imaginaran todo lo que estaba hablando, había que dar tiempo para que mordieran el cebo - ¿Les gustaría aparecer en el artículo? He pensado citarlos como fuentes, al fin y al cabo, conocían a Andy... ¿eran sus amigos, o había más? - la información era como una madeja, sólo había que usar las agujas con destreza para dirigir el hilo al lugar indicado - ¿Les puedo preguntar sus nombres? Para las referencias del periódico, ya saben - por lo pronto ya llevaba 3 hojas de mi cuaderno de notas, así a lo tonto.

-Bueno... podría ahorrarnos una vuelta hacia la oficina de capitanía... Pero no quiero incomodarlo, un caballero reconoce a otro cuando habla con él.- dijo esgrimiendo su buen humor. 

Cuando uno de los tertulianos del local hizo referencia a su invitación asintió.

-Claro rellene el café al hombre.- Ratificó. 

Luego escuchó pacientemente a Jannet. Sonrió ante su presentación.

-Por una silla 30$.... Pero Jane tiene razón, si hubiera publicidad vendrían turistas, los negocios locales se beneficiarían, algunos hombres ociosos con demasiado dinero podrían querer poner un hotelito si se convirtiera en un sitio turístico... El valor de las casas podrían subir, el ayuntamiento tendría mas liquido, se mejorarían las infraestructuras y la vida de todos mejoraría.... Y quien sabe, muchos de los nietos no se marcharían irremediablemente a la gran ciudad... La publicidad es buena, siempre, incluso cuando es mala y las historias de misterio siempre son un buen reclamo.- Dijo Henry tomando lo que quedaba de su café y dedicando se a liquidar los huevos que había pedido.

-Ah. Señorita. aquí lo último que queremos es que venga gente, con lo tranquilos que estamos. -Tom se lleva la taza a la boca mientras observa cómo Henry también insiste en el tema -Lo siento señores. Si quieren, Howard puede anotar sus nombres y cuando la señora Jones pase por la taberna le puede preguntar si le apetece que la vayan a ver...

-Si, lo siento, pero la publicidad no nos gusta. Estamos bien así - dice frunciendo el ceño -Preferimos una vida tranquila. Además... mírenos..tres viejos marineros en los últimos años de vida. Pocas cosas nos consuelan ya! 

Se acerca hacia la mesa, coge una silla y se sienta con vosotros dejando el trapo que utiliza para limpiar los vasos.

-Recuerdo ese incidente. Vinieron aquí y fuí yo el que llamó a la policía. No quiero que molesten a la señora Jones, pero, me da igual si molestan al maleducado de David Tibbits, que fue el que estaba con Andy cuando todo pasó. Su barco debería estar volviendo de la pesca. Creo que amarra al final del puerto en algún amarre entre el 120 y el 130. No le digan que les he dicho nada yo. Aunque vigilen con su genio.

-No lo juzgo.... - Dijo Henry - Como digo, hasta aprecio esa discreción que parece haber caído en desuso en casi todos los sitios. No abordaremos a la señora Jones si ella no quiere, por favor, denle el recado. - Solicitó con un asentimiento de cabeza.

Un sitio tranquilo.... quedaban tan pocos en el mundo como blancos en el mapa. Se centro en el aroma del cafe, el rumor del mar, el sonido de las gaviotas, tras intercambiar una mirada con Janet(quien como de costumbre tenía su libreta en la mano) Aquella mirada le venía a decir que allí no parecía que pudieran rascar mucho más, todo lo que podían sacar era un agradable desayuno.

-Y diganme ¿Como pasan los días por aquí? ¿Como se entretienen? - Cambió de tema con algunos de los caballeros de la barra.

Es normal que estos viejos quieran vivir tranquilos. Al fin y al cabo las que se benefician más del turismo son las grandes ciudades. Una zona pesquera como esta, con la gente ya envejecida... Es un pueblo que está destinado a morir y desaparecer, al igual que sus habitantes. Pensándolo bien, yo también prefiero vivir en la tranquilidad del pueblo, no aguantaría el bullicio de una gran ciudad...-pensé sin prestar demasiada atención a la conversación y centrándome en el desayuno. Hasta que el posadero nos habló sobre un tal David Tibbits. Entonces presté atención.

...Su barco debería estar volviendo de la pesca. Creo que amarra al final del puerto en algún amarre entre el 120 y el 130. No le digan que les he dicho nada yo. Aunque vigilen con su genio.

De Tibbits me encargaré yo. Al fin y al cabo, entre trabajadores con las manos curtidas nos entendemos. Y no se preocupe, no mencionaré su nombre en ningún momento- dije-. Si es tan amable de ponerme otro café, por favor, me lo tomaré y me iré a buscarlo.

Comienzo a mentalizarme de que hay que ponerse a trabajar. Esta mañana estaba sorprendentemente dicharachero, pero iba siendo hora de ponerse serios, como llevaba años siéndolo, para abordar a Tibbits, y sacarle algo de información. En cuanto me pusieran el café, me lo tomaría rápidamente, subiría a mi habitación a por el hacha, y partiría hacia el puerto.

Los caminos de la fortuna eran dichosos, no había logrado calar con mi discurso porque precisamente no perseguían ni la fama, ni el reconocimiento, tan sólo querían seguir viviendo como siempre lo habían hecho. Sin embargo, incluso el rechazo genera información, sorprendida me hallé cuando nombraron el apellido de la viuda, así como identificaron al hombre que acompañaba a Andy, mejor no podía haber salido todo, bueno quizás sí, pero tampoco era para quejarse, hace unos minutos que habíamos descendido por la escalera hasta la cantina y ya llevaba poco menos que 5 pistas interesantes, en relación a la isla.

Estaba claro que insistir con aquel tema, extinguiría la conversación, así que, opté como Henry a llevar la curiosidad a cuestiones generales del lugar, había que dar perspectiva a todo lo que acontecía allí - Sí, ¿qué es lo más interesante que ofrece Portland Harbour? ¿qué se puede visitar? - mi expectación estaba ahí, por si otros acontecimientos extraños se erigían como habituales en aquel puerto.

- Si, ¿qué más hay? ¿se reune el pueblo en alguna Iglesia? ¿hay alguna plaza dedicada a los veteranos?
Lance pregunta curioso. Lance no sabe como disimular que está perdido entre tanta noticia cruzada, los sucesos, la viuda, el FBI. Menos mal que Jane además de tener una mente afilada tiene también una mirada amplia para abrir una conversación.

Tom y Arnold a partir de este momento se muestran más desconfiados y no participan de la conversación general. Howard, en cambio, como tabernero os acompaña durante todo el desayuno. Os sirve los platos que habéis pedido entre comentarios acerca de la ciudad de Portland.

-Portland es una gran ciudad, pero aquí, en los barrios portuarios parecen más un pueblo, ya sabéis a qué me refiero. Nos conocemos todos, hay poco qué hacer y los domingos todos nos encontramos en la iglesia de Sant Bartolomé, justo a la entrada del pueblo. Destacable, destacable… El mejor pescado de la costa este! Podéis pasaros luego por la lonja a comprar.. aunque creo que tenéis asuntos más importantes. También hay el antiguo ayuntamiento, que lo convirtieron en biblioteca y el parque de la guerra, donde hay varias estatuas de héroes de la guerra de sucesión, hechos a partir del fundido de cañones viejos.

En algún punto de la conversación distendida Arnold y Tom se levantan y con un tímido saludo al ponerse el sombrero os dejan solos en la posada.

-Buena gente, Tom y Arnold. Dos viejos amigos. Aquí de esto encontrareis mucho: de viejos, digo. La juventud ha huido hacia el centro de Portland, donde hay más trabajo. Aquí nos quedamos los viejos enamorados del mar.
 

Pasáis la siguiente hora llenando la barriga con deliciosos platos caseros y os sentís llenos y preparados para afrontar el día. A las 17 de la tarde habéis quedado aquí con el abogado de la carta para ir a la isla. Son las 10 de la mañana. ¿Qué queréis hacer?

Tras desayunar Henry evitó que Roland se marchara por su lado sin haber establecido ni siquiera cuando volverían a encontrarse y donde.

-Un momento. - Le dijo con actitud suspicaz. - Antes de que te vayas, escuchémonos que vamos a hacer cada cual, por si nos necesitamos sepamos donde buscarnos. Yo sugiero que alguien vaya a la biblioteca, igual tienen una hemeroteca o algún recorte de cuando vino el FBI o del pariente lejano de Jane. En la lonja habrá más pescadores, si Andy no fue el único en verlo, quien lo haya visto estará ahí.- Dijo pausadamente.

Hizo un gesto con las manos pidiendo calma sin decirlo con la voz y transmitiendo confianza con una mirada que paso por cada uno de sus compañeros.

-Podríamos dividirnos... Alguien a la lonja, sugeriría que dos, no sea que levantemos ampollas preguntando por algo molesto y alguien a hablar con Tibbtis, y si tiene mal genio, alguien que se las sepa desenvolver, además alguien debería ir a la biblioteca. ¿Que os parece? ¿Como abordamos estas visitas? Deberíamos hacerlas a lo largo de la mañana, y establecer un punto de encuentro, ese parque de la guerra, por ejemplo en dos horas. Y ponemos en común nuestras observaciones.

- Me parece buena idea Henry. Yo me apunto a ir a la lonja, según como nos vaya quizás podamos acercarnos por la parroquia.

Dirigiendome al sr. Bern

- Sr. Bern, ¿la iglesia parroquial tiene el cementerio adosado al edificio? Quizás nos de tiempo a presentar nuestros respetos a la tumba del pariente de la srita.