Partida Rol por web

A pesar de la sugerencia de Jyn, el resto del grupo (grupo F) decidió aventurarse y seguir a aquella extraña Semielfa (Aniel) que parecía andar a paso firme.
El frío se estrelló en la cara de todos como una barrera invisible que golpeaba a todo aquel que salía a la intemperie. La noche era bastante fría, pero como era sabido, una poderosa magia protegía a la ciudad de los elementos y Argluna poseía un clima mucho más agradable que el exterior. Un escalofrío recorrió los cuerpos al imaginarse el clima fuera de las murallas de la gema del norte.

Claramente habían dos bandos formados, pero tanto uno como el otro tenían poco tiempo de fragua y nada impedía desarticularlos en uno, dos o más grupos diferentes.

Por ahora compartían un camino pavimentado dentro de la seguridad de una muralla, pero pronto compartirían camino en terrenos más peligrosos e intransitables, derramarían sangre y combatirían como hermanos en el campo. Poco a poco empezaban a conocerse mejor entre todos.

Y como ya lo había profetizado un Enano: Nada pasa por coincidencia. 

Al final habíamos tomado el mismo camino que el otro grupo que buscaba a la cría. Grupo de perdedores,- pensé - Yo.., digo, nosotros conseguiremos rescatar a la niña.

Vaya. Parece ser que venís a ayudarnos. - comenté sarcásticamente - Se agradece la ayuda. Sólo espero que seais de ayuda cuando llegue la acción. Me llamo Koltron, "encantado" de conoceros.

Al final, seríamos más a repartir....o no. Depende de como se desarrolle todo.

La verdad es que para ir a rescatar a una chiquilla perdida, a Garath se le antojaba un grupo demasiado grande.

Ni que fueramos a rescatarla de las garras de un dragón.

Pero Stor había insistido. Por lo de la niña y tal.
Bueno, mientras se les pagase la recompensa a todos cuando trajeran sana y salva a la pequeña no había ningún problema. Y siendo tantos había menos posibilidades de que las cosas se volviesen violentas. Si alguien la tenía retenida seguro que la suelta al verlos llegar.

Al parecer en el otro grupo también había un paladín. Debían estar cortados todos por el mismo patrón. Aunque el tal Koltron que se presentó no parecia muy contento.

Mi nombre es Garath. Encantado. Nosotros vamos a buscar a una persona desaparecida. No creo que sea muy complicado, cuantos más seamos más zona podremos abarcar y la encontraremos antes. Es cuestión de números, nada más.

Yo me llamo Aniel, y soy Paladin de Tyr, espero que os comportéis convenientemente en mi ciudad y no tenga que llamar a la guardia o impartir yo justicia. Respecto a salvar a la niña no creo que tardemos mucho, conozco los barrios así que se donde esta cada uno, la cuestión es ver que nos cuenta Duster, de todas maneras en el cartel no se menciona recompensa alguna, por lo que quizás a algunos no os interesaría. luego siguió adelante y termino diciendo:- si queréis llegar pronto donde vive Duster seguirme.

No sabía qué le molestaba más a Garath, si la prepotencia de Koltron o la altaneria de Aniel. Sea como fuere, el alto joven no tuvo reparo alguno a comentar con sus compañeros.

Curioso, creía que estabamos en Argluna y la dirigente era la noble dama Alustriel. He debido confundirme en algún punto del camino.

- Mi nombre es Eldintel, no soy muy de réplicas mordaces e ingeniosas, así que igual no soy bienvenido en este amplio grupo. Siempre he vivido en los bosques y realmente he tenido muy pocas luchas en mi vida, así que los valientes, veteranos y decididos podéis abrir camino para enseñarnos a los novatillos como yo de qué modo se hacen las cosas. 

- Eldintel, No creo que haya que enseñarte nada y menos a ti que has estado hay fuera a la intemperie sufriendo los rigores del clima y las bestias que deambulan por estos lugares. Ademas toda persona es valida, y destaca en alguna cosa, lo importante es saber en que cosa destacas y potenciarla.

La gélida noche me recuerda que debo obtener piel de un oso-búho, me quito los cristales de cerveza que se formaron del frio en mi barba y avanzo con mis compañeros a la aventura, creyendo que esto iba a ser una carrera me detengo de trompazo, viendo que mis compañeros se pusieron a hablar con el otro grupo. -Que? y la diversión, la competencia! por lo menos la carrera para entrar en calor!- Escucho que ya comparten alagos y consejos y me resigno saludando a mas extraños. -Saludos, mi nombre  es Agarot un padre preocupado y una niña perdida nos esperan y con este frío esa joven debe estar padeciendo.- Espero que terminen las presentaciones para ir a buscar al padre consternado.

Mi nombre es Stor Kormack. Se presentó a los nuevos de camino hacia el lugar del encuentro. Ex-capitán del IV regimiento de caballería de Argluna y adalid de “el dios manco”. Comparto con Aniel el deber de deshacer este entuerto y castigar a cualquiera que pueda ser culpable del mismo. Se dirigió a los suyos. Cierto es que somos un grupo considerablemente grande, lo cual supone la ventaja de que completaremos esta tarea cuanto antes y así quedaremos libres para realizar otros trabajos mejor remunerados. Os doy mi palabra, compañeros. Luego se dirigió al otro grupo. En cuanto a vosotros, os guste o no, estamos juntos en esto. Será mejor llevarnos bien por el bien del trabajo. Aunque estoy seguro que con un hermano de armas en el grupo, nada puede ir mal y obtendremos el paradero de esa muchacha. Dijo esbozando una leve sonrisa a Aniel.

Ademas al haber dos que conocemos la ciudad, nos moveremos rápidamente a los lugares incluso si nos tenemos que separar por alguna razón. así que empecemos, la casa que buscamos esta a dos manzanas de aquí en esta dirección.
y dicho eso me pongo a andar esperando a que los demás me sigan con la sana intención de que mi compañero de armas haga lo propio con su grupo.

Arrebujada bajo la gruesa capa de piel, la muy joven enana apuró el paso para alcanzar a los que habían tomado la delantera. Atrás habían quedado Vater y Orsik enredados en un interminable coloquio sobre las ventajas de unas buenas medias secas. Adelante, algunas pullas y presentaciones amenizaban la marcha. (Vaya, susurró mientras observaba detenidamente a los "nuevos".) Su mirada se detuvo en el otro paladín, que parecía poseído por el mismo ímpetu imperativo de la elfa, y en el irónico hombre que decía llamarse Garath. ¿Otro olfateador de dinero? Ya habría tiempo de saberlo, o no. El rescate de la niña prometía lo suyo…

Recién alcanzaba al (ahora) numeroso grupo, cuando Aniel comentó aquello de que se encontraban a dos manzanas de la taberna.  No había tiempo de presentaciones ni charlas, la noche apretaba. Giró en redondo y exclamó al tiempo que agitaba los brazos para apurar a los rezagados:

—¡Dos zancadas y llegamos! ¡Aprieten el paso!

Fue entonces cuando dos estertóreas carcajadas brotaron de su boca al descubrir a Vater haciendo malabarismos en medio de la calle y avanzando a los saltos, con un pie, mientras se colocaba una gruesa media en el otro. Orsik sostenía la raída bota del mediano, muy satisfecho de que su nuevo amigo tuviera los pies bien abrigados.

Sí, Diesa estaba encantada con sus nuevos (y viejos) compañeros.

Evendur se puso en marcha junto a sus recientes compañeros y se percató de que otra compañía iba aparentemente en la misma dirección que ellos. Por lo que logró escuchar, estaban todos buscando a la niña perdida. Si bien consideraba un poco exagerado el grupo, sabía que lo que peor fama le granjearía era sembrar el caos ni bien llegara a la región, por lo que decidió seguir la corriente y continuar con la empresa del método mas pacífico posible.

​Soy Evendur, espero podamos encontrar rápidamente a la pobre niña. Este frío esta lejos der una condición favorable para que una criatura esté perdida por ahí...ojala haya conseguido refugio.

La compañía era de lo mas diversa, había roces de carácter por todos lados y las cosas podrían ponerse toscas de no cuidar las maneras.

Sus pasos se continuaron como pianista manco, 3 saltitos con el pie izquierdo, luego 4 saltitos con el pie derecho, ponerse medias mientras corres detrás de toda esa gente grande, siempre apurados por llegar a ningún lado, les resultaba gracioso en cualquier día de primavera, pero esta no era su habitual situación, asi que entre malabares de medias, pies, enanos y pasos, el mediano y Orsik se acercaron al grupo... una vez mas, desde su secreto anonimato, Orsik había salvado el día, y todavía nadie lo sabia, excepto el mediano, claro esta.

Cuando alcanzo al grupo, tomo envión prendiéndose de las mallas de un elfo de cara afable, al cual decidió llamar, Elfo-bonito-del-bosque-254, pues ya había conocido muchos elfos del bosque, unos 253, si la memoria no le fallaba...

Los humanos le parecían triviales, pero el de ropajes extrambolicos y el del instrumento le parecían divertidos, daban color a la escena de humanos, mas les dedico su mejor sonrisa a todos los "nuevos" miembros de la expedición... el sabia que había visto esta escena en alguna representación del famoso dramaturgo Christopher Tolkiene, pero no sabia bien de que obra...

Sin decir nada, susurro algo al oido de Orsik y siguió al grupo, tarareando una canción mientras repetia su nombre entre silabas...

... la lala la lala...Vater ... la lala la lala...

Alcancé al grupo que ya se había puesto en marcha, guiados por los dos paladines. Aquello más que una partida de rescate, parecía una comitiva de un circo. Enanos, elfos, halflings, humanos.... solo faltaba el gigante, la mujer barbuda y el escupefuego. Al emnos, el destino estbaa cerca, y la facilidad aparente de la misión, haría que no tuviéramos que estar juntos más tiempo del necesario.

Mientras caminábamos hacia la casa del padre, no había que perder de vista al resto de la ciudad. Quizás los secuestradores o quien fuera que se hubiera llevado a la niña, podrían estar vigilando por si acaso alguien se acercaba al padre. Si fuera así, ya se habrían puesto sobreaviso con semejante cantidad de gente caminando por las calles. ¡Qué remedio! Nos las acabaremos viendo con un grupo preparado para un rescate o, en el peor de los casos, con un cadáver pequeño y bonito y los secuestradores desaparecidos.

El grupo marchó como una ola sobre las calles de Argluna, compartiendo algunos comentarios banales mientras empezaban a conocerse. Pero faltaba una persona: Jyn, la misteriosa mujer había desaparecido entre las sombras sin que nadie se diera cuenta. Era una de las que estaba en contra de ir a rescatar a la niña y algunos intuyeron la razón de su desaparición.

Rápidamente los paladines mostraron su ímpetu y sus ganas de ayudar. El corazón de ambos era bueno y sus intenciones honestas pero por momentos parecían ligeramente arrogantes o autoritarios, pero era un hecho que pasaba casi desapercibido salvo para una minoría entre los integrantes de la comitiva.

Luego de las presentaciones y una charla poco trascendente, el grupo llegó sin problemas a la taberna en cuestión. Era una taberna bastante alegre. Lucía cornamentas por todas partes de animales cazados (ciervos y alces principalmente) y estandartes de batallas completaban la robusta decoración. La música bullía intempestivamente del lugar que consistía de una gran pista de baile en el centro del salón, con las mesas, sillas y barras rodeándola. La gente bailaba alegre, ignorando por completo la presencia de tan robusto grupo de aventureros.

Algunos ojos se quedaron clavados en las voluptuosas mujeres que frecuentaban el lugar buscando aprovecharse del "enamoramiento" de los hombres para sacarles algunas buenas monedas, pero en general el grupo se dirigió directamente a alguna persona que atendía preguntando por Dustier. Enseguida señalaron al humbre solitario, sentado en una mesa cerca a una de las chimeneas.

Dustier era un hombre entrado en edad, delgado y alto con el pelo argenteado y un bigote frondoso y largo del mismo color del cabello. Se sorprendió cuando tuvo a todos los aventureros de frente, preguntando por su hija.

 -No puedo evitar el derrame de lágrimas. -Empezó diciendo, evidentemente con una lágrima cayendo por uno de sus ojos hasta perderse en su bigote. Pero era difícil determinar si en ese preciso instante lloraba por su hija o por la esperanza de poder encontrarla mediante un grupo tan nutrido.

- Mi hija responde al nombre de Alusier, es la menor de cuatro hermosas mujeres y recién tuvo su primer sangrado....

Así, Dustier empezó a explicar brevemente la causa de su aviso en la posada.

Dustier era un mercader próspero de Puerta Baldur, tenía una familia numerosa y varias esposas e hijos. Entre sus más de diez hijos, sobresalían 4 mujeres y una de ellas (Alusier) la menor de todos sus retoños, era su consentida y su favorita.
Solía llevarle exóticos regalos que llevaba a casa luego de una larga ausencia por viajar al norte y mantenía una relación muy estrecha con aquella joven rebelde que solo era amada por él.
Para su cumpleaños 14, recién sangrada, pidió a su padre acompañarlo en una de sus largas travesías por el norte. Al final, Dustier aceptó ante tanta insistencia y tanto ruego que incluía lágrimas y pucheros de todos los calibres.

La niña aprendió a conocer algunas ciudades de la costa de la espada y algunas zonas de la frontera salvaje, sin embargo, a Dustier le parecía que la marca argéntea era un lugar sumamente peligroso para una niña de su edad.

Dejó a la niña en el fuerte de Olostin (Al sur de Eternlud) custodiada por algunos guardias y acompañada de una de sus cuñadas (tía de la niña y hermana de su madre).

Recientemente recibió un mensaje enviado por cuervos desde allá, mencionando que la niña había desaparecido sin dejar ningún rastro, al parecer había huido.

Él necesitaba llegar a Fuerte Olostin, pero sus carromatos no podían pasar por el paso de Eternlud ya que las nieves hacían imposible el paso y debía esperar hasta una temporada menos fría para atravesarlo. Esa no era opción.

-...Solo necesito llegar allá -A esta altura, los mocos y las lágrimas invadían su cara y no había podido contener el llanto. -Necesito llevar mis carromatos a través del bosque argénteo y llegar al Fuerte de Olostin, una vez allá debemos encontrar a mi hija! Les daré lo que traigo conmigo, podría dar todo lo que tengo a cambio de tener a mi hija de vuelta. Por favor, ayúdenme!

La última frase del hombre llamó mi distraída atención hasta ese momento. "Todo lo que tengo" sonaba suficiente para mí por emprender un viaje hasta Fuerte Olostin.

No te preocupes, amigo - digo simulando pena y dolor - nosotros encontraremos a tu hija. Has dicho que tenía 14 años y ya sangrada. ¿Seguro que no se ha fugado con algún mozo? - no podía evitar hacer la pregunta. Los padres siempre piensan que sus hijos son como ellos querrían que fueran, cosa que no sucede casi nunca. Quizás la influencia recién recibida de la Diosa Lujuria había asaltado a la moza y se había dejado llevar por sus instintos.

En cualquier caso, daremos con ella.

Garath escuchó pacientemente la triste historia del padre. Lo cierto es que dejar a la hija allí había sido un tanto temerario. Para que llevarla de viaje si luego la deja casi a su merced. Si era tan inquieta como comentaba el padre, la tía la perdería de vista a la mínima de partir el hombre.
Pero ese no era el problema que veía el mago. El problema era que quería volver a por ella, cosa lógica, con todos sus carros. Y un viaje de unos 100 kilómetros con este tiempo iba a ser problemático, como mínimo.

No veía la manera de decirselo con tacto, así que tampoco lo intentó.

Maese Dustier. Si lo que le han dicho es cierto, sabrá que el tiempo es crucial. Y si queremos poder hallar rastros del paradero de su hija habrá que llegar a Fuerte Oslin a la mayor brevedad. Si va con sus carros perderá mucho tiempo, sobretodo con este tiempo.
Así que, o los deja aquí. O deja que nos encarguemos nosotros del tema. Con unas buenas monturas, y algo de suerte con el tiempo, podríamos estar allí en unos cinco días a lo sumo. Puede que menos.

Aniel miro al hombre, le daba pena, había perdido a su pequeña, y la cosa no estaba clara si había sido un rapto, una escapada de la niña, o la tía había echo alguna temeridad. al parecer nadie quería a la niña, pues les quitaba protagonismo y eso significaba dinero y estabilidad, en este mundo se hacían muchas cosas por dinero y una niña de 14 años rebelde no iba a interponerse en medio de mucha gente. Pero no estaba segura de ello, así que simplemente después de escuchar a sus compañeros dijo:- Estoy de acuerdo con con lo expuesto por Garath*. Si quiere que encontremos a su pequeña el tiempo es crucial y no precisamente estamos en una buena época como para desperdiciarlo, la nieve aumenta cada dia y alguno de sus carros puede caer en alguna vaguada de la que sea muy difícil sacarlo. Nosotros no podemos retrasarnos. Si quiere ir con los carras hágalo, pero nosotros iremos a nuestro ritmo. Pues si hay secuestradores, pedirán rescate y no conviene hacerles esperar, de ser que haya huido, cuanto mas esperemos mas frio sera su rastro y menos posibilidades de encontrarla y si por lo que sea alguien quisiera hacerle daño, lo mejor es llegar de inmediato. Y sinsentido mucho sus carros nos retrasarían un tiempo que quizás su hija no disponga de el.
así que que decide, vamos nosotros primero y usted llegara después o se arriesga a que cuando lleguemos todos su hija ya no este?
Las palabras eran duras pero eran ciertas y justas.

Escuchando en el fondo del grupo a la historia del padre preocupado, entiendo mas a fondo lo complicado de la situación, es necesario un viaje muy complicado en una tormenta nevada demasiado fuerte, apenas tenemos el equipo apropiado y corriendo hasta el fuerte de Oslotin, necesitaremos caballos. alzo mi voz y digo -Oh padre preocupado, te habla Agarot, soy un guardabosques y lo que pides es necesario y urgente, ya que cada segundo es importante, tendrás caballos que nos permita avanzar mas rápido en este clima tortuoso? algunos podrían adelantarse, los mas rápidos y fuertes. Los demás lo acompañarían en la travesía con los carros.

Serian dos servicios el rescate de la joven y asistirlo a llegar Oslotin, que le parece?.

Stor habia quedado conmovido por la situacion del afligido padre, aunque no lo demostrase. No obstante, aunque podia estar de acuerdo con lo expuesto por algunos de sus mas, y menos, recientes companeros, se quedo estupefacto con la osadia en que algunos intentaban imponer sus designios a quien, desesperada y generosamente, les solicitaba un encargo y ofrecia una recompensa.

Caballeros, personalmente entiendo que este buen hombre lo que quiere decir es que el y su caravana precisan de nuestra escolta. Ademas de la ayuda para la localizacion de su hija. O, de no ser asi, no nos lo habria pedido. Y que me corrija si me equivoco. Dijo mirando al bueno de Dustier a los ojos.

Somos un grupo grande, asi que lo apropiado sera que hagamos caso de los designios de nuestro patron o terminara cada uno haciendo lo que se le antoje y probablemente con el virote de algun bandido en el pecho. Dijo intentando serenar un poco el ambiente de solicitudes y demandas que se habia generado. Mi buen Dustier, solo puedo hablar por mi, pues no soy dueno de la voluntad de mis companeros, pero a este humilde siervo de Tyr le honrrara de buena manera ayudaros a llegar sano y salvo a Fuerte Oslotin para emprender la busqueda de vuestra joven hija Alusier. De mi pago podremos preocuparnos cuando podais volver a tenerla entre vuestros brazos.