Partida Rol por web

Las shurikens cortan y rasgan la piel y la carne de los héroes mientras estos optan por la solución mas lógica, escapar de allí con vida.  Ghorza maldiciendo se llevo la peor parte mientras protegía a Theldor y a Kethra con su robusto cuerpo. Pocket invisible  comienza a apuñalar a los sorprendidos asesinos, que no saben de donde sale tan formidable enemigo. Todo comenzó a girar alrededor de ellos cuando una explosión de energía los envolvió, despareciendo en un destello. 

Sobre una fría colina aparecen en un destello de luz mirándose sorprendidos Ghorza, Kethra y Theldor vomitando la ultima cena que habían ingerido en la taberna sobre el yerboso suelo, dando el mundo vueltas a su alrededor. ¿Que ha pasado? exclamaron al unísono, ¿y el mediano? preguntándose por el paradero de Pocket al que no veían por ningún lado, preguntándose donde carajo estaban. La luna brillaba llena y tras estudiar los lejanos bosques y el macizo de montañas que había al fondo cayeron en la cuenta de que se encontraban cerca de Thorbardin, la fabulosa ciudad enana.

Un hilillo de sangre os alerta de que Ghorza parece envenenado. 

Cuando estaba a punto de acribillar estos hijos de puta cobardes, siento como mi cuerpo se sobrepone a la misma realidad, haciendo que mi visión se vuelva oscura por un par de segundos. Al comienzo pensé que era un nuevo tipo de ilusión o alguna mierda parecida que les gusta usar estos maricas de los ilusionistas, sin embargo, todo cambio cuando sus ojos pudieron ver lo que la noche misma les mostraba con cierta gallardía macabra-. ¿Dónde mierda estamos? -. es lo que digo con asombro y sarcasmo, mientras miro a mi alrededor, buscando a mis camaradas-. ¿están todos bien? ¿Y los enanos?... -. pregunto a mi equipo, no obstante, al momento que trato de articular nuevas palabras siento como nuevamente un mareo envuelve mi mente, esta vez, mi instinto de bárbaro es el que me alerta-. He sido envenenado… mierda-. Pienso al mismo tiempo que pongo una de mis manos en la sien para luego mirar al equipo-. Me han cagado… requiero asistencia-. Sonrió satisfecho al notar que pude pronunciar, con dificultad, unas palabras que siempre quise decir, silabas plagiadas de un paladín que conocí hace ya mucho tiempo, apoyandome en mi hacha que penetra el suelo como un gesto artificial de preocupación para su amo.

La norteña llevaba la bolsa con el melón, aguardando el mejor momento para lanzar sobre él su poderosa ilusión. Sin embargo ese momento nunca llegó, en su lugar pedacitos de metal volaron por el aire mientras unas siluetas negras caían sobre ellos. Huyeron como cobardes, tratando de salvar sus vidas, abandonando a su amigo Scrumsh. Ella lo había propuesto en un principio, aunque le dolía porque le tenía simpatía, dejarlo atrás era la opción más inteligente, sin embargo sus amigos no querían abandonarlo. Pero ahora, ellos también corrían y lo dejaban atrás, sentenciándolo a muerte.

De repente hubo un destello inexplicable, y ya no estaban allí. Kethra se sentía fatal, y cuando se recuperó se dio cuenta que el mediano no estaba con ellos. Desorientada en un principio, no tardó en descubrir que estaban en las montañas del norte, cerca de la ciudad enana. Al fin nos fuimos de esa puta ciudad, pensó satisfecha. Tenían el huevo y estaban a salvo, eso era lo que más le importaba. Sin embargo, haber perdido a los dos pequeños le provocaba una pena que no podía explicar, acaso me he involucrado con esos niños? pensó, sabiendo que sí lo había hecho, y en gran medida.

Ghorza había sido herido más que el resto, parecía más verde que de costumbre, y pedía ayuda. Theldor estaba más capacitado que ella para el asunto - Vamos grandote, no llores, que es sólo un rasguño - le dijo mientras se acercaba para ver más de cerca sus heridas. - Los malditos asesinos casi nos matan- al pronunciar la frase se dio cuenta que aquello no tenía nada de extraño, por el contrario, le sonaba muy natural - Espero que Pocket haya podido rescatar a Scrummsh, porque nada podemos hacer desde aquí por ellos. Pero prometo que un día regresaré a esa ciudad de mierda y mataré hasta el último de ese gremio de traidores, los veré retorcerse delante mío y clamar por una piedad que no les daré, Aurid propiciará nuestra venganza-

Sintió el aroma del bosque que venía con la fría brisa norteña, y se sintió plena, en su hogar - Comenzaré a acampar, la noche será fría y larga-