Partida Rol por web

El enorme bárbaro ladea un poco su cuello ante las palabras del norteño, recordando si este sujeto había fumado de su hierba especial u otra droga alucinógena del cual no la había compartido-. Maldito tacaño-. Pensó al momento de tener en cuenta que aquel norteño tenía de la “buena” y no le había dado, pero con la intervención del dueño de la tienda todo tuvo sentido y le pidio al mediano que guardase esas porquerias en la bolsa-. Emmmmm… no -. nuevamente su característica sonrisa se abre paso en el lugar-. Lo que paso es que mientras nosotros celebramos nuestra victoria contra el maldito dragón ustedes llegaron de la nada en compañía de un hermoso batallón de orcos, gnoll, chamanes, etc. Arruinándonos un poco la fiesta… aunque matar a un ejército entero de esos mal nacidos siempre viene bien-. Sus ásperas manos acarician su mentón para luego mirar los objetos y suspirar de nuevo-. Dado esto, ninguno de ustedes tiene derecho de acaparar el tesoro que nosotros hemos encontrado… pero como sabemos también seremos equipo de aquí en adelante… por lo tanto… emmmm…-. Comienza a rascar su afeitada cabellera mientras sus ojos miran a Pocket por un par de segundos para luego volver a suspirar-. Venderemos la capa, las mierdas inservibles… la espada rota no me interesa, pero si alguien la quiere se la puede llevar… las armas de los elfos, menos la malla de mithril y el yelmo, pueden pasar a propiedad de ustedes si les parece… aunque preferiría hacer un trato con el comerciante para ver si nos puede cambiar dichas mierdas elficas por armaduras de calidad similar, digo… los elfos no son muy simpáticos con aquellos que tienen sus armaduras y no comparten su raza…-. Vuelve a pensar el mestizo-. Las dos monedas de oro mágicas sean una para Joao y la otra para cualquiera que me quiera acompañar en la vanguardia, las armas malignas se quedan con nosotros para ser eliminadas en algún maldito templo-. Hace sonar su grueso cuello mientras susurraba operaciones aritméticas a gran velocidad, una imagen que no llamaría la atención si no fuese que el que está calculando con gran rapidez fuese un semi orco, pero antes que este abriese la boca mira al mediano y este le guiña el ojo, haciendo que Ghorza simplemente suspirara, en dirección al mediano, un insulto con amigables intenciones-. Las monedas, pos pago de servicios, se repetirán de la siguiente manera-. Toce un poco como si este fuese el evento principal-. cincuenta y cincuenta entre el enano y yo. Con el acuerdo que nos hagamos responsables de los mantenimientos que Scrumsh necesite y quiera, cuando aprenda mas o menos como funcione toda esta porquería monetaria le daremos su parte correspondiente ¿les parece enanos? -. Declara a sus viejos camaradas-. Con esto dejamos claro todo esto… si a alguien no le gusta la puerta es ancha-. Otra nueva calada inunda los pulmones del enorme bárbaro-. Y Joao, espero que esta sea la última vez que oiga que ofendes a un camarada de armas, si te molesta compartir con un trasgo no es mi problema… Scrumsh, a pesar de que hay que pulirlo un poco, tiene mucho potencial en batalla, enormes bolas y por mi experiencia sé que estos enanos pueden ser un gran dolor de bolas en los flancos-. Sonríe animadamente-. Y con el norte me refiero a ese norte donde gigantes desnudos te siguen para devorarte no esté norte donde te puedes embriagar tranquilo jajajaja-. Ríe con gran alegría, demostrando que no extraña para nada su gélido hogar para luego esperar alguna opinión del resto y proseguir con llamar nuevamente al comerciante.

Las disculpas del norteño nunca llegaron, y tal vez en eso Joao tenía razón, ninguno de los dos cedería. Sin embargo poco a poco comenzaba a tratarla con más respeto. Theldor daba un punto de vista conciliador, y probablemente cierto, mientras que Ghorza, por su parte, habló como si fuese el líder e impartió justicia a su modo. Ella, como era de esperar, no estaba de acuerdo con el semiorco, pero no iba a contradecirlo mientras portara en su bolso a su pequeño dragón, no era bueno que sus padres se estuviesen peleando frente a él. Asintió agradecida al pequeño Pocket cuando éste la hizo partícipe de parte de lo recaudado y puso una mano en el hombro del trasgo para animarlo cuando su valía fue puesta en duda por Joao. 

De repente el comerciante entró y sugirió que separásemos las armas malignas, y entonces lo supo Estas mierdas nos están volviendo locos!, pensó, recordando lo que había escuchado sobre ellas a los pies de la montaña. No olvidaría lo ocurrido, pero tampoco se aferraría a ello si es que una maldición los había afectado, en su lugar se ensaño con los objetos - Theldor, destruyamos esa basura cuanto antes!- dijo, mirando las armas embrujadas con desprecio.

- Grandote, no tengo ningún contrato contigo ni me interesa tenerlo, solo te acompaño por el crío que vamos a cuidar. Hasta que nazca seguiré tus pasos a dónde vayas, luego... depende de tí, yo lo cuidaré como he prometido - dijo al semiorco, luego miró al grupo - Gracias por el equipo que van a compartir conmigo, eso es digno de un grupo de hermanos, compensaré ese gesto con creces y los asistiré a todos con los dones que me han sido dados - así como ella reclamaba ser considerada parte de la "familia" a la hora de repartir lo que habían "cazado", del mismo modo estaba dispuesta a cuidar de ellos como si fuesen su tribu.

- Joao, no soy un hombre, mi modo de resolver las cosas es muy distinto al tuyo y antes que levantases una mano ya estarías calcinado. Pero esas malditas armas nublan la mente de cualquiera, mejor dejemos toda esta discusión atrás. Si algo similar vuelve a ocurrir, con gusto me enfrentaré a ti... y luego juntaré tus cenizas - dijo, sin ánimos de continuar discutiendo con él, pero dejando claro cuan lejos estaba dispuesta a llegar si algo así se repetía.

Luego se agachó a un lado de Scrumsh - Tu antigua ama ya no está pero estoy yo, pequeño. Cuidaré tu espalda y tu cuidarás la mía, vayamos dónde vayamos - le sonrió tras su ofrecimiento y acarició su cabeza. Ella sabía lo que era perder a su familia, y ese trasgo había sufrido lo mismo, sin embargo él veía en ella el espíritu de su ama, y Kethra interpretó eso como un signo de Aurid.

Cuando Pocket escondió los malditos enseres Joao se llevó la mano a la cabeza como si estuviese aguantando una fuerte resaca, se le notaba el rostro levemente más pálido y algo sudoroso; en verdad parecía algo desconcertado.- No entiendo que demonios ha sucedido, era como si estuviera encerrado dentro de mi propio cuerpo gritando pero nadie me oía.-descolgó el martillo del enano que hasta ahora había llevado al cinto y lo puso en la mesa junto con todo lo demás. Además de las escamas de dragón verde.- Qué esto sirva también para quien lo necesite, intentaré cambiar el casco por uno diferente y ver si puede conseguirme unos brazales de fuerza de ogro, como bien ha dicho Ghorza mejor no llevar nada encima que los elfos puedan reconocer.-tan solo cogió uno de los anillos que le había indicado el semiorco en espera de que los demás escogieran o cambiaran lo que necesitasen con el mercader.-Si mis escamas dan para un peto de mithril, bienvenida sea dicha armadura aunque id escogiendo el resto y luego ya negociaremos con el mercader.-no se guardó el anillo sino que lo colocó frente a él en la mesa, dando a entender que se lo habían asignado pero que no tenía problemas en renunciar a él si otro lo precisaba.

La norteña observó como Joao parecía más aliviado cuando las armas malignas fueron separadas, y maldijo para sus adentros la naturaleza oscura de esos objetos. No nos molestarán más ni a nosotros ni a nadie. Luego comenzó a observar los objetos a ver cual de ellos podía ser más adecuado para ella pero ninguna la convencía. - Iré a ver que más hay - dijo, y salió del pequeño cuarto para ir a recorrer los demás artículos de la tienda. 

La mayoría de ellos no le eran útiles para su profesión y solo estorbarían su camino, sin embargo encontró un amuleto que llamó su interés y un bastón que bien podía reemplazar el que tenía de madera oscura. Se los señaló a Hal´bar - Estos me interesan, podemos cambiarlos por los que aún hay en el cuarto?- preguntó, confiando en que no habría inconveniente - Además... tiene algún pergamino de mago? - no los había visto entre los objetos que exponía, pero esas tiendas tenían fama de contar con todo lo que un aventurero podía necesitar.

Luego volvió al cuarto - Bien, ya he elegido mi parte,... gracias- no era muy elocuente ni tenía intenciones de prolongar su gratitud, pero tampoco podía dejar pasar el gesto que finalmente habían tenido con ella. - Antes de irnos tenemos que resolver lo del huevo o nos atraparán camino al Templo. O lo escondemos mejor y juramos haberlo vendido aquí, o montamos alguna escena y lo destruimos a la vista de todos... un sentido que no es tan difícil de burlar - dijo, señalando un melón que llevaba en su mochila. Una ilusión y una pelea creíble convencerían a cualquiera, pensó.

Agradezco el gesto y que queráis compartir este botín con nosotros- dice- y que además tengáis intención de destruir estas armas malignas. 

Mira el equipo, sabedor de que alguno de esos objetos no podría utilizar pero quizás si intercambiar.

Mientras el resto del grupo se movía, ordenaba y seleccionaba cada parte que le interesaba del tesoro el enorme mestizo, aun son su característica sonrisa sarcástica, sale del lugar para encontrarse con el comerciante-. Bueno… todo está listo, pero antes quiero saber si tienes estos objetos y una armadura mágica para el trasgo…-. Sus palabras lentamente se desvanecían gracias a que el bárbaro se alejaba aún más del lugar…

Una vez que Ghorza termino su intercambio con el comerciante, este vuelve al privado aun manteniendo su expresión de relajo-. El comerciante ya viene para hacer las tasaciones correspondientes y los pedidos… emmmm…-. Sus ojos se enfocaron hacia la guerrera norteña-. Al menos para mí no creo que pueda comprar nada de lo que estás diciendo… emmmm… me lo acabo de gastar todo jejeje-. Sus enormes manos comienzan a acariciar el cuero cabelludo del orco para luego seguir como si nada-. Sobre el huevo le podríamos decir al enano que lo guarde en su saco mágico hasta que salgamos de esta maldita ciudad ¿Qué opinan?  Y Scrumsh-. Se vuelve al pequeño humanoide-. ¿Prefieres dejar esa lanza por una daga mágica y una ballesta pesada? O ¿te quedas con aquella lanza? -. finaliza, aun echando humo por su nariz.

La norteña se colocó en el cuello el amuleto que le había señalado al mercader y luego contempló entre sus manos su nuevo bastón, ausente de lo que el resto del grupo intercambiaba. Sólo la mención del huevo hizo que volviese su atención a ellos - Es una muy buena idea... pero trátalo con cuidado, Pocket, que si rompes el cascaron y nace antes de tiempo, no puedo asegurar que no se coma a un enano cuando salga de ahí - dijo entre sonrisas. Luego acomodó el fruto en su mochila, de modo que la superficie quede tapada pero el bulto pueda distinguirse. 

- Bien, cuando gusten podemos ir al templo y terminar con la pesadilla de este par de objetos malditos. Y luego? Tienen algún destino en mente? Por mi parte estoy de viaje, no tengo intensiones de asentarme en la ciudad, pero sí me interesa averiguar un poco más acerca de los huevos de dragón...- no sabía dónde podía encontrar ese conocimiento, todo en cuanto a esas criaturas le fascinaba, pero lo que sabía lo había aprendido de su su tribu. 

¿Que quieres saber de los huevos de dragón?- pregunta con curiosidad el clérigo- reconozco que no estoy puesto en el conocimiento de los dragones, pero seguro que siempre hay algún experto en alguna biblioteca que pueda ayudarnos en lo que necesitas. 

Si vamos a un templo del bien, tampoco sería conveniente sacar a relucir que tenemos en posesión un huevo de dragón maligno. No creo que se lo tomen muy bien que digamos. 

Kethra negó con firmeza - No hace falta mencionar el huevo si lo llevamos oculto. Tampoco es algo sospechoso que una hechicera busque información sobre dragones, así que no debiéramos preocuparnos demasiado por eso. En cuanto a la biblioteca, tal vez haya algo allí, me vendría bien tu ayuda para buscar en esos libros- 

- Si voy a cuidar del huevo quiero saber cuanto sea posible sobre el nacimiento. Cuando se romperá el cascarón? De qué se alimenta? Cuantas horas duerme? Y una docena más de inquietudes con las que podría aburrirlos a todos - se sintió extraña al tomarse con tanta responsabilidad la maternidad de la criatura, tal vez era su necesidad de sentirse en una familia nuevamente. 

Intentare ayudarte en lo que pueda- responde- a decir verdad tengo curiosidad en como puede acabar todo este asunto del cuidado del dragón. Sino hay nada más que hacer aquí podemos movernos ya si os parece a todos bien. 

Theldor sin problema el arma +2. 

El enorme bárbaro, una vez ayudado al pequeño trasgo y de ordenar al comerciante su nuevo equipo, simplemente seguía sonriendo, escuchando apaciblemente cada palabra que el clérigo y la norteña intercambiaban-.Mmmmm...-. Es lo que declara, sin intenciones de interrumpir al dúo, mientras comienza a llenar nuevamente su pipa, pero, esta vez, no era de tabaco, si no de su "hierba mágica"-. Estaba pensando en guardar las armas malditas en el saco mágico de Pocket hasta que podamos llegar a algún templo de la siguiente ciudad-. Declara después de dar una apasionada calada al humo que evoca su pipa-. La prioridad máxima es irnos de este lugar y bueno, lo que quieran hacer después de eliminar las armas malditas es simple-. mientras que argollas gruesas de humo salen de los verdes labios del guerrero, Ghorza le pasa su pipa, aun encendida, al mediano para luego seguir-. Sigamos buscando misiones de gran dificultad, gracias a este nuevo equipo, al mismo tiempo que buscamos información sobre dragones... podemos ir al gremio de magos o, como dijo el hijo de la diosa, podriamos intentar en una biblioteca o algo así... aunque si tomamos gestas de gran complejidad dicha información lloverá por si sola al igual que el dinero y los objetos magicos jajajaja-. Finaliza, esperando a que Pocket termine su turno con la pipa y con una sonrisa aun más radiante de lo normal.

Si queréis podemos ir primero al templo para librarnos de esas armas maldigas. Allí podemos intentar conseguir algo de información respecto al huevo de dragón. Sino encontramos lo que necesitamos, siempre podemos ir a alguna biblioteca importante o algún gremio de magos. 

En cuanto si buscamos más aventuras- prosigue el clérigo- en el templo seguro que nos pueden informar de algún mal que haya que eliminar por estas tierras, siempre y cuando estemos interesados en ello. 

Hal'bar entro al reservado cuando fue llamado y tras escuchar las peticiones de los héroes comenzó a realizar los cambios entregando al grupo los objetos y armas que estos le solicitaban. El comerciante se  frotaba las manos. Había ganado bastante dinero con los aventureros. El martillo de Torm y las espada fragmentada ya de por si eran objetos de gran poder.  Todo iba bien! Los aventureros pillaban los objetos que habían recibido y los examinaban maravillados. De hecho todo era risa y fiesta, hasta que claro, siempre ocurre algo inesperado. Einar se encontraba cogiendo sus objetos y admirando la figura con forma de torre cuando de súbito puso los ojos en blanco y comenzó a balbucear ante sus compañeros cayendo inerte al suelo. Ghorza se encontraba en ese momento exhalando argollas de humo de su pipa y Pocket probándole un sombrero a Scrumsh el cual parecía poseer la propiedad de cambiar la apariencia de su portador convirtiendolo en un emano. Un sombrero de disfraz o algo asi decía que se llamaba. Ketra se quedó mirando extrañada la reacción de Einar y exhorto a Theldor a que hiciera algo, después de todo él era el clérigo, pero ya era demasiado tarde. Einar murió de manera fulminante. Muerte repentina decían algunos en el norte.

Hal’bar mirando a los aventureros, exclamó sorprendido: Osss juroo que yo no he tenido nada que verrr! Para mí que sufría del corazonnn. Mirando con preocupación a los aventureros, ya que este tipo de situaciones podían traer mala fama a su emporio y el viejo comerciante después de todo rehuía los problemas. Quizás en el templo allá alguna oportunidad para él. Por favor! Salid de mi establecimiento. Indicándoles una puerta trasera para que salieran de allí. 

Perplejos, los héroes salieron por la puerta trasera del poderoso emporio con el cadáver de su compañero a cuestas. Gracias al poder de los guantes mágicos que portaba Ghorza, éste cargaba como si nada a Einar. Cualquiera que se fijara en ellos pensaría que el mestizo aguantaba sobre sus hombros a un camarada borracho. Con esta argucia deambularon por las calles hasta llegar al templo de Selune. Este por su aspecto parecía no ser muy poderoso, sin duda su culto debía estar buscando seguidores fervientes para abrirse hueco en unas tierras salvajes donde Mielekki, Chauntea y otros dioses eran más venerados.

Theldor atravesó las puertas del templo e indico a sus compañeros que esperaran en la capilla mientras él iba en busca del Abad. Justo en ese momento apareció un hombre entrado en años, al cual Theldor reconoció como su maestro “Mul Masher”.   

Theldor se encontraba como pez en el agua entre las paredes de la pequeña capilla de la orden de Selune. Desde luego no tenia la grandiosidad de algunos de los templos de los dioses más venerados en aquellas tierras, pero no quitaba que el lugar fuera acogedor. 

El clérigo tras ver aparecer a su maestro, no dudó en acercarse a él. Con una ligera inclinación de cabeza le saludó:

Maestro Masher, me gustaría robaros un poco de vuestro tiempo sino está muy ocupado. Necesitamos de sus servicios para un asunto de suma importancia. Mis nuevos compañeros- hace un gesto al variopinto grupo que se encuentra a su lado- es un grupo de aventureros de grandes capacidades y de buen corazón. Tras su última aventura encontraron varias armas con un aura maligna y desearían poder librarse de ellas de forma definitiva. Yo no tengo el poder para poder eliminar la malignidad de estas armas maldigas, no obstante, tras explicarles que en el templo quizás se podría hacer algo al respecto, hemos venido hasta aquí- hace un gesto para que depositen las armas para que las examine el abad- ¿puede hacer algo al respecto?

También nos gustaría poder dar sepultura a otro de nuestros compañeros. Me temo que la muerte le ha llegado de improviso, y no hemos podido hacer nada para evitarlo.