Partida Rol por web

Con un alarido de dolor, las criaturas de la noche huyeron de aquel enano cuya palabras y energía divina les impulsaban a huir a toda velocidad. De repente las tornas comenzaban a favorecer a los héroes.

Dalla lanzó otra capa de grasa a los que rodeaban a Kroner

Kroner venía esquivando a duras penas los golpes, sentía las garras golpear contra su armadura, desviaba los brazos de las criaturas con giros de su espada y sus pies, pero el cansancio comenzaba a hacer mella. Pronto alcanzarían su cuerpo, protegido detrás de la armadura de fina manufactura.

Pero la luz que siguió a las palabras y oraciones de Dangmar hicieron que Kroner valorara la presencia de ese misterioso sujeto. Cuando vio que muchos de los muertos vivientes daban media vuelta y comenzaban a correr en dirección contraria a ellos, supo que el combate ya estaba finiquitado.

Pero Tempus exigiría más de su fiel guerrero, por lo que con un golpe del espadón en la espalda del zombie que le acababa de dar la espalda, partió la columna hasta su propia base.

Podía ver la película de grasa que Dalla había conjurado para ayudarlo, y estaba atento de evitarla para no caer. Hacerlo en un campo de batalla siempre era una sentencia de muerte, si no se era lo suficientemente rápido como para levantarse y continuar.

Levantó el espadón luego de ver caer el muerto viviente destrozado y en llamas frente a él, y con un revés golpeó al zombie que tenía a su izquierda. Cortó cabeza y parte del hombro sin que eso le significara un esfuerzo, y con un giro, direccionó el espadón hacia el zombie que tenía ahora a su espalda.

La hoja en llamas se clavó en el pecho del herido zombie, y sacándola de un tirón, cayó inerte en el suelo, con las llamas consumiendo aún su pútrido cuerpo.

Pero la adrenalina mágica que recorría su cuerpo le hacía moverse más rápido, más ferozmente, por lo que tomó el espadón con la hoja hacia abajo para terminar con el enemigo que había caído frente a él.

Con la respiración agitada, miró hacia todos lados, observando dónde podía haber más enemigos, y si todos estaban bien.

Elden reservó sus flechas observando a su alrededor si había algún objetivo que amenazase a sus compañeros. Kroner ya había acabado con todos los que podían hacerle daño, así que se podía tomar un respiro.

El pacto con lo Sagrado de la comunidad enana dio sus frutos, y los muertos salieron corriendo, lo que reconfortó a Dangmar: demostraba que se había comportado de manera virtuosa. O, cuanto menos, aceptable.

-tentsakabe´sever- ¡Los muertos están huyendo! -levantó la voz por unos momentos de las ocasiones, señalando con el martillo a la zona donde habían huido- ¡Algunos deberían perseguirlos para asegurarse de que no vuelven a atacar mientras los demás aseguramos el perímetro!

Definitivamente un soldado ahora y siempre, no únicamente un guerrero... aunque en el caso de los enanos era de esperar, y nada en el aspecto de Dangmar indicaba que no fuese otra cosa que un fuertemente armado guerrero. Excepto si eras otro enano, o un conocedor de la sociedad y cultura enana, en cuyo caso se sabría que era un erudito, bibliotecario y guardián dedicado del saber. Con una enorme armadura. Y un martillo brutal. Porque así funcionan los enanos.

-¿Todos bien? ¡Que alguien de la voz si está herido o alguien a su lado está herido o inconsciente!

Grasa ocupa un cuadrado de 4 casillas. Por eso escribo GRASA en el plano en las 4 celdas. Si lo borras, no sabremos donde hay grasa.

Cierto es verdad! XDD 

Kroner acababa con los zombis que le hacían frente, mientras que Elden disparaba con acierto una flecha que atravesaba el cráneo de uno de los esqueletos quedando suspendido en la pegajosa maraña que había creado Dalla al final de la calle. Justo cuando Dangmar preguntaba por los heridos, Karian con el rostro retorcido de dolor profirio un agónico alarido. Amigos! No sé qué me pasaaa. Mostrando a su compañeros el brazo mordido y casi cercenado por uno de los zombies. Unas manchas negras surcaban su blanca piel corrompiendo su brazo. Cayendo a continuación al suelo convulsionando.
Por una de las calles apareció el Sargento de la milicia con unos 10 hombres armas en ristre y varios heridos, aproximándose en dirección a los héroes, al llegar a la altura de estos, acabo de un mazazo con el último de los zombis que resbalaba sobre el aceitoso suelo cerca de Dangmar. Exclamando el veterano Sargento Miles: Por Tempus! Estos hijos de perra no se acaban nunca! Venimos limpiando las calles desde hace un rato. Qué coño estabais haciendo! Estos eran los últimos y por lo que veo se están replegando hacia el cementerio.

Veis que comienza a dar órdenes a sus hombres para que lleven a los heridos al templo - Vosotros moved el culo y llevad a los heridos al Templo, 4 que se queden conmigo- A continuación os pide que vayáis tras los últimos. Ayudadnoss e intentad salvar a los que podáis! Necesito poner orden en este caos. Yo iré en busca del mago - es extraño! No da señales de vida- después os apoyare con los hombres que me queden. Que los dioses de nuestros ancestros os protejan.

Justo pudo ver cuando Karian caía convulsionando y con el brazo corrompiéndose por la herida. ¿Qué estaba sucediendo allí? Esos zombies eran portadores de algo más que destrucción... No podían dejar que se llevaran a los ciudadanos así como así. Pero tal vez podía hacer algo por su compañero caído...

La presencia de los milicianos y su líder hizo que aquellas dudas se disiparan más por la sorpresa que por la claridad.

-¡Iré a buscarlos!- gritó el montaraz apretando más fuerte el espadón, sabiendo ahora que el peligro de las heridas de aquellas criaturas podía ser mayor de la que pensaba hasta ese momento -¡Elden!- gritó señalando a los zombies a lo lejos.

Miró una vez a Dalla, buscando entendimiento, y luego corrió detrás de los zombies que escapaban. Gonkar se podía quedar con ella, y Dangmar sería de mayor ayuda con Karian que él mismo. Por más que en su aspecto nada confundiera la creencia de que era un gran guerrero y soldado, lo que había logrado con los muertos vivientes claramente lo posicionaba en otro escalafón.

Con el elfo se había logrado entender bastante, y ahora confiaba en que serían lo suficientemente habilidosos como para poder contra los enemigos que se enfrentarían a pocos metros de allí...

La velocidad que le insuflaba la magia del espadón le hacía correr en trancos aún más grandes de lo que generalmente daba. Antes de lo que se pudo dar cuenta, el frío no sólo le había golpeado el rostro sino que además se había convertido en la antesala de un combate que debía ser sin errores. Justo antes de llegar junto a los zombies, se dio cuenta que había dejado muy atrás a todos los demás, y que un guerrero solitario, contra muchos, sólo tenía las de perder. Por ello, decidió esperarlos...

Dalla corrió tras Kroner. La humana era mucho más rápida que los dos enanos y los dejó atrás, aunque no podía acercarse a la velocidad mágica de su compañero. Aún así, ella no lo necesitaba. Se quedó a 20 metros de los zombis y preparó mentalmente uno de sus conjuros más sencillos pero útil en combate.

-KRONEEEER!! PARA DE JUGAR A LOS HÉROES, CONDENADO!!

"Qué coño estabais haciendo!"

-Ocupándonos de los muertos vivientes de esta zona, sargerto.

No le gustaba el estilo de oficialía de los humanos. Cierto, todos los soldados insultan mucho, pero la idea de un humano de "mando" parecía ser la que un niño o adolescente humano tendría de un soldado, muy rudo y todo el día insultando a sus hombres y a sus compañeros a diestro y siniesto, en vez de dejar que el temor a la autoridad y a un castigo expeditivo y brutalmente disciplinario arreglase las cosas. ¡Humanos!

"..."

Intercambió una mirada extrañada con Bofrund viendo como los humanos empezaban a correr después de que los demás comprobasen la mala pinta y el aspecto extraño de aquellas heridas. Magia oscura que debería estar inspeccionando en el templo, pero órdenes eran órdenes.

-[¿Los humanos no creen en consolidar una posición?]

Preguntó en enano, para encogerse de hombros y continuar la marcha con él al mismo paso. Seguía siendo tranquilizador ir al combate con alguien que no sólo era veterano de guerra, sino que tenía el mismo trasfondo comercial que uno (y, matiz muy importante, un trasfondo comercial que no es directo competidor del tuyo) y comparte tu mismo idioma, ideas y cultura. Los humanos son una gente encantadora pero a veces tienen ideas disparatadas.

Cuando los soldados empezaron a llegar, Elden ordenó a su lobo permanecer en calma, pues sino se controlaba seguiría atacando a cualquier que no conociera como amigo.

Karian cayó al suelo con una herida que parecía empeorar con cada segundo y parecía estar teniendo alguna reacción sumamente extraña. -No tiene buena pinta esa herida.- algo le decía que debía frenarse cuanto antes el avance de esas manchas.

Kroner llamó la atención del vigía, pues la batalla aún no terminaba. Elden aprovechó la distancia y soltó dos nuevas fechas con rumbo a los primeros enemigos que estuvieran a su linea de visión.

Ante las palabras enérgicas del Sargento los héroes comenzaron a moverse en dirección a los zombis enmarañados. Kroner salió a la carrera dejando atrás a sus camaradas. Volteando su cabeza, vio aliviado que unos soldados recogían a Karian y lo trasladaban al Templo. Tras él, a unos cuantos metros corría Elden disparando dos flechas que surcaron el aire de forma silenciosa pero mortífera, acabando con 2 de los 6 zombis que huían. 

Dangmar intercambiaba posturas con Bofrund sobre los indisciplinados humanos mientras corrían tras sus compañeros. Por lo que observaba parecían no tener la disciplina y tácticas de combate innatas de los enanos. De repente fueron adelantados por Dalla, cuyas piernas esbeltas y más largas los dejaron atrás en un suspiro.

A unos 24 metros de distancia de los zombis, los héroes se prepararon para iniciar el siguiente asalto, avanzando percibieron un extraño sonido parecido a un chirrido que provenía de la cripta y parecía llamarlos, haciendo que estos rasgaran la telaraña con frenesí. Tres zombis traspasan la telaraña pero los humanos que arrastran se quedan enmarañados, tirando fuerte de estos sin mucho éxito de momento. Una mujer rechoncha vestida con buenos ropajes, llena de magulladuras y contusiones os grita histérica: Salvadmee por favorr ! Osss entregare todo lo que poseo!

Dalla que se había quedado en retaguardia a unos 20 metros comenzó a ejecutar un sortilegio, mientras Gonkar permanecía a su lado protegiendo con su vida a la princesa de cualquier mal.

Mientras corría había escuchado el grito de su princesa bárbara, y casi le había arrancado una sonrisa si no hubiese sido que la situación era más que delicada: los zombies habían logrado atravesar la telaraña mágica y pronto tendrían que alcanzarlos antes de que llegaran a la extraña cripta que parecía llamarlos sobrenaturalmente.

El montaraz identificó al zombie que tenía su marca, y arremetió hacia él. Ya desde el punto de partida de su carrera podía sentir el hedor de los muertos, tan cerca había llegado con su mágica corrida. Por un momento dudó de si mantener esa postura más bien defensiva, pero luego vio venir a los demás por el rabillo del ojo y se decidió: tenían que salvar a los rehenes a como diera lugar.

Levantó el espadón y descargó un golpe devastador que casi parte en dos al zombie, haciendo que cayera inerte y las llamas comenzaran a consumir las pocas telas que aún tenía.

Un zombie se le acercó, pero Kroner lo recibió con un golpe de su hombrera para alejarlo un poco mientras las garras resbalaban sobre las placas, y lo empaló, haciendo que las llamas crepitaran en su putrefacto interior.

Le pegó una patada en el pecho a uno y con un revés del espadón le incrustó la hoja en el pecho, que hubiera matado al instante a cualquier ser vivo. Pero esta era una criatura animada por magia, o vaya a saber qué voluntad oscura, y por lo tanto no cayó.

*= muertos vivientes arrastrando a sus víctimas.

*= muertos vivientes arrastrando a sus víctimas.

Ante la telaraña, Kroner vio que él mismo podría ser atrapado en sus hebras mágicas a menos que las rasgara... pero sería mejor agilizar.

-¡Dalla! ¡Rompe la telaraña cuando te diga!- gritó el montaraz con la intención de que lo escuchara la maga.

Los zombies estaban atrapados, pero también les impedía cruzar a ellos, y los rehenes serían arrastrados dentro de poco.

Dalla lanzó un proyectil igneo al Z3, tratando de eliminarlo de una vez. Depués se quedó a la espera de que Kroner la avisara para disolver la telaraña.