Partida Rol por web

Kroner acudió al llamado del caudillo Grank. Muchas veces había trabajado para él y se tenían confianza. Kroner había demostrado ser un buen guerrero y rastreador, cualidades que un caudillo no puede desperdiciar cuando van acompañadas de lealtad.

Cuando entró a la tienda circular y amplia como para contener a por lo menos una docena de hombres, vio que no sería una conversación privada. Dentro estaba Dalla, la sobrina que había llegado hacía poco tiempo, según había escuchado. Su belleza la precedía, pero aún así se sorprendió por la agudeza de su mirada.

-Grank- dijo escuetamente el montaraz -Me llamaron en tu nombre-

Entre los clanes no hacían falta las pomposidades de las cortes sureñas.

Grank estaba sentado sobre su trono de madera tallada recubierto con la enorme piel de un oso negro. Sobre el trono colgaba el gran mandoble "Zarpa" un regalo que habia traido al clan la joven que se hallaba ahora sentada a los pies del trono, el mandoble de su difunto padre por lo visto.

La joven, alta y delgada de bellos rasgos y delicadas facciones una auténtica princesa del norte sin duda, pero sus ojos relampagueaban presa de un tremendo enfado que no era capaz de ocultar

El caudillo Grank comenzó a hablar con su voz ronca Kroner eres un valiente cazador y hábil guerrero, sabes que te tengo en gran estima, por eso me gustaría que acompañaras y protegieras a mi sobrina en el largo viaje que la espara.

Kroner miró a su caudillo a los ojos y luego los depositó sobre la sobrina. Era realmente bella y cualquier hombre caería bajo sus encantos si se lo proponía... lo cual era peligroso en un viaje tan largo. Algo en su mirada le decía que no estaba de acuerdo, o había algo que le molestaba. ¿Sería por su presencia o por el viaje en sí?

-Si necesitas de mi experiencia, así será- respondió volviendo la mirada hacia Grank -Me gustaría saber hacia dónde nos dirigiremos así podría preparar lo necesario-

Con que tendría que viajar. No era algo que le desagradara. Para nada. Todo lo contrario. Amaba sentir el viento helado en sus mejillas, ver los paisajes hermosos de estas tierras y aprender de los nuevos caminos. Ya hacía una dekhana que no salía, y la última vez había sido un viaje intenso. La patrulla que guiaba se había encontrado con el rastro de un ogro cerca del poblado. Lo siguieron y se encontraron con que no era uno solo sino dos, uno de ellos herido vaya a saber uno por qué. Fue un combate interesante... donde Kroner se llevó un brazo bastante lastimado. Ahora ese brazo estaba listo para tensar el arco o empuñar su hacha de combate.

Dalla resopló una vez mostrando su enfado. Tio por todos los Dioses, te he dicho que no hace falte que nadie me acompañase, yo me puse en contacto con los enanos y yo sola ire a hablar con ellos gritó girándose con los ojos rojos hacia el gran caudillo Grank y al hombre que estaba junto a el. A grandes zancadas sus diminutos y delicados pies se dirigieron hacia la puerta y solo cuando llegaba al marco se giro y con vez seria y fria para aquel frágil cuerpo susurro. Nos dirigimos a la lejana Arluna, partiremos mañana al despuntar el dia.

Argluna... 

-Grank, iré a hablar con tu sobrina...- hizo una pausa para encontrar la palabra justa -Haré que entienda mi utilidad, y la protegeré con mi vida- y con un gesto de su cabeza despidió al caudillo.

No era una misión cualquiera para él, ya que siendo la sobrina del caudillo eso le podía acarrear mucha desgracia o mucha gloria. Esperaba que fuera lo segundo...

-¡Espera!- dijo una vez salió, sorprendido por la velocidad de los pasos enfurecidos de la muchacha -¿Dónde nos reuniremos?-

Kroner caminaba con grandes trancos regresando de conseguir algunas bayas y raíces para acompañar las raciones que seguramente tendrían que utilizar ya que eran demasiados como para cazar y seguir el paso de la comitiva. Dejando el botín de recolección, se acercó al mediano y acompasó sus movimientos para que no se alejara de su nuevo compañero de viaje con dos simples trancos de sus largas piernas.

-Gonkar... cuéntame, ¿tu pueblo está en el Bosque de la Luna? ¡Vaya valientes! Dicen que está repleto de licántropos- dijo buscando conversación con el simpático y ruidoso mediano.

El mediano casi que corría para seguirle el paso a Kroner mientras este se alejaba del grupo haciendo forraje, pero su ímpetu y resistencia le hicieron mantener el paso sin problema.

Del bosque de la luna no, tú equivocarse amigo. Gonkar ser de un bosque que sureños conocer como Bosque Frío, un enorme bosque. Árboles altos como sierpes legendarias y gigantes de dos cabezas y orcos recorrer su frondoso suelo. ¿Qué ser licántropos? El mediano ciertamente no había oído hablar de ellos, o si había oído hablar de ellos los conocía como cambiaformas y no como licántropos.

-Oh, disculpa Gonkar, debo haber escuchado mal antes- dijo Kroner pasándose la mano enguantada por la cara -¿Tienen gigantes de dos cabezas?- preguntó interesado el montaraz, al que luego de varias cacerías de gigantes que asolaban las granjas alejadas de los campesinos, le había encontrado cierta adrenalina especial la cacería de esas criaturas malignas -Los licántropos son... hombres y mujeres que, creo que es por una maldición, se convierten en animales...- respondió algo dubitativo Kroner.

Nunca se había enfrentado a un licántropo. Sólo había escuchado historias de algunos guardias y en Argluna, pero tampoco estaba tan seguro de la información, por lo que tampoco quería seguir desparramando historias que no fueran ciertas y que luego le pudiera costar la vida a un mediano aguerrido.

Han de ser cambiapieles Respondió a secas. Haber escuchado historias de esa maldición, chamanes de tribu piel de Oso decir que enfermedad creada por antiguos dioses como castigo por el levantamiento de algunos hombres, enfermedad ser contagiosa y traer grandes calamidades a gentes. En hogar no haber esos cambiapieles, o quizá haber, pero nunca encontrar.

Al compartir tiempo con Kroner, se fijó en su habilidad de cacería y forraje. Gonkar sabía hacer lo mismo, pero de diferente forma, mucho más arcaica y mucho mas tradicional. La técnica de Kroner era mucho más sofisticada, buscaba animales con base en información que tenía en su cabeza, de aprendizaje de eruditos de la naturaleza. En cambio el mediano cazaba más por instinto. Tomó atenta nota de las técnicas utilizadas por el grandullón, apenas llevaba unas horas compartiendo con él y supo que aprendería bastantes cosas a su lado.

Gigantes de dos cabezas ser peligrosos, Piel de Osos ser valientes pero no estúpidos, siempre evitar gigantes o gigantes aplastar con manos, pies y garrotes. 

Poco hablar de tu historia, ¿grandullón venir de tierras del sur? Preguntó a su compañero de cacería.

Kroner veía la atenta observación de Gonkar, pero no hizo más que cada tanto dar alguna indicación de qué es lo que veía. Si el mediano iba a ser su compañero de viaje, era bueno que aprendiera algunas cosas. De todas formas, se daba cuenta que sabía moverse a la intemperie, que no era como el enano o tal vez Dalla.

-Oh... mi historia- dijo Kroner con una sonrisa de lado -No, no vengo del sur, siempre viví en las tierras norteñas de la Marca. La nieve es parte de mí, así como la montaña-

Realmente no conocía lo que era un desierto o simplemente pastos verdes en todo el año. Sabía que había lugares así, pero por historias y cuentos de viajeros.

-Yo también provengo de un clan, el Clan del Águila Blanca, y nuestro hogar está más al Norte. Yo sirvo al tío de Dalla- dijo señalándola con la mirada a la bella mujer -Y mi deber es el de protegerla durante este viaje-

Cada tanto intentaba ponerse al paso de Gonkar, pero se daba cuenta que con sus largas piernas le costaba, por lo que, al ver que el mediano hacía todo lo posible por seguirlo, intentó simplemente bajar un poco su velocidad natural. Siempre había sido de dar grandes trancos, porque era mejor moverse rápido cuando uno viajaba, y eso se le ha quedado como un hábito.

-También luché en la Legión Argenteada, como explorador...- dijo con orgullo -Alguna que otra vez cazamos a algún gigante- agregó sabiendo que eso era un gran logro en su vida, y que había aprendido mucho de esas criaturas a tal punto de conocer su idioma.

Él también era un seguidor de Tempus, y sabía que la gloria del combate ganado era la mejor y única gloria alcanzable. Y él estaba orgulloso de sus logros aún siendo tan joven. De todas formas, también sabía que aún le faltaba camino por recorrer y confiaba en que sería con gloria.

A pesar de los largos trancos de Kroner y de el esfuerzo por seguirlo, Gonkar nunca se quejó. Todo lo contrario, disfrutaba el tiempo con él y aprendía cosas nuevas. A pesar de que en su cabeza la que más quedó grabada fue Dalla con su belleza, no podía desconocer que con el que más simpatizó fue con Kroner, por sus parecidos y sus cosas en común.

Gonkar jamás escuchó del clan de águila blanca. ¿Ser Uzhgardt de águila blanca?¿por qué no tener ojos color agua o color pradera y cabello color sol? Los bárbaros Uzgardt se caracterizaban por tener cabello y ojos claros, al menos con los que Gonkar trató en su niñez allá en el bosque. Yo tratar con feroces guerreros del clan tigre rojo, escuchar de tribu poni celeste pero nunca escuchar de tribu águila blanca ¿De dónde ser tribu de águila blanca?

Entendió entonces la cercanía entre el grandullón y Dalla, por momento pensó que eran amantes pero comprendió que era deber de Kroner protegerla. En eso se parecía a Gonkar, él daría la vida por proteger algo encargado, pero por ahora no tenía que o a quien proteger más que a si mismo y el regalo de su padre: Un collar de cuero con un colmillo de tigre dientes de sable.

¿qué ser legión argenteada?¿Ser grandes cazadores de estas tierras sureñas? El pobre no tenía ni idea de la organización en la civilización y era claro que la marca argéntea significaba tierras sureñas para Gonkar. ¡Querer conocerlos!

¿qué ser legión argenteada? 

Dalla no le contestó. Se limitó a salir por la puerta y hacerse a un lado. La joven maga estaba hecha una furia y su pie no paraba de dar patadas nerviosas al suelo mientras ella, con los brazos cruzados y una expresión nada halagüeña en el rostro esperaba a Kroner. Tenía ganas de dejarlos a todos allí e irse ella sola inmediatamente pero respetaba demasiado al cazador para hacer algo así.

Cuando el otro salió, Dalla lo agarró por sorpresa por el brazo con fuerza inusitada.

-No sé cómo os aguanto! No se por qué sigo aquí y no me he ido yo sola, por mi cuenta!

Kroner se sorprendió ante la "respuesta" de la mujer. Tenía más fuerza de la que aparentaba, y su fuerza de voluntad hacía que se hiciera esperar. Tenía la sangre de líder.

-Podría haber sido peor- respondió serio, aunque con una leve sonrisa comenzando a esbozarse -Si tu tío hubiera designado a Kerreng seria tedioso el viaje- bromeó.

Kerreng era un gran guerrero, diestro con la espada, el hacha y la lanza, pero especialmente testarudo, cascarrabias y borracho.

El montaraz la miró ahora con mayor seriedad, con la tranquilidad que siempre ostentaba.

-A la intemperie siempre se está en riesgo y te vendrá bien tenerme a tu lado- comenzó diciendo -Tal vez con el tiempo comprenderás que te seré útil, muchas veces, si tu intención es viajar- ¿cómo es que no se daba cuenta de los peligros de la Marca Argéntea? -He luchado con la Legión, con tu tío, manejo el arco y el hacha, soy un buen cazador y he matado no sólo orcos y trasgos, sino también gigantes- Kroner estaba orgulloso de sus logros, por más que siempre había sido por el trabajo en grupo y no por gloria personal, y justamente por eso es que creía que lo había elegido el tío de Dalla -He escuchado historias de tu padre.. es un gran honor para mí poder protegerte-

-No, no somos uzghardt- respondió el montaraz -Nuestras tierras están más al Este de aquí...-

¿Hacía cuánto tiempo que no pasaba una buena temporada en sus tierras, su cabaña, sus animales? Por suerte se cuidaban entre todos, sino hubieran muerto pronto. De todas formas, su lugar estaba en el camino, en las montañas y la nieve de la Marca, no estaba hecho para quedarse en un mismo lugar por mucho tiempo... la gloria hay que buscarla.

Miró sorprendido por un momento al mediano, pero luego se dio cuenta que era más salvaje que otras tribus de bárbaros.

-La Legión argenteada es un ejército conjunto de muchos pueblos para defenderse de los ataques de orcos, gigantes y demás plagas- contó como si estuviera frente a un hijo, que bien podría ser por el atuendo y el tamaño -Seguramente podrás conocerlos, hay patrullas que vigilan los caminos y las granjas de la Marca Argéntea... con la Legión aprendí muchas cosas, táctica y preparación sobre todo, cosas que a veces en mi clan no se les daba mucha importancia pero que he visto que son muy útiles-

¿Cómo podía ser que no conociera a la Legión? ¿Tan al Norte se encontraban?

-¿Sus tierras están muy al norte? ¿Son muchos medianos en tu clan?- preguntó ya que nunca antes se había encontrado con un mediano tan belicoso, que ya habría que ver qué capacidad tenía para el combate.

El comentario de Kroner logró su función de quitarle hierro el enfado de la hechiceray le arrancó un bufido al imaginar a Kerreng de protector. Sus siguientes palabras, pese a ser cabales y no decir ninguna tontería, no le sentaron tan bien.

-Estoy segura de que tu compañía me será útil, Kroner el matagigantes. Y sé que eres un guerrero feroz pero, mi pregunta es la siguiente, si la misión te la hubieran encargado a tí y te hubieran dicho que te adjudicaban un "protector", cual hubiera sido tu reacción? ¿No te sentirias insultado? Aunque, en tu interior supieras que los peligros de La Marca puedan ser demasiado grandes para un persona...

Kroner contuvo la primer respuesta que se le había venido en mente. Dalla no era una mujer cualquiera, aunque sólo había escuchado historias al respecto.

-Tú eres importante, yo no- respondió tranquilamente -Tú eres la sobrina de Grank, yo soy hijo de cazadores- continuó -Tú tienes sirvientes, yo tengo mi arco y mi hacha-

La miró a los ojos con intemsidad.

-He escuchado que haces magia, pero en la Marca, no siempre saber de magia es sinónimo de supervivencia- hizo una pausa y luego continuó -¿Puedes crear comida con tu magia? ¿Refugio? ¿Agua? ¿Orientarte sin un camino? Realmente lo pregunto, ya que he visto algunos conjuros y siempre han sido de combate en la Legión-

Kroner no conocía mucho sobre la magia. Había magos en la Legión, pero a pesar de que su intención había sido la de aprender lo máximo posible, nunca entendió del todo a los magos. Siempre le parecieron bastante inútiles, hasta que utilizaban el fuego de sus manos, o esas flechas de luz blanca...

-¿Sinceramente crees que no te vendría bien un guía? ¿Realmente piensas que eres lo suficientemente experimentada como para viajar sola?- su tono era serio -Yo no creo que pueda viajar y sobrevivir solo mucho tiempo, no aquí, no sé en otras tierras. Al menos por ahora...-

Dalla sonrió. Aquella sonrisa sola ya podría haber conseguido varias de las cosas que Kronar le reclamaba.

De hecho, podría hechizar a cualquiera para que hiciera todo eso por mi. O, mejor aún, pagarle y reservarme mi magia. Pero, te doy la razón en algo, nadie lo haría mejor que tú, Kroner, hijo de Theomer. Así que te agradezco que seas tú el que venga conmigo.

Estoy encantada de que seas mi guía y mi acompañante. Prefiero ese término a "protector" porque, si nos atacara un grupo de bandidos y cayeran dormidos por mi magia, veríamos quien protegía a quién - concluyó con una mirada de valor en los ojos. 

Y no te preocupes, que no viajaremos solos. Nos llevamos a Petrus, Lisa y Anrold con nosotros. Una dama como yo no puede viajar por ahí aocmpañada de un hombre como tu. ¿Que pensaria la gente?

Kroner se alegró al ver el cambio de actitud en Dalla. O la había convencido, o la rabieta anterior había sido para molestar al tío.

-Seguramente nos protegeremos mutuamente, yo aportaré mis conocimientos para el viaje- aclaró el montaraz haciendo un gesto con la cabeza de asentimiento -Con la sangre de tu padre en las venas, sé que no te echarás atrás al peligro-

Kroner había escuchado historias del padre de Dalla, pero no lo había conocido personalmente. Su padre sí, había luchado codo a codo con él.

-Oh, la gente podría pensar lo que quisiera- replicó Kroner, al que esas apariencias poco le importaba -Pero si necesitas a tus sirvientes contigo, no hay problema, mientras no creen más problemas que soluciones-

El tema de los sirvientes ya no le gustaba tanto. Habría que ver qué tan útiles resultaban para el viaje, ya que si no lo eran, serían un peso a cargar.

Amigos, ya había leído esto hace Uuuu y decidí dejar las respuestas para "Después", un después que se perdió por completo. Hoy navegando por la partida me volví a encontrar con esta joya de escena y ahhhh siento mucho no haber respondido inmediatamente.

De verdad me gusta esta escena y como la llevan, ayuda a fijar una historia más dinámica, esperen recompensa por esto!

Todo lo que vayan hablando (lugares, nombres, PNJ, etc) pueden ir añadiendolo a la historia o descripción en sus fichas.