Partida Rol por web

El viaje hacia la Sala Negra no fue fácil de digerir. Cecile miró a su alrededor, observando el lugar.
Nunca había sentido tanto miedo.

Se sentía perdida y solitaria, hasta que de pronto escuchó una voz familiar. La de su amado Attilio. Lo miró desde su posición y sintió cómo las lágrimas se apoderaban de sus ojos mientras se dirigía rápidamente al bardo. Cuando llegó a su lado lo abrazó con fuerza y le habló entre llantos. - Oh Attilio... ¡Mi Attilio...! Cuánto te he echado de menos... Las serpientes... Han podido conmigo... Han conseguido que me degollaran... Pero estoy a tu lado y eso es lo que importa. A tu lado me siento a salvo... Incluso en este lugar perdido... Ya no me siento sola... -
Entonces se separó sin dejarle de abrazar y lo besó mientras las lágrimas caían despacio por sus mejillas.

A continuación escuchó a Lucrezia y dejó de besar al bardo, quedándose a su lado. Todavía recordaba el ansia con la que devoraba a Salvatore y eso le hacía temblar la voz al dirigirse a ella. - Señora... No sé por qué ha ocurrido este cambio... Pero quizá Alfredo haya creído en las palabras del chambelán... - Dijo mirando al Príncipe Próspero, a quien dedicó una reverencia en silencio.

Finalmente, sin apartarse de Attilio, Cecile se dirigió a Fionna. Quizá Salvatore era malvado, pero habían más esbirros y Cecile sospechaba plenamente en uno en concreto. 
- Señorita Fionna... Deben creerme. Es cierto lo que dije antes de morir... Giuseppe es uno de ellos... Martina intenta encubrirlo porque es una buena hija, pero debe aceptarlo... - Acabó diciendo mientras se abrazaba de nuevo a Attilio.

Fionna recibe las palabras de Cecile con sorpresa. - Pero... Pero el señor Giuseppe murió a manos de Salvatore... La señora Lucrezia lo dijo. ¿Cómo lo sabe? - mira a Lucrezia confundida y luego le dice a Juliana - Fausto se ha encargado de manipular al servicio en contra de ciertas personas. Entre ellas, a la señora Cecile - mira a Attilio por un momento.

- A pesar de eso, me ha pedido que le diga, en defensa de las palabras de Chiara, que siempre la ha considerado su amiga y que si usted no hubiera votado por Rosella, ella no os hubiera votado - dice con algo de pesar en su voz.

Lautone, a cada palabra que escuchaba cambiaba su expresión poco a poco, ¿realmente era todo verdad? Saludo a Lucrezia con cierto temor hasta que al final se aclaró la garganta - Esperad... a ver si me aclaro ¿De acuerdo? Salvatore mató a Giuseppe... Lucrezia mató a Salvatore, y esta sucumbió a la enfermedad ¿esto ha sido así? por que realmente no comprendo demasiado lo que están hablando

Attilio sigue el beso de Cecile y la abraza por la cintura-os lo dije amada Cecile, las serpientes siempre se esconden entre el grano....-Acaricio su cintura mientras miro a las demás personas-hay entonces muchas cabezas las cuales hay que cortar....

Al parecer había creado confusión. Nadie sospechaba del mercader y Cecile recapacitó. Claro... Sólo yo lo escuché... Aunque si estuviera presente el amado de su hija seguramente apoyaría mis palabras... 

Iba a contestar a la pequeña Fionna, pero la misma se dirigió a Lucrezia para contarle algo horrible. Maldito Fausto... No esperaba que él... Pensó mientras permanecía entre los brazos de Attilio.

Debo explicarme bien si realmente quiero hacer algo bueno por algunas de las buenas personas que quedan en vida...
- Está bien... Antes de morir... - Empezó a decir dirigiéndose a todos. No obstante, no era capaz de mirar a los ojos a nadie. Se limitó a contar lo que sabía sin dejar de abrazar al bardo. - Tuve una visión del pasado. Vi como una mano manchada en carmesí salía del suelo y agarraba a Giuseppe, colocando en su muñeca un lazo rojo. Seguidamente aparecía otra, putrefacta, que repetía lo mismo, colocándole esta vez un lazo negro.
Finalmente su rostro cambió, mostrándose totalmente demacrado...

La cara de Cecile se volvió blanca como la nieve a medida que intentaba acabar de explicarse. - Sentí que el significado de la visión no se trataba más que de un aviso de que el mercader es uno de los que se encarga de propagar la Muerte... - Dijo finalmente, hundiéndose de nuevo entre los brazos de Attilio.

-Alto, alto... ¿Quien dice que yo haya matado a Giusseppe? ¿Que clase de credibilidad tiene alguien que devora las caras de las otras personas? -señalé a Lucrezia con dedo acusador. ¡Pero bueno! ¡Menudas despechadas! -Mi señora Lucrezia, creo que no os ha sentado bien la cena ¿Me permitís recomendaros que os acostéis? -comenté con fingida preocupación.

-Y vos. -me giré hacia Fionna. -No deberíais hablarme de esa manera, no creo que lo merezca. ¿Acaso no os ayude y cuidé de vos cuando todavía estaba vivo?

- Lo digo yo, Lucrezia, viuda del Conde Iacomo da Mincenza. - Dijo, cortante, como una sentencia. - Y deberíais callaros porque me está entrando hambre de nuevo, embustero. Devoré vuestra carne, sí, y eso me permitió ver vuestra alma y vuestros recuerdos completamente. Vos matasteis junto a otros dos a quienes hemos muerto por la enfermedad. Y no hay nadie que lo dude ya... - Miró a Fionna, y luego a Cecile. - Fausto es otro mentiroso, no sé si es un asesino, pero ciertamente estaba airado con Juliana cuando la votó, y al parecer hace tiempo le arrebataron un amor suyo de entre el servicio... Comí una de sus cartas mientras jugábamos. - Se giró a Attilio. - No era un juego frívolo, pretendía encontrar a los malvados.

Attilio no deja de abrazar a Cecile mientras observa la conversación-Así que Giusseppe y Fausto no son de fiar..Lo sospechaba...Tantas ganas que tenía Fausto de destacar y distraer con estúpidas historias que a nadie le interesaban...Y ese mercader...Mirándo por encima del hombro.....-Sonrio-¿Recordais mi canción? No iba para nada desencaminada...-No deja de abrazar a Cecile-Tranquila querida estámos juntos aqui yo os protegeré.

Fionna interrumpe el silencio que reinaba entre los muertos y unas lágrimas salen de su rostro. Mira a su madre y tomando fuerza para decirlo, mira a Salvatore con ira.

- Espero que de vuestra boca puedan salir más que lascivias. La señora Chiara ha logrado mirara mi hermana Patricia y ha dicho que ella es una de vuestras cómplices - mira a su madre y apretando los puños, dirige su mirada triste a su madre y luego dice - Creo en la señora Chiara pero también creo en mi hermana. ¿Es eso cierto? -.

Fionna mira a Juliana y le dice - Mi señora, Fausto y Chiara han sido infectados. Cuanto lo siento -.

Juliana asiente con una sonrisa aprendida, satisfecha en lo más hondo de ella misma.

- No lo sintáis, joven dama. Espero que ese hombre tenga una muerte tan dolorosa como se merece. - dice sin perder la sonrisa. Jamás le perdonaría la traición que había cometido contra ella.

- Oh... pobre, pobre Chiara. - Se lamentó. - Esa mujer ha sido muy injustamente tratada estos días... En cuanto a Fausto. No puedo evitar pensar que no es trigo limpio. Quizás su enfermedad sea lo que se ha ganado...

Siento decír que Chiara fué la que hizo que yo estuvíera aqui....Y en cuanto a Fausto...Me reservaré lo que pienso de ese caballero por decír algo...Attilio mira pensativo al lado izquierdo de la sala.

Cecile apenas conocía a las hijas de Roderigo ni al mismo. Pero era capaz de comprender lo doloroso que era para la más joven de la familia que acusaran a su hermana de ser una cómplice. Esto hizo pensar a la mujer en la situación de Martina. Si es cierto... Es lo mismo que sufre Martina por su padre. Cuánto dolor...

Acarició a Attilio para tranquilizarle. Sabía que el gesto de Chiara fue decisivo y lo había tomado con ella, pero hubieron otros votos antes que el suyo así que, a pesar de que sentía que la joven no la hubiera consolado en ningún momento cuando el bardo murió, intentó hacerlo recapacitar. - No le de más vueltas... No sólo fue su culpa, querido... Aunque entiendo que te sientas enfadado y decepcionado... - A continuación le dio un beso en la mejilla.

Finalmente pensó en Fausto, quien estaba infectado por la enfermedad al igual que Chiara.
Le está bien empleado, por traidor...

Attilio vá al oido de Cecile-querida ella me traicionó....-acaricia la cintura de Cecile con mimo.

Cecile se entristece en cuanto el bardo vuelve a decir que se siente traicionado. Todo esto ha hecho que nos volvamos tan desconfiados los unos de los otros... 

Seguidamente lo acació mientras se acercaba a la joven Fionna y posó su mano en el brazo suavemente. 
- Querida... ¿Qué está ocurriendo ahora entre los vivos...? ¿Ha sucedido algo más desde que Chiara y Fausto han sido infectados...? - Preguntó Cecile, curiosa.

Finalmente se acercó a Attilio de nuevo para abrazarle. No quería estar separada de él, así que escuchó la respuesta de la joven a su lado.

-Muchos de los presentes os merecéis el infierno, habéis confabulado unos contra otros e incluso después de muertos continuáis con ello. -lanzó una mirada de desaprobación hacía Lucrezia. 

-¿Si vuelven a matar con la misma frecuencia pronto deberíamos tener más compañía no? -levantó los brazos dirigiéndose al resto. -Seguramente Chiara o Giusseppe sean los desafortunados.

- Oh, ¡por lo más sagrado! ¿Os queréis callar, zafio mentiroso? - Espetó a Salvatore. - ¿No os dais cuenta de que habéis perdido completamente vuestro juicio? No sois nadie para impartir sentencias a ninguno de nosotros. Solo el Altísimo puede, y si de confabular hablamos, ¿por qué no empezamos por vuestros escarceos intentando seducir a toda mujer viviente y terminamos por el hecho de que habéis firmado un pacto con el diablo para matar a gente que nada ha tenido que ver con vuestra desgracia personal?

-Dios no existe, no puede existir después de permitir algo así. -le espeté.

-¡No he firmado ningún pacto con el diablo! -señalé a Lucrezia con dedo acusador. -¿Y qué si e intentado seducir a toda mujer viviente de la corte? ¿Eso me convierte en peor que vos? Hasta ahora solo ha sido probada vuestra culpa, sois vos quien me asesinó y no al revés ¿Recordáis?

- Pero lo habéis hecho conmigo y con el señor Giuseppe, galán de poca clase. Nos habéis infectado - le dice Fionna para defender a Lucrezia.

- Y vuestra ignorancia me divierte. Chiara nos ha dado el nombre de otro heraldo de la muerte. Mi hermana. Patricia - dice entristecida. - He llevado el mensaje de la señora Cecile sobre Giuseppe pero él lo niega, así que sigue siendo una incertidumbre. Seguramente serán Chiara o Fausto y... Mi hermana - le dice a Cecile con tristeza mientras una lágrima se le escapa por sus mejillas.

Salvatore, se demuestra quien es un caballero a simple vista....¿Intentais seducír a alguna dama?¿A todas? Interesánte ver que nunca un caballero es quien seduce, es la dama la que elige y la que tíene el poder y ver que sois tan gallito con las damas y con los débiles poco dice a vuestro favor...Nunca hablais con ninguno de los caballeros que estámos aqui, sólo sois zafio y bravucón con las damas, es interesánte...En los caminos he visto a muchos como vos...Ninguno termina bien por supuesto....