Partida Rol por web

Durante todo el interrogatorio Dalya se había mantenido callada, circunspecta, mientras registraba la sala sin ningún éxito analizaba su forma de hacer las cosas...

Cuando se iban a marchar, y a falta de registrar solo al líder osgo, vio que sus compañeros ya habían encontrado todo lo que de utilidad pudieran encontrar en el.

Marchemos pues. Concedió a Izmael. Poco podemos hacer ya aquí.

- Si ... Si Cae acompañar a fuertes heroes, CAE ... ayudar en todo ... , salida por alli por alli ... - el goblin señala por donde habéis venido, hacia la sala donde acabasteis con la criatura de un solo ojo - Por alli agujero salida ... camino seguro .... MONO - CULO JAJAJA, CAE a dicho CULO .... JAJAJA ... no atacarnos si yo ir con vosotros ... solo ser curioso y hambriento ... sino llevar osgos y el comer ... y pasar de nosotros ..., CAe le lleva ratas cuando queire evitar problemas, dura poco, pero CAE es rapido corriendo ... Si,si, CAE rapido rapido .... -

Mientras esperaba las respuestas de sus compañeros por un posible plan alternativo, el enano busco por la habitación por si a ellos se les había pasado algo. Total, de él no esperaban una respuesta, pues todos sabían que él era de entrar a saco y repartir estopa

Al no obtener ningún plan alternativo, la idea era sencilla: entrar a saco.

-"Bien, posicionémonos para entrar a por todas. Dalya, tú abrirás la puerta, por favor. Freyr, Auric y yo entraremos velozmente para incapacitar a los Mantos Rojos. Atrás quedaréis los tres." Dije mirando a Isildel, Dalya y Cae.

Con paso decidido salí al pasillo y fui hasta la puerta.

- Por ahi no ...- dice CAE - ahi haber capas mugrientas rojas ... ellos tambien pegar a CAE, aunque menos que feos osgos .. ellos ser malos tambien .... venir aqui salida, yo ayudar salir de aqui ... -

No te preocupes CAE. Trató de tranquilizarlo Dalya. Vamos a ocuparnos de ellos para que nunca más quieran pegarte, o a nadie más. Midió con cuidado sus palabras, no quería que el goblin pensara que para ellos la venganza era algo bueno o justificado.

Adelantándose a sus compañeros comprobó la puerta, no por que pensara que había trampas en ella, ya que si era un lugar concurrido poner una trampa en un lugar de paso habitual era llamar a la catástrofe, sino por hábito. 

Tras comprobar que la entrada era segura, hizo señas a sus compañeros: 3... 2... 1... y abrió la puerta apartándose inmediatamente a un lado para permitirles acceder con facilidad 

Isildel no prestó demasiada atención al principio a la conversación con el goblin, aunque conforme la conversación avanzó su interés siguió disminuyendo hasta desaparecer por completo.

Cansado, entró en la habitación y se plantó delante de una de las camas.

- Mobili puliti- dijo en voz baja junto a un movimiento de su mano. En ese instante, la cama frente a él retrocedió en el tiempo hasta un momento de su existencia en la que estaba completamente limpia. Sin apenas fijarse en el resultado del conjuro, como si lo hubiera hecho tantas veces que no necesitara comprobar que funciona, se sentó distraídamente en la cama limpia y, sacando su pesado libro, hizo brillar el extremo de su bastón y se puso a leer.

Cunado Izmael preguntó si tenía alguna opción para derrotar a sus enemigos, respondió sin levantar la vista del libro:

- Podéis amontonar las camas delante de la puerta para que no puedan salir. No importa demasiado, no creo que su lider esté allí. Deberíamos dejar de perder el tiempo y buscar a ese tal Vara de Cristal, él es quién tiene las respuestas que necesitamos y a cada combate que hacemos nosotros nos debilitamos más…

Sabía, sin embargo, que sus consejos caerían en saco roto… Como así fue. Con gesto cansado, volvió a guardar su preciado libro y se levantó de la cama con un suspiro cuando el resto se dispuso a entrar por la fuerza en la siguiente habitación.

En cuanto Dalya abrió la puerta, el enano se lanzó dentro de la habitación martillo en alto para dejarlo caer sobre la cabeza del primer enemigo que viera. No le importaba en absoluto sobre cual, total, tenían que acabar con todos.

Me lanzo como un huracán detrás de Snorri y ataco al mismo malhechor que él. El mazazo es certero y una vez echada una mirada en derredor, me preparo para seguir actuando. Entre todos podremos con esta chusma.

Con marcada desgana, el mago comenzó a recitar su ya conocida letanía de combate por el camino al siguiente cuarto:

- Bruma de la noche, hálito de Parca, bendice su alma con el frío beso de la muerte y extiende hasta mi enemigo tu ¡Toque Gélido!

Terminó de conjurar la mano fantasmal justo cuando llegaba a la puerta y la lanzó contra el primer capa roja que vio sentado a la mesa.

Tras abrir la puerta, la halfling trató de posicionarse y disparar, con cuidado de no darle a ninguno de sus compañeros, ni a nadie que pareciese un pueblerino, o alguien inocente... No sea que hubiera prisioneros y les diera el fuego amigo...

Nada más abrir la puerta podeis ver como hay cuatro hombres sentados a la mesa, jugando , bebendo y repartiendo cartas, nada más abrir la puerta os miran, pero al ver vuestras capz parece que no os hacen mucho caso, pero cuando comienzais a acercaros con las armas y la ballesta de la picara y la magia del mago actua comprenden su gran error ....

Izmael y Freyr asestan un enorme golpe al primero de los infelices, el cual cae redondo, ya que tras al parecer Dalya fue rapido y ensarto un virote en su cuerpo, matandolo el guerrero y el paladin destrozandole el pecho con su golpe.

Isildel, decide retener a otro, al ver como cae el primero de los enemigos, atacar a otro de esos mal nacidos, cubriendolo de una escarcha magica, pareciendo que pierde agilidad.

Los bandidos ya si que se sentian despierto a su incierto destino y aun mas al ver como en un suspiro uno de los apostadores caia muerto vuelto de espaldas al enemigo.

El bandido que no os vio entrar, tan solo le da tiempo de tomar su arma y atacar con dificultad, mientras que intenta ponerse de pie y de cara a los enemigos. pero el maldito esta claro que esta acostumbrado a luchar en tabernas y robar en callejones,, pero esta algo mas borracho de lo que queria admitir y falla catastroficamente, apuñalando al aire.

Otro de ellos, saca una ballesta que teia preparada bajo la mes,a al parecer no es raro terminar matando a alguno si hace trampa pero dispara de forma sin piedad hacia la mediana, la cual puede ver y siente que es la mejor opcion, apunta con tranquildad, parecia que estaba ya preparado para disparar, aunque a otro objetivo hasta que entrasteis ... y ... al levantarse el otro bandido, tira la mesa arrojando el dinero, las cartas y las fichas por todos lados, y Dalya tu peudes ver como el Bandido que te apunta se desconcentra y intenta coger su dinero, para despues cubrirse detras de la mesa que acaban de tirar ...

Y el tercero que sigue vivo .... si, abre la puerta que tiene detras y comienza a gritar .... - ENEMIGOSSSSS, NOS ATACAN ..... VENIR, NOS ATACANNNNNNNNNN - maldición, parece que esta avisando al resto, y desaparece al otro lado de la puerta ... 

Freyr respiró aliviado cuando el virote de su compañera terminó por derribar a su contendiente tras su golpe y el del clérigo. El enano rápidamente avanzó y descargó su martillo contra el bandido al que la magia de nuestro amargo mago ya había hecho mella, con suerte y un certero gran golpe, quizás pudiera terminar con él.

El mago contempló impávido cómo la magia conjurada hacía mella en su oponente mientras uno de los maleantes huía por una puerta trasera buscando ayuda.

- Parece que esto va a ponerse feo, deberíamos retroceder y usar la puerta a modo de embudo para que no puedan rodearnos- sugirió mientras maniobraba para redirigir la mano contra el mismo villano al que había atacado segundos antes.

Habiendo cogido por sorpresa a los rufianes, acabamos con el primero en un ataque conjunto. Pero los otros eran diestros en las armas y enseguida se recobraron de la sorpresa. El enano y yo dabamos estopa en vanguardia, mientras que Isildur y Danía repartían desde la retaguardia. El paladín volvió a desaparecer del combate, hecho que promovió que uno de los rufianes huyera dando la alarma. En un par de minutos, todos los miembros de la Mano Roja se echarían encima nuestra.

Avanzando unos pasos hacia la esquina de la habitación, Dalya apuntó al guardia que quedaba y disparó. Mientras lo hacía, un ramalazo de arrepentimiento azotó su mente. Habían entrado disparando, sin preguntar. ¿Serían tan malos estos hombres? al fin y al cabo solo jugaban a las cartas. Seguro que hasta tenían familia... ¿Estaría a punto de dejar huérfanos a unos niños que dependían de su padre para comer?....

Mientras pensaba esto, fue bajando la ballesta, sintiendo casi simpatía por sus contrincantes, y para cuando terminó de apretar el gatillo, el virote salió disparado hacia su propio pie, fallando por escasos centímetros