Partida Rol por web

Cuando hubisteis salido a la calle, visteis como desaparecía el gato con el ratón en sus fauces.

En cuanto la nube se disipó, volvisteis a entrar en la casa de Gundren. Entrasteis directos al almacén donde había salido la rata y la nube . Allí poco pudisteis encontrar, salvo que todo estaba revuelto. Belain reconoció una caja, pero esta vez estaba hecha añicos en el suelo.

Después, fuisteis directos a la parte superior de la casa. Había una habitación de invitados, la habitación de Gundren y una tercera puerta que estaba completamente cerrada. Tras un breve vistazo veis que la habitación de Gundren es la que tiene la ventana abierta. Decidís buscar dentro de ésta habitación de forma exhaustiva... el sospechoso había huido por ahí, y podría haber algo.

Tras mucho buscar, Pirlo encuentra una nota... debía de ser del asaltante. Ponía:

 Objetivo: Gundren Rockseeker
Entrega: Astilleros Lago Azul

Tras leer la nota os miráis y comprendéis que quien fuera que haya sido lo que haya hecho, ya no estaba allí... quizás ya estaría en el lugar que acabáis de leer en la nota.

 - ¡Sé dónde está eso! El Distrito Lago Azul está en la parte noroeste de la ciudad -dijo Belain dando un golpe sobre una mesa- ese enano nos dio de comer y nos ofreció un techo... y seguro que puede conseguir información de los bandidos que busco.

Dando zancadas, enfadado y con un brillo siniestro en el rostro el semielfo cruzó la casa a toda velocidad para salir a la calle. Sacó de la mochila el mapa que les dieron y señaló un punto.

 - Esta es la zona, no creo que ahí haya muchos astilleros, habrá uno. Vamos allá.

Se subió al caballo que había dejado atado en la entrada y ayudó a Pirlo a montar al suyo. Al galope.

Gracias a la bendición de Alrik el joven Karkass podía avanzar con fuerza hacia el exterior evitando las traicioneras corrientes de agua.

—¿Alguno de vosotros entiende que puñetas ha pasado ahí adentro? ¿Qué hacía ese nigromante en un almacén buscando una piedra mágica?

Una vez afuera ya podían relajarse un poco más,aunque aún faltaba subir la escalera y regresar al hotel.

- No sé si la pregunta sea que hacía ahí un nigromante,la pregunta es, que rayos era esa gema que guardaba Rockseeker y que nuestro barbilampiño entregó al mago loco.

Aquel trabajo no había terminado bien, pero el Rockseeker igual les debía explicaciones.

Reckbran fue el último en salir, algo agitado pero sano.

- No tengo idea - dijo recuperando el aliento - pero al menos me quedé con su piedra -

Revisó sus bolsillos y buscó la segunda bolsa con la piedra, que había mezclado con habilidad cuando simuló dejar caer sus cosas.

Al ver la piedra Karkass abrió los ojos como platos. Luego lanzó una tremenda risotada.

—Pero...— no podía creérselo —¡Será bribón! ¡Se la ha jugado al mago delante de sus propias narices!

Y volvió a lanzar una risotada contra la noche de Neverwinter. Aunque le dolía todo el cuerpo estaba feliz de seguir vivo y que todos sus compañeros también estuvieran de una pieza. ¡Y se la habían jugado a un nigromante! Aquello era para celebrarlo.

No sólo había engañado al nigromante, los había engañado a todos.

- La primera ronda la paga Karkass por matar al golen, la segunda la pago yo por dejarme engañar por este bribón Jajajaja... Buena Rek.

Le gustaría ver la cara del nigromante cuando viese la bolsa y solo tenga quién sabe que porquería jajajjajaj

- Ya, vámonos antes de que el nigromante vuelva. Que cuando se entere al primero que va a buscar será a mí... -

En su momento le pareció buena idea engañar al mago, pero ahora no estaba tan seguro.

¡A los astilleros!, gritó Pirlo tratando de dominar a su corcel, que había recibido al mediano girando animosamente, como si se alegrara de verlo. Pirlo enderezó la montura y, tras espolear al caballo con un cariñoso golpe en el lateral, montura y jinete partieron raudos tras la estela del caballo de Belain, mucho más rápido. Mientras saltaba en la silla, Pirlo recordaba al enano y su trato cambiante, amistoso unas veces, grosero otras. Una personalidad que no defraudaría a los suyos. Pirlo se sabía muy lejos de ser un héroe, pero con la búsqueda del enano sintió que comenzaba una aventura que iba a marcar el resto de sus días.

En la oscuridad de la noche unos enanos, cansados, doloridos, pero satisfechos de sus andanzas emergían por unas escaleras a orillas del astillero.

Primero salía un enano bien pertrechado, con una buena armadura y un aspecto bastante duro, aunque su expresión le delataba con mayor bondad de la que demostraba. Ése era Alrik.

Tras éste salía como una exhalación Kromm, un enano aguerrido, fortachón y bien si no llamativo por su gran penacho anaranjado, culpa de un agravio y un hacha más grande que él que llevaba entre sus manos.

Le seguía el guardián del grupo, cuyo objetivo sería el que cantasen las mayores odas sobre sus hazañas... bien podía ser un muro andante... y así lo había demostrado en los combates. Mostraba un aspecto deteriorado, había recibido al límite de sus fuerzas, pero ahí estaba. Su nombre era Karkass.

Finalmente apareció el más pequeño de la comitiva... Rekbran, el pequeño ladrón. Ágil y astuto se entremezclaba entre los suyos y portaba algo entre sus manos.

Nada más salir de aquel almacén, podéis observar como a lo lejos vienen veloces un par de caballos al galope. No podéis entender el qué puede ser tan importante para que en la penumbra de la noche vayan dos locos sin control a esas velocidades por las calles.

Finalmente os encontráis en cara a cara y podéis ver claramente a la extraña pareja. Un semielfo de tez pálida y carácter discordante y un mediano relativamente alegre que lo acompaña. Sus nombres son Belain y Pirlo respectivamente.

Obedeciendo a su instinto, Reckbran se aplastó contra la pared más cercana tratando de salir del paso de los caballos y, a la vez, buscando cobertura. Su mejor defensa siempre había sido mantenerse alejado del peligro.

El que quiera de vosotros puede hacer una tirada de percepción, por si veis algo más a parte de lo descrito.

Karkass permaneció donde estaba para que la ocultación de Rekbran fuera más efectiva, pero procuró apartarse para que los caballos de aquellos dos locos no lo arrollasen. ¿Qué estaba pasando?

Belain terminó de cruzar la calle, frenó y se giró a Pirlo.

 - No tienen pinta de ser los que buscamos... pero mejor no bajar la guardia -dijo en voz baja al mediano- carga la ballesta sin que te vean.

Se bajó del caballo, y lentamente se acercó a un poste para atarlo. No dejaba de mirar al grupo de enanos. Una vez hubo concluido, se acercó con una sonrisa y marcha pausada.

Su larga y raída chaqueta negra ondeaba con cada paso del semielfo. Usaba una lanza de soldado para apoyarse al andar. Su mano libre la ocultaba tras su espalda. Desde atrás, Pirlo podía ver que Belain estaba moviendo los dedos conjurando algo. Se detuvo a unos 6metros del grupo, manteniendo distancias.

 - Buenas noches caballeros, ¿no habrán visto por casualidad a Gundren Rockseeker por aquí? -su tono sonaba forzado, y con la mirada claramente estaba analizando la expresión de sus interlocutores.

Para cierre de jornada 2 sujetos a caballo casi se estrellan contra ellos. Kromm se apartó del camino, pero no aflojó el agarre de la gigantesca hacha que cargaba en su hombro.

Un semielfo y un mediano. Igual había que estar atentos a todo a su alrededor, y más sabiendo que ya tenían el paquete y que Rek se lo había burlado al nigromante... Y para completar preguntaban por el Rockseeker.

-Humm

Ante la mension del Rockseeker, Kromm dejó escapar algún sonido denotando desconfianza, pero aquel intimidante matador no dijo nada.

—¿Acaso tenemos pinta de alguaciles, semielfo? Si estás perdido no es nuestro problema. 

No le gustaba nada la actitud del recién llegado, y menos que nada que ocultase una mano a su espalda mientras se apoyaba en una lanza. Aquella noche ya habían tenido bastante.

—Vamos a la taberna a refrescar el gaznate. Hemos tenido un día muy complicado y no estamos de humor para tonterías, así que hasta la vista caballeros.

El escudo estaba ligeramente levantado, igual que el martillo. 

- Bueno bueno, está claro que empezamos con el pie izquierdo -

Reckbran abandonó el sigilo para saludar a los jinetes. 

- Digamos que por casualidad conocemos a Rockseeker. Haciendo uso de la imaginación, pensemos incluso que trabajamos para él. ¿Por qué lo buscan? y mejor aún, ¿por qué daríamos información a desconocidos? si no somos todos más claros en nuestras intenciones no podremos hablar abiertamente -

El joven enano se mostró de la forma más amena que pudo, aunque seguía preocupado por el nigromante.

Tanto Karkass como Kromm escrutaron la zona, pero la inminente llegada de aquellas dos figuras les distrajo haciéndoles que se centrasen en ellos sin poder ver nada que les pudiera llamar la atención.

De Belain podéis distinguir la tez pálida a pesar de la oscuridad y el pelo oscuro como el azabache destacan unos ojos verdes y una expresión enfadada. Porta una lanza de combate a modo de bastón y avanza tranquilo.

Detrás le sigue el mediano, Pirlo con un aspecto más bondadoso e inocente, pero no menos ingenuo. Porta una ballesta en su mano mientras que sujeta las riendas con la otra. Sigue montado y alejado.

- Frena la lengua Rek, no dañes con ella la genialidad de hace poco.

El matador tenía cara de pocos amis, coincidía con Karkass, aquel sujeto no era de su agrado, aunque era cierto que pocos No Enanos , eran de su agrado.

- Opino como Kar, vamos a por unas cervezas ya tengo la garganta reseca.

No mudó el rostro ante las palabras del guerrero, pero sí abrió los ojos con curiosidad a lo que dijo el recién aparecido. Relajó la expresión del rostro, este grupo no parecían culpables.

 - Veo que sabéis quién es Gundren. Lo que me pregunto es si sabéis que ha sido secuestrado hace escasas horas.

Dio un paso hacia delante.

 - No quisiera acusar a nadie, pero las pistas nos llevan a este astillero. Os lo cuento porque no me parecéis sus secuestradores -su tono ya no era rasposo, sus palabras sinceras. Miró directamente al que habían llamado Rek- ¿Nuestra intención? Ayudarle. Entonces, ¿le habéis visto por aquí?