Partida Rol por web

PRELUDIO A

Nuestra compañía formada por cuatro enanos: Karkass, Rekbran, Alrik y Kromm, estaban en la ciudad de Neverwinter, tras haber acabado con el encargo de librar de unos bandidos unas cuevas situadas bajo el puerto, por donde se producían más del 50% del contrabando de la ciudad, habían ganado algo de renombre y un enano llamado Gundren Rockseeker, se enteró de esta hazaña. Los citó en su hogar, a los cuales los propuso lo siguiente:

-Uuummmhhh buenas noches señores, os he convocado en mi propia casa, porque no me fío de los oídos ajenos. La misión que les voy a encomendar, es importante para el pueblo de Phandalin, pues hay que llevar un carromato con muchas provisiones. - desvió un poco la mirada, respiró profundamente y continuó - Va a ir cargado hasta arriba, pues los dos últimos envíos dicen que no han llegado, y Phandalin que ya es una ciudad conflictiva, no me puedo imaginar en qué estado se encontrará ahora. - hizo una pausa, que aprovechó para tomar un largo trago de su jarra de cerveza, e hizo un gesto al resto para que bebiesen de sus jarras, pues esa cerveza era una de gran reserva que solo la usa cuando quiere que los negocios salgan bien. - Seréis gratamente recompensados.

Dio por finalizadas sus explicaciones y les tendió el siguiente mapa.

- Bueno... aceptéis o no, me he tomado de reservaros 4 noches en la posada del puerto Aguas Azules. ¿Qué me decís?¿Hay negocio?

PRELUDIO B

Lleváis días caminando, con la obsesión de llegar a Neverwinter. Cada día que llegas con retraso, se enciende una llama de ira en el interior de Belain… pero no puede ir más rápido, el mediano que te acompaña no puede seguirte el ritmo a la velocidad que te gustaría, a si que, muy a tu pesar te adaptas al Pirlo.

Ya en la lejanía, divisáis los muros de la ciudad, vuestro destino está cerca. Es el momento de tomar un poco de aliento y almorzar. Si os dais prisa, llegaréis antes del ocaso.

Os detenéis a la orilla del para despejaros y tomar un poco de esa agua refrescante. Al mediano se le ve cansado, algo menos que antes, pues se ha comido el solo un par de ristras de chorizo. Si seguía a ese ritmo, iba a desaparecer con todas las escasas provisiones que les quedaban, a si que Belain decidió ponerse en ruta de nuevo.

En el momento en que decidís volver al camino, oís un estruendo, un golpe, muchas cosas cayendo al suelo. Parece que proviene del camino en el que estabais hace unos instantes… 

Justo acababan determinar un trabajo,la bolsa estaba llena y podían vaciarla... Pero aquel encargo prometía ser interesante.

no es que escoltar una carreta de provisiones fuese interesante o fuera de lo común, lo interesante estaba en que el contratante se tomase la molestia de hacer negocios usando una buena cerveza como anzuelo. En aquella ciudad donde lo que se conseguía solo miado de ratas una buena cerveza era ya una paga por si sola, almenos un adelanto.

Acotemos que se conseguía buena cerveza en neverwinter, pero para un enano no bastaba una buena cerveza, debía ser LA CERVEZA y hecha por maestros cervezeros enanos, de lo contrario eran miados de ratas.

Quizás un envío a equella ciudad no sería un encargo fácil, pero podía hacerse por el precio adecuado.

No creo que tengamos problemas en aceptar el encargo si el pago es justo... Pero yo pediría como un extra, que en el carro viaje un barril de esta cerveza a nuestra disposición.

Aquel viejo enano estaba preocupado, había perdido ya 2 cargamentos y quería mantener todo en secreto.

- Una pregunta, imagino que la razón de que quiera mantener todo en secreto es por qué desconfía de alguien aquí... O es simple precaución por los dos envíos fallidos?

Si algo tenía Kromm es que era bastante directo, no tenía problemas al hablar... De hecho podría decirse que a veces parecía extraño la forma en que hablaba en un enano de su aspecto. Era un buscamuerte, uno de esos enanos berseker que iban por la vida buscando el monstruo más grande que pudiese darle muerte,pero cuando hablaba no parecía que fuese el enano tosco y rudo que aparentaba.

No parecía un encargo complejo. Miró el mapa y luego sonrió ante la petición de Kromm. No sería Karkass quien hiciera feos a un barril de cerveza puesto a disposición del grupo.

—¿Qué tipo de oposición debemos esperar? ¿Simples salteadores? ¿O algo más?

El enano estaba acostumbrado a la logística de transporte de mercancía pues era a lo que siempre se había dedicado su clan. Le resultó extraño que su futuro patrón se hubiera tomado la licencia de alquilarles alojamiento aún sin saber si aceptarían el trato.

—¿Cuatro días de preparativos? ¿Tan grande es el convoy? ¿Y sólo estaremos nosotros para su defensa?

Ningún contrato era sencillo si pagaban por él, así que cuanta más información tuvieran de adelanto mejor.

El estruendo inesperado lanzó a Pirlo hacia una zanja del sendero, donde aterrizó torpemente. Tumbado y con la cabeza gacha, se concentró en escuchar con atención, escudriñando sonidos que dieran alguna pista sobre el origen de los ruidos. Mientras se toqueteaba las piernas comprobando que no hubiera cortes superficiales, buscó a su callado compañero.

El cansancio y la proximidad a la ciudad empujaban a Belain a seguir caminando, pero el estruendo captó la atención del semielfo. Pirlo se había sobresaltado y caído pero parecía estar bien. Belain se colocó pegado a un árbol para acechar aquello que procedía del camino.

Miró a Pirlo, y el mediano puedo escuchar en cabeza la voz de Belain pero algo distorsionada, con un tono grave, profundo y rasposo: - Cuidado, no sabemos si será buena o mala compañía.

Con precaución y lentamente se fue acercando a la zona donde se oyó el ruido.

Levantó sus pobladas cejas, y después el resto de su cara, que se hallaba sumergida en la espuma de la cerveza que degustaba cuando escuchó en nombre de Phandalin

Orcos... - pensó ipso facto. Rápidamente recordó que hacía mucho de aquello, y que era una raza eminentemente nómada, pero no pudo dejar de atraerle la idea del encargo.

¿Sólo? - respondió a las palabras de su compañero - Cada uno de nosotros vale como diez humanos, ¡¡puede que más!! Jajajajaja

Todos los presentes sabían que era una exageración, pero era el tipo de bravuconada que solía contarse para animar el ambiente, aunque en cierto modo todos sabían también que aquellas palabras contenían algo de verdad.

Desde luego, dos envíos no se pierden por arte de magia, no estaba seguro de ser el mejor grupo para averiguar un complot o descubrir un traidor pero, si se trataba de defender una carreta, no podía haber contactado con ninguno mejor.

Rekbran estaba jugueteando con una de sus dagas cuando casi de corta dos dedos al escuchar el nombre del pueblo.

- ¡Qué adorable coincidencia! - mencionó - tenía ganas de pasar unos días en Phandalin, me dijeron que es particularmente deprimente en esta época del año... -

Dio un trago de la cerveza y se limpió la corta barba colorada. Era el más joven del grupo (al menos en apariencia y actitud) y quería seguir el ritmo, en especial a la hora de beber. 

Ambos veis un un caballo en el suelo respirando con dificultad y el otro, parece que se haya desbocado y sus riendas se hayan roto, lo que hace que el carro del que tiraban se haya detenido bruscamente produciendo ese estruendo. 

Lo que más os llama la atención es un hombre con finos ropajes que ha salido despedido de su puesto de conductor, ha aterrizado de cabeza junto a unas piedras que hay en un lateral del camino, y parece que no se mueve.

Qué llevará¿?... no se ha salido nada de la carga del carro.

Todavía aturdido por el mensaje telepático de su compañero élfico, Pirlo se recompuso como pudo y camino silenciosamente hasta una zona que le permitiera observar sin ser avistado. Su primer impulso fue atender al herido, pero en cuanto avanzó en su dirección recordó que la última vez que se interesó por alguien magullado en un camino se encontró con dos palmos de acero frente a sí y alguien que insistía en quedarse con su bolsa. En vez de eso, cogió una piedra y la lanzó en dirección al hombre. No directamente a su cuerpo, sino a pocos centímetros a su espalda, buscando la reacción de aquel hombre cuando sintiera que alguien se acercaba a socorrerle.

Kromm dejaba que karkass y el clérigo negociasen los pagos, ellos eran mejores para eso y a decir verdad el pago no interesaba mucho a Kromm. Por otro lado, Rekbran siempre parecía alegre y dispuesto. A decir verdad aun era un barbilampiño, pero ya había visto de lo que era capas y sabía lo útil que resultaban sus talentos en un grupo donde los otros 3 eran más rudos y curtidos en batalla... Incluyendo al sacerdote.

Kromm dio un trago más a la cerveza, por la barba de Moradin que aquella era de las buenas. La bola estaba del lado del contratante. A ver cuánto era la oferta y que tanto hablaba de las dificultades.

Lo que veían no tranquilizaba a Belain, sino que lo ponía en alerta. Algo que tumbe a un caballo de tiro no es precisamente inofensivo.

 - Escóndete -dijo mentalmente a Pirlo- ya no podemos hacer nada por él. Esperemos un poco a ver si aparece aquello que ha acabado con la vida del caballo y su dueño.

El semielfo se mantuvo a una distancia prudencial, escondido tras un árbol o una roca grande. Agachado, señaló al cuerpo del humano y susurró unas palabras en un idioma perdido. Una mano semitransparente de color negro con dedos afilados apareció al lado de lo que parecía ser el cadáver de un comerciante. Controlando la mano con la mente, buscó la causa del sangrado en busca de alguna flecha.

Rekbran se inclinó sobre el mapa y señaló con su daga.

- Son unas 50 millas de viaje al sur por uno de los caminos más importantes y seguros, lo que significa tres o cuatro días de viaje. Después son 30 millas más hasta Phandalin, y al menos una noche a la intemperie en territorio salvaje. Con el antecedente de otros ataques, considero que estamos yendo directo al matadero... -

El ladrón hizo bailar la daga en su mano hasta hacerla desaparecer dentro de sus ropas.

- La compensación deberá ser considerablemente "grata", señor Rockseeker -

- Mmmm – Gundren se quedó pensativo ante la contraoferta del matador… - Está bien, aceptaré tu oferta si me ganas a una partida de dados. Tiraremos 5d6, y ganará el que en la suma de todos ellos se acerque más a 21… pero sin pasarse. – Dijo mientras se levantaba. Lo que esos enanos no sabían era que una de las pasiones de Gundren era el juego. – Si ganas te regalo la barrica, si pierdes te tendrás la tendrás que llevar... y pagármela claro. – Y la otra pasión era el comercio y los beneficios que le daba. – Sin riesgo no hay ganancias.

En ese momento, se levantó y sacó de un baúl un viejo cubilete de madera con unos dados hechos en marfil.

- Jugaremos con mis dados. – Y sin pensárselo dos veces, ni esperar respuesta tiró. Para él ya estaba cerrado el trato.

Tiró los dados, y levantando el cubilete de manera que solo él podía verlos, los contó.

- Uaaaaaa!!!!! - vociferó - menuda tirada.- levantó del todo el cubilete enseñando a todos el resultado -¡Un 17! Y la timba no ha hecho más que empezar. ¡Vamos vamos! - recogió los dados y se lo pasó a Kromm - Tú turno - Dijo mirándolo con ansia.

Una vez se habían acabado de jugar Kromm y él comenzó a responder al resto de preguntas…

- Bueno… no es que sean necesarios tantos los días, si no lo que es necesario es saber conseguir todo lo que me han pedido y estoy esperando un último cargamento que me tiene que llegar esta noche o mañana. De ser así quizás se adelante el viaje.

Siguió bebiendo. No sabía como pero esa reunión que iba a durar poco al final parecía que se estaba alargando. No siempre se podía estar en una ciudad como esta con otros enanos bebiendo tan alegremente.

- Tú… barbilampiño… cuánta razón tienes… sabes leer mapas muy bien ¿no?. Al ritmo al que podréis viajar, calculo que tardaréis en llegar entre dos y tres días en llegar a Phandalin. A sí que es posible que paséis dos noches al raso. En cuanto a la recompensa, serán 10mo para cada uno, más que suficiente para que podáis disfrutar de uno de estos barriles gran reserva.

Suspiró y se perdió entre sus pensamientos. Unos pensamientos en los que el oro que iba a invertir en estos enanos ya tenía un 60% de posibilidades de que le volviese a sus bolsillos.

Sonriendo y sirviéndose otra jarra, igual que al resto ya se empezó a ir de la lengua.

-Las otras caravanas que hemos mandado no sabemos nada, simplemente que antes de llegar al cruce de Phandalin han desaparecido. Un explorador me dijo que en esa zona había descubierto un sendero entre los árboles. Después de informarme le encargué que siguiese ese sendero, haber donde desembocaba y que diantres pasaba – y ahora empezó a restarle importancia al asunto – pero…. pero… bueno, hace ya dos decanas que no aparece por aquí. Por eso quiero que unos – se levantó mientras alzaba la jarra llena hasta arriba y derramando parte de ese exquisito brebaje dorado al suelo - ¡MERCENARIOS DE VERDAD! Como vosotros… si ya estáis pertrechados y todo…

Se dejó caer en el sillón de nuevo.

-Vamos bebed bebed creo que esta noche dormiremos aquí tirados.

Vuestra espera no es en vano, pues veis como entre los arbustos surge un goblin con más miedo que vergüenza al humano tendido en el suelo. Éste portaba un palo muy largo. No servía ni como arma, ni como nada, pero él lo llevaba.

Ante la indecisión de este goblin, se oye entre los arbustos.

- Ooooo que pasa vamos vamos que no tenemos todo el día pínchalo haber si está vivo.

Y de entre la maleza sale a trompicones ya un goblin que se le ve de forma clara.

- ¡Aayyyy! Guárdate tu genio para otros Cascoxidao. - y empezó a murmurar - "La próxima vez le daré yo a él la patada, siempre me engaña a que vaya con el palo pinchamuertos a comprobar..."

El goblin pincha y requetepincha al humano sin darse cuenta de que algo o alguien había movido al humano.

- Está como a ti te gusta... muerto y remuerto jajajaja. Vamos sal y enganchemos al carro a lobo-grandote. Si les llevamos esto nosotros solos quizás nos dejen ir con los mayores.

De entre la maleza sale el otro goblin, el cuál lleva un lobo como si de un perro se tratase. Atan al lobo al carro y se disponen a quitar al caballo que había quedado tendido en el suelo para sustituirlo después por el susodicho lobo.

- ¿10 monedas por cabeza? ¿vas a invertir 40 monedas en seguridad? Acabamos de limpiar de bandidos el puerto, ¡valemos al menos 100 monedas a repartir entre los cuatro! - 

Generalmente Alrik y Karkass se ocupaban de las negociaciones, pero Rekbran no pudo contenerse.

—Hrum... Estoy de acuerdo con el jovenzuelo.

Aunque Karkass era poco mayor que Rekbran siempre le gustaba exagerar la diferencia de edad.

—Diez monedas de oro por una ruta donde desaparecen caravanas y exploradores ¡no parece una gran oferta! Y no, no me lo pienso jugar a los dados. Estamos aquí por un trabajo honrado, no para que nos desplumes como si fuera una cantina de mal vivir.

¡Pero la cerveza bien que se la bebía!

—Cien monedas, ese barril y cerramos trato. De lo contrario te tocará buscar a unos humanos que escolten la caravana... y pagarles el equipo. Como bien dices nosotros ya venimos preparados y con buenas referencias. ¿En serio pensabas cerrar el asunto con 40 miserables monedas de oro? Si tu caravana no lleva mercancía como para que te salga a cuenta quizás deberías pensar en las que ya te han robado... porque igual podemos incluso recuperarlas.

Kromm miraba al rockseeker con una sonrisa en la cara... Sabía que el negocio lo cerrarían los otros, pero el de una forma u otra bebería cerveza.

- acepto la apuesta, pero hay que afinar detalles... Si ganas yo pago el barril que voy a llevarme y si pierdo el barril que voy a llevarme va por cortesía del contratante... Pero será un nuevo barril, este es probable que se vacíe mientras nos ponemos de acuerdo.

Kromm tomo el cubilete y los dados, a decir verdad también se le daba bien el juego... Les dio un par de vueltas antes de lanzar y observo la suma.

- Definitivamente es un placer hacer negocios contigo jajajjaj

El matador aún se estaba riendo cuando mostró sus dados Rockseeker... Ya había asegurado la cerveza 

A él no le pesaba si perdía y debía pagar el barril, pero definitivamente el ganarlo jugando a los dados haría más sabrosa aún la cerveza.

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