Partida Rol por web

La familiar de Rosco resulta ser una mediana afable de edad avanzada cuya voz y palabras irradian paz y tranquilidad. Tras intercambiar impresiones con ella no os resulta raro que conozca a tanta gente. Además su hogar es muy acogedor, aunque tal vez un tanto pequeño para la mayoría del grupo.

Después de unos bollos y una bebida refrescante Qelline no tiene problema alguno en revelaros los datos que precisáis. 

- Cualquier amigo de Rosco es amigo de la familia Alderlead. - afirma sonriente.

El druida que mencionó la sacerdotisa del Templo de Tymora, Reidoth, es un viejo amigo de la mediana y cuando le contáis que buscáis el castillo Bocapeñasco, no duda en asegurar que Reidoth conoce cada palmo de tierra de allí a las montañas del fin del mundo, al norte de Faerûn.

- No hace mucho que partió hacia las ruinas de Árbol del Trueno, entre la ciudad y el bosque de Nuncainvierno.

Qelline os hace indicaciones claras para que podáis encontrar el lugar (Thundertree en el mapa de Ambientación).

La lonja minera es un puesto comercial donde los mineros locales negocian sus productos y se rentan y registran concesiones de excavaciones en los alrededores de Phandalin. A estas horas de la mañana ya se percibe ajetreo y fluctuación de personal cada uno interesado en sus propios quehaceres. Preguntáis por Halia Thornton y no demoráis demasiado en encontrar a tan conocida personaje del lugar en el que os encontráis.

La maestra gremial es una mujer de armas tomar, mirada ambiciosa y calculadora que parece gustarle tener todo bajo un estricto control. Enarca una ceja al ver aproximaros y enseguida baja la mirada de nuevo a su pesado libro de cuentas.

- Y bien, qué queréis? No concedemos minas y arroyos de explotación hasta la semana próxima, si es que es eso por lo que estáis aquí.

El elfo se había portado amable con la anciana e incluso le había dedicado alguna sonrisa cálida, similar a la que tenía cuando se encontraron con él, el enano y los demás. Era distinta a la mueca extraña que solía hacer en otras circunstancias más sociales. Aún pese a que debían agacharse un poco por la baja estatura del techo de la vivienda.

- Muchas gracias por su ayuda señorita y por la bienvenida, entiendo por qué rosco es tan alegre. Espero volvamos a tener el gusto de coincidir- Al ser un elfo, cualquiera que no sea una elfa era una señorita para él, al menos alguien edad como ella. Era un indicativo de la perspectiva que tenía con otros seres de menor edad como el resto del grupo.

- Estas son buenas noticias, tenemos la ubicación del druida, él nos puede guiar hacia el castillo. Ahora si Rosco, guíanos hacia la mujer que mencionaste.-

Una vez ahí saluda a la mujer solemnemente con una inclinación educada de cabeza, incluso podría pensarse que sería el inicio interrumpido de una reverencia.

- Buenos días, Mujer. Venimos de parte de Gundren, ¿Lo conoce? Está metido en... un pequeño problema. Creemos que la marca roja tiene algo que ver...-

- Gundren, eh? - responde perspicaz - Sí, claro, hemos tenido correspondencia mutua en relación a su... negocio privado. No me extraña que ande en problemas, el suyo es probablemente el mejor de los descubrimientos para ir contándolo tan alegremente por todas partes.

- Así que la Marca Roja... esos bribones no han podido evitar inmiscuirse en cuanto le han visto las orejas al ogro... Aunque es extraño, esos bandidos solo saben intimidar y extorsionar. No los veo metiendo las narices en un proyecto a largo plazo. Pero quién sabe, es posible que ese Vara de Cristal haya espabilado.

- Vara de Cristal? Es el jefe de esos bandidos. Así es como lo llaman.

Halia parecia una mujer bastante amable y dispuesta a ayudar a los aventureros.

Sabe donde podriamos podriamos a la Marca Roja?? Sabe cuantos son? Que armas y tecnologias dominan??

Dastar había dejado que sus compañeros hicieran la investigación pertinente y se limito a escuchar atentamente todo lo que les  iban contando. Primero la tía de Rosco y luego a la que tenía por nombre Halia que les reveló más detalles sobre el problema en que podría estar metido Gundren. 

- Ya veo. Gundren nunca ha destacado por su sutileza. Y bueno, no sé si Rosco desee hacer algunas preguntas pero, ya que parece estar informada... tal vez nos sea de utilidad para ayudar a Gundren. ¿Por qué lo llaman Vara de cristal? ¿Y hay algo que sepa sobre un tal araña negra? Parece también estar involucrado...;Realmente por lo que sabemos, el pueblo parece estar pasando un duro momento lidiando con estas personas. ¿No le han dado problemas a usted...? -

Rosco permanece callado durante la reunión con Halia, cosa que hace llamar la atención de sus compañeros, pues raramente puede mantener el pico cerrado mas allá de un par de minutos. Continuamente toca algo bajo sus ropas, mientras se distrae de la conversación con la mujer. Aunque finalmente, traga algo de saliva y se dispone a preguntar.

-Ese Vara de Cristal es un tipo peligroso, no sería buena idea atraer su atención, y creo que usted lo sabe señorita.- alzó la mirada para cruzar sus ojos con los de la mujer - Digame, ¿cómo sabe tanto de la Marca Roja? Conozco a una gnoma llamada Cardira, una perista que trabaja con esos tipos, pero no se donde se encuentra, necesito encontrarla. ¿Sabe usted donde podría ponerme en contacto con ella señorita?

Halia Thornton asiente al mediano ante la advertencia del peligro de Vara de Cristal.

- La Marca Roja ha establecido su base de operaciones en la posada El Gigante Durmiente, y son unos cuantos aunque no todos se encuentran ahora en Phandalin. Usan dagas, espadas, hachas... pero Vara de Cristal es un poderoso hechicero como bien sabe vuestro amigo, haríais bien en tener cuidado con él. - dice mirando suspicazmente a Rosco.

- Araña Negra? Mmmm - Halia se frota la barbilla y su gesto denota sorpresa, pues la Maestra gremial cree estar al tanto de todo lo que sucede en Phandalin - No lo había oído nunca pero... decís que a Gundren lo han secuestrado los goblins? Es demasiada casualidad la aparición en escena de esa Araña Negra y las frecuentes visitas de goblins en la Mansión Tresendar. Ahí es donde encontraréis a Vara de Cristal. 

- La Marca Roja se ha inmiscuido demasiado en los negocios de Phandalin y es el deseo de toda la comunidad que desaparezcan cuanto antes. Yo misma os daré diez piezas de oro a cada uno si os encargáis de ellos. Si conoces a Cardira podría ayudaros a entrar en la Mansión sin ser detectados. Suele ir a la posada El Gigante Durmiente para cerrar los negocios que lleva con esos bandidos. Seguramente la encontrarás allí.

Un pueblo que pasa apuros con unos maleantes era una misión bastante interesante para el joven guerrero, aunque demorarse supondría que el sufrimiento de Gundren duraría más, y quizá podrían acabar con su vida. Pero también todo estaba relacionado y si le daban su merecido a los gañanes de la Marca Roja conseguirían algo de información extra.

—Visitemos esa posada y hagamos que esos bastardo salgan de Phandalin. Demoraremos el rescate de Gundren, pero será necesario para reducir el número de posibles enemigos. ¿Qué dicen compañeros? 

- Pues es verdad que puede ser perjudicial para el pobre de Gundren hacerlo esperar más... Pero estaré de acuerdo con lo que decidan. Si ellos son los responsables... tal vez sea lo mejor. Tomando en cuenta que ya estamos aquí y nos tomaría tiempo en llegar hasta donde se lo llevaron, si es que sigue ahí, o sigue con vida...- el elfo parece pensativo sin poder decidir lo que sería lo mejor por si mismo.

Dwalin se unio a sus compañeros y tomo la misma decision.

De acuerdo. Por el bien de este pueblo, lonmejor sera encargarnos de esos bandidos. Quien sabe, puede que sepan algo sobre Gundren.

-Muchas gracias señora, haremos uso de esa información y trataremos de que la influencia de la Marca Roja sobre Phandalin cese para siempre. - el mediano se enfundó en su capa ocultando el rostro y saliendo de aquella casa, parecía que su carácter afable y alegre se ensombrecía a medida que se acercaba mas a esa banda.

Todos parecían preocuparse por Gundren, y si tenían razón, cada minuto que se demoraran ponía en riesgo la vida del enano. Pero para Rosco eso era secundario, parecía tener otros objetivos mas urgentes que salvar la vida de su contratista.

-Tengo que hablar con esa Cardira - rompió su silencio mientras caminaban hacia esa posada que les había indicado la mujer - La conozco, hice tratos con ella en el pasado, no confío plenamente en ella, pero es la única manera que tenemos para llegar a Vara de Cristal.

Cuando se acercan a la posada y el grupo se cruza con algún lugareño que sale del local, Rosco parece buscar colocarse tras Dastar, silencioso, tratando que el corpachón del humano oculte su menudo cuerpo, y baja la capucha de su capa oscura, tapando por completo sus rizos y su rostro.

Llegáis a El Gigante Durmiente y comprobáis que es un destartalado bar situado al este de la ciudad. Hay cuatro rufianes humanos merodeando el porche cubierto, posados en barriles vacíos de cerveza o reclinados contra la pared. Todos visten mugrientas capas escarlatas, con sus hoscas miradas clavadas en vosotros mientras os acercáis.

Uno de ellos escupe al suelo y se planta frente a vosotros.

- Bien bien. He aquí toda una manada de cachorritos. Qué queréis, cachorros? Venir aquí a ladrarnos?

Risas de desdén provienen del resto de rufianes. Alguno parece sorprendido y se queda mirando a Rosco, aunque parece no advertir que se trata de él.

El grupo llego al lugar indicado Halia. Al entrar, Dwalin miro dearriba a bajo al rufian que se acercócon actitud vacilante.

Vaya, no sabia que los escrementos de buey como tu supieran articular palabras... En fin amigo, vuestros dias de causar problema a la gente de Phandalin se terminaron. 

El eneno preparo su martillo y su escudo. 

La mano del mediano acariciaba la empuñadura de su arma bajo la capa oscura que oculta su rostro, el primero en tomar la palabra es el clérigo haciendo un alarde de diplomacia, sin duda esto va a acabar en un baño de sangre, esos matones no son rival para sus compañeros. 

Dwalin prepara sus armas preparado a hacer frente a esos bandidos, se escucha algún grito y pasos apresurados alejarse del lugar cuando el filo de las armas empieza a relucir. No tiene tiempo para eso, y sabe que si hay problemas Cardira se esfumara, el pícaro intenta escabullirse entre el barullo para entrar en la taberna sin ser visto.

—Si aprecian su salud les insto a que se marchen sin causar problemas —dice Dastar  en tono grave a los rufianes que les han salido al paso—. Es más si nos dan la información que necesitamos los dejaremos sin ningún rasguño hasta que abandonen el pueblo. Hemos recibido quejas sobre su banda de vagos y no serán toleradas más desavenencias para con la gente trabajadora de Phandalin. 

El joven guerrero mantiene empuñada su espada sin desenfundarla, esperando causar la impresión de que está seguro que unos cuantos matones de mala muerte no son rivales para un avezado guerrero y su grupo de compañeros.

- Saludos distinguidos caballeros, tengan buenos días. Venimos a renegociar los acuerdos que tienen con este noble pueblo. Pues al parecer hay un descontento en general. ¿Qué les parece...se largan para no volver? Escuché tienen acuerdos con goblins y ogros, puede que sus madrigueras sean más adecuadas para ustedes.-

Los carmesíes no dan crédito a vuestra extrema arrogancia y, moralmente heridos, desenvainan sus armas. Espadas curvas y un hacha cuyo propietario porta también un escudo. 

- Eh tú, dónde crees que vas pequeñín? - suelta uno de ellos a Rosco al verlo intentando adentrarse en la taberna.

A ver quien es más rápido.

Tiramos iniciativas!