Partida Rol por web

¡Me adelanto para iros abriendo la tapa del alcantarillado!

Bramo pone pies en polvorosa para, siempre desde su punto de vista valeroso, arriesgarse al máximo siendo el primero en salir del subsuelo. Y quien diga lo contrario, miente.

Arávilar abrió los ojos de par en par, sin dar crédito al éxito de su truco.

¡Por mi Señora!

Apretando los dientes, tomó a Lilith en brazos y emprendió su huida detrás de la figura de Bramo, que comenzaba a perderse en la oscuridad.

Mystra, dame fuerzas

Aravilar no tiene tiempo de alegrarse demasiado, ya que el mediano pesa... y el monstruo no tarda en caer que lo que sujeta es una simple ilusion, echando a andar tras ellos!!!

Bramo vislumbra al fin la habitacion cuadrangular, donde esta la escalera... Un esfuerzito más y estara afuera. El semielfo en cambio viene mucho mas atras, con el otyugh pegado a los talones...

Me cago en... ¡A ver! ¿Vienes o qué?

Bramo sacó su saco, valga el juego de palabras, y lo rasgó con la espada para convertirlo en una especie de manta de esparto.

Después sacó no su saco, sino su pedernal y su acero. Parecía que tenía intención de prenderle fuego.

Bramo se había fundido con la oscuridad, pero su voz aún resonaba en el túnel umbrío, probablemente tan nervioso como el clérigo. Este corría tan rápido como la carga que suponía Lilith se lo permitía, propulsado por una fuerza interna, proveniente de su fe ciega hacia la Urdimbre y su Señora.

Por suerte, no le embargaba la pena de perder a Lewess. Se concentró en el bardo y en salvar su frágil vida, pues de otra manera, sabía que caería al suelo, desganado.

Aravilar apenas puede ver el camino, lo que limita su velocidad... Ademas lilith es un peso considerable. Asi y todo, lleva unos 20' de ventaja al Otyugh, el cual es mas pesado, ademas que esa extraña locomocion a 3 patas no le ayuda...

Alcanza a ver como Bramo se prepara, poco mas adelante, al igual que la escalerilla a la libertad. Sin embargo, comprende tambien que sera un interesante problema subir, con una mano sujetando al malherido mediano (que quizas ni siquiera este vivo) y el monstruo todavia pegado a sus talones...

Bramo creyó tener tiempo para hacer lo que tenía planeado, ni mucho más ni mucho menos. Golpeó el pedernal contra el acero hasta hacer una chispa que prendiera un pequeño fuego en uno de los extremos del saco.

Lo único que confirmaba la presencia del otyugh eran sus terribles pasos, pues el clérigo no se atrevía a voltear. No porque vería su imponente figura, sino porque estaría igual de ciego que en el momento, pero conociendo el horror que escondía la oscuridad.

Respirando cada vez con más dificultad e ignorando el horrible agarrotamiento de los músculos, Arávilar corrió, pues no era su vida la única que yacía en sus manos.

Oty va detras, aunque es imposible saber cuanto más podra la criatua aguantar... La sangre mana por su labio inferior, debido al terrible virotazo que el mediano hiciera en su interior... Agita los tentaculos sin orden ni concierto, desesperada por la presa que parece escaparsele tal vez?

Bramo logra encender el saco, ya tanto sus compañeros como el monstruo, estaran en breve encima de el... Ya podria estar arriba, si pensara solo en si mismo, a salvo... Pero...

Bramo ensartó la sábana ardiente por el extremo opuesto de modo que del filo colgase una cortina cuyo extremo inferior fuera un pequeño incendio.

¡Vamos, Arávilar, corre-corre-corre-corre...!

Preparó su brazo para clavar la espada en el techo, sólo cuando Arávilar hubiera pasado. No sabía si el fuego sería suficiente aliciente para que el otyugh desistiera de la persecución, pero se había quedado sin más recursos en su mochila.

El fuego frente a él le alarmó, pero saber que aquel era obviamente Bramo, y comprobarlo a medida que se acercaba, le calmó e incluso le llenó de emoción, ya que el pragmático arcanista aún buscaba la manera de salir de aquel embrollo acompañado.

Mientras, el clérigo hacía su parte. Movía sus piernas frenéticamente, rezando por que aquel maldito monstruo no le alcanzase, o que al menos no tropezara.

Aravilar pasa corriendo... Bramo clava la espada en el techo, dejandola con su saco en llamas como un espantaotyughs improvisado...

Sin embargo la bestia no se amilana, sino que avanza!!! Ni fuego ni nada parecen apartarlo de su senda en busca de comida... carne fresca en particular. O tal vez, es simplemente lo bastante lista para no querer dejarlos escapar...

Bramo lanzó una mirada baldía a las escaleras que subían... por la angosta chimenea hasta la superficie. Tan estrecha que tuvieron que bajarla con las espaldas desnudas. Las mochilas... las malditas mochilas... Ya sólo entretenerse en quitarla de la espalda y arrojarla al suelo era el tiempo que tardaba el otyug en masticarte.

Sólo había una manera de sobrevivir a ese monstruo: corriendo más rápido que él.

¡No nos dará tiempo a subir por este acceso, Arávilar! ¡Vamos al otro!

Y se internó en la galería que llevaba al este.

Al pasar junto a las escaleras, Arávilar les dedicó una mirada tan significativa como Bramo, pero la inminente presencia del monstruo era más que suficiente para borrar cualquier intención de detenerse en el clérigo.

Ahora que lo pensaba, le sería imposible subir con Lilith a cuestas. La única oportunidad que el mediano tenía de salvarse conllevaba deshacerse del otyugh, ¿pero cómo lo lograrían si estaban escapando de él?

Bramo estaba hecho todo un atleta. Su entrenamiento físico en las milicias le había curtido en estos esfuerzos. Aunque en realidad también se podría atribuír ese mérito el miedo a ser devorado...

Arávilar comenzaba a comprender que había subestimado a Bramo, especialmente desde el episodio con el cucharón. El turmishano demostraba más fortaleza física que él en el momento, aunque, ciertamente, no estaba cargando un mediano inconsciente.

Aravilar se fatiga de correr faltando unos 160' para llegar a la escotilla... Por suerte para el, el Otyugh ha quedado atras, aunque es imposible saber cuanto... El jadeo de la bestia, la cual se ha esforzado mucho mas alla de sus limites persiguiendolos, resuena en el tunel.

Bramo pues debe aguardar a su compañero, y finalmente los dos se encuentran al pie de la escalera. Todavia no hay rastros de la bestia, y deben lidiar con el problema de como subir al mediano... antes que esta llegue.

Bramo sacó su libro de magia de la mochila. Aún siendo sólo un pequeño tomo de sabiduría, el conocimiento debe conservarse a todo precio. Quién sabe si Tessalar tuvo que salvar un escollo similar antes de convertirse en el terrible mago que es ahora.

No me quedan pociones. Ahora es el momento de que cures a Lilith, o compruebes si sigue con vida. Pero por los dioses, no se te ocurra entretenerte con extremauciones y funerales, porque esa bestia será un enterrador que no se pare a distinguir vivos de muertos.

Recogió los faldones de la túnica y se metió el libro bajo los pantis que tapaban sus partes pudientes. Ya tendría tiempo para apartar el vello púbico que quedara suelto entre las páginas.