Partida Rol por web

Gaaki tardó un instante en recuperarse de la sorpresa de ver esfumarse en el aire, a su rival alado. El aliento de Heskan había sido demasiado para el pobre bicho. Gaaki miró al bárbaro y esbozó una sonrisa.

—Sabía que no debía dejar que me dieras un beso.

Un quejido a sus espalas la hizo girarse. Alain la estaba pasando mal. Una de aquellas alimañas estaba a punto de vaciar de sangre al flacucho mago.

—¡Aguanta, Al, ya voy! —gritó Gaaki, al tiempo que se lanzaba en ayuda de su infortunado compañero.

Lanzó un golpe contra el bicho aferrado al mago.

Damaia luchaba y forcejeaba contra el mosquito pero era sumamente dificil luchar cuando estabas enredado en las enormes patas de uno de esos enormes insectos. Su mirada se dirijio hacia el mago, que no parecia estar en el mejor de los estados.

-Alain, no pienses que eres el unico que esta en ese estado, asi que no quiero ni una sola queja de malestar.

Pock, preocupado aunque no quiera reconocerlo por Alain, se desplaza hacía este y canta su cancioncilla preferida para infundir vigor a su amigo...

Tras esto intenta despistar a su enemigo consiguiendo un impacto tremendo contra este.

Alain, ¿lo tengo que hacer yo todo?

Mientras Damaia lucha sin éxito contra la molesta alimaña alada, Gaaki se lanza contra el insecto que sujeta a Alain. El ataque falla por mucho y casi golpea al mago al errar el golpe.

La corsaria, aun siendo la que peor lo esta pasando en estos instantes, da instrucciones a sus hombres y les alienta a no rendirse.

Mientras tanto, el pequeño bardo se mueve con astucia por el campo de batalla realizando lo que para él son pequeñas azañas, las suficientes como para nombrar en el estribillo de su futura canción.

¡Pasaré parte de mi vida buscando componentes que destruyan este tipo de bichos molestos!.

Alain cansado utiliza su vara como puede. La situación se estaba volviendo problematica y encima Pock parecía relamerse con la falta de competencias del mago para librarse de los insectos.

A la mano del mago acude con rapidez su varita mágica. El mago dispara otra vez a bocajarro, con mas potencia que la vez anterior pero con el mismo resultado. El insecto esta en las ultimas, pero no flaquea en fuerzas y sigue bebiendo de él mientras aun pueda.

Heskan libre de los bichos que tiene alrededor levanta la mirada buscando más enemigos, cuando los ve, sonrie y se lanza inmediatamente a la carga aullando de satisfacción. Su hacha rasga la carne del mosquito y queda manchada de su pegajosa sangre.

Heskan grita a causa de la emoción del momento mientras carga contra el monstruo y su ataque parte por la mitad al insecto. El mosquito pierde la parte inferior del cuerpo y sus tripas, de un color violeta y de tonalidades verdes, cuelgan de él mientras aun mantiene el vuelo. El ímpetu con que estos animales se aferran a la vida es mayor que las fuerzas con las que agarran a sus victimas.

Pobre XD Turno de Erick.

Erick ya harto de pelear contra ese maldito mosquito, mira a su compañero Heskan y le dice:
- Heskan, ocúpate tu de este maldito bicho.
Después se gira hacia donde estaba Damaia y dice:
- Voy a ayudarte Damaia.
Y sale corriendo, con la lanza en mano, a por el mosquito que estaba agarrando a Damaia. Cuando se encuentra delante de Damaia y el mosquito, Erick clava su lanza sobre el cuerpo del moquito, con cuidado de no atravesar el mosquito y herir a Damaia.

El insecto intenta aguijonear al semielfo cuando este se da a la fuga. Pero al parecer la diosa fortuna le sonríe y el ataque del insecto falla por mucho.

Erick franquea al insecto que sigue sujetando a Damaia y golpea con la suficiente fuerza como para producir una grieta en el exoesqueleto pero no tanto como para lograr herirle.

Los mosquitos siguen inmovilizando a sus presas. Al parecer los insectos que sujetan a Damaia y Alain encontraron buenas victimas con las que saciar su sed, al contrario que los otros tres insectos que han resultado muertos al intentarlo.

Al mosquito mas moribundo no le quedan fuerzas ni para aletear mucho mas. En un intento desesperado intenta agarrar con las pocas patas restantes a Heskan, pero pierde el equilibrio y casi cae.

El apollo de uno de sus compañeros le da a Damaia las fuerzas que necesitaba.

Olvidando la frustracion de sus anteriores ataques fallidos contra el insecto gigante. La tiflin calcula el momento exacto y a la velocidad del rayo encaja dos furiosas estocadas contra el abdomen del mosquito con su espada larga.

A pesar de la perdida de sangre, una sonrisa se dibuja en el rostro de Damaia.

-Gracias Erick, entre los dos este ser infecto caera.