El tipo mira extrañado al Prof. Brush y exclama: - ¿Pero qué dice? - Inmediatamente después, el chico agarra de su mano todos los papeles de periódico y se larga del lugar a la carrera.
Los papeles son hojas de periódicos.
- Estoy bien, Irina. Este hombre parece más asustado que violento y no creo que sea de mí de quien tenga miedo.
La hermana, asegurándose de que el tipo ha oído lo que le ha respondido a Irina, se dirige a Dos Colores.
- No hemos venido a hacerle daño ni a causarle problemas, téngalo por seguro. Solo necesitamos información. Creo, además, que la información que necesitamos está relacionada con el motivo por el que ha salido corriendo como alma que lleva el diablo.
La hermana da unos pasos hacia el hombre mostrando las palmas de sus manos de manera apaciguadora.
- Si aquí no se siente seguro, podemos acompañarle a otro lugar. Dígame, ¿por qué huía? ¿Alguien le persigue?
Uso consuelo para tratar de calmarlo.
- ¿Me toma el pelo? No, no me persigue nadie. - Dice a la Sra. Godden, ya algo más calmado, aunque con mal genio. - Dos tipos con aspecto... extraño, preguntando por mí en un pub es motivo suficiente para abandonar el lugar. Y con estas dos señoritas... Joder, ¡vaya un grupo más raro forman! - Sonríe irónicamente. - Díganme qué quieren y lárguense cuanto antes, ¿de acuerdo?
"Dos Colores" saca un cigarrillo, le prende fuego con una cerilla y se cala el sombrero hasta los ojos de manera que le ocultase su identidad frente a las miradas furtivas.
- Me gano la vida conla confianza de los demás. Si me ven parloteando con desconocidos, me pedirán cuentas. Rápido.
Parpadeo repetidas veces, claramente confuso con la situación tan pintoresca que tengo delante. Un tipo malcarado “atemorizado” por una monja (cosa que en parte puedo entender, las monjas dan miedo), mi buen amigo Brush recogiendo papeles de periódico del suelo a un crío que sale corriendo como alma que lleva el diablo e Irina recitando en voz baja dos colores, como si fuera un mantra o un salmo que fuera a exorcizar el mal de este mundo. O algo así. Como he dicho, pintoresco y también un poco rocambolesco.
-Ehm…- voy a decir algo, pero al final opto por cerrar la boca. La hermana parece tener el tema bajo control y el tipo parece más propenso a “hablar” con ella que con nosotros.
uso recogida de pruebas para analizar al tipo del traje y ver si saco algo de su aspecto, lenguaje corporal y demás... (no sé si aplica sinceramente xD)
Es un traje elegante, aunque como ya habéis visto, no de su talla. Suele ser habitual entre comerciantes y armadores encontrarlos baratos en los muelles, así como entre deliencuentes, que consiguen algunas piezas de contrabando.
La hermana Flora deja pasar unos segundos para alimentar un poco más la paranoia del tipo.
- El Penitente. Cuéntenos lo que sepa. Sabemos que ha tenido problemas con él en el pasado. Si nos proporciona información, podríamos evitar que vuelva a ocurrir.
"Dos colores" chasquea la lengua.
- Joder, El Penitente... Sí, ese lunático me estuvo respirando en la nuca* hace un tiempo. No sé porqué atraje tanto su atención. Incluso me preparé para ver empeorar sus contínuas interferencias en mis asuntos, pero ya ha dejado de hacerlo. Por mi parte, prefiero ignorarle y no provocarle. ¿Os ha mandado él? ¿Está aquí? - Dice, mirando alrededor con cierta temeridad.
*Respirando en la nuca hace referencia a la sensación de acoso sufrida por los delincuentes organizados por parte de agentes de la ley u otros organismos que detienen sus planes para delinquir, expresado en su propia jerga.
-¿Cuánto hace que le dejó en paz?- salto, de repente, interrumpiendo brevemente el interrogatorio tan magistralmente conducido por la Hermana Flora. Ya lo dicen, no hay nada más inquisitivo que una religiosa terca y con un objetivo en la mente: hacértelo pasar mal hasta que escupas hasta la última de las verdades de tu vida.
-Y no, no está aquí. O eso creo. No venimos de su parte, no se preocupe. No somos de la pasma.
- ¿Entonces le conoce? ¿Sabe cuál es su aspecto? Tranquilo, que cualquier cosa que nos diga será anónima. No tenemos ningún interés en buscarle líos a usted.
Hago las preguntas después de que Dos Colores conteste a Leroy, para no interrumpirle.
-Como mis amigos dicen, no venimos de su parte -añadí-. Pero necesitamos encontrarle, o saber lo más posible sobre él. Jamás revelaremos que nos lo contó usted, pero podemos ayudar a parar esta locura. Por favor, ayúdenos usted a nosotros.
No sabía si mi persuasión era la adecuada, pero intenté hacerle sentir importante. Quizás así cediese a revelarnos alguna cosa importante que pudiera sernos de utilidad. Si algo me enseñaron mis años de investigaciones, es que a veces el más nimio detalle es la solución inesperada al misterio más enrevesado.
- ¡Eh!, alto ahí. No quiero tener nada que ver con El Penitente. ¡Bastantes problemas tengo ya con la Banda de la Calle Mott! Por cierto... ¿Quién les ha dado mi nombre? ¿De qué va este asunto?
Perdón por la tardanza, pero me surgió de repente un viaje de trabajo a Barcelona y he andado muy liado.
-¿Qué le ha pasado con la banda de la calle Mott? No son precisamente amigables, ¿verdad? -seguía tratando de hacerle hablar ganándome su confianza, pero anoté mentalmente este nombre en mi cabeza.
Posiblemente estos tipos fuesen nuestra siguiente parada, pero no estaba claro todavía.
Tal vez sea una burrada, pero ¿puedo utilizar Hipnosis para sonsacarle?
- No vamos a decirle quién nos dio su nombre, como tampoco le diremos al Penitente ni a nadie que fue usted quien nos habló de él, si es que nos ayuda. No somos chivatos, y no queremos problemas ni con ellos ni con usted, que parece poder llegar a ser peligroso si lo necesita.
Hablo con un tono totalmente serio.
Yo quiero usar ADULACIÓN, interpretada sobre todo en la última frase. A ver si me gano su confianza.
Brophy se dirige ahora a Irina, adquiriendo un tono sombrío.
- Son raros. - Hace un breve pausa. - Está formada por asiáticos, pero tiene todo tipo de extrañas conexiones con otros grupos, incluso con ricachones. No es normal. Por lo que a mí respecta, uno debe estar con los de su tipo. Oigan, ¿por qué buscan a El Penitente?
Srta. Krilov, muy acertado el uso de Adulación.
Prof. Brush, como norma general, el uso de Hipnosis, aunque podría obtener buenos resultados para sonsacar información a alguien, necesita ciertas condiciones que deben prepararse con anterioridad, así como la predisposición de la persona a hipnotizar.
- Nada que deba preocuparle a usted. - Digo con una sonrisa. - Queremos hacerle una pregunta sobre un objeto que compró.
El irlandés se dirige ahora a la Srta. Krilov, aunque centrando la mirada más en sus curvas que en el rostro de la joven charlatana.
- Oigan, me están cansando ya. ¿Qué demonios ocurre? Díganme qué quieren saber y lárguense o tendré que acabarlo yo.
Brophy es un tipo al que le gusta llevar el control de la situación. Bajo ciertas circuntancias, se puede hablar e incluso, cerrar tratos con él, pero está acostumbrado a soluciones drásticas y no se le puede pedir demasiado a su paciencia. Está comenzando a ponerse nervioso.
Ante la nueva actitud del hombre, me pongo muy recta y cogiendo la blusa desde abajo le doy un tirón en esa dirección, como si la estirase o colocase. Podría parecer que el gesto está pensado para tapar la curva de la cadera que Brophy parecía mirar, pero en realidad lo que hacía era marcar aún más el pecho.
Si le interesaba la carne, la usaría para manipularle. ¿Qué tal se me daría ir de mujer fatal?
- No daríamos tantos rodeos si usted contestara a las preguntas que le hacemos. Ya le hemos dicho lo que queremos saber: la simple descripción de un hombre, El Penitente. Y ya le hemos dicho para qué, a pesar de que eso no es asunto suyo. ¿Nos lo dice ya y le dejamos en paz?
Mientras Irina complace los deseos indiscretos del irlandés, al final de la calle aparecen tres tipos con cara de molestos y que gritan: - ¡Eh, Brophy, ¿todo bien?!
"Dos Colores" los mira y cuando estos comienzan a acercarse, les hace un gesto para que se detengan y no se preocupen.
- Es un tipo de estatura... normal, diría yo. Ataviado con unas botas de piel, pantalones, sombrero... Hasta ahí, como cualquier otro tipo que puede encontrar en esta ciudad. Luego, llama la atención su voluminosa gabardina y... - Hace una pausa con los dedos pulgar en índice separados, paseándose por su cara arriba y abajo. - Esa máscara metálica que lleva en el rostro. No sé cómo lo hace, pero quien se le ha acercado ha experimentado visiones extrañas y pesadillas.
Thomas "Dos Colores" Brophy se acerca un par de pasos hacia sus compañeros, que fuman al otro extremo de la calle, esperando a su amigo.
- Ya tienen todo lo que me han pedido, que les vaya muy bien. Ahora, si me disculpan...
Y sin terminar la frase, se aleja hasta alcanzar a sus compañeros, que le golpean en la espalda y parecen preguntarle acerca de qué ha ocurrido.
Agradecí su respuesta al hombre con la cabeza antes de que se alejara, y después centré mi atención en mis compañeros.
- Bueno, creo que eso explica algunas cosas.
Bueno, el tipo pasa totalmente de mi pregunta. Me siento tremendamente ofendido por el poco caso que me hace. Pero entiendo que los encantos de Krilov ofusquen mi “aura” de brillantez e ingeniosidad. No puedo competir con las curvas de esa mujer.
“Gabardina voluminosa y máscara metálica. ¿Es posible que la máscara sea como el espejo del que nos encargamos en Shanghay? Tendría sentido, sobre todo con todo eso de la mirada a lo Medusa… La sugestión es una poderosa arma, pero no tanto”, pienso para mis adentros, mientras mis compañeros continúan tratando con el granuja de medio pelo.
-Gracias por su tiempo- le digo a éste, antes de que “huya” sutilmente de nosotros, con sus compañeros de baja estofa.
-Y ahora, ¿qué? Está claro que la máscara debe ser algún tipo de objeto “especial”, como el espejo de Shanghay, pero la descripción física que nos ha dado ni confirma ni niega nuestra teoría sobre el Sr. Bright… al menos no realmente. Ni nos conduce a quien podría haber manipulado la estatua del indio. Quizás podríamos cotillear en el famoso edificio del suicidio del tal Niebla-algo…- expongo mis dudas y teorías al respecto.