Partida Rol por web

Druslida habla en elfico. jisribinm dhab,sdladkj

Vuelve a atacar al Huargo de antes. Dork está a su lado y la maniobra no es todo lo cómoda que Drusilda desearía. Intenta cortarle en el lomo, ya que no tiene ángulo para mas.

Tras concluir el ataque pasa por detrás de kirk para proteger a sus compañeros del sur, de manera que Dork cubra el flanco izquierdo y ella el derecho.

En el flanco izquierdo, Drusilda retrocede para cambiar de lado. La situación parece más delicada donde los trasgos y Abrojos luchan contra tres de los huargos. Dork se las apaña él solo con el animal que tiene enfrente. Da un martillazo que le rompe algunos huesos a la bestia. El huargo ya parece perder el interés en la presa y solo busca defenderse y una forma de escapar.

Mientras tanto, Tak consigue morder al huargo que se le enfrenta. Los dientes del lobo van a la garganta y provocan una herida grave. 

Drusila había dado en el clavo al recordar que dos guerrero juntos debían repartirse, sobre todo ahora que su huargo estaba tocado. Kirk dió un paso lateral para ocupar un nuevo espacio contra el huargo que Dork estaba castigando y dejar paso a su vez para que le llegara ayuda de Drusila y su hermano a Abrojos.

- ¡Cambio Drusila!

Y con un volatín, defensivo encaró al huargo herido por Dork, lanzando un sutil ataque con el estoque en busca del ojo del huargo.

-¿No has tenido bastante?-Dijo el goblin cargando una nueva flecha en el arco.-Toma otra.

La flecha salió disparada del arco y se clavó en el animal.

Dork no tiene ninguna intención de dejar marchar a la criatura y menos aún después de intentar atacarlo mientras dormía. Así que apretó fuerte los dientes y apoyando firmemente los pies en la arena y descargó un golpe de izquierda a derecha mientras los músculos de sus hombros se contraían por el peso del martillo.

El pequeño estoque de Kirk acaba solo rozando una pata del huargo malherido que se enfrenta a Dork. Suficiente para llamar su atención, aunque el semiorco siga siendo prioritario como enemigo.

Otra flecha sale del arco de Pikard y le hace un arañazo al que ya tenía un proyectil clavado en el lomo. Tak parece estar dando buena cuenta de ese huargo herido, pero las saetas sacan el mal humor de las bestias, y una de las que está junto a Abrojos avanza hacia el trasgo arquero. Hay una brecha en la defensa, aunque el pícaro ya tiene bastantes problemas porque además de ese huargo tiene que preocuparse de otro ileso justo enfrente.

- Ataca, Ataca - la ¿orden? de Abrojos suena extraña en el curso de la batalla, pero a sus palabras, el viejo pícaro las acompaña por una sensación de odio que es suficiente aliciente como para que SiSSY muerda al huargo que se mueve, totalmente desprevenido por sobre su cuerpo

Acostumbrada a protegerse con el cuerpo de su amo, la serpiente repta presurosa y utiliza las mismas pantorrillas del mercenario para ponerse fuera del alcance del huargo que acaba de morder.

Abrojos, en tanto, continúa con su extraño bailoteo, moviendo su estoque uno y otro lado, aparentemente sin ningun orden. Sin embargo, pese a sus intenciones el animal que tiene enfrente es capaz de seguir sus movimientos y, si bien Abrojos, en un rápido lance, consigue cortar el lomo del huargo con su arma, no consigue clavarlatan profundo como hubiera querido

- Los tenemos - alentó a sus compañeros, aparentente muy poco preocupado por los animales que tenía enfrente - Y los guerreros somos tres! - añadio ofendido porque no lo consideraran lo suficientemente bueno como para incluirlo en esa categoría

Recibiendo daño del estoque y la serpiente, el huargo que ocupa la posición central está rabioso y ataca ciegamente a Pikard, a quien tiene de frente. La mandíbula chasquea a pocas pulgadas del brazo del trasgo, que baja el arco preocupado por la defensa.

El huargo que está delante de Abrojos está fresco, ileso y muy enfadado. Buscando la serpiente que ha visto pero no encontrándola, el animal muerde el tobillo de Lupin tan fuerte que llega al hueso y después tira de él con tanta rabia que derriba al veterano combatiente. En el suelo y entre dos huargos, Abrojos está en una situación complicada.

Otro de esas bestias sigue enzarzada con Tak, y en el lado izquierdo de la entrada el cuarto huargo lanza una dentellada sin convicción y retrocede un poco, cediendo espacio a Dork. Empieza a dar la caza por imposible.

Drusilda avanza entre los trasgos chillando en Elfico para llamar la atención de los Huargos. ¿Para qué hemos hecho una hogera? Podríamos reducir el frente a solo dos hombres si nos situamos tras ella y flanquearlos cuando lleguen a donde está Bro. SOlo podrían atacarnos de uno en uno, salvo que salten la hoguera. No sería mala idea que los arqueros se colocasen detrás de la hoguera y los demás vamos retrocediendo. No sabemos cuantos Huargos habrá ahí afuera. Alcanza la posición frente a Pickard y sin detenerse ataca al Huargo con la katana.

-La idea no es mala en absoluto.-Digo retrocediendo hasta colocarme detrás de la hoguera. Acto seguido saco una nueva flecha y la disparo contra el huargo más cercano a Abrojos y Drusila. Si consigo distraerlo puede que este no se centre en él.

La flecha cruza la sala y se clava en el lobo a poca profundidad, pero todas las heridas duelen.

Drusilda avanza  y clava la punta de su katana en el lomo del huargo herido que atacaba a Pikard y amenaza a Abrojos. La bestia aúlla de dolor y se revuelve. Al moverse el trasgo para ponerse detrás de la hoguera atrae su atención y trata de morderle, pero está lento de reflejos. Esa bestia está tan malherida que ataca torpemente y a ciegas.

El lobo de Kirk continúa manteniendo a raya a su huargo. Una flecha clavada en el lomo y sangre saliendo de su garganta dicen que ese animal oscuro tampoco está en las mejores condiciones. Como el que estaba con Dork, este parece haber perdido interés en la presa. Lo que parecía una matanza fácil se les ha complicado, aunque Abrojos tampoco está en una situación agradable. El huargo con la mandíbula en torno a su tobillo le dificulta ponerse en pie. El gran lobo blanco, desde una distancia mira al viejo pícaro a los ojos y enseña los colmillos en un gruñido silencioso.

Dork no tiene ninguna intención de dejar marchar a la criatura y menos aún después de intentar atacarlo mientras dormía. Así que apretó fuerte los dientes y apoyando firmemente los pies en la arena y descargó un golpe de izquierda a derecha mientras los músculos de sus hombros se contraían por el peso del martillo.

El martillo de Dork da un golpe que destroza órganos internos y huesos, haciendo que el huargo que ya estaba herido caiga al suelo muerto en el acto. El que tenía a Abrojos sujeto por el tobillo le suelta momentáneamente, amenazando con atacar al menor movimiento pero pareciendo tantear una huída. El que intercambiaba mordiscos con Tak, herido con una flecha en su lomo y ensangrentado, también parece a la defensiva.

Tan solo el que está más cerca de la fogata parece demasiado rabioso para considerar la situación.

Kirk se cuela entre Tak y Drusilda para molestar con su estoque al lobo que tiene atrapado a Abrojos. Afortunadamente para el trasgo, el otro huargo está demasiado rabioso como para impedirle el movimiento. Lupin, mientras tanto, se incorpora un poco sin levantarse, desplazando su peso hacia atrás con ayuda de su mano izquierda mientras la derecha apunta con su arma al huargo. Se sabe en grave peligro, de forma que no ataca pero amenaza con su espada, buscando el equilibrio entre mantener a raya y no dar más motivos al huargo para que se enfade.

Parece funcionar, porque el animal elige a Kirk, que parece una presa mucho más fácil aunque demuestra esquivar demasiado rápido. El huargo más rabioso, sintiéndose atrapado, ataca a Drusilda y le muerde la pierna, intentando derribarla como el otro hizo con Abrojos. Aunque los dientes se clavan en su pierna dolorosamente, la semielfa mantiene el equilibrio y se prepara para hacer pagar al monstruo.

Los dos huargos que no han enloquecido por las heridas deciden que el ataque ya les ha salido demasiado caro y huyen a toda carrera. Kirk apenas tiene tiempo de atacar sin éxito a la bestia que casi acabó con Abrojos antes de que esta desaparezca en la oscuridad. Tak muerde la cola del otro lobo que escapa, pero no consigue retenerlo y el fiel lobo blanco de Kirk no persigue, a espera de órdenes.

Drusilda clava su katana verticalmente en el huargo moribundo que trataba de derribarla y la noche queda en calma y silencio de forma tan súbita como vino el ataque. Un cadáver enemigo a los pies de la semielfa y otro junto al semiorco son lo único que ha quedado. El gran lobo blanco también ha desaparecido.

Drusilda y Abrojos tienen heridas de gravedad. Los atacantes se han retirado por el momento, pero se siguen escuchando los aullidos de la manada no muy lejos.