Partida Rol por web

Drusilda se repone del dolor y permanece atenta a la historia. Sinceramente debo decir que ambos bandos me pareceis iguales. Me repugna la mezquindaz desde la que intentais que otros sean los que resuelvan vuestros asuntos mientras permaneceis cómodamente en vuestros aposentos. Yo no se quién dice la verdad y quien miente, pero como siempre, me temo que cada parte pinta su versión... - y hace un gesto señalando toda la bóveda - ....según le conviene. Yo por mi parte solo deseo llegar al destino y concluir el viaje que se truncó con el naufragio. De hecho, aquel naufragio estuvo lleno de ...... de........ extrañas circunstancias. - Anda por la sala - Un  tiburón gigante, una especie de Dragón que misteriosamente se posó en el mastil y no hizo nada mas que observar. Despues de haber demostrado vuestros poderes al describirnos todo lo sucedido salvo lo que aconteció en el campamento rojo, después de ver como los druidas se transforman en animales, tengo el convencimiento de que nuestro naufragio y todas nuestras desgracias son consecuencia de vuestra intervención. Vosotros o los druidas, erais el Dragón y el Tiburón, vosotros calmasteis los vientos y generasteis la repentina tormenta, vosotros asesinasteis al resto de la tripulación - Drusilda sigue pensando en voz alta y señala acusadora con su dedo a toda la sala - vosotros y el Druida que falta y que no se explica en vuestra bóveda que fue de él - Drusilda se acercó a la pared para ver con detenimiento las escenas - No tenemos fuerza para enfrentarnos a vosotros, veremos que haceis si nos negamos a realizar el vil asesinato que nos proponeis. ¿Nos dejareis pasar o nos matareis? Es un precio caro a pagar por saber cual es vuestra verdadera naturaleza. ...... - Mira a los druidas - Podeis ahorraros lo de la rubia paranoica, aunque carezca de poderes se lo que pensais ...... ya solo albergo la duda de si sois esclavos de estos espiritus que os manipulan y manejan a su voluntad, o sois igual que ellos .....
 

Abrojos aclárame esto, ¿quieren que vayamos a matar por encargo, a sangre fría, a los únicos que no nos han atacado? Por mi parte no quiero saber nada de eso, no me puedo fiar de aquellos que una y otra vez nos han atacado, el único que parecía buen hombre es el anciano y él mismo no está cómodo con la actitud de los nuevos druidas, así que si incluso el mejor de los suyos no los apoya por completo, yo no voy a tomar partido.

-Al que falta ya lo conocéis.-Dijo el semiorco sonriendo.-Es el único que sigue vivo, mi maestro. El anciano del que habla Dork. Y si queréis la prueba de la existencia de ese dragón rojo, mirad mi armadura. Está hecha con la piel de las alas de esa bestia.

Apuesto a que ellos os dieron esas capas rojas que os identificaban como sus aliados. Y se aseguraron de recorrer medio bosque con vosotros por si había alguna duda. 

Habló el otro druida, y tras eso se encoge de hombros.

Tal vez nos hayamos vuelto prejuiciosos y violentos para sobrevivir, pero el engaño de los rojos es responsable de que os tratáramos como enemigos. Los espíritus me han hecho ver eso y espero que vuestros ojos también se abran.

El anciano del bosque es uno de los antiguos. Uno de ellos señala a los espíritus no de los nuestros. Él decidió quedarse al otro lado de la muralla y morir luchando contra los siervos del dragón.

-Efectivamente.-Apostilló el semiorco.-Y ya que en varias ocasiones me habéis instado a respetar su sabiduría y habéis declarado estar de acuerdo con él.-Miró a Abrojos y después a los demás.-Creo que deberíais hacer lo propio y ayudarnos a luchar. Pero claro, es solo una suposición. No estáis obligados a nada... 

¿Y como explicais la calma chica, la tormenta, el tiburón gigante y el dragon?.... Drusilda siempre desconfiada sigue sin fiarse de los Druidas. Y habeis matado a dos de nuestros compañeros, petrificados. - anda por la sala - y finalmente si no he entendido mal nos decis que nos dejais pasar, pero amenazais que cuando salgamos al otro lado los Druidas nos atacarán.

No hay otro dragón que el rojo que os recibió en su campamento. No fueron los druidas, jóvenes ni viejos, quienes hundieron vuestra barco, pero que el mar sea especialmente peligroso en esta zona sí es obra nuestra. Como lo es el tiburón que mencionas.

El espíritu flotaba moviéndose cerca de Drusilda primero, luego Abrojos y Dork.

El propósito de la muralla es contener al dragón y sus seguidores. Si pudieran viajar por mar aterrorizarían otras tierras. Nosotros les hemos dado motivos para temer el océano. No es fácil contener un dragón, ni siquiera uno sin alas.

El destino os ha traído aquí. Y solo él es responsable del naufragio.

Al notar que los espíritus, por el momento, aceptan hablar sin hacer uso de su toque debilitador, Abrojos se siente un poco más tranquilo

- No lo se. Está claro que podemos hacerlo, pero hasta ahora solo nos habeis ofrecido amenazas para que os ayudemos - el picaro, ante todo, es pragmático y su objetivo es mejorar su estilo de vida. El analisis de la corrección de las acciones que le proponen no es, precisamente, su prioridad

- Yo ni siquiera quiero analizar como es que llegamos aquí... aunque las sospechas de mi compañera son más que válidas, pero si quereis que eliminemos a, segun vosotros, los seguidores del dragón sin alas, que seguridad tenemos que ese mismo dragón no intente vengarse de nuestras acciones? Realmente el riesgo es mucho, demasiado, y no creo que tenga sentido correrlo si la recompensa no es lo suficientemente interesante -

-Bueno, si es por eso, algo tendrá el dragón y algo tendrán los que le siguen, eso seguro.-Rió el druida.-Después de todo, los dragones acumulan tesoros. Por otro lado, creo que no os ha amenazado. Os ha dicho que es posible que los druidas del otro lado os ataquen. Que ya no les escuchan. Nada más. 

Por cierto, los petrificados pueden volver a la vida con la magia apropiada. No están muertos.

Los seguidores no son más que el musgo que crece en el árbol. Hay que acabar con el verdadero enemigo, el dragón, y puede hacerse. Nosotros le vencimos una vez aunque no pudiéramos acabar con él. Ahora podemos crear una trampa... El dragón quiere curarse con la piedra azul, pero la gema puede volverse contra él. Además de que tendríais nuestra ayuda.

La voz de este fantasma era más grave que la del otro, pero habían dejado de parecer amenazantes. Al menos por el momento.

Curaremos vuestras heridas y en cuanto sea posible liberaremos a vuestros dos amigos sea cual sea vuestra decisión. Si lo que buscáis es recompensa por matar al dragón, mirad a vuestro alrededor y coged lo que queráis. Nuestras armas y armaduras servirían mejor luchando contra el enemigo que envejeciendo aquí.

Las historias dicen que el tesoro de un dragón es suficiente para convocar héroes que se le opongan. Desgraciadamente, aquí sois los únicos disponibles.

- Si, es cierto... el tesoro de un Dragón es tentador. Pero las mismas historias hablan del poder de un dragón y lo dificil que es vencerlo - duda Abrojos - Nos habíais hablado de acabar con los jefes de "los rojos", no de combatir con un Dragón. En este caso el tesoro puede ser importante... pero el riego es, digamos, un poco mayor -

- Nos ofreceis equipamiento, pero... alcanzará? Incluso aunque sea mágico, estamos hablando de un Dragón -

Dork se rasca la cabeza

Entonces nuestras opciones son: seguir hacia adelante, salir de la muralla y puede que nos enfrentemos "o no" a unos druidas y la otra opción es deshacer el camino para enfrentarnos con un dragón y su ejercito.

¿Si derrotamos al dragón nos ayudarán a irnos por mar?, yo iba a la guerra por el placer del combate y conseguir riquezas, así que, si las conseguimos matando al dragón ya no se me pierde nada en esta guerra, podemos irnos por mar a tierras más tranquilas.

Los rojos solo tienen un líder. Y es el único que representa un peligro. Un gran peligro, pero también es un rival confiado, arrogante. Una trampa, aprovechando esa arrogancia, puede dar la ventaja. Y cuando llegue el momento no estaríais solos.

La luz que el espíritu había creado se reduce un poco, iluminando justo la habitación.

El mar es nuestra defensa contra el dragón, igual que la muralla. Sin él, todos los caminos estarán abiertos para vosotros. Un día por mar o dos por tierra es todo lo necesitaríais para llegar a ciudades y encontrar vuestro destino. Daremos pasaje seguro por tierra, mar... o incluso aire.

-Bueno, puede bastar con eso.-Dijo el druida.-Si contamos con vuestro poder... puede que consigamos prevalecer sin demasiada dificultad.

- Pues... contar como acabamos con un dragón puede ser una linda historia para contar en una taberna, pero no creo que sea algo agradable de vivir. Depende de cuan bien estemos preparados. Nos ofreceis equipo, pero... realmente ese equipo hace la diferencia? Y el dragón, sabemos que es rojo, pero de que edad estamos hablando. Si es un Wyrm, olvidate de mi ayuda, quizás si es solo un adulto tengamos alguna posibilidad de conseguir una victoria -

Tras pensarlo un momento agrega - Dices que no estaríamos solos. Eso, exactamente, que significa? -

-Supongo que nos ayudarán o enviarán a algunos como yo para que lo hagan.-Dijo el semiorco.-Yo mismo puedo intentar convencer a algunos animales para que salgan en nuestra ayuda*. Y si queréis podemos sacar de la piedra a vuestros amigos para que peleen con nosotros. 

Lo que si me gustaría, si a todos os parece bien, es usar alguna de las salas de la muralla para practicar un poco antes de ir. Llevo tiempo sin pelear y estoy desentrenado. Así comprenderíamos mejor nuestras capacidades y podríamos trazar un plan más efectivo. La naturaleza nos enseña a ser pacientes y a fortalecernos cada día. Es una sabia lección que deberíamos poner en práctica.

Ufff! suspiró Drusilda con desgana mientras al intentar sonreir solo conseguía una fea mueca. Veo que mis compañeros de viaje son unos autenticos mercenarios. Ni principios ni opinión. Es mas, trabajan gratis, basta con que prometan un tesoro.... ¿y si luego no hay tesoro? ¿Y cual es el plan? ¿Atacar espada en mano? ¿Creeis acaso que el dragón o los hombres de rojo no sabían lo que hay dentro de esta muralla? Cuando nos vean aparecer con esas armas y armaduras, sabrán que les hemos traicionado y nos atacarán directamente. Si el plan me convence y estos espíritus ponen algo de valor sobre la mesa, quizás me apunte.

No te falta razón, semielfa. El dragón no habrá olvidado las armas y armaduras que le derrotaron. Pueden seros de gran ayuda en la batalla, pero sería sabio mantenerlas ocultas hasta entonces.

Todos los espíritus se juntaron en el centro de la habitación.

El dragón era joven, vástago de una gran sierpe, cuando luchamos con él, y aun así peligroso. No nos cabe duda de que habrá ganado en poder y crecido en estos años. Debe de haber vivido unos cien inviernos.

Sin duda sois mercenarios, buscando vuestro mejor interés, y eso puede hacer creíble el engaño. Nuestra propuesta es la siguiente:

Llevareis la gema azul al dragón, como os ha pedido, y pediréis la recompensa. En la piedra habremos preparado un conjuro trampa que se active cuando él la toque. Lo más importante es que crea que es la verdadera gema y la coja. El conjuro no podrá matar un dragón adulto, pero lo dejará malherido. Con la ayuda que os podamos facilitar, no debería de ser difícil acabar con él de una vez. Habéis estado en el bosque y conocéis algunos de sus peligros; esos serán vuestros aliados.