Partida Rol por web

La navaja de Ockham -Sangre en las calles (Cap-II)

Carrusel de espejos (I)

Cargando editor
25/01/2018, 18:11
Lu

Lu había dejado de escuchar, a medias, quedando en ese punto en el que uno es capaz de seguir la charla sin prestar demasiada atención, los ojos oscuros e insípidos clavados en su Galliard. No encajaba; había algo que no encajaba en nada de aquello. Tatiana, viva, la muchacha nueva, Gwilherm, aquel extraño licor. Eriol.

¿Por qué lo dices? —preguntó, volviéndose hacia ella al fin, alzando el chupito hacia ella brevemente antes de deslizarlo por su garganta. Dos eran suficientes. Tenía que volver a la conversación real, a la que importaba. A la de Tatiana. 

Notas de juego

Post cortito. A ver si me responde y la 'despacho' suavemente xD Y ya hablo de lo que tengo que hablar.

Cargando editor
26/01/2018, 23:08
Director

Vive yendo de un sitio a otro, y eso como están las cosas...¿no te has dado cuenta de que estaba enfermo? No huele del todo como debería al estar ahí fuera, así que, o tiene algo o...no se, pero es raro. No es común para nada que venga nadie como él, que no parece demasiado anciano, y esté así...

 

Notas de juego

Mini mini XD

Cargando editor
27/01/2018, 11:48
Raphel

Poco a poco las calles estrechas dieron paso a espacios más abiertos, avenidas más anchas y edificios más altos. El cristal y el acero prevalecieron sobre los muros de piedra, y en algún momento me percaté de que deambulaba por Gunda, una zona que rara vez pisaba. 

Cansado de emociones y de caminar intenté buscar un rincón apartado donde sentarme, liarme un cigarro con manos temblorosas, encenderlo y aspirar el humo hasta relajarme... Entonces recordé la caja y la saqué del bolsillo. Parecía un simple estuche para las gafas y lo giré entre los dedos pensativo, con las imágenes del poderoso Fletcher muerto rondándome en la cabeza. Y ahora yo tenía sus gafas, como si me sirvieran para algo. Eh JP, la he cagado bien pero no te preocupes, te traigo las gafas de Fletcher, está muerto sabes? Se las he robado. Me pones un chupito verde para celebrarlo?

Seguramente no ocurriría así, no... Abrí el estuche y apuré el cigarro, dispuesto a seguir el camino. Por mucho que lo temía, tocaba seguir adelante... hacia casa... bordearía otra manzana, cruzaría otra calle innecesaria, dejaría el giro inevitable para el próximo cruce... retrasaría el momento, pero me acercaría paso a paso al Bacanal y a JP. A dónde podría ir si no?

Notas de juego

Si no hay novedades, si quieres podrías dar por terminado el paseo con mi llegada al local.

Cargando editor
27/01/2018, 18:49
Lu

Ya... Le he dado varios contactos para que se revise eso. Llamaré a ver si se ha pasado o no —comentó, empleando el mismo tono. No era asunto suyo, en cualquier caso, y suficientes cosas raras había ya sucediendo al mismo tiempo como para encima echarse más encima. Lo que le recordó que no había ido allí a hablar de todo eso, sino con Gwilherm. Miró el reloj del móvil haciendo notar el gesto y después le dio unos golpecitos suaves al billete que había dejado sobre la barra—. Cóbrate cuando puedas, anda. Y gracias por esto.

Señaló la botella, enroscando el tape antes de volver a mirar a Gwilherm. Chascó la lengua y esperó a que La Jarba se alejase antes de hablar.

¿Recuerdas ayer, la ida de olla monumental que tuve? Olí algo —dijo, en inglés—. Era esto. Y sí, ya sé que estaba drogada hasta el culo, pero no deja de haber estúpidas coincidencias una detrás de otra y... Al final acababas muerto. En la pesadilla. Y como te mueras, te juro que voy a ir donde los que quieran que han resucitado a Tatiana y te voy a traer de vuelta para mandarte al puto infierno yo misma. Así que quedas avisado.

Lo que podría haber equivalido a una declaración de amor, prácticamente. Porque iba en serio, y cuando iba en serio a Lu le costaba juntar más de dos palabras bonitas en una misma frase.

Notas de juego

Una nota breve. No soy muy fan de usar la cursiva para susurrar y eso. De hecho, la uso para marcar la diferencia de idioma. Normalmente lo indico en la descripción en plan 'le susurró a X' o 'hablando en tono bajo', pero si necesitas que lo especifique más avisa.

Cargando editor
29/01/2018, 21:26
Director

Abriste el estuche, pero ahí, no había gafas algunas, solo un vial opaco del tamaño de una bala de gran calibre cerrado herméticamente con un código de barras lateral. Estaba tapado con una tela de terciopelo blanco con un emblema de un dragón de jade con una katana entre las garras con la hoja apuntando hacia abajo.* 

Llegaste al local, a tu local, a tu casa, tu féretro donde yacía la reina de tus entretelas...para encontrarla en el palco, mirando por encima a los que allí habían con las cortinas descorridas. ¿Cómo le ibas a decir lo que había pasado? Ella se percató de tu presencia, de como evitabas su mirada y viste la confusión de verte allí tan pronto. 

Notas de juego

Tírame mente a dif 9 

Cargando editor
29/01/2018, 21:41
Gwilherm

La mujer te cobró y se marchó ya, dejándoos solos. La cara de tu compañero ante tus palabras le dejaron con cara de gilipollas, solo para ver esa pequeña sonrisa y ese brillo en los ojos que desapareció nada mas terminar tu- Es lo más bonito que me han dicho en mucho tiempo, aunque peligroso, y traerías a un engendro, pero...-se encogió de hombros bajando estos después, junto con un suspiro. 

Creo que estás un poco tarada, pero desde el cariño, eso o recibes visiones, o alguien controla tu pequeña cabecita- te dio un toque que mas bien parecía una caricia. Las cosas se estaban empezando a poner raras- ¿has pensado que el que viste te dejara algo dentro? ¿Lo tocaste? Podríamos intentar hacer una purificación por si acaso...yendo a Claro de Luna, que es la que más entiende de estas cosas- la mano se deslizó de tu pelo a la mejilla, y luego a tu brazo, el codo, la muñeca y por último la mano que agarró con dulzura.- Lu....-Un murmullo que casi era un ronroneo y ese brillo ese...estaba como una puta cuba. Tardaste en verlo, en darte cuenta, mientras las luces se rebajaban tenuemente en el local, y todo se volvía mas liviano, más...no, menos humano, menos malo. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Yo lo uso para susurro, no hace falta que tu lo hagas, pero recuerda ponerlo XD 

Cargando editor
29/01/2018, 22:40
Raphel

Qué tirada es mente??

Notas de juego

Cargando editor
29/01/2018, 23:05
Director

Notas de juego

Berd perdón, cambio de sistemas XD Inteligencia

Cargando editor
30/01/2018, 10:08
Raphel

Tuve tiempo de sobra para pensar en qué era aquello que había tomado por un recuerdo del tipo famoso y había resultado ser... me estrujé la cabeza intentando unir aquella imagen del dragón y la katana con algún recuerdo familiar, pero en cuanto puse un pie en el local todo eso quedó relegado al bolsillo de mi chaqueta donde había guardado la funda.

Allí estaba ella, JP, como siempre, oteando desde el palco, espiando las diversiones de sus clientes encandilada y huraña al mismo tiempo. Me alegré de verla y el peso sobre mis hombros se aligeró un tanto, pero también supe que ella no iba a estar tan contentay la losa sobre mí fue mucho mayor.

Avancé arrastrando los pies entre algunos clientes y apenas saludé al camarero tras la barra. Me sudaban las manos y traté de secarlas en mis pantalones nuevos, pero eso me hizo pensar en el dinero que ella me había dado y que yo había desperdiciado así... eso tampoco iba a gustarle, pero intentaría encontrar la manera de compensarla. Aparté la pesada cortina de terciopelo del palco y avancé solo un paso mirándola. Fue cuanto pude mantener la convicción de que todo iría bien.

- Hola. - sentí la voz ronca y la garganta pastosa, agaché la vista al suelo, a la punta de mis zapatos. - ¿Puedo pasar?

- Tiradas (1)
Cargando editor
31/01/2018, 17:33
Lu

Lu le dejó hacer, observándolo con fijeza más allá de la mirada. Se centró en las sensaciones, en el tacto, en la entonación de las palabras y la elección de las mismas. Sus ojos cayeron siguiendo la trayectoria de sus dedos pasando por su brazo hasta su mano, quedándose allí en un gesto más que significativo, y cuando pronunció su nombre se le atascó algo en la garganta. Pues sí que le había subido rápido el chupito. ¿Por qué? Ella no se encontraba tan mal. ¿No?

-Gwilherm... -musitó, más como advertencia, mirándole entonces con el ceño fruncido-. ¿Qué haces?

Cargando editor
31/01/2018, 21:38
JP

Te miró nada mas entraste y asintió con la cabeza- Ven- inquirió en su silla de ruedas, con su vestido verde de terciopelo y sus plumas en los hombros, de un color negro deslucido. Por desgracia no habías podido encontrar de que te podía sonar ese emblema en tu cabezita, pero parecía caro, o al menos, todo lo caro que pudiese ser viniendo del cuerpo de un político. 

¿Cómo ha ido?- Viste un vaso pequeño, de chupito con el licor verdoso entre sus dedos. Casi estaba a la mitad...pero no parecía que te lo fuese a dar en esos momentos, no sin antes las noticias- dime, ¿por que has vuelto tan pronto? Apenas has podido estar unas horas...-la reticencia estaba en su tono- ¿Has conseguido colarte entre sus costillas?

Cargando editor
31/01/2018, 21:41
Gwilherm

¿No es verdad ángel de amor- cambió al inglés con un tono mas bajo - que en esta apartada orilla más pura la luna brilla, reflejando tus crines en su noche velada y se respira mejor? ¿No es verdad, esta aura que vaga llena de los sencillos olores de las campesinas flores que brota esa plaza amena donde relajas tus posaderas, en aquesta roca viva, revelando en esa agua limpia y serena que atraviesa sin temor la barcaza de la guadaña? ¿no es cierto, paloma mía- se te acercó de más, apoyando si le dejaste su frente en la tuya, recogiendo entre sus manos las tuyas-  que están respirando amor, de los flujos eternos de la rueca maldita y precoz? Esa armonía que el viento recoge entre esos millares de floridos rosales, que agita con manso aliento sobre tu piel desnuda, ese dulcísimo acento con que trina el Hræsvelgr...

Lu...-un suspiro, uno largo, que dejaba golpear su aliento tibio sobre tu piel- ¿qué tiene esa mierda...que no me puedo contener...? Déjame varado a mi suerte, con esta mujer disfrazada de lobo que solo es una sirena hambrienta robusta y de familia y ve a perseguir tu coche favorito...

Cargando editor
01/02/2018, 01:09
Lu

El Galliard comenzó a recitar cual poeta, entramando fragmentos que Lu reconoció y frases que claramente pertenecían a su cosecha particular, distinguidas por la falta de rima y ritmo en su conjunto. Nunca le habían hecho gracia aquel tipo de ridiculeces románticas, de gestos y galanterías de las que él se pavoneaba con cierta frecuencia, y no se la hacía entonces a pesar del alcohol. Pero sí que distinguió una punzada peculiar, cercana a la ternura, atenazando la boca de estómago. Algo similar al cariño enternecido por sus intentos de... ¿De qué? ¿De seducirla? Porque de repente estaba sobre ella, frente con frente, respirando de su boca el dulzor cítrico de aquel licor endiablado mientras Gwilherm seguía hablando con aquella lengua de plata sobre contenerse y perseguir un coche. Lu tan solo le prestaba atención a medias, mirando sus labios como si fuesen una fuente de agua dulce en medio de un océano salado. Empezaba a sentir esa ligereza en la cabeza y el cuerpo, donde los límites entre lo que uno quería y lo que uno debía se emborronaban con demasiada facilidad. Y Gwilherm era guapo, la clase de guapo que le arrancaba miradas furtivas fuese de traje o en camiseta hecha jirones. No lo deseaba. No buscaba sus atenciones. No le cabía duda de que era la persona más importante en su vida. Pero cuando aparecía gente que enrarecía las cosas, como aquella muchacha, o cuando intentaba ocultarle ciertas cosas como si estuviese haciendo algo malo, a Lu se la comía el monstruo posesivo, primario y controlador que llevaba dentro y trataba siempre de tenerlo todo bajo control.

Estuvo a punto, quedándose a un suspiro de rozar sus labios. Pero allí no. Joder. ¿En qué estaba pensando? ¿Y si era el comienzo de todo? ¿A qué leches aludía con eso de 'contenerse'? Siempre habían tenido muy claro dónde quedaban cada uno en aquella batalla. Hasta ahora. Al parecer, él llevaba reprimiendo algún tipo de algo, y no quería ni pensar en ello.

Que te deje varado... Vas listo, tú —respondió, tragando saliva. Se apartó con cierta brusquedad, carraspeando y notando el espacio llenarse de aire limpio, aire no contaminado por el aliento ebrio del Galliard. Fue en ese momento donde se cercioró de lo mucho que le ardían las mejillas y que ese mismo calor le descendía por el esternón bajo la piel, y la evidente tensión que desprendía su propio cuerpo, algo que seguro él podía ver a una legua de distancia. —Venga. Levanta. Voy a pedir un taxi. Hoy por ti, mañana por mí. Nos vamos a casa.

Cogió el casco colgándoselo del brazo para después tirar de Giwlherm mientras todavía tenía las riendas de sí misma. Le miró y lo notó de nuevo, esa puñalada honda en las entrañas. ¿Qué diablos se le estaba pasando para plantearse en serio esa urgente necesidad de agarrarlo por el cuello de la camisa y empujarlo contra la barra? Se preguntó qué se había tomado él antes de llegar para estar así con dos chupitos. Y se preguntó también si le iba a dar tiempo a llegar a casa antes de que empezase a importarle demasiado poco que estuviesen borrachos, y que Tatiana siguiese viva.

Pero había algo de lo que se alegraba, y era de que al lupus le hubiese dado por camuflar su auténtico olor con aquella artificialidad acuosa. Eso  que habría sido un problema.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Por declarar acción extendida, si se deja: pido taxi y me llevo la botella y al borrachillo a casa... Si no se deja, pues ya lidiaré con lo que venga xD

Cargando editor
02/02/2018, 10:22
Raphel

En cuanto me llamó corrí junto a ella y me agaché junto a la silla, y al sentirla cerca, al aspirar su perfume estridente y verla pálida y ojerosa junto a mí, pensé que de algún modo todo se iba a superar y que junto a ella nada debía temer. La miré, agaché la mirada, volví a levantar los ojos y los aparté de nuevo, en movimientos rápidos y nerviosos. Hasta que me topé con el chupito verde y ansié que todo terminara y JP me lo ofreciera y mis ánimos se calmaran, porque el peso de la larga noche hacía mella en mi cuerpo y en mis nervios.

- Ha ido... bien - se me rasgó la voz, ronca y me pasé la lengua por los labios. Recordé la sensual imagen de madame Lu, su elegante local que nunca podría pisar de nuevo, todo lo que había dicho y lo poco que había logrado a cambio... la sensación de confortable regreso al hogar se diluía por momentos y me revolví nervioso, haciendo crujir el cuero nuevo de mis pantalones. - Conocí a madame Lu, pero... pero no quiso aceptarme. Alguien más le ha hablado sobre Tatiana y le ha dicho que está viva, pero ella no quería creerlo, al principio. De todas formas, supongo que ella misma te lo contará todo, porque ha dicho que te visitará, me ha calado enseguida y sabe que tú me enviaste.

Me pareció que dicho así no sonaba tan grave. Sí, después de todo, aquello había sido una encerrona. Suerte había tenido de salir con vida! - Alargué la mano hacia el vaso mediado de chupito pero antes de cogerlo, levanté la mirada, para pedir permiso y para percibir su reacción a lo que le había contado.

En cuanto me llamó corrí junto a ella y me agaché junto a la silla, y al sentirla cerca, al aspirar su perfume estridente y verla pálida y ojerosa junto a mí, pensé que de algún modo todo se iba a superar y que junto a ella nada debía temer. La miré, agaché la mirada, volví a levantar los ojos y los aparté de nuevo, en movimientos rápidos y nerviosos. Hasta que me topé con el chupito verde y ansié que todo terminara y JP me lo ofreciera y mis ánimos se calmaran, porque el peso de la larga noche hacía mella en mi cuerpo y en mis nervios.

- Ha ido... bien - se me rasgó la voz, ronca y me pasé la lengua por los labios. Recordé la sensual imagen de madame Lu, su elegante local que nunca podría pisar de nuevo, todo lo que había dicho y lo poco que había logrado a cambio... la sensación de confortable regreso al hogar se diluía por momentos y me revolví nervioso, haciendo crujir el cuero nuevo de mis pantalones. - Conocí a madame Lu, pero... pero no quiso aceptarme. Alguien más le ha hablado sobre Tatiana y le ha dicho que está viva, pero ella no quiere creerlo. De todas formas, supongo que madame Lu te lo contará todo, porque ha dicho que te visitará, me ha calado enseguida y sabe que tú me enviaste.

Me pareció que dicho así no sonaba tan grave. Sí, después de todo, aquello había sido una encerrona. Suerte había tenido de salir con vida! - Alargué la mano hacia el vaso mediado de chupito pero antes de cogerlo, levanté la mirada, para pedir permiso y para percibir su reacción a lo que le había contado.

Cargando editor
02/02/2018, 13:48
Director

Lograste sacarlo, al Galliard y que os diese un poco el aire aquel viciado de ciudad. Que no daría más de uno por conseguir solo una bocanada de un bosque no putrefacto fuera de esa ciudad. Hacía ya mucho que la naturaleza se había desmadejado corrompiendo las raíces y envenenando el suelo. Como ese licor empezaba a empozoñar tus cientos y miles de ríos bermellones bajo la piel...aun con esto, no nos adelantemos. No sería adecuado. 

Un taxi, que apenas tardaría aun unos cinco minutos en llegar en aquella esquina con la farola sobre vuestras cabezas. Podríais ser unas putas con mucho estilo, desde luego.- Lu...- el mismo tono con un añadido quejumbroso mientras te enganchaba por la cintura, solo para alzarte como si de un cachorro te tratases, oliendo tu cuero cabelludo, deslizando la nariz hasta la nuca, solo para soltarte cuando simplemente la gravedad logró lo que quería, haciendo que el camino recorrido fuese inverso ahora. Tu compañero ya no tenía la fuerza necesaria para nada, bueno si, se agarró a la farola. 

La cuestión es que tus pasos ya no eran tan seguros, ni tu mirada tan lúcida. Veías las pequeñas luces como insectos en la lejanía, que se movían vibrando en mitad de la oscuridad pegajosa del cielo vacío y solitario, que se moría sin que nadie se dignara a llorar por él.

El sonido de una bocina llamó tu atención, y ...¿Cuando demonios había llegado? El hombre, de mediana edad, con un moreno practicamente de galleta tostada os hizo señas para que os acercaseis al taxi. Reconociste su voz, la del móvil, pero no lo entendiste. G permanecía abrazo a la farola, perdiéndose en cada arañazo, textura, fallo en el metal que lo mantenía ofuscado y bizco como un niño cuando descubre a las hormigas. 

Cargando editor
02/02/2018, 15:38
Lu

Puso los ojos en blanco, cansada, perdida, y hasta cierto punto temerosa al volver a escuchar su nombre mientras la envolvía con los brazos y se ahogaba en su cabello. Era como un canto de sirena, su voz, y aunque torpe y descoordinado, seguía llamándola con insistencia e incitación. O quizá era en parte lo que ella misma quería descifrar en aquellos gestos. En cualquier caso, sus intenciones quedaron a medias, volviendo la cabeza hacia otro lado pero sin apartarse. Tampoco hizo falta, porque perdió el equilibrio dejándola caer para aferrarse a la farola mientras Lu le echaba la mano a la chaqueta, intentando sujetarlo.

Guille. Compórtate —masculló arrugando el gesto, frotándose las sienes con insistencia. Fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba empezando a pegarle de verdad, y no con aquella risa tonta y aniñada de borrachera feliz. Una sensación pesada y angustiosa se le estaba sentando en el fondo del pecho, como un pinchado hondo y constante con cada respiración, y supo que si lo pensaba demasiado iba a terminar cayendo hacia una espiral de pensamientos y preocupaciones que normalmente salían a flote en forma de rabia y palabrotas. Pero supo que si desataba aquel monstruo, iba a ser mucho más patético que aquello.

Se quedó mirando al Galliard, absolutamente anonadado con las peculiaridades de la farola, y se preguntó cómo lidiaba él con todo aquello. Que lo sabía; se conocían desde hacía demasiado tiempo, pero no pudo evitar sentirse abordada por una sensación de extrañeza, como si no supiese quién era él o por qué estaba tan raro y por qué tenía que ser un maldito Galliard que se dejaban arrastrar por sus pasiones como el viento en la montaña dejándola a ella al cargo de llevarlos a ambos de vuelta a casa.

Agárrate, venga.

Tras pasarse su brazo por los hombros y sujetar su cintura, lo llevó hasta el coche no sin trastabillas, donde abrió la puerta, apoyándose ella misma en el capó para no acabar ambos dentro de bruces, intentando que entrase sin darse un coscorrón. No funcionó. Y en ese momento debería haber sido lista y haberse sentado en la parte delantera, dejándolo a su suerte, pero en cambio se quedó mirándole embobada, pensando que era Gwilherm y no otra persona, y que mientras Aura la había dejado tirada, largándose, él se había quedado soportando el peso de sus decisiones. Y el tren de pensamiento arrancó, y Lu se sentó a su lado maniobrando en sus caderas para ponerle el cinturón mientras le daba la dirección de su casa al conductor. Tuvo que pedirle que encendiese las luces traseras porque estaba resultando una tarea imposible. También le pidió disculpas por adelantado, por los inconvenientes y por estar borrachos, y mencionó algo de una generosa propina si hacía el favor de llevarlos rápido y sin muchas curvas hasta casa.

Para cuando el coche arrancó, Lu estaba sentada en el hueco de en medio, hombro con hombro con Gwilherm, sujetando su mano entrelazada mirando el respaldo del asiento del copiloto como si fuese lo único que importaba en el mundo. Su cuerpo sostenía una tensión calmada, atenta, como al acecho, y sus entrañas se hundían más y más en aquel profundo pesar, debatiéndose.

Canción-de-la-Noche-Eterna llamó quedamente, en inglés, colmando su nombre garou con una tristeza inusitada. Se volvió para mirarle, naufragando en el iris de sus ojos con la esperanza de quien busca consuelo en la luna llena, recogiendo su pelo en un gesto cariñoso detrás de su oreja, dejando una suave caricia en su mejilla—. ¿Qué has estado haciendo, ángel de amor?  

Notas de juego

Song-of-the-endless-night

Cargando editor
03/02/2018, 10:44
JP

Sus ojos se abrieron como platos al escucharte- ¿Qué ya le habían hablado de Tatiana?- viste como su pulso temblaba ligeramente y como miraba al infinito durante unos segundos, volviendo solo cuando le mencionaste- ¿Cómo sabe que yo te envío?- su voz sonaba fría y dura, mucho mas de lo que conocías en ella. 

MALDITA SEA!- no te dio tiempo a responder antes de arramplar con el grito en el lugar, siendo ahogado mas allá por la música. Giró la silla con ansias, de un lado a otro, como si aquello le ayudase a pensar, habiendo dejado el pequeño vaso de chupito en cualquier lado- nos va a matar...- clavó la mirada en ti- si lo sabe, si viene, lo hará solo para matarnos, a mi, a ti- farfulló algo por lo bajo.

Que voy a hacer...

Notas de juego

No se porque me sale tu post doble pero si lo intento arreglar se va entero : (

Perdona por no ponerte anoche, me pilló fatal. Eres el primero de hoy.

Cargando editor
03/02/2018, 10:49
Gwilherm

No fue fácil ponerle el cinturón, porque las distancias se acortaban y el bueno, se removía acariciando la tela del asiento, como si fuese seda o satén- mira Lu...toca...-insistió incluso mientras su mirada se perdía en ningún lugar entre los cojines de los dos asientos. 

El taxista os miraba de vez en cuando, aunque ya no podías ni ver su cara, porque no tenía ¿O si? No estabas segura. ¿Eso eran unas gafas? ¿Llevaba una cruz al cuello? ¿Sus ojos se habían cerrado en vertical en vez de horizontal? 

Acabaste por mirar al que iba contigo, que si se mantenía mas o menos igual a como lo recordabas. Ladeó la cabeza cuando preguntaste al aire y te miró con una sonrisa queda mientras su rostro se deslizaba por el respaldo- he danzado con la noche- apenas un susurro hasta que su barbilla topó con tu hombro y se quedó si no inconsciente, dormido. 

El resto del tiempo fue como una espiral donde solo había pequeños momentos lúcidos. Unas escaleras, media vuelta, un giro, un botón del ascensor, el olor a algo quemarse, una risa ahogada de fondo, la sensación de cosquilleo por todo el cuerpo, como si miles de plumas se pasearan por tu piel y al final, solo la caída, la eterna caída hasta dar con la oscuridad. 

Tu cuerpo decidió despertase, o medio ser consciente de lo que le rodeaba cuando en una hora incierta de la noche tocaron a la puerta. Tres veces, rítmicas y pesadas. Estabas en el balcón, solo vestida con la chupa, y encima medio tirada en una de las tumbonas con un dolor de cabeza que no era de resaca, si no afilado como un alfiler en el cerebro. No veías por ahí al que debería de estar contigo, ni la botella, ni la ropa. Nada. 

Cargando editor
04/02/2018, 09:43
Raphel

Esperaba la ira, el arrebato, los gritos y las culpas. Incluso esperaba los golpes, o cosas peores. Pero me sorprendió ese miedo profundo que asomaba en JP, y esa falta de respuesta ante lo que se le venía encima. Realmente, viéndola en su silla, en su vestido, en su mirada maquillada, en su local... la sola presencia de Lu ante todo eso ya podía recibirse como una afrenta a su ego, pero había algo más. Porque no era una exageración, podía verlo: JP creía realmente que iba a matarnos.

- Sí, bueno... dijo que alguien la usó de cebo la noche anterior, para encontrarla. - Quise explicar, tal vez los detalles la tranquilizaran y mi mirada se escapaba a su espalda intentando localizar el ansia verde. Me mordí los labios mientras concretaba lo que sabía. Un cazador, dijo - A saber a qué se refería. Pero luego venía la parte buena, la que me quitaba culpa a mí, así que continué.

- Me hizo contárselo todo, sabes? Pero ya te conocía, y ya tenía pensado venir por aquí, me lo dijo. No creo que quiera matarnos, mientras podamos ayudarla en algo... Creo que esa Tatiana le interesa de veras. No como... no como a ti, que quieres joderla, a madame Lu le importaba. 

Parecía muy lejana la entrevista y la fría despedida, pero la sutil presencia de la mujer me acompañaba todavía. Pero no estaba sola, pues aquella noche me había impregnado de fragancias muy intensas: el bello y angelical ser del puente, y la imagen macabra de Montgomery Fletcher. Sentí el peso de la funda en mi bolsillo mientras me acercaba para rodear con el brazo a JP, intentando calmarla y consolarla.

- ¿Quieres que te traiga una copa? Podríamos tomarnos algo y sumarnos a la fiesta - sugerí, las voces de los clientes llegaban todavía intensas desde allá abajo. - Y si viene, sabrás cómo tratarla. Esta es tu casa, JP.

Cargando editor
05/02/2018, 18:37
Lu

Despegó los párpados con pesadez, completamente desubicada en lugar, posición y estado. Tanto, que ni siquiera las preguntas tuvieron cabida en aquel desbarajuste. Empezó a incorporarse, distinguiendo un sonido que interpretó como golpes en la puerta. Pero, estaba en la terraza, y no solo eso sino un tenía todas las partes pudendas al aire excepto lo que cubría la chupa.

-Pero qué... -masculló, llevándose una mano a la sien ante la repentina punzada de dolor.

Aquello no tenía ni pies ni cabeza. Si llevaba la chupa es que había cambiado en algún punto. Espera. ¿Y Gwilherm? ¿Y la borrachera? ¿Cómo había llegado a la tumbona? Joder. Se dejó resbalar hasta el suelo, quedando sentada sobre la baldosa tibia de la terraza un momento. Menos mal que vivía en lo alto de uno de los rascacielos pero, ¿qué demonios...? 

Cuando logró ponerse en pie avanzó a trompicones por el salón, el cual estaba tal cual debía estar; ni rastro de alcohol, de ropas o de Galliard. Ni puto sentido. Y se estaba demorando mucho en responder a la puerta. Ah, la puerta. ¿Qué hora era como para que andasen llamando a la puerta? Tuvo el atine de hacerse con una manta, ¿o era un mantel?, de formas coloridas, que se envolvió bajo las axilas de forma atropellada. También se deshizo de la chaqueta antes de acercarse a mirar por la mirilla sintiendo que el suelo era más inestable de que costumbre.