Partida Rol por web

- ¿No hay ninguna de esas atracciones de golpear con un martillo enorme con todas tus fuerzas intentando levantar un peso por una columna?¿Que habéis estado haciendo todo este tiempo?¿Comer manzanas de caramelo?- interrogó Wash antes de darle otro mordisco a su manzana de caramelo.

- Pué'... que nosotro' sepamo', señó mono... e'to... comandante, sólo hay una noria, un carrusel, lo' barco' de choque, el tiro al barco y el Monkey Khan...

Pero e'taría muy bien que también hubiera eso que tú dice'... -le contestó a Wash mirando con envidia la manzana que se estaba comiendo. ¿De dónde la habría sacado? Quizás, si había algún puestecillo en que vendían esas manzanas, a lo mejor también había un puesto de esos de golpear con el martillo de los que decía el primer oficial.

Ahora vengo... -y, ni corto ni perezoso, se giró para encaminarse en dirección a la noria, a ver qué se encontraba por allí.

Nerea, que había estado sumida en sus pensamientos, volvió de repente a la realidad y soltó:

- Por supuesto!! Ya sé donde podemos conseguir un martillo, y bien grande. Efectivamente, oficial Wash, hay una de esas atracciones, solo que no había pensado en ella porque la han confiscado los nativos de la isla. Igual podemos hacernos pasar por inspectores y confiscarlo por falta de seguridad en la atracción. ¿Qué opinais, grumetes??

El decidido grupo de piratas se encaminó hacia la otra punta de la isla, donde se encontraba un pequeño poblado indígena, sin embargo, cuando se encontraban a medio camino, la isla entera se empezó a agitar de forma violenta. El potente terremoto duró largos segundos y se detuvo tan súbitamente como empezó. Entonces el grupo reanudó la marcha.

Cuando localizaron el fuerte de madera entre el ramaje del bosque vieron cómo una cola de gente salía por la puerta esperando impaciente.

Se adentraron en el fuerte y comprobaron el origen de la cola, una máquina de medición de fuerza. Se trataba de un mecanismo en el que, con una enorme maza, se golpeaba un pedal con toda la fuerza posible. El golpe lanzaba hacia arriba un marcador metálico a través de una vía vertical. Si la marca alcanzaba la campana situada en lo alto, la persona que había golpeado ganaba un premio.

En un lateral de la cámara se podía ver una nota clavada con una especie de pincho y junto a la máquina, un hombre con una cabeza de limón cobraba un doblón por cada usuario que utilizaba la máquina.

Yimbo sintió una repentina vibración en el bolsillo donde llevaba guardado el pergamino. Lo abrió disimuladamente y se sorprendió al leer (con cierto esfuerzo) las palabras: "Mira, un mono de tres cabezas" escritas en él.

Yimbo comenzaba a caminar hacia la noria cuando se detuvo en seco y dio un gracioso giro de 180º sobre su pierna derecha al oír la voz de su capitana, quedándose a escuchar atentamente sus palabras.

- Eso é e'tupendo Capitana; vayamo' allí todo' a confi'cá ese martillo -dijo alegremente, olvidándose de la idea de la noria.

El camino transcurrió distraído, con temblor de tierra incluido. En un momento dado, Yimbo se detuvo y los demás le vieron rebuscar algo en su hatillo sin que llegaran a saber exactamente lo que hacía.

Al llegar a la empalizada, el grupo se puso a la cola y, mientras le daba vueltas a lo que querrían decir las palabras 'inspector' y 'confiscar', el muchacho decidió trazar su propio plan. Aunque, por lo que parecía, aquella cola no se terminaba nunca, así que decidió salirse de ella e ir directamente hacia donde el caralimón otorgaba el martillo al afortunado que se encontraba en primer lugar.

El peculiar grupo de pseudo-piratas se acercó al canibal con la cabeza de limón con la intención de negociar con él el préstamo de la maza, sin embargo, este habló antes de que ellos llegaran a su posición.

- ¡Alto! ¡Hay que respetar la cola! ¡Si quieren participar deben ponerse al final y esperar!

De pronto, mientras Caralimón hablaba al grupo, Yimbo sintió un ligero escalofrío en la nuca. Cuando se giró comprobó que un niño situado en los primeros puestos de la cola miraba fijamente hacia él. Pronto todo el grupo fue consciente de la curiosa mirada del niño. Enseguida se dieron cuenta de que lo que miraba, era el osito de peluche que sobresalía de la mochila de Yimbo.

Sin desviar su hipnótica mirada, el niño no perdió de vista al muchacho.

A Wash le pareció llevar días dando vueltas a la isla. Monkey Island nunca había sido su lugar favorito del caribe, pero desde que cerraron el Monkey Khan el lugar había perdido toda su alma pirata. El cabreo de Wash iba en aumento a medida que avanzaban en busca del poblado caníbal, cuando de repente el suelo tembló. -hmmm, espero que esto solo sea que algún marinero tiene problemas intestinales.-

Reemprendieron la marcha tras el terremoto, sin prestarle apenas atención y finalmente llegaron a la aldea caníbal. Aquello de "caníbal" podría ser un problema, pero no para él. A diferencia de la mayoría de las otras aldeas indígenas del caribe, en aquel lugar nadie intentaría comérselo.

En cuanto vio al caralimón le apeteció tomarse un té a la salud de la reina Victoria. Nunca había tenido tantas ganas de matar a alguien, tantas que ni siquiera pensó en pasarlo por la quilla. La situación empeoró cuando su voz chillona les dijo que debían guardar cola. ¿Es que todo el mundo iba a ordenarle lo que tenía que hacer en aquella condenada isla?

Estaba a punto de ensartar su espada en el limón cuando Bookan le dio unos golpecitos con el codo. Se giró para ver como todos observaban embobados a un niño que a su vez miraba un oso en la mochila de Yimbo.

-Grumetillo ¿desde cuando llevas mochila como si fueras un colegial en primero de piratería?¿Y que demonios es esa cosa peluda que sobresale de ella?-

Oyendo al caníbal con cabeza de limón, Greg sintió una punzada de desesperación. La cola tenía pinta de ser parte del paisaje, casi un dibujo estático, y sin duda ellos también se convertirían en algo así si se ponían en ella.

Con aire decidido se dirigió al caralimón.

- Pero no venimos a participar. De hecho somos... errr... inspectores. - Con un hábil movimiento rápido, enseñó el carnet de la biblioteca a modo de identificación. - Inspectores de mazas y martillos, al servicio de su martillidad.

- ¿Inspectores, eh? -preguntó Caralimón alzando una ceja -¿Los mismos inspectores que han intentado cerrar nuestro humilde y honrado negocio por no contar con la LGC ("Licencia de Golpes Contundentes")?

- ¿Qué ocurre, Caralimón? -preguntó un caníbal que se acercó a ver qué ocurría.

- Estos señores dicen que son inspectores -respondió Caralimón.

- ¿Los mismos inspectores que intentaron expulsarnos de nuestra aldea por compartir el hábitat con un simio tricéfalo?

- ¿Qué es lo que pasa? ¿Caralimón? -preguntó un tercer caníbal.

- Estos señores aseguran que son inspectores -respondió mecánicamente.

- ¿Los mismos inspectores que intentaron confiscar a Caralimón por no tener la cabeza debidamente sulfatada?

- No, esos están ahí -contestó el otro caníbal señalando una serie de cráneos humanos empalados.

Los tres caníbales saludaron con la mano hacia el pincho moruno de inspectores.

- Ah... ¿Los mismos inspectores que intentaron prohibirnos el empalamiento por no cumplir con el protocolo de seguridad ISO9000 (uso de guantes en empalamientos)?

Los tres caníbales estudiaron la respuesta de los supuestos inspectores con detenimiento y una pizca de ilusión en la mirada.

Uh... - Greg pareció turbado. - No, para nada. ¿Habeis oido inspectores? He dicho admiradores. Admiradores de mazas y martillos. Venimos de muy lejos para observar los famosos Martillos Indígenas de Monkey Island (tm)

- ¡El típico grupo!

- ¡El típico grupo!

- ¡El típico grupo! -exclamaron los tres a la vez.

- Bueno, en ese caso ¡Tenéis que respetar la fila! -añadió Caralimón.

¡Pero esa es una fila homologada para emplear la atracción! - protestó Greg - ¡Nosotros queremos rob... errr... ver el martillo!

- Señor... -dijo el niño de la fila dirigiéndose a Yimbo mientras le tiraba ligeramente de la camisa -Quieroeseosito quieroeseosito quieroeseosito quieroeseosito ¡Quieroeseosito! ¡Quieroeseosito! ¡QUIEROESEOSITO! ¡¡¡QUIEROESEOSITO!!! ¡¡¡QUIEROESEOSITOOOOOOO!!!