Partida Rol por web

-solo bromeaba, preparate a morir-el Diablo pega un salto y planea hacia ti, posteriormente te ataca con su garra, pero un fallo de calculo lo hace fallar en su intento

El subito ataque del demonio le enfureció. - Vas a desear no haber sido liberado.- dijo Ragnar antes de atacar. 

cuando lo hieres el Diablo suelta tal rugido que hace templar el templo entero, este ataca con tanta intensidad que se hiere a si mismo aunque una de sus garras consigue hacerte un corte muy feo

Ragnar le devolvió el rugido y contraatacó. Después dió un ligero sato hacía atrás alejándose de las garras del enemigo pero dejándole a rango de sus largos brazos.

a pesar de dar el paso hacia atrás el Diablo que te tiene a su alcance da un paso hacia adelante y te ataca con renovadas energias o eso intenta que parezca

Ragnar viendo que si da un paso hacia atrás el diablillo lo tiene más difícil volvió a repetir la misma jugada.

con el ultimo espadazo el diablo muere, escupiendo sangre, tras el puedes ver la estancia, hay varios sarcofagos dispuestos en forma de pentagono con un nicho en el centro, el sarcofago del fondo tiene un mural, en el que explica como vivió el guerrero, es el que contiene la espada brillante

Ragnar se tranquilizó cuando vió como el diablo caía ante sus espadazos. Lo decapito, se ató la cabeza al cinturon y acanzó a registrar el resto de la sala. Observó el mural un momento y cogió la espada.

en cuanto tocas la espada, sientes un tiron hacia atrás, intentas resistirta pero de repente ya no estas ahí, estas en la choza del Chaman y te sientes como si todo hubiera sido un sueño, algo te esta pateando:  es el chaman.

-¿bonitos sueños mestizo?

¿Que coño ha sido eso? ¿Que me has hecho? - gritó el semiogro poniendose en pie y señalando al Chaman.

Finalmente, y tras darle muchas vueltas a la inscripción recuerdo aquella especie de construcción, nido, o lo que los dioses quisieran que aquello fuese, paso la mano por la inscripción más de un y dos veces... "Espero que esto tenga sentido... Si no estaré perdiendo el tiempo estupidamente". Doy media vuelta sobre mis pasos y voy a buscar aquel extraño y enorme nido. 

No tengo que caminar demasiado para llegar al incio de la escalinata que espero que sea importante.

- Venga haraganes, acelerad el paso - digo a mis compañeros orcos mientras pongo el pié en el primero de los escalones con un suspiro ahogado al ver la enorme escalinata.

el chaman te mira con una sonrisa divertido, como si supiera algo

-Los espíritus te han mostrado algo....dime pequeño cachorro que viste

subes por la escalinata hasta la cima donde hay una cueva Dentro sólo hay una cámara en la que se puede ver un nido con una cría de arpía a un lado. Al fondo hay un montón de huesos y excrementos y al otro lado, un pequeño tesoro:

- Una llave dorada (la llave del templo)
- 5000 monedas de plata
- 1500 monedas de cobre
- 15 monedas de oro
- Un escudo grande
- 4 yelmos de metal
- 2 yelmos de cuero
- 3 cotas de malla 
- Una maza +1 

Después de que me lanzases algo aparecí en un estrecho camino que desembocaba en un cementerio. - comenzó Ragnar. - Pero no era un cementerio común, parecía un sembrado que en lugar de trigo tenía armas y armaduras de todos los tipos y materiales. Había un cartel a la entrada que anunciaba que ese lugar era la tumba de malta'k-chum. Tras coger un arma me adentré en el cementerio y una niebla se me echo encima. Apenas veía donde pisaba. Caminando envuelto en niebla llegué a un templo que estaba cerrado por un sencillo mecanismo. Cuando entré un demonio dijo que me devoraría, luchamos a muerte. -dijo Ragnar serio. -  Bueno, en realidad yo luché, él pobre diablo a penas podía defenderse de mis golpes. Se notaba que llevaba mucho tiempo encerrado, parecía en baja forma. - dijo riendo y jactándose de su fácil victoria. - Luego vi una brillante espada en la estancia y fui a cogerla, todo comenzó a dar vueltas y desperté aquí. ¿Porqué me has hecho esto?¿Es algún tipo de prueba?

El orco se echa para atrás contemplando el fuego el cual es un amasijo de brasas, algo que denota que has estado un rato largo desde que te "marchaste"

los espíritus te han mostrado el futuro en sueños...iras a un lugar, donde se te pondrá a prueba, y habrá un poderoso demonio, mas alla de tu imaginación, pero antes abra una gran batalla que sembrara la tierra con muerte, de la que seras testigo. yo no te hice nada, fueron los espíritus, que te hablaron en sueños, el hechizo te a ayudado a comunicarte con ellos*. 

Un poco más relajado Ragnar se quedó sentado mirando las extintas llamas que había en el medio de la habitación. - Todo esto es muy extraño, ¿Porqué me han elegido a mi para hablarme? - dijo sin darse cuenta. - ¿Cual es el siguiente paso que tengo que dar?

Tras una larga y empinada subida por esa arenosa y sucia escalinata del demonio conseguimos alcanzar la cima y no podría ser mejor, descuelgo mi enorme odre de agua y doy un largo trago. - Sí! Esto... Esto si ha sido un buen golpe de suerte, Gracias!- digo sin parecer dirigirme a nadie, pero evidentemente me dirijo a los Dioses que me han bendecido con este pequeño tesoro. - Rápido recojamos todos y volvamos a irnos antes de que pueda llegar culaquier cosa, ¡venga! Y equipaos las armaduras. - ordeno a mis dos seguidores que puede que con las armaduras puedan llegar a suponer una amenaza decente. 

Recojo personalmente todo el oro en bolsas como puedo, en mi vida había visto una fortuna igual, evidentemente los Dioses me estaban sonriendo. Me cambio mi vieja armadura de cuero tachonado y me la cambio por una de esas cotas finamente labradas, ahora enfundado en hierro ya parezco un enemigo al que temer en lugar de un sucio mendigo, incluso hasta mis dos acompañantes parecen guerreros en lugar de esos muertos de hambre que intentaron atacarme hace tan solo unos días. Me pruebo todos los cascos de hierro y me coloco el que mejor calidad tenga y los otros dos se los dejo a mis subordinados para que se los coloquen. -Guardad todo lo demás, rápido- 

Por último me coloco el escudo a la espalda, uno nunca sabe con qué se va a encontrar, cojo la pequeña maza entre mis enormes manazas, parece un arma de excelentísima calidad... Pero no termina de convencerme - He tú- digo a uno de los dos, al que parece algo menos idiota - Lleva esto... Es la mejor arma que vas a ver en tu vida, si la pierdes te mataré yo mismo en persona.- por último guardo la llave que habíamos venido a buscar en uno de mis bolsillos. 

Cuando ya está todo bien recojido y el brillo de las monedas no nubla mi visión oigo el ruido de una pequeña y débil criatura, una especie de pequeño graznido, al girarme la veo allí, una pequeña cría de arpia - ¡Nó! ¡No la toqueis!- ordeno a mis subordinados de nuevo. "Ahora eres pequeña pero pronto crecerás... Y será conmigo..." Pienso mientras una enorme y horrible sonrisa crece de los más profundo de mi boca. - Ven aquí pequeña, no tengas miedo, ven con papi...- le digo a la pequeña criatura mientras la cojo entre mis manos. - Chsss, chsss, ya está, ya está pequeña, los dioses te reclaman... Haremos grandes cosas, sí, pequeña... Rápido! marchemonos antes de que venga la madre, ¡rápido e dicho!- con un bozarrón que resuena por toda la cueva desde lo más profundo de mi estómago.  Junto con los orcos voy saliendo apresuradamente de la cueva sin más incidentes que esos, recorremos la escalinata hacia abajo y a pesar de ir cargados la distancia parece muchísimo menor, al llegar al inicio de la escalera ponemos paso apresurado de nuevo hasta el templo. En el que nos meteremos está vez más confiados de nosotros mismos, enfundados en hierro.

te llevas a la cría de arpía corriendo cuesta abajo con tu nueva armadura y tus chicos con el nuevo botín, sin duda gracias a este golpe de urraca, os sentís muy inteligentes, vuestro armamento a ascendido considerablemente junto con vuestro blindaje, con porte imponente y pecho inchado subes las escaleras del templo subterraneo, insertas la llave y esta se deshace, la puerta se abre muy muy lentamente y casi sin hacer ruido.

calculas que en 1 min la puerta se abrira por la mitad, suficiente como para que puedas entrar

Cuando inserto la llave en la cerradura de la puerta, esta, imponente se comienza a abrir sin hacer siquiera el más mínimo ruido, lenta y pesadamente va abriendo paso a lo que hay en su interior... sea lo que sea que haya.

"Bueno veamos que hacen aquí estos patriarcas..." pienso recordando la inscripción que me había llevado hasta el nido de la arpía. 

Espero hasta que la puerta se abre casi por completo y con el espadón en mano aviso a mis compañeros - Desenfundad las armas- me quedo pensando durante un segundo - Ya te he dicho que como pierdas eso... grrr- le digo al que porta la maza mientras le enseño los dientes, de todos modos seguro que recuerda el incidente cuando llegué al campamento. 

- ¡Pasad!- les digo empujándolos sin demasiada rudeza hacia adentro, ellos dos van delante cada uno a un lado mío caminando algo temerosos, yo sin embargo avanzo confiado "si los dioses me envian hasta aquí con estos instrumentos será con algún fin..." pienso mientras avanzamos por el frío y oscuro templo. - Fijaos bien donde pisáis... podría haber trampas- digo mientras olfateo el aire y seguimos avanzando.