Partida Rol por web

Denia y Lirio tienen múltiples oportunidades para charlar, pues viajan muy cerca una de otra.

- Perdonad si mi curiosiad os incomoda, y no contestéis si así sucede, pero ¿Por qué la urgencia de llevaros tan rápido a ese lugar? ¿Qué es lo que debéis hacer allí con tanta urgencia?

Sonrió -No me incomodáis para nada, de hecho quizás me ayude un poco a sobrellevarlo el contarlo- suspiro -Veréis yo, como ya sabéis, vivía en aquel claro con mi maestra, ella me cuido y enseño todo lo que se, incluso lo que desconozco que puedo hacer, como lo del claro, parece ser que ella al final era una bruja y por eso creen que estoy tanto tocada por... Dios como por el diablo, y me llevan a aquel sitio para... purificarme, no se exactamente en que consiste y no se como es, pero no estoy tranquila a decir verdad- la miro algo triste, y sonrió esta vez debilmente.

- Bueno, si levantó a los muertos de sus tumbas, indudablemente era una bruja, pero eso no significa que vos lo seais. ¿No habéis pedido detalles de como piensan purificaros? Quizás podáis pedir detalles a los caballeros.

Asintió -Si, se los pedí al obispo, pero me dijo que no sabía nada acerca del ritual, que sabia que lo había y que debían hacérmelo, pero no como se hacía- miro a lo lejos -no suena muy bien eso de purificación ¿verdad? y... no estoy segura de que sea agradable- acaricio el cuello del caballo, se le veía algo nerviosa -los caballeros... Sir Ulrich ha sufrido mucho, algo me lo dice, y Rudolph es algo menos experto y tiene menos vivencias, pero es fiel a Ulrich y eso dice mucho de ambos, no se si sabrán algo del ritual, pero es poco probable-

- Si decidiéseis no aceptar hasta conocer detalles, y no os digo que debais o no hacer eso, puedo esconderos un tiempo. Mis tierras están cerca de San Ponape y si decidís esconderos allí, no os encontrarán mientras vos no queráis que os encuentren. Y os garantizo que estaréis protegida. Hay ramas de la iglesia cuyas actuaciones no son del todo edificantes. Pero la decisión, por supuestro, es siempre vuestra, solo os ofrezco una alternativa. Yo no puedo ayudaros en la decisión, me temo que los caballeros no me miran demasiado bien, no confiarán en mí.

Negó -se espera de mi que vaya y lo haga y... los caballeros velan por ese cometido, no seré yo la que los haga no cumplir su misión y quedar mal ante los ojos de la iglesia, aunque os agradezco muchisimo vuestro gentil ofrecimiento- cargaba en sus hombros un gran peso de lo que se esperaba de ella -Sin duda algún día me encantaría ver vuestras preciosas tierras- se alegro un poco con ese pensamiento.

- Vuestra seguridad debe ir primero que vuestra lealtad, pero supongo que no se atreverán a hacer ningún ritual que realmente os cause daño.

Cerro los ojos y asintió -espero que tengáis razón y gracias, me ha ayudado ablarlo- le sonrió sincera

- Que la diosa Gaia le había permitido ver, que frenar la expansión de la corrupción del bosque pasaba por vuestra muerte, aunque dio la posibilidad de no atacar si volvíais a Francfurt. No acepté, pues sabía que los caballeros no lo permitirían, y preferí luchar. Traté de explicarle mi propia visión en la que vos podíais destruirla, su postura fue que prefería asegurarse que no se expandiese, a arriesgarse a nuestro fracaso y que la corrupción se extendiese sin remedio. Le ofrecí acompañarnos, y le dije que yo misma le ayudaría a él a mataros a vos, y a continuación le daría mi propia vida, en caso de qeu pudiésemos fracasar en la empresa. Pero no atendió a razones. Debéis saber dos cosas, una es que él era un poderoso espíritu del bosque, y la otra es que yo soy otro poderoso espíritu del bosque, no tan poderoso como él pues la corrupción me ha debilitado, pero tengo mis recursos si llegasen a ser necesarios, soy algo más que una arquera.

- Denia, debéis saber una cosa, yo no creo que vuestros poderes vengan del Dios Cristiano, sino de la Madre Gaia, aunque seguramente sean en este punto similares. Yo no creo que solo exista un dios del bien y otro del mal, sino muchos dioses y muchos poderes. No puedo decir esto a los caballeros o tratarían de matarme. Pero me da mucho miedo ese ritual de purificación al que quieren someteros, si vuestros poderes no son del Dios de la Cruz sino de la Madre Naturaleza, ignoro el resultado que podría causaros el ritual. También me da mucho miedo que la corrupción parezca venir del entorno del monasterio. No sé qué es esa corrupción, y por lo tanto no sé como luchar contra ella, así qeu no puedo aventurar más. Pero si me lo permitís, me gustaría acompañaros dentro del monasterio y tratar de protegeros en caso de que el ritual pueda haceros daño o de detectar que son los monjes los que causan la corrupción de las tierras naturales. Si fuese menestar os protegeré con mi vida, pues la vuestra es más valiosa. Sin embargo, temo que quieran prohibirme el paso, necesitaría una postura fuerte por vuestra parte, diciendo que si yo no os acompaño vos no entraréis. Otra opción es que os neguéis a entrar, creo que puedo protegeros a Edgar y a vos mientras huis de los caballeros, si así lo deseáis, y encontrarme más tarde con vos. 

Sonrió -Os agradezco que me hayáis comunicado las palabras del Padre Oso, si, no necesitaba saber que era un espíritu, ya lo intuí, en su fuerza, en su aura- suspiro -Confió en vos, al contrario que los caballeros y por supuesto en Edgar, él siempre ha cuidado de mi y se que también daría la vida por mi, pero todo este asunto no hace más que aumentar mi pesada carga, cargo con la vida de todos vosotros, toda vida es valiosa y no quiero que ninguna se de por la mía- miro al cielo -Mi maestra, que llaman bruja, me enseño que había una diosa, supongo que dada su naturaleza no se refería a la que dicen los caballeros, si no a Gaia como vos decís, yo solo se que es la madre de todo y me protege como yo a ella-  negó suavemente -No creo que los caballeros me escuchen, no lo hacen y les importa bien poco la posición que adapte respecto a la compañía, además decir eso solo agravaría más el asunto, de que según ellos, piensan que influis en mi de manera... peligrosa- su sonrisa se hizo más forzada esta vez -No, los dos caballeros... veo su interior, son puros de corazón y no quieren hacerme ningún daño, de hecho se que darían su vida por mi también, pero son hombres de armas, no entienden como nosotras lo que nos rodea, pero no me parece bien huir de ellos, tienen una misión y deben cumplirla, no me opondré a ello. En cuanto al ritual... se espera de mi que me someta a él y eso haré- aunque su posición era más bien de resignación, más que de aceptación.