Partida Rol por web

CAPÍTULO II

EL VALLE PERDIDO

La jungla se retuerce enroscando como una serpiente las escarpadas colinas. Dentro del estomago selvático, los árboles crecen angostos y frondosos como un océano de verdor. Aromas de néctar, musgo y humedad cabalgan los vientos cálidos que soplan perennes desde el interior. Pájaros insólitos cantan sus odas en sus lenguas exuberantes.

Allí, en mitad del espesor, la brecha de un camino se abre en el manto verde como si fuera el arañazo de un gigante en el tapiz de la carne de la selva. Allí, lejos de toda civilización, os introducís en los peligros de la taiga a sabiendas de que vuestras vidas corren peligros insospechados y terribles.

Esto ya no es un viaje de negocios. Ya ha dejado de ser un paseo por la nieve
Ahora sólo importa sobrevivir. Sólo importa escapar de aquí.

En este lugar os aguardan plantas carnívoras del tamaño de un navío de guerra que devoran hombres
Arañas gigantes que cazan para alimentar a miles de crías
Antiguos templos olvidados dónde terrores ancestrales duermen el sueño profundo de la selva

Terrores que es mejor no despertar.

Algo no iba bien y no estoy a gusto, quizás sea por lo sucedido con Quyen o puede que sentir la humedad pegajosa de la jungla que delante de mi se eleva. Me gustan las montañas, ese verdor me recuerda a que hay criaturas potencialmente peligrosas acechando en las oscuridades.

- ¿Te encuentras mejor, Quyen?.... - le pregunto, controlo su estado de salud, no quiero que se dañe aún más

No puedo evitarlo y miro a Kurdran, la táctica de hacer caso al destino, para congraciarme con los dioses, espero que funcione, soy amable con él, me apetece patearle en ocasiones pero en cambio sonrío... Si mi diosa me ayuda, entonces es que el herrero es mi destino y si no.... bueno, ya se verá qué hago con él si no....

- Kurdran, ten cuidado donde pisas, no quiero que te hagas daño... - parezco estúpida diciendo eso, debería decirle que se hunda en el agujero más profundo del pantano, pero todo sea por agradar a quien sirvo.

- Jamn..., ¿este sitio no es lo más parecido a tu hogar?... Seguro que podrás guiarnos... - esperando que el camino fuera más seguro que el paso de las montañas

Miro a Athena horrorizada por lo que acaba de hacer. Además he sentido mi carne desgarrarse con su toque. Me arrastro hacia atrás hasta apoyarme en un tronco y miro a Kurdran y a Jamn.

-¿Que si me encuentro bien?¿Qué lengua es esa en la que hablas? ¡Casi me matas!

- Pero si sólo he intentado ayudarte... Debo reconocer que quizás no haya estado muy... concentrada... - siento que le doy miedo, no quiero asustarla... No entiendo qué ha pasado, miro a los demás para ver cómo me miran... ¿estaré maldita?

-Jamn guía antes, Jamn guía ahora.

Los extranjeros son duros de entendederas. 

Agito la cabeza para despejarme. He perdido la mochila con las antorchas y la manta aunque al ver este lugar tan soleado no parece una gran pérdida. Olisqueo el aire mientras busco puntos de referencia en las escarpadas paredes que puedan relacionarse con el mapa, sin embargo, el agua ha hecho correrse la tinta y ahora está borroso.

Bien, sólo hay un camino posible y no va a ser por el río. Señalo la jungla.

-Seguir Jamn-indico a los demás.

Escuchar a Athena hablar de esa manera mientras cura o eso parecía a Quyen, me sorprendió. Pero sin duda nada va a frenar que siga intentando llevarla a mi terreno, estoy ciego con esa guerrera de pelo blanco. Encima se preocupa por mí??? Oír eso es como si me abrazara sin tocarme. -Gracias Athena, voy con pies de plomo! Espero que tú también... Y sonrío sonrojado por primera vez por ese cambio que a dado... Se habrá dado en la cabeza? Quyen es la que no parece estar muy bien pero veo que se recupera rápido. Ya estamos los 4 en tierra, en pie y listos para continuar, pero ya no tenemos misión más que saber que llegaré vivo a mi casa. Pero queda el cofre que porta la bruja, algo interesante debe ser para que lo agarre con tal fuerza como para que aún no lo haya perdido y eso me da intriga y que pensar.... 

Aquel lugar me empieza a gustar, no estoy acostumbrado a la selva, pero si al calor, con lo que me siento agradado con la temperatura, sé que es la zona ideal para Jamn, es una gran Amazona y nos va a ayudar en éste elemento. -Jamn! Éste es tu elemento, confiamos en tus dotes para que nos guíes por buen sendero. Debemos llegar vivos a casa.... Mientras asiento con la cabeza inspirando confianza. 

Me posiciono junto a Jamn con afán de proteger en caso de peligro a Quyen y la preciosa Athena. 

-Vámonos de aquí!! ...

Todos seguís a Jamn. La guía Amazona. Camináis tras ella y lo hacéis con cautela bajo las sombras de las plantas. El aire es espeso y huele a vida. Os véis obligados a quitaros lo que queda de vuestra ropa de invierno. Aparte de los pájaros, escuchas el aullido de una bestia, pero parece encontrarse bastante lejos, aunque no es fácil de juzgar esto debido a que las paredes del valle producen extraños ecos.

Callad. Callad.

Callad un momento.

¿Qué es ese ruido? ¿Qué es eso? Un movimiento extraño más adelante. Un movimiento atípico, contrario al viento. Un movimiento solo detectable por ojos expertos. ¿Una emboscada o solo un animal salvaje?

Pronto es resuelta la duda.

El zumbido característico de una javalina corta el aire tupido de humedad

Jamn

Parece que has guiado al grupo por una senda peligrosa
Aún así tu mirada es experta exploradora de la jungla

Enséña tus habilidades, mujer salvaje. Demuéstra a estos extranjeros de lo que eres capaz.

Tira+Intrépido

10+ Consigues eludir la javalina traidora. Elige 2 opciones
7-9: Consigues eludir la javalina pero impacta en otro. Di a quien y elige 1 opción
Fallo: La javalina te impacta. Elige 1 opción y yo diré algo sobre el proyectil. No tendré piedad...

OPCIONES

- La javalina solo provoca una herida leve
- Ves donde está el lanzador
- Pregunta algo sobre el lanzador y te contestaré
- Te cubres para el siguiente lanzamiento si es que hay otro.

El río ha debido afectarme más de lo que creía. O los que nos vigilan son muy buenos escondiéndose. 

-¡Kayú!-mi advertencia suena un instante demasiado tarde. 

Dudo que mis compañeros fueran capaces de aguantar algo así de modo que hago lo que debe hacerse por el grupo. 

Detengo el proyectil. 

Ugh.

La javalina solo te roza la carne. Un simple rasguño en la piel. Ahora puedes verla clavada en el musgo. Es negra y adornada con motivos rojos. Un proyectil por manos hábiles y expertas. Tus ojos se percatan de algo. La punta. La punta de la maldita javalina parece estar impregnada en algun tipo de sustancia pringosa. ¿Veneno?. Por todos los dioses.

VENENO.

ES VENENO

Todos

De otro lugar un nuevo silbido emerge. Una flecha. Otro tirador escondido en la maleza. Si no agachais vuestras malditas cabezas os van a matar. Quiero veros en el suelo. Tiraos al suelo o es posible que no viváis para contarlo. Decidme cuanto os agachais. Quizas tengais que meter vuestras bocas en el barro…

¿Quién de vosotros...

se tira en el asqueroso fango del camino?. No te podrán acertar.

se cubre a medias e intentais ver quien dispara desde la arboleda?. Haz el movimiento Atar Cabos

hace otra cosa?. Te advierto que esos tiradores son buenos y no sabes exactamente dónde están.

Instintivamente me tiro al suelo enterrando la cara entre las hierbas. ¿Qué es esto?¿Cómo han podido emboscarnos de esta manera? Saco el hacha que me traje recuerdo de los bárbaros y tomo aire varias veces dispuesta a secundar en el ataque  junto al primero que tome la iniciativa.

-¿Alguien ve algo?¿Dónde están?

Mierda. Mi hombro. 

Las Jure Mbembe también envenenan sus flechas. Y siempre llevan consigo el antídoto por si los accidentes. 

Sujetándome el hombro herido, me arrodillo junto al proyectil. Mis ojos siguen instintivamente la jabalina hasta clavar la vista en un punto del follaje. 

Allí hay alguien. 

No era mejor la jungla que la montaña. No esperaba Oureas, pero sí otra tribu sedienta de sangre.

Me tiro al suelo, justo tras una roca, pero no entierro mi cara en el barro, eso para Jamn que no se le nota la mancha, mi piel es demasiado clara como para estropearla con las porquerías del suelo. Además soy valiente, quiero localizar el problema y poner solución, pero no veo absolutamente nada.

- ¡Meteros las flechas por el culo!... - ojalá que no fuera por el mío

-Maldición!!! Esa flecha me sorprende y no puedo evitar saltar como un resorte ante otra posible flecha silbadora amenazante. Me tiro detrás de un árbol para protegerme.

Athena

Te la juegas 
Asomas la cabeza entre los arbustos y tus ojos se entornan
Tu mirada intenta descubrir quien demonios lanza esos proyectiles desde el cobijo de la jungla
Pero esos cabrones son muy astutos. Conocen la selva como la palma de su mano

No ves un carajo y has quedado expuesta

Tira+Intrépido

10+ consigues eludir la flecha. Elige 2 opciones.
7-9: consigues eludir la flecha pero impacta en otro que no esté tirado en el barro. Di a quien y elige 1 opción
Fallo: la flecha te impacta. Elige 1 opción y yo diré algo.

OPCIONES

- La flecha solo provoca una herida leve
- Esta vez no tiene veneno
- Ves donde está el tirador
- Pregunta algo sobre el tirador y te contestaré
- Te cubres para el siguiente lanzamiento si es que hay otro.

Kurdran

Delante. Delante tuya. Un poco más adelante. Allí está. El arquero traidor revela su posición tras un movimiento en falso. Pero... ¡Por todos los dioses! Es una mujer. Sí una mujer salvaje hija del bosque y la selva. Al verse descubierta, la indómita hembra guarda su arco construido con huesos de animales y cruza el camino con un gran salto. Los musculos de sus piernas tiemblan poderosos bajo su piel morena. Una piel curtida bajo el sol doloroso de los veranos. En el instante que su cuerpo atraviesa el camino despejado, la luz aunque algo escasa a estas horas, revela un sin fin de tatuajes tribales grabados en su dermis. Son signos ancestrales y terrorificos de muerte y sangre. La mujer se adentra de nuevo en la espesura perdiendose de la vista. Es una exhalación. Un suspiro. Un latido en el corazon de la jungla eterna.

¿Quien es esta mujer? ¿Una Halmar Zing? ¿Acaso es una de esas mujeres canibales?

Tened cuidado. Mil son las leyendas oscuras hablan de las devoradoras de carne. Y ninguna de ellas menciona su piedad.

Jamn

¿No oyes eso Amazona?

Justo donde la mujer furtiva ha desaparecido el silencio se rompe. ¿Qué es ese ruido? Parece el canto roto de un exótico pajaro... Y después otro más. Y otro. Pero esta vez desde otro lugar. Justo detrás de tu posición. En una zona que tus oidos no pueden señalar con claridad. ¿Es la respuesta de otro ave?. No. No se puede engañar a tus oidos expertos. Es una consigna disfrazada. Es una señal entre esas mujeres terribles. Estas segura de ello. Una sinfonía de ruidos escarbados en el subterfugio confirman tus sospechas. Son cuerpos que se arrastran y que os rodean. 

¿Que vas a hacer Amazona? Dime lo que vas a hacer y hazlo rápido porque el circulo se estrecha.