Partida Rol por web

- Uys.... - me aparto justo a tiempo para eludir la flecha que venía en mi dirección -...¡¡¡No disparéis!!!.... ¡¡¡Podemos hablar!!!... ¡¡Sólo estamos de paso!!.... - quizás quien me acechaba no entendiera mi idioma, pero por probar no perdía nada, seguía buscando con la mirada por si veía al enemigo.

No me lo puedo creer que haya visto a una mujer del Halmar Zing. Sus historias llegan más allá de la selva, cualquier persona sensata sabe que entrar en su territorio es mortal, muy pocos son los que han sobrevivido para contar la verdad de esas mujeres come carnes, al punto que quienes cuentas esas historias les faltan miembros... son desagradables y me preocupa haberla dejado de ver tan rápido, ni me percaté de las flechas que volaron a nosotros. -Jamn Jamn son las Halmar Zing! Las caníbales... hablo bajo porque no quiero alertar a nadie en general. Se de sobra que tenemos que andar con mucho cuidado y hay que trazar un plan ya. -Están bien Quyen y Athena? Rápido ubicaros... La amenaza es inminente... Me preparo para cualquier ataque cogiendo mi hacha pero dudo por lo que está pasando... 

-¡Mover rápido! ¡No quedar quietos!-me pongo en pie de un salto-¡Ellos rodear nosotros como manada de jaburé!

Dudo que hayan visto a un jaburé en su vida pero espero que tengan algo parecido en el continente y que se hagan a la idea.

El peligro se acerca hacia nosotros en todas direcciones. Hay que romper el círculo o nos...

Espera. Puede que no en todas las direcciones.

Me encaramo al nudoso tronco de un árbol y empiezo a trepar a toda velocidad. Si consigo una buena perspectiva del campo de batalla tendremos una ligera ventaja sobre nuestros atacantes. Ahora mismo, no tenemos ninguna. 

En tres saltos estoy a casi seis metros de altura. Hay más luz y desde aquí puedo ver sutiles senderos entre la vegetación. Veo algo que se mueve muy rápido.

-¡Jejé!-grito a modo de advertencia-¡A tu espalda!

Permanezco inmóvil en el suelo, respirando lo mínimo esperando una orientación de mis compañeros.

-¡Jejé!-grito a modo de advertencia-¡A tu espalda!

A la voz de Jamn me alzo como un resorte al tiempo que hago al hacha describir un semicírculo por donde se acerca la amenaza. Comienzo a gritar amenazadora.

-Dejaznos en paz. Solo queremos largarnos de vuestra maldita junglaaaaaa.

Quyen

La salvaje se desliza tras de ti. Se arrastra como un silencioso reptil cuyo único propósito es matar y devorar a su presa. Se retuerce sobre si misma para coger poderoso impulso y súbitamente se abalanza sobre ti. Apenas puedes reaccionar. Ya la tienes encima. Sientes los colmillos de su frío metal desgarrando tu carne. Sientes el veneno de su mirada salvaje infectando tu alma. Te defiendes. Pero no es suficiente.

Entonces lo ves claro. 
No habrá piedad.

No hay palabras en ninguna lengua capaz de apaciguar a las Halmar Zing.

Jamn

¡Si, ahí está una de esas mujeres de la selva!

Esa hembra traidora te ha visto. Eso te lo aseguro
Tu grito de advertencia la ha alertado.
Pero aún tienes oportunidad de caer sobre ella y atravesarla con tu lanza

Mírala. Ahí va.
Se lanza sobre Quyen con un movimiento rápido y fluido. Casi hipnótico.
Es una víbora lista para clavar su veneno sobre la piel de la Bruja.

¿Que haces?

Date prisa. La Jejé depende de ti.

Has trepado como una verdadera pantera y me has impresionado.

Hagas lo que hagas tienes un +1 a tu siguiente tirada.

Ya la tengo encima y salta sobre mí como una pantera para clavarme su lanza. Por mi parte golpeo demasiado lenta, demasiado flojo, demasiado a ciegas, pero la amazona tampoco se espera mi reacción y mi hacha le impacta en la cabeza con la parte plana en el movimiento de recuperación  y le produce una brecha bien fea.

Llena de terror, grito en su cara.

-Dejadnos en paz. Dejadnos marchaaaaar.

Esa es mía.

Adelanto el pie y me precipito al vacío. Las ramas y las hojas se convierten en un borrón. Simplemente, mantengo la concentración en la punta de la lanza y en la espalda de la salvaje. 

El impacto es brutal para ambas. Flexiono las piernas para amortiguar la caída a la vez que golpeo con la lanza haciendo un arco. Oigo su arma quebrarse. 

La cara de la jejé no tiene precio. 

Quyen

La mujer-bestia se agarra instintivamente el abdomen cuando su carne se abre obligada por la fuerza del filo del hacha. Da un paso hacia atrás y sus piernas afianzan su posición. Alza la ensangrentada mano hasta la altura de su rostro y contempla el color de su propia sangre con estupor. En su faz no hay ninguna mueca de dolor. Su expresión es de absoluta indiferencia. Pero en sus ojos puedes leer la certeza de que hoy morirá alguien en este bosque. Ella, o tu. Eso no importa. Gira sobre si misma y una de sus poderosas piernas lanza un golpe directo a tus cansados brazos. No puedes retener el hacha. Sencillamente pesa demasiado para ti y el repentino impacto hace que el mango de madera se escurra entre tus dedos...

Pishcota ñacar, säladerá—. dice en la lengua olvidada de la jungla mientras su cuerpo dopta una postura claramente ofensiva. La punta de su lanza te amenaza directamente.

Entonces oís sobre vuestras cabezas el rumor de las hojas apartándose

...es Jamn que cae del cielo dispuesta a salvarte el culo.

Jamn

Tu golpe es certero y el asta de la amazona se quiebra como una rama seca

Ahora está desarmada
Pero no parece importarle

Se olvida de Quyen y se abalanza sobre ti dispuesta a estrangularte con sus manos desnudas

¿Qué haces?

Athena

Miralas. Ahí están
Son ellas y os están acechando. Cerrándo el círculo alrededor vuestra
Puedes ver varias figuras moverse sigilosamente entre los matorrales

Una de ellas abandona la cobertura de la jungla y aparece ante tus ojos como el rayo

¿A dónde va?

Ahora mismo lo sabrás
Pero no puedes llegar a tiempo

Estás escondida entre los matorrales intentando evitar que te disparen

Kurdran

La selva escupea una mujer. Lo hace subitamente. Una de esas salvajes salta al sendero escarpado por el que veníais hace un rato. En el salto impetuoso agarra a uno de ellos. Lo tira al suelo haciéndole rodar. Cuando se levanta, ella está delante. Respira fuertemente. Los ojos de Kurdran ven una mujer espléndida. La superficie broncínea de su piel tersa es un lugar virgen e indócil. Se adivinan valles de ensueño bajo las nubes de su diminuta ropa. ¡Y esos pechos desnudos! ¡Ah! ¡Son templos dedicados a la Diosa de la Lujuría!

Morirás hoy—. dice excitada.

Veré tu sangre brotar. Y tus ojos aún vivos contemplarán como te devoro las entrañas—. Entre las sábanas rojas de sus labios aparecen unos dientes magnificamente blancos. Unos dientes afilados como los colmillos de una bestia carnívora.

Esa hija bastarda de la selva te ha tirado al suelo. Lleva un hacha de hueso en sus manos.

¿Por qué no te ha golpeado aún?
Te mira con extrañeza
¿Es posible que no haya visto a un macho en mucho tiempo? ¿Será eso?

Dime Kurdran
 

¿Qué haces?

Me había puesto a cubierto y no atacaría, pero podía analizar la escena y lo que pasaba con cada uno de mis compañeros, tenía que romper el círculo que formaban a nuestro alrededor o eso sería nuestro fin. Una salvaje aparece justo a mi lado, dejo mi posición segura y la sigo, no puedo llegar a tiempo pero tengo la lanza en las manos, siento que esta vez no he estado ágil en mi forma de proceder, tengo que remediarlo, espero que no me disparen aunque me expongo, nada más pueda voy a atacarla

Veo como en suspiro Jamn desaparece pero en un segundo aparece una de esas caníbales, las mujeres de las selvas no dejan de sorprenderme. Mi mente me traiciona por un momento dejándome atrapado en aquel cuerpo desnudo y perfecto de esa salvaje, me empuja, caigo y me levanto con rapidez sin perder más tiempo... Acaso no has visto a un hombre cómo yo?? Jajaja!! Estoy tan excitado que no puedo evitar soltar esa carcajada, nunca estado tan rodeado de mujeres, por un momento hasta afortunado me siento en aquel lugar. Pero ahí está Athena, no voy a permitir que me embruje con su belleza salvaje, no puedo fallar a esa Diosa que me llena sólo con su mirada... Me temo que quien va a morir hoy eres tú come humanos!! Por Athenaaaaa!! Arrrgggggg...

Cojo la empuñadura del hacha con fuerza y rabia contra esa Halmar Zing y le ataco enérgicamente, al fin y al cabo ya se quienes son y no voy a permitir que con su engaño acabe comiéndome.... 

Kurdran

El tremendo golpe hace que la hembra se retuerza sobre si misma como una víbora. Con una increible agilidad, la hija de la selva retrocede varios metros impulsada por los portentosos músculos de sus piernas entrenados en la dureza de la jungla.

No se lo esperaba y has visto el miedo en sus ojos

Esa mujer-bestia quiere largarse de aquí y perderse en la jungla

¿Qué harás Kurdran?

¿Piensas perseguirla o la dejarás marchar?

Jamn y Quyen

La guerrera de la jungla está cegada por la ira
Está malherida y desarmada

Vosotras sois dos y ella sólo una
No será difícil rematarla

¿Qué hacéis?

¿Le perdonáis la vida o acabáis con su sufrimiento?

Desarmada, la salvaje es mucho menos peligrosa. Hago girar mi lanza como un torbellino y le rompo la mandíbula de un golpe. Cae como un tronco. 

No morirá de esto pero tendrá problemas para comer una buena temporada. 

-Vamos. Pelea no terminar ahora. Hombre Peludo necesitar ayuda. 

Athena

Mírala. Por ahí va esa rata de la jungla
Se mueve ladina saltando de cobertura en cobertura

¿Te habrá visto?

Yo diría que no

¿Qué haces? ¿Te adentras en la espesura y vas tras ella?