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La Sociedad Fénix 2

Achnacarry (Capítulo I)

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05/11/2012, 21:03
Eric Rusell

Había que actuar con rapidez. Ya quedaba poco para llegar al embarcadero y tarde o temprano iban a averiguar que el Lord había huido. Debían acabar con los centinelas con rapidez.

Somos cinco, no la caguemos ahora. Yo y el escocés a por el de la metralleta. El resto a por el otro. Esperad a mi señal- quería tener bien a tiro al del fusil, el cual comprobaba la documentación del Lord, para que sus compañeros no fallasen. Debían de moverse con rapidez, no fuera a ser que el de la metralleta acabase rápido con su cigarro.

Notas de juego

Vale, yo doy por hecho que estoy en el otro coche. Mi intención es simple: cuando coja la documentación el tipo (si es que no la tiene ya) hago la señal. Salimos con rapidez del coche y disparamos, cada uno a nuestro objetivo. 

Había pensado esperar a ver si se acercaba el del control, pero doy por hecho (al menos mi pj da por hecho) que se daría cuenta que el Lord no debe salir de allí.

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05/11/2012, 21:58
Director

El piloto se mantuvo volando en línea recta tras compensar el aparato, y en consecuencia el alemán se situó en la cola, y disparó sobre ella. Richard tuvo el tiempo justo de apartarse antes de que le acribillaran. Sea como fuere, al levantarse se dió cuenta de que la ametralladora había quedado inservible.

Corrió hasta la cabina de mando, y tomó los controles del piloto, esquivando al caza alemán que dió varias pasadas sobre ellos. La situación se puso especialmente tensa cuando se puso a su cola, y no podían sacárselo de encima. Estaban ya frente a los acantilados de Dover, cuando perdieron uno de los timones de profundidad horizontal de la cola. Richard luchó para mantener en vuelo al aparato, pero al mismo tiempo eso les convertía en blanco fácil. Fue entonces cuando pidió al teniente que rezara por los dos, y Dios pareció escucharles. El Bf 109 explotó en el aire, y lo siguiente que escucharon en la radio fue el mensaje del piloto de un spitfire.

-Aquí rojo 3, les escoltaremos hasta casa.

Les llevaron hasta una pista cercana en el sur de Inglaterra, donde Richard debió enfrentarse a la tarea final del aterrizaje. Les ayudaron con luces, pero con el timón defectuoso, quizá no podrían. Sea como fuere, podrían tirarse en paracaidas. Pero como buen piloto, le gusta intentar salvar el aparato. Gajes del oficio.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Para aterrizar sin contratiempos una tirada de pilotaje de avión comercial, DIF 20+

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05/11/2012, 22:22
Prudence Urquart

-Muy eficiente. Bueno... ahora hay que salir

Dijo aún arrodillada mientras se escuchaban los últimos gorgogeos de algún alemán agonizante. El espectáculo era repugnante. Miró en dirección a Phénix

-¿Estas bien?

Vio entonces el cadáver del perro y entendió que no había llegado a morderle. Le dio pena

-Los animales no son ni buenos ni malos, solo son lo que les enseñan a ser. Estos sin embargo (dijo apartando algunos miembros amputados que habían llegado hasta sus pies) pudieron elegir...

Hizo un gesto con la mano para que esperara un momento y comenzó a avanzar por el pasillo entre sonidos asquerosos de vísceras y fluidos varios espachurrados bajo la suela de sus botas. Cogió un pie del cual sobresalía el hueso y lo encajó en el resorte que mantenía el mecanismo de cuchillas inactivo

Avanzó otro trecho para comprobar que no había nadie más y se quedó allí quieta entre los muertos, Remí pudo verla dirigiendo una mirada enigmática hacia ellos, como si no fuera ella, finalmente el recorrido de sus ojos acabó en su primo al que se dirigió muy seria.

-Consejo número 534 de tu prima Prue: La venganza nunca es el camino, solo la justicia.

Con los años veía como, dentro de ella, las enseñanzas de su madre iban cobrando sentido y formaban parte de su código personal. Puede que no observase los usos de su religión rigurosamente pero en su foro interno era profundamente zoroastrista.
Desenterró los pies de entre toda aquella muerte y con las manos prendidas en una llama blanca limpió los restos pegados a las botas. Extendió la mano intentando poner gesto amable ocultando el cansancio de su pensamiento.

-Vamonos a casa primito

Luego cuando este se encontró a su lado le pasó el brazo por encima para que dejara de mirar aquel horror y cambió de tono

-Pero antes... ¿Una paradita en Shangai? Total... llevan esperando cuatro meses, por una semana más...

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05/11/2012, 22:40
Viacheslav Mólotov

El ministro se encendió el cigarrillo, sin ofrecerle a ella. Parecía algo cansado, algo así como indolente. La observó un rato, y Zhukov echaba breves ojeadas al ministro, como intentando adivinar sus intenciones. Al final, el hombre del bigote habló.

-El general Zhukov me ha hablado muy bien de usted. Dice que es un soldado sólido, de fiar. Me ha contado muchas historias de sus proezas, y he visto los informes que confirman esas historias.

Apuró el cigarrillo, y sacó unos documentos viejos. Tenían el membrete de la rusia zarista.

-Hasta hace poco, Rusia formaba parte de un pacto que el gobierno de Lenin prosiguió con los aliados. Fue un pacto firmado a finales del siglo XIX, en un lugar de Francia... -consultó- Aix-la-chapelle. Como sabrá, ahora mismo somos oficialmente "amigos de Alemania", pero el general Zhukov es de la opinión de que Hitler se prepara para invadir Rusia. No hay más que leer su libro. Ya sabe, esa basura llamada "mein kampf". Ese "espacio vital", sería a costa de invadir territorio soviético.

Apagó la colilla en el cenicero.

-Stalin admira a los británicos, aunque yo personalmente no me termino de fiar de ellos. Sin embargo, soy político, y se que conviene poner una vela a Dios, tanto como otra al Diablo. Ya hemos puesto una al Diablo, así que no estaría de más ponerle una vela a los aliados.

Le extendió un salvoconducto con sello del Foreign Office, y otro con sello de la URSS (suponía que este era para pasar por las naciones ocupadas por Alemania).

-Tuvimos un acercamiento diplomático extraoficial hace unas semanas, por parte de un antiguo oficial de la Rusia Blanca. Nos transmitió una oferta del gobierno de Churchill, en previsión a futuras y más que posibles agresiones germanas en nuestro suelo.

Miró a Zhukov, y este asintió. Él no parecía muy convencido.

-La naturaleza de esta misión será extraoficial, por las circunstancias políticas. Mientras que seamos oficialmente aliados de Alemania, diremos que usted está "desaparecida en combate". Entretanto, la enviaremos como representante a Gran Bretaña para que forme parte de una unidad experimental inglesa. Nos consta que han cursado invitaciones similares a otras potencias, incluso algunas que se hallan ahora bajo el dominio del eje. Todo esto, quiero que entienda, es confidencial. Ni siquiera el propio Stalin sabe de esta propuesta. Si nuestra alianza con Alemania prosigue, nos veremos obligados a llamarla de vuelta. Entretanto, no pierda ripio de las defensas inglesas y de sus planes de guerra.

Zhukov parecía molesto por esta intervención, y añadió una frase.

-Compórtese con la debida decencia de un oficial de la Unión Soviética hacia nuestros futuros aliados -recalcó lo de futuros aliados- Esta es una misión muy especial, y muy delicada. Me consta que usted no alberga ninguna simpatía hacia los teutones, y yo comparto su opinión. Es su oportunidad para matar a unos cuantos alemanes vistiendo uniforme inglés. Y si Alemania nos ataca, tal y como espero, podrá hacerlo de nuevo con nuestro uniforme.

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05/11/2012, 22:46
Director

MacBane mató al suboficial de la caseta con una certera ráfaga. Dos balas alojadas en su pecho. En cuanto al guardia del paso a nivel, recibió un impacto en la pierna, que le tiró al suelo, pero no le mató. El resto de soldados falló sus disparos, aunque el alemán estaba muy grave. No disparó, sino que tomó un silbato y sopló dando la alarma.

Aquello podía complicar las cosas, había que moverse rápido hacia el hidroavión.

- Tiradas (8)
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05/11/2012, 23:12
Richard Cahun

Apretó los dientes mientras tiraba de la palanca para estabilizar el aparato intentando no ser un blanco fácil para el boche y entonces el caza nazi explotó, joder, si se alegró al escuchar la voz del piloto inglés - Nunca me había alegrado tanto de ver un spitfire en el que no voy a volar yo. - murmuró mirando de reojo al copiloto mientras mantenía en vuelo aquel trasto sin saber muy bien como, llegó la hora de aterrizar y estaba seguro que podía hacerlo, igualó el aparato mientras reducía la velocidad de manera acelerada pero sino lo hacía así se comerían el suelo, sacó el tren de aterrizaje apenas a cuarenta metros del suelo para evitar que el viento desequilibrara más la aeronave y... Aterrizó como si el avión no hubiese perdido el timón de profundidad - ¿Huele eso teniente? - preguntó mientras empezaba a apagarlo todo con una sonrisa de oreja a oreja - Solo una tierra huele asi. - añadió inspirando el aire que entraba por la ventanilla - ¡Inglaterra! - exclamó dando una palmada en el brazo del piloto, luego sacó un cigarrillo de su chaqueta de cuero y tras encenderlo, caminó hacia la puerta de salida, mirando al cielo cuando pisó suelo británico.

- Tiradas (1)
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06/11/2012, 00:54
Katerina (Katja) Rustámovna Rustámova
Sólo para el director

A medida que escuchaba las palabras, primero de Mólotov y luego de Zhukov, no podía dar crédito a lo que estaban diciendo, me sentía halagada de que me hubieran elegido de representar a la Madre Patria y a mi pueblo frente a nuestros posibles aliados. Estuviéramos o no con los aliados en el futuro beneficiaría a mi país con mi participación.
No pude evitar sonreír ante las palabras sobre dios y el diablo, muy precisas a decir verdad.
-Entendido. Me siento honrada de haber sido elegida para esta misión, no quedarán defraudados ni ustedes ni Rusia -mi voz tembló levemente por la emoción, la perspectiva de matar alemanes era del todo seductora. Por fuera estaba fría pero por dentro sentía una cálida sensación, estaba henchida de orgullo.
-¿Cuándo parto? -pregunté sin poder ocultar mi entusiasmo -¿Y a dónde iré, digo, quiénes son los que han hecho la invitación, si puedo saberlo?

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06/11/2012, 10:45
Eric Rusell

Me cago en la puta- piensa Eric al ver horrorizado como sus compañeros fallan todos sus disparos contra el alemán. Se dispone a dispararle...  justo cuando el silbato que lleva el soldado a su cuello suena. Eso estuvo apunto de hacerle errar en el disparo, mas era un soldado experto y mantiene la suficiente calma para no fallar.

Las cosas se van a poner feas a partir de ahora. Vamos a tener que darle al acelerador- a pesar de la situación, el australiano no estaba preocupado del todo. Joder, para eso había sido entrenado. Además, ¿que es de la vida sin un poco de diversión? sale del coche e ignorando al alemán que se encuentra en el suelo, se dirige hacia donde se encuentra el otro vehículo. Abre la puerta delantera- conduzco yo, póngase detrás- y se monta en el coche- la cosa se va a poner a partir de ahora movidita. Agachense y obedezcan todo lo que digan, ¿entendido?- gira la cabeza y sonríe a los críos- niños, disfrutad del paseo- y sin más dilación, arranca el coche, acelerando lo máximo posible para llegar a su destino lo mas pronto posible.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Gasto un PA para Calmado bajo presión. Total 18. Daño 2.

Omite la segunda tirada... que no vale para nada. No se si he matado al alemán, en cualquier caso me da lo mismo. Creo que soy lo suficientemente rápido para llegar al otro coche y largarnos de allí antes que el otro logre arrastrarse para coger su arma.

Por otro lado, vaya tiradas que hemos hecho todos XD

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06/11/2012, 16:44
Rémi Phénix Rosseau

-Distintas palabras con un mismo significado -dijo Phénix. Tanto daba hablar de justicia o de venganza cuando el fin buscado era el mismo y ese no pasaba por sentar ante un tribunal a quienes habían destruido media Europa, Talbot Manor y a su padre. Su mirada resbaló sobre el pequeño lago de sangre, vísceras y cuerpos desmembrados-. Puede que no sea del todo cierto lo que dices Prue. Cuando estás bajo un uniforme estás sujeto a unas normas, a una disciplina. Ellos, como los perros, también obedecen. Puede que no al adecuado, pero es quien rige su país. Así que toca descabezar a esas elites para que ellos también sean libres. Bueno, los que aún queden vivos -dijo socarrón-. ¿Al Shangai? ¿Una semana? ¿Pretendes que juguemos a eso durante una semana? Prudence Hope, careces del don de la oportunidad -una carcajada resonó en la galería de piedra-. Mejor salgamos de esta mierda selva, lleguemos a Manaos, Río o Sao Paulo, bebamos un buen whiskey escocés y desplumemos al póker a unos incautos ricachones del caucho. Pueden esperarnos un par de días. Es lo más que te concedo -dijo con un guiño-. Y William no se enterará, lo prometo.

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06/11/2012, 17:05
Prudence Urquart

Escuchó con preocupación las palabras de Phénix, no era el hecho de si cortaban la cabeza a quien fuera o lo sentaran en un banquillo ante el mundo lo que le preocupaba, la venganza exige un precio muy alto, se come el alma de la gente y temía que su primo se perdiera en algún punto entre la amargura y el odio.
Pensó que incluso los soldados tenían el deber de desobedecer si sus dirigentes eran traidores a la patria o a la humanidad, la ingenuidad o la ignorancia no eran disculpa y la subordinación una simple excusa.

-¿Que tu me concedes a mi?¡Un respeto a tu prima! Soy 4000 años mayor que tú!

Protestó divertida rascandole la coronilla como se hace a los niños

-¡Llevo meses en sudamérica! quiero un sitio con estilo ¿Que tal Nueva Orleans?

En realidad le daba igual el lugar y si era un día o tres semanas, lo que quería era ver sonreir a su querido Remí y respirar un poco antes de enfrentarse a la triste realidad.

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06/11/2012, 17:23
Director

Los vehículos llegaron hasta el hidroavión, que encendió sus motores. La familia de lord Hicks entró primero a la carrera, mientras los soldados les cubrían. Rusell disparó sobre un alemán que corría para parapetarse tras una valla de madera. Los soldados dispararon contra cualquier cosa que se moviera en la niebla, y entraron en el aparato cuando este comenzaba a moverse hacia atrás.

La silueta de una tanqueta Sdkfz 222 se recortó entre la niela, penetrando en el muelle conforme el hidroavión partía. Les regaló unas cuantas ráfagas de ametralladora, que se perdieron sin consecuencias. El avión remontó el vuelo cruzando el canal en dirección a Inglaterra. Misión cumplida.

Notas de juego

Tengo que escribir más

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06/11/2012, 17:28
Director

Zhukov zanjó la conversación con unas órdenes al estilo militar:

-Un avión le espera para llegar hasta Inglaterra, vía Suecia. Aterrizará en Edimburgo donde se pondrá a disposición de las autoridades militares británicas. Formará parte de algo llamado "cuerpo de commandos". Operaciones especiales. Allí le darán más información.

Parpadeó, comprobando que cogía sus documentos.

-Puede retirarse.

Notas de juego

Tengo que escribir más

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06/11/2012, 17:30
Director

La conexión Manaos-Nueva Orleans se demostró etílica. El viaje de vuelta por la selva y su estancia en la vieja ciudad cajún fue como una fiesta continua, y lo cierto es que aprovecharon bien el tiempo. Cuando llegaron a Inglaterra, todavía sufrían los efectos de la resaca. Tanto es así que se habían quedado dormidos dentro del ruidoso avión. Ni se enteraron de que el avión comercial tuvo que ser escoltado por unos cazas spitfire debido a los frecuentes ataques de la aviación alemana. El avión en si mismo iba lleno de suministros de primera necesidad mandados por el gobierno americano, que fueron descargados en cuanto aterrizaron en Edimburgo.

Un oficial del SAS les escoltó en un jeep hasta las highlands. Al parecer iban a ir a un sitio llamado Achnacarry. Prue pensó en que debía hablar con su madre, aunque no tenía prisa por hacerlo. Sabía que le caería alguna bronca, como era usual.

Notas de juego

Tengo que escribir más.

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06/11/2012, 17:35
Director

Castillo de Achnacarry, 15 de octubre de 1940

Era un día lluvioso en las highlands escocesas. Lluvioso y frío. Todo tenía un color terroso, mezclado con el verde oscuro de las praderas y el cielo plomizo. Era el típico tiempo escocés. La batalla de Inglaterra estaba llegando a su fin, aunque las ciudades sufrían ataques interminentes de la aviación alemana. Dicha aviación no solía llegar hasta Escocia, a no ser ataques muy ocasionales que las estaciones de radar detectaban casi automáticamente. Habían echado un pulso con Alemania, y parecía que Alemania había flaqueado. Aunque en su soberbia, Hitler jamás lo reconocería.

El Reino Unido seguía solo en aquella guerra, junto a los países de la Commonwealth y los gobiernos en el exilio. El resto del mundo miraba a Inglaterra con curiosidad, como si no se terminaran de creer que una sola nación osara plantar cara al poderío del ejército alemán.

En el control de entrada de la base de Achnacarry, el vehículo que transportaba a Eric Rusell y Richard Cahun se detuvo, y el soldado vestido con su poncho impermeable les saludó, al reconocer el rango de comandante de Richard. Había conocido a Eric unos días atrás, un australiano que había recibido una medalla hacía poco, como él. Al parecer, había participado en una operación de rescate en la isla de Guernsey, muy comentada por la prensa. Un lord británico y todo su patrimonio había sido puesto a salvo, y el hombre había decidido donar gran parte de su fortuna al esfuerzo de guerra. Él mismo había sido galardonado con la cruz de vuelo distinguido y la medalla de servicio en la Batalla de Inglaterra por su papel a bordo del spitfire y durante su propia evacuación en Normandía.

Cuando llegaron al barracón asignado vieron que tenían más compañeros. Prudence y Rémi estaban fumando un cigarrillo a escondidas, y una chica morena miraba la lluvia por la ventana, era bajita. Hicieron las presentaciones oportunas, y se dieron cuenta de la gran diversidad de personas y naciones: un francés, una escocesa, un australiano, un inglés e incluso una rusa soviética. Les llamó la atención de que una rusa estuviera allí, y tendieron a desconfiar en primera instancia. Se suponía que eran aliados de Alemania... todavía.

Sea como fuere, un oficial de guardia les informó que debían vestir su nuevo uniforme de fatiga, verde oliva, con un jersey y un gorrito de lana. Era el uniforme de entrenamiento que habían visto a otros comandos. Les ordenaron formar bajo el alero del barracón, resguardados de la lluvia.

Un jeep americano Willys se acercó, con la capota puesta. De él bajó el coronel Talbot, con un poncho impermeable, y una señora de cierta edad, que Rémi reconoció como su madre. Un cabo desplegó un paraguas, protegiendo a la señora Rosseau, mientras otro suboficial con bigote bajaba del jeep, y al que la lluvia parecía importarle una mierda. Fue este quien les ordenó que se cuadraran. No entendían muy bien por qué un sargento podía darles órdenes. Entonces, el coronel miró a la señora Rosseau, y preguntó que si eran ellos. Ella asintió. Luego, les habló.

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06/11/2012, 17:54
William Talbot

-Bienvenidos a Achnacarry. Soy el coronel William Talbot del cuerpo de commandos, y estoy al mando del comando fénix. Una unidad de élite a la que, tal vez... -y subrayó el tal vez- lleguen a pertenecer.

Caminó un poco, mirándoles.

-Algunos de ustedes ya me conocen, y a otros espero conocerles bien. Han sido escogidos por que son lo mejor de lo mejor de sus respectivas naciones. Algunos han sido asignados aquí, y otros se han presentado voluntarios, pues sus paises ni siquiera están en guerra con Alemania. Bien, déjenme decirles, que en mi unidad NO EXISTEN los espías.

Se detuvo delante de Katja y la miró significativamente. Luego prosiguió, mirando a Prue como si no la conociera. Pero no era verdad.

-Ustedes se creen muy especiales, y puedo entender por qué: abultadas hojas de servicios, condecoraciones y menciones al valor... Otros, poseen poderes. Serendipias. La unión del azar y la necesidad genética, mutaciones trasmitidas durante generaciones. Han aprendido a convivir con ellas, y han aprendido a usarlas. Por eso, se creen superiores al resto de las personas.

Miró a Rémi como si fuera a pegarle un puñetazo en la barriga.

-¿Superiores? Eso es de nazis. ¿Son ustedes nazis?

Respondieron que no, casi al unísono. Él sonrió.

-Sargento, deme su pistola.

El sargento obedeció, y él amartilló el arma, expulsando el primer casquillo. Luego se lo mostró.

-Les presento a su peor enemigo: la bala. En este mundo solo hay dos o tres personas inmunes a esto, y una de ellas falleció hace unos meses. Él era mejor que ustedes, y no porque pudiera parar balas, sino porque sabía lo que significaba la palabra disciplina. Todos sus poderes se revelarán inútiles aunque esto, y una buena ráfaga de ametralladora les enviará al otro barrio. ¿Y entonces para que servirán sus poderes, si es que los tienen? ¡Para nada!

Volvió junto a la señora Adrienne, y el sargento recuperó su pistola.

-Durante el próximo mes, no habrá favoritismos, no habrá rangos. Serán tratados como meros soldados, y como tales serán sometidos al entrenamiento más exigente que conoce el hombre. Serán probados en cuerpo y alma. Conocerán sus límites, por altos que sean, y aprenderán a superarlos. Aprenderán a trabajar en equipo, como una unidad, a cubrirse las espaldas, a conocer, respetar y matar al enemigo. Conocerán el uso de todos los tipos de armas, aliadas o enemigas, y serán capaces de desmontar una MG 42 alemana en tiempo record, para montarla en situación de combate y disparar sobre el enemigo antes de que pueda pestañear.

Cruzó las manos en la espalda, y les miró con seriedad.

-Una vez, existió una alianza secreta llamada la Sociedad Fénix. Eran espías y soldados en la guerra contra los enemigos de la libertad. Con suerte, al término de este curso se convertirán en nueva ala militar de esta asociación, en la élite de la élite en el ejército aliado: el comando fénix. Ahora mismo... Inglaterra lucha sola, sola junto a sus hermanos de la Commonwealth.

Señaló hacia la lejanía.

-En el resto del mundo, se ríen de nosotros. Dicen que Alemania es invencible, que nuestra lucha es una necedad.

Hizo una pausa.

-Todos hemos visto lo que hacen los alemanes en Europa: oprimen, asesinan, esclavizan... La Sociedad Fénix, este país, se opone a cualquier forma de tiranía. Luchará, aunque tenga que hacerlo sola. Hitler ya ha lanzado a todo su poder aéreo sobre nosotros, y ese poder no nos ha doblegado. Hay quien dice que Inglaterra solo puede defenderse, y esperar un milagro. Nosotros no vamos a esperar ningún puto milagro. Vamos a llevar la guerra hasta el enemigo, y vamos a golpearles  donde más les duele. Realizaremos operaciones de comando tras las líneas enemigas. Nuestro adversario, la fuerza militar más impresionante y fanática de Alemania, el sueño mojado de Hitler: la división Thule de las SS. Ellos creen que son los mejores, pero vamos a sacarles de su ensoñación. Vamos a atacarles donde más les duela, con la precisión de un escalpelo, y la potencia de fuego de toda la jodida armada real y los ángeles vengadores lanzando fuego desde el cielo.

Hizo una pausa significativa, mirándoles mientras alzaba el mentón. La lluvia resbalaba por su rostro.

-La pertenencia a esta unidad es voluntaria. Todos los que decidan que están más agusto en la casa de mamá, sientan que no puedan o que las circunstancias les superen, podrán acercarse a esa campana -y señaló una campana en el centro de la plaza de armas del castillo- Y la tocará. Pasará un tiempo en prisión, y todos le mirarán con desprecio, pero luego volver a su casita. Esta unidad solo tiene espacio para los valientes, y para aquellos que sepan lo que significan las palabras valor, honor y disciplina.

Respiró hondo.

-Y ahora, todos los que deseen comenzar este entrenamiento, tres pasos al frente, y preséntense.

Si daban tres pasos al frente, toda la lluvia que caía del alero lo haría sobre sus cabezas. El gesto estaba más que calculado.

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06/11/2012, 19:25
Richard Cahun

Tardó poco en dar los 3 pasos al frente con una sonrisa empezando a calarse por la lluvia de las Highlands de Escocia.
Miró a la mujer primero e hizo una ligera reverencia con la cabeza, para saludar militarmente después al coronel - Richard Patrick Cahun, - dijo en voz alta, pero sin gritar - comandante de ala de la gloriosa Real Fuerza Aérea de su Majestad. - continuó sin dejar de estar firme - No tengo ningún poder de esos raros de los que habla, señor. - añadió sin mostrar incredulidad ninguna hacia las referencias que el militar había hecho - Pero soy un soldado leal a su Majestad, también soy un excelente piloto y luchador, tanto en cuerpo a cuerpo como a distancia y estoy dispuesto a usar todas mis habilidades para acabar con esta guerra. - afirmó con determinación saludando militarmente de nuevo - Además de listo para el entrenamiento. - concluyó quedándose allí de pie, firme.

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06/11/2012, 19:54
Eric Rusell

Eric no llegó a comprender del todo porque se dirigían a ese enorme castillo en las tierras escocesas. Simplemente le dijeron que había sido "elegido" para una nueva unidad y allá se fue, sin mas que esa vaga referencia. Todo ese secretismo le hacía pensar que podía existir algo interesante detrás de todo eso... y lo interesante suele ser sinónimo de mas misiones. Y eso el australiano no podía rechazarlo.

Así pues, se comió un buen viaje en coche hasta llegar allí, con otro soldado poco divertido que no hizo amago alguno de mantener su charla. Sería inglés fijo... todo el mundo sabía que los ingleses eran así de estirados.

Tras llegar y hacer unas rápidas presentaciones, el soldado solo tuvo tiempo de pensar la pluralidad de personas de distinta naciones que había allí (¿no se suponía que los rusos eran los malos?) antes de que se presentase el coronel William Talbot y les explicase el porque estaban allí.

Serendipias, sociedad Fenix, la división Thule...- piensa Eric- joder, no se si creérmelo, llamar a los loqueros o limitarme a hacer casos a estos tipos- desde luego, demasiada información en tan poco tiempo.

Bueno, estén locos o no, si me dan la opción de hacer misiones y matar nazis no va haber problema alguno- sin mas, da tres pasos y comienza a calarse por la lluvia. 

Sargento Eric Rusell- dijo- un francotirador del ejército británico- dijo, de manera modesta. A decir verdad, eso era lo que era, ¿no?.

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06/11/2012, 20:57
Prudence Urquart

Aún le dolía un poco la cabeza de la juerga de los dos últimos días. Lamentó que hubieran ilegalizado esas pastillas a base de coca para el dolor de garganta, se habría tomado un bote entero, pero volver al clima de su querida escocía ayudaba a aliviar la molestia.

No le habían dejado pasar por casa y eso la tenía algo enfadada, llevaba años siendo protegida por los suyos y no estaba acostumbrada a acatar órdenes como un soldado cualquiera, aunque tarde o temprano sabía que tendría que pasar por el aro y lo asumía.
No podía parar de mirar a la rusa, en su cabeza no paraba de repetirse "Rusia blanca" y recordaba al tío Mijail.

Estar allí le hizo cambiar el chip, no era momento ni lugar para rebeldías ni caprichos, la situación lo requería y se mantuvo bastante seria desde su llegada. Cuando les dieron la nueva ropa la miró con un poco de desgana pero se cambió sin rechistar.
Ver llegar el vehículo con William y tía Adrienne la hizo estremecer por dentro, nadie que no la conociera lo apreciaría pero sabía que ella estaba triste y él... podía distinguir cada cana y cada arruga nueva. Tenía ganas de llorar.

Hubiera sonreído ante el efectista discurso de Will de no ser por que nombró a Durand he hizo tan honroso recuerdo de la hazaña de sus padres. Sintió entonces que el destino del que llevaba huyendo toda la vida había venido a su encuentro y bajó la mirada quedando absorta en el agua y el barro a sus pies. Algo latió ardiente dentro de ella "Tengo que hablar con mamá"...

Furtivamente apretó la mano de su primo y luego dio los tres pasos que la llevaron a su segundo bautismo, el agua caía a raudales por su cara y alzó el mentón lanzando una mirada hondamente triste y orgullosa al frente evitando mirar a nadie

-Mayor Prudence Hope Urquart de las fuerzas del SAS

Si William estaba "escuchando" debió de resultarle atronadora la tormenta de razones por las que aceptaba de las cuales la principal era "Por que me lo pides tú" 

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06/11/2012, 21:30
Rémi Phénix Rosseau

Apagando el cigarrillo a toda velocidad, Phénix hizo lo que le ordenaron. Vestirse de uniforme y salir a formar al exterior, afortunadamente bajo el alero, en vez de bajo la lluvia. Y desde allí vio la llegada de su madre. Un "mamá" apenas murmurado se insinuó entre sus labios, pero su deseo de ir hacia ella quedó frenado en seco por la expeditiva orden de cuadrarse. Y entonces llegó la diatriba de William, enfundado en su papel de coronel, mirándole como si fuera el viejo, con la misma carga de rabia, una mirada que resbaló sobre él como lo hacía la lluvia sobre el poncho de William. Pero cuando mencionó a su padre, cuando lo usó como mercancía barata para defenestrarlos a ellos, en una pretendida lección de lo que debía ser la humildad, sintió que sus tripas se revolvían y que su estómago ardía. Y fue él quien entonces miró a William como si quisera darle un puñetazo en la boca.

El resto de su arenga le pasó prácticamente desapercibida bajo la furia que experimentaba en aquel momento y, por un instante, sintió el deseo de tocar aquella maldita campana que lo liberaría de la correa que William pretendía atarles al cuello, asegurándole una libertad que le permitiría hacer la guerra a su modo. Vio a los dos hombres adelantarse y le dio igual. Vio a Prue adelantarse y no le fue indiferente. Y entonces vio a su madre, más allá, aún portadora del luto por la muerte de su marido, de su padre, y de tantos otros inocentes cuando Talbot Manor cayó. Vio su mirada triste, el cansancio bajo su porte erguido y elegante, vio cómo sus ojos se posaban en él y cómo sus labios musitaban algo en francés y que solo él advirtió y supo interpretar, pues solo a él estaba dirigido. Il faut. Suspiró. Se lo debía. A ella. A Marie. Al viejo. Dio tres pasos al frente, un tormento similar al de Sísifo. La lluvia cayó sobre él, empapando sus ropas hasta calarlas. Guardaba un silencio agónico, mirando a su madre.

-Soldado Rémi Phénix Rosseau -dijo finalmente. El marcado acento francés fue voluntario, una pequeña ínsula de orgullo de un país ahora dominado. Y siempre, sus ojos azules estuvieron clavados en los violeta de su madre.

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06/11/2012, 22:41
Katerina (Katja) Rustámovna Rustámova

Había llegado sana y salva tras su largo viaje, en la barraca habían otros dos aspirantes, un hombre y una mujer; la mujer no paraba de mirarle y tuvo que contenerse varias veces para no preguntarle de mala manera qué demonios estaba mirando. Llovía a cántaros pero le gustaba, las tierras estaban verdes y fértiles como en Bélgorov, bueno, no tanto. Trató de concentrarse en eso porque no quería hacerse de enemigos apenas llegada y sabía que los ánimos no serían los mejores.
Entonces llegó el jeep y de él bajaron un militar y una mujer. Permaneció impertérrita mientras el coronel daba su discurso, hubiera querido sonreír pero se abstuvo, la teatralidad era efectiva y le agradó sobremanera la dureza de las palabras, "Hasta parece del éjercito ruso" pensó. Cuando dijo lo de los espías y la miró le mantuvo la mirada sin pestañear, no desafiante, sino limpiamente, como quien dice "No tengo nada qué esconder".
Luego vino lo de la orden del Thule, algo que la sorprendió pero no tanto, se sabía que los nazis tenían delirios místicos y si existían órdenes en el mundo de personas con poderes ellos no serían menos.
Dio los tres pasos al frente sin chistar, la lluvia le cayó encima pero ni siquiera se mosqueó: esto comparado con la nieve de Siberia era nada. Con la frente en alto se cuadró y dijo con voz clara y firme -Capitana Katerina Rustámova del Ejército Rojo ruso. He venido aquí a patear tantos traseros alemanes como pueda, señor.