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La Sociedad Fénix 2

La Batalla de Creta (Capítulo IV)

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01/07/2013, 21:25
Rickard Van Winsel

Rickard se espatarró escuchando las órdenes de sus superiores, y cada vez estaba más seguro de haberse metido de mierda hasta las orejas. Porque no habría sido más cuidadoso en Amsterdam, porque no se habría escapado de la prisión, podría haberlo hecho. Pero no, porque, era la pregunta que le rondaba por la cabeza...

Después habló la muchacha, en la cuál no había reparado antes, y se quedó medio boquiabierto. Era una muchacha hermosa, y por lo que parecía, era la hermana de Prue. Movió un poco la cabeza. Por eso estaba donde estaba, por las mujeres y el dinero fácil. No, nunca más. O por ahora al menos.

- Disculpe señorita, entiendo que quiera venir pues es muy acertado, parece la única que entiende y sabe de esos seres. Pero va a haber tiros y muerte por doquier, está segura de lo que dice. No soy un combatiente experto, pero creo que va a tener miedo. Por otra parte, yo traspasaré esa puerta blindada. No hay ningún problema. 

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01/07/2013, 22:06
Rémi Phénix Rosseau

Cuando Phénix escuchó al holandés, enarcó una ceja y estuvo a punto de soltar una carcajada. ¿Sarasvati? ¿Miedo? ¿Quedarse en casa limpiando mientras ellos se sumergían en su sueño? ¡Dios! El novato iba a tener que aprender a marchas forzadas lo que era tratar con los Urquart o perdería su bigotillo y quizás algo más en un santiamén.

Así que se repatingó en el sillón, tras dar un codazo a Prue y haciendo un gesto de cabeza en dirección a Rickard, y aguardó con una sonrisa la respuesta.

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01/07/2013, 22:10
Prudence Urquart

La reunión siguió su curso, le entraron ganas de borrar la chulesca sonrisa de Stark pero prefirió cruzarse de brazos "Como esté tan bien diseñado como la moto de antes estamos apañados..." lo pensó pero no lo dijo, no era plan de preocupar a los compañeros y joder a los jefes.

Miró con preocupación a Will mientras les pintaba un panorama para el que las palabras "peligro" y "mortal" se quedaban muy cortas. "No vengas, quédate, es demasiado peligroso" pensó para él. Que no estuvieran en su mejor momento no quería decir que dejara de preocuparse por él y, conociendole como le conocía, sabía que se pondría en riesgo por salvar a sus hombres. Sin embargo la compostura que estaba procurando mantener se vino abajo cuando Saraswati dijo que quería acompañarles. El codazo de Remí no hizo otra cosa que propulsarla para levantarse

-¡¿Que queeeeee?! No eso si que no. Tu... tututu.... te has parado a pensar? ¿Y si te pasa algo?...

Exclamó poniendose en pie y gesticulando expresivamente con los brazos

-...mamá me corta la cabeza, NOS corta la cabeza (Dijo señalando al resto de familiares en la sala). Prefiero llevarme a Octopus. Wi... coronel, digale algo!!

Le dirigió una severa mirada, muy Irving, confiando en hacerla recapacitar, luego giró la cara hacia el holandés, con ímpetu, desordenandose el pelo algo comicamente y alzó un dedo

-Los Urquart no tenemos miedo, nunca!

Se lo clavó, como una chiquilla, en el hombro

-Y no vuelvas a decirle a mi hermana lo que tiene que hacer

Le sacó la lengua y cruzó los brazos esperando la respuesta de "Titi"

Notas de juego

La muchacha "Saraswati" tiene casi 40 tacos, aunque aparenta unos pocos menos, los maravillosos genes Urquart ;)

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01/07/2013, 23:44
Diana Sowreston

Antes de que su hermana pudiera responder nada, la "zorrupia" intervino como un resorte al ver que se levantaba y hacía esos visajes. Parecía que no tragaba ni con chocolate las maneras histriónicas que Prue tenía a veces.

-Siéntate Prudence, y deja de hacer el mono.

Se le acercó quedando solo a unos centímetros de ella.

-Pareces una cría, y tienes ya cuarenta tacos. Compórtate cojones.

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02/07/2013, 00:45
Rémi Phénix Rosseau

Aquello se estaba saliendo de madre y podría acabar muy mal si Prue, con su recién adquirida libertad y su efervescente naturaleza bastante maltrecha tras su reunión con Will, reaccionaba ante Sowreston. De modo que se puso en pie y tomó por los hombros a su prima.

-Yo me encargo, Teniente Coronel Sowreston -dijo mirando a Diana quien debería estar leyendo en su mente un recordatorio de lo que había prometido aquel mismo día en su despacho-. Prue, sentémonos. Tu hermana decidirá lo que más convenga a todos. La conoces. Ambos la conocemos. Y si se ha decidido, ni tú ni nadie la hará cambiar de opinión. Y estaremos allí para protegerla. Tía Candance lo entenderá mejor que nadie. Vamos, sentémonos. Estamos interrumpiendo la reunión.

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02/07/2013, 01:02
Prudence Urquart

Rechazó el tirón del bien intencionado de Remí, su ira en ese instante no iba dirigida hacia él así que se centró en su objetivo, le mantuvo la vista a la Sowreston... podían verse los rayos entre ambas.
Al cabo de unos microsegundos, que parecieron minutos, resopló como lo haría un toro descargando toda la energía que le hubiera gustado estampar en su cara. Sí, de nuevo se contuvo, increíble pero cierto, ese día estaba batiendo su propio record. Pero no por ello reculó ni se mostró sumisa, solo se mostró correcta en la forma, así fue como decidió decirle lo que pensaba de otra manera que no fuera en voz alta. Allí se quedó, de pie, con los brazos en jarra y el mentón alto lanzando cuchillos por los ojos

Finalmente, al cabo de un rato todos pudieron oír

-Es mi hermana quiero protegerla y no puedes prohibirmelo.

Finalmente se sentó y señaló a Saraswati como queriendo decir "Ya hablaremos tu y yo"

Notas de juego

FUCK!!!!!!!
Equis! te me has colado mientras escribia!!!
ARRRRGGGGFFFFFFFFFFF

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02/07/2013, 01:06
Prudence Urquart
Sólo para el director

"Mi querida z... primita... puede que sea una cuarentona y me porte como una cría, no lo niego, pero eres 10 años mas joven que yo y pareces una vieja, no se si te has visto las patas de gallo, será de tener todo el santo día esa cara de ajo ¿Te parezco un mono? Lo prefiero a ser una hiena que medra a base de la carroña de los demás. Estoy hablando con un civil así que no puedes ordenarme que me calle y me siente, ya... ya me gustaría verte a tí en mi situación teniendo que rendir cuentas ante Artemis, fijo que te cagabas de miedo. (hizo una pausa en la que respiró profundamente, ordenar las ideas para decirlas mentalmente, en mitad del mare magnum de voces que tenía, era algo que la cansaba mucho) Así que no me toques los cojones tú a mí, que ya es bastante... hiriente estar a las órdenes de la ex... (se frenó a sí misma). Dale gracias a tu padre por que si no ahora mismo estarías dandole órdenes al aire, he aceptado solo por respeto a él y por amor a Will... no me hagas dejarles en la estacada.  Así que si yo tengo que aguantar tu cara de perro tu puedes aguantar mis monerías"

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03/07/2013, 17:59
Diana Sowreston

Lo que leyó en su mente le picó un poco en su orgullo. Pero no porque hubiera acertado en la diana, sino porque estaban basando la relación en prejuicios a primera vista. Parpadeó un segundo.

-Ya hablaremos, "primita" -sentenció.

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03/07/2013, 18:01
Sarasvati Urquart

La hermana de Prudence no se dejó intimidar. Parecía resuelta, y a pesar de la advertencia no cambió de parecer. Negó un momento.

-No se preocupe por mi, señor Winsel. He estado en muchas excavaciones y algunas de ellas en zonas en conflicto. No me voy a romper una uña ni nada similar.

Luego miró a su hermana, a la que sonrió tratando de calmarla.

-Es que mamá lo sabe y está de acuerdo. Os tendré a vosotros para protegerme, a mi misma, y a nosecuantas decenas de miles de soldados de la commonwealth que hay desplagados en Creta. Y además tengo quien me cubra las espaldas.

Entonces sacó algo de su bolsillo, y los que no lo conocían se quedaron estupefactos al ver aquel pequeño robot que se movía y hablaba actuando como una persona.

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03/07/2013, 18:06
Señor Octopuss

El pequeño robot, que cabía dentro de un bolsillo, se balanceó sobre muelles quedando en el centro de la mesa posado sobre los mapas. Les miró con su único ojo y les habló con un acento inglés sorprendéntemente educado.

-Buenas tardes. Para quien no me conozca soy el señor Octopuss, ayudante del doctor Irvin Urquart, presidente de la compañía homónima -se giró entonces hacia Stark- Señor Stark, es un placer conocerle. Me encantan sus diseños. Ha de saber que yo mismo soy responsable de buena parte de los inventos de Urquart Technologies. Ayudé al doctor y a la Sociedad Fénix en la Primera Guerra Mundial... y no veo razón por la que deba perderme la segunda.

Saltó entonces hasta Rémi con sorprendente agilidad y se lo quedó mirando desde su regazo.

-Debo admitir que tiene usted los mismos ojos que su madre, señor Rosseau.

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03/07/2013, 21:02
Rickard Van Winsel

-No trataba de decirle o no decirle lo que debe hacer a tu hermana, sólo quería que viera.... bah es igual.-hizo un gesto con la cabeza y la mano y miró de nuevo hacia adelante. La misión. Sólo la misión. Las rencillas familiares o lazos entre primos hermanos le daba igual, sólo quería cumplir y largarse.

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04/07/2013, 13:07
Prudence Urquart

Se sentó arrepintiendose de haber abierto la boca, mas bien arrepintiendose de haber salido de la celda, estaba claro que no podía evitar ser como un elefante en una cristalería. Echó la cabeza hacia atrás, esclafada en el respaldo, suspirando y mirando al techo. Arrugó la frente al cerrar los ojos.
Ella ya lo había intentado y sin embargo todos parecían encantados de tirarse al pozo, no podía hacer más. Igualmente si a alguno de ellos le pasaba algo no podría perdonarselo a si misma jamás.
Con la presencia de Octopus se constataba no solo el beneplácito de su madre, si no también el de su padre, algo que no podía entender. No obstante agradecía que su pequeño amigo (que le hacía trenzas en el pelo cuando era niña) estuviera allí. Sin cambiar de postura giró la cara y estiró el brazo para saludar al robot con un leve toque en una de sus patas -Ey...- susurró

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04/07/2013, 19:29
Eric Rusell

Durante toda las explicaciones y la conversación subsiguiente, Eric se mantuvo en un discreto segundo plano, asimilando toda la información recibida en un instante. Francamente, aún le costaba hacerse a la idea de la complejidad del asunto -poderes, civilizaciones pérdidas,... era algo que aún se le escapaba-.

En cualquier caso, era evidente que se jugaban mucho en esta misión. O se adelantaban a los nazis o la cosa les iría irremediablemente mal. Así de sencillo.

Y ahora sale un puñetero robot- piensa Eric que casi no puede salir del asombro ante aquella extraña... cosa. Demasiadas rarezas para conocer en un día. 

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06/07/2013, 01:50
Rémi Phénix Rosseau

-Gracias, Octopuss -la máquina había sido objeto de muchas conversaciones en la mansión Talbot, donde se le había mencionado en relación a las muchas aventuras del grupo de sus padres, aunque él nunca había tenido oportunidad de verlo, ni siquiera cuando pasaba días en la mansión Urquart-. Y bienvenida a bordo, Sarasvati.

No había mucho más que decir. Prue había perdido aquella batalla incluso antes de comenzarla, pero pronto la proximidad de su hermana y de Octopuss se convertiría en una ventaja y en motivo de comodidad. Lo sabía bien. Y cierto entorno familiar le vendría hasta bien.

-Y bien, ¿cuándo nos ponemos en marcha?

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06/07/2013, 04:35
Director

20 de mayo de 1941, isla de Creta

El viaje se había demorado un par de semanas, y había sido largo. Manteniendo sus planes, embarcaron rumbo a Gibraltar junto a otras tropas británicas, abordando luego un avión de carga para llegar a la isla. Tuvieron ocasión de contemplar el Mediterráneo y sus gentes, con una vida tranquila, casi ajena a los acontecimientos de la guerra. Y sin embargo, la guerra iba mal para los aliados. Grecia había caído, y la situación en el Norte de África era mala para los británicos, sobretodo después de la llegada a Libia del famoso general Rommel y sus tropas del Afrika Korps.

El día 19 de mayo llegaron por fin a la isla, cuya población les recibió con los brazos abiertos. Muchos de ellos se sumarían a la lucha junto a los partisanos, así que no sentían ninguna simpatía hacia los alemanes. Por eso, a pesar de la intendencia militar, aquella noche durmieron en la casa de una vieja señora viuda y su diligente y trabajador hijo, saborearon una típica comida mediterránea y aún tuvieron tiempo para disfrutar de la sobremesa al fresco, fuera de la casa, bajo un manto de estrellas. Compartieron historias a la luz del fuego, y tuvieron que despedirse de algunos de sus compañeros. El coronel Talbot se quedó en el aeródromo de Maleme junto a la plana mayor, y dejó a MacDonald bajo sus órdenes, y a todos bajo las de Sowreston. Les deseó buena suerte para el día siguiente, mientras en Creta se esperaba el ataque de manera inminente.

Como habían podido comprobar, la isla había sido militarizada. Se esperaba un desembarco naval y de tropas paracaidistas, por lo que la costa estaba salpicada de cañones y el interior de baterías antiaéreas y trincheras controlando los cruces de carreteras y otros lugares estratégicos. Más de 30.000 hombres de la commonwealth británica, en su mayor parte neozelandeses, se hallaban estacionados y fuertemente atrincherados en la isla. Podían ver sus reflectores antiaéreos surcando el cielo en busca del enemigo. Pero esa noche, el enemigo les dio tregua, por lo que pudieron dormir y reponer fuerzas.

La mañana del 20 de mayo amaneció tranquila, aunque tensa. Diana les hizo madrugar, y a las seis y media de la mañana, con las primeras luces, subieron a un par de jeep willys, uno de ellos equipado con una ametralladora calibre 50 americana, e iniciaron su viaje por la isla. La actividad civil, paralizada ante la amenaza, había dejado los campos sembrados de trigo deshabitados, meciéndose a la brisa matutina. Se toparon con pueblos controlados por la milicia cretense y los restos del ejército griego, así como tropas inglesas en sus trincheras y acantonamientos.

A las ocho y media de la mañana, llegaron por la senda pedregosa hasta el altiplano donde se hallaban las impresionantes ruinas del Palacio de Cnossos.

No habían sido los primeros en llegar. Una compañía de infantería del ejército griego de doscientos hombres se hallaba atrincherada protegiendo el lugar. Tenían unos cuantos equipos de ametralladora, un cañón antiaéreo Bofors y habían colocado minas por los alrededores. Estaban al mando del capitán Diamantidis, que les informó en un inglés con fuerte acento griego de que ellos se encargarían de vigilar el perímetro. Al parecer, el combate había empezado en Maleme media hora antes, y acababan de recibir el informe. Una primera oleada de paracaidistas, aunque les estaban dando duro, y de momento no habían podido avanzar un centímetro.

La hermana de Prue fue la primera en bajar del jeep, mientras Stark y MacDonald desembarcaban el pesado equipo de exploración que habían traído con ellos, bombonas de oxígeno incluidas. La teniente-coronel se quedó hablando un rato con el oficial griego, mientras la arqueóloga se encaminó hacia la base de un promontorio rocoso, un sólido macizo de duro granito sin aparente interés. Como si fuera una cabra saltando por el monte, bajó por un cono de deyección lleno de piedras y hasta un socavón a modo de trinchera que ocultaba de la vista la enorme puerta metálica que había sido excavada en los meses anteriores. Prudence la acompañó, junto a Rémi y Katja, mientras Rusell vigilaba el perímetro.

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06/07/2013, 05:19
Sarasvati Urquart

La arqueóloga examinó los símbolos que estaban presentes en la puerta. Era una escritura muy extraña, parecida a la escritura lineal minoica pero a la vez sensiblemente diferente. Unos grandes toros labrados en relieve destacaban en las dos pesadas hojas de la puerta. Mientras examinaba aquello con detenimiento, MacDonald llegó arrastrando una carretilla con todo el equipo.

-Si, en efecto. Ésta es la puerta. Por lo que puedo entender, está sellada desde el desastre que acabó con los atlantes, y solo pueden abrirla "los propios atlantes". Tendrá que existir algún tipo de dispositivo al otro lado para poder abrirla.

Se giró y miró al holandés con la graciosa mandíbula.

-Es su momento de gloria. Póngase una máscara y cruce al otro lado, y veamos si tenemos suerte. Tenga cuidado, habrán podido colocar trampas.

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06/07/2013, 05:24
Howard Stark

-Un momento -intervino el americano.

Abrió una caja y sacó de ella unos aparatos parecidos a un pequeño ladrillo, un armatoste con una especie de auricular, altavoz y antena. Algo desconocido en aquel entonces, a día de hoy nadie habría dudado de que se trataba de primitivos "walkie-talkies".

-He diseñado ésto para ustedes. Son receptores-emisores de radio de honda corta, con una pinza para que puedan llevarlo en el cinturón o en la mochila. El emisor está aquí mismo, y voy a tratar de sincronizarlo con un repetidor de radio que he visto a un par de kilómetros de aquí, para que amplifique la señal. Ahora mismo es efectivo en un radio de dos kilómetros, aunque espero que aumente a diez o quince usando la antena.

Miró al holandés, y se acercó a él ayudándole a ajustarse la máscara.

-Recuerde contener la respiración al abrir o cerrar la válvula.

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06/07/2013, 05:28
Diana Sowreston

La teniente-coronel se asomó al borde del pequeño barranco, y les habló desde arriba. Su voz retumbó con un eco ciertamente molesto.

-Winsel, no nos defraude. Y ustedes, vayan poniéndose esas máscaras ya. En cuanto abra la puerta les quiero examinando el lugar en grupos de dos personas. No dejen solos a los civiles en ningún momento, y dejen que la experta decida la ruta.

Entonces, sacó algo de un bolsillo de su pantalón y lo tiró a Prudence. Era una especie de zorrito de punto, muy pequeño, a modo de llavero

-Cuidamelo -dijo con infinita ironía.

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06/07/2013, 11:33
Rickard Van Winsel

Mientras viajaban prácticamente por todo el Mediterráneo, Rickard probó todo tipo de comida. Era una comida variada, y le gustaba, pero sobre todo, el clima, no como el clima inglés ni el holandés, agrio y lluviosos. Envidiaba un poco a las gente de aquél lugar, era lo opuesto a donde iba.

Llegando a las ruinas, Rickard se durmió en el Jeep, por lo que no pudo contemplar muy bien las defensas, y cuando llegó, ya había tropa allí. Observó las puertas con suspicacia, no sabía que habría al otro lado, y eso de llevar máscara no le gustaba nada.

Mientras daban las órdenes, Rickard seguía mirando a sus compañeros viendo sus reacciones. Al final, se acercó a la carretilla que había traído MacDonald.

Se colocó la máscara pero sin cerrársela del todo, abrochando la mochilita al hombro con un par de bombonas de oxígeno de repuesto, y el "walki" al cinturón, no si antes probarlo:

- Probando, probando...-y cuando comprobó que estaba bien sintonizado, se acercó a Sarasvati sonriendo:

- Si sale esto bien, te invitaré a salir a cenar cuando volvamos.- guinándole un ojo, y cuando Prue intentó decir algo, traspasó las puertas.

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07/07/2013, 14:23
Rémi Phénix Rosseau

El viaje había sido como lo eran todos. Una mezcla de incomodidad, nerviosismo calmado a base de cigarrillos, petaca y conversación y el deseo desesperante de llegar de una vez a destino. Pero como todo, finalmente estaban allí, frente a aquellas puertas, con el holandés a punto de atravesarlas y la Sowreston dando sus últimas instrucciones.

Ya había recogido aquel extraño transmisor y se lo había colocado al cinto. Y de igual forma, procedió a colocarse la máscara al tiempo que veía aterrizar aquel extraño muñequito en manos de Prue. Frunció curioso el ceño, intentando desentrañar el significado de aquel objeto.

-Prue, me parece que el holandés va a opositar a cuñado, por cómo mira a Sarasvati -dijo medio riendo-. Y eso, lo que te ha lanzado Diana, ¿qué es? ¿Un zorro? ¿De qué va esto? Porque no lo pillo.