Partida Rol por web

La Sociedad Fénix

Sur le ciel de Paris (Capítulo 6)

Cargando editor
14/10/2012, 04:05
Candance Urquart

La personalidad del doctor se había vuelto más histriónica desde su despertar como Cronos, Candance tenía la impresión de que en realidad siempre había sido así pero ahora estaba más deshinibido, eso o es que un poder como el suyo tenía que volver, irremediablemente, un poco loco a cualquiera.
Se acercó a ver a Prue y disimuladamente susurró

-Cariño... con falda no se cruzan las piernas...

Para a continuación extender el manto sobre sus piernas, como quien no quiere la cosa. A ella le “divertía” enormemente tal “ausencia” pero era algo que le gustaba guardar solo para ella.

- Como dijo el maestro “Si tiempo es lo que necesitáis, eso es algo que se puede dar”y ahora el tiempo es nuestro. Te hice una promesa antes de salir de esta habitación y la pienso cumplir. Prue es una niña muy lista y sabe que durante los entrenamientos tiene que estarse tranquilita ¿Verdad que si?...

Dijo esto último con el extraño tono burlón que se suele usar con los niños  mientras la chiquilla caracoleaba en brazos de su padre.

Continuó diciendo ñoñerías a la bebé en babilonio, la estampa era cuanto menos curiosa. Los que hasta hace poco eran dos tortolitos de repente eran una familia y como salidos de una de las vitrinas del Louvre pero en medio de un salón victoriano. Extraño... aunque hermoso. Amina efectivamente no estaba entendiendo nada pero lo que la tenía atónita era ver a Candance así: Feliz. Se había sentado en una banqueta, algo atrás para no molestar más la curiosidad le pudo y en seguida se puso junto a su maestra estirando el cuello para ver a Prue. Candy sentó a la bebé en sus rodillas a la vista de todos

-Mira Prue, estos son la tita Amina, el tio Durand y la tita Adrienne y pronto tendrás un primito! O primita

Sonrió mirando a la francesa

-Ha estado en nuestros entrenamientos desde el principio. Así que si pude enseñar al torpe de su padre ¿Como no voy a poder hacerlo contigo? Más ahora que también soy madre y puedo entender lo que estás experimentando

La niña parecía encantada de ver tanta gente y sonreía risueña. La turca se aventuró a acariciarla cuando Candance empezó a hablarle.

-Amina... no se si debo pedirte esto... como habrás intuido estamos aquí por que se avecina un gran peligro, una batalla horrible tendrá lugar en unos días aquí en París. Esa es la razón por la que mando a ti y a la compañía al otro lado del océano. Te lo oculté para no preocuparte pero la mascarada ya es inútil. Sin embargo ahora... me gustaría que cuidaras de la pequeña mientras nosotros defendemos la ciudad...

Notas de juego

Lo se: Puke Rainbows XDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

Cargando editor
15/10/2012, 20:16
Adrienne Rosseau

-En ese caso, no puedo decirte sino que sí -Adrienne se volvió hacia Durand, mirándole seria. Había ido a aquella casa en busca de ayuda, de un tutelaje que le permitiera dominar su don, su maldición. Se había hablado de una semana, lo cual no representaría demasiado tiempo para los demás a la vista de la experiencia de Candance e Irvin. Pero para ella sería un largo período sin su esposo, al que había visto morir en sus visiones-. Y será una niña -comentó-. O eso parecía ser en mi última visión, tenida apenas hace una hora durante el baño. Una visión en la que Durand aparecía vivo, pese a haber visto cómo le disparaban y caía sobre el cielo de París -presuponía que Candance ya le habría hablado durante su año de la premonición habida por Adrienne en el taxi y pese al soplo de esperanza, la preocupación seguía destilándose de la voz de la francesa-. No sé qué pensar, la verdad.

Cargando editor
21/10/2012, 16:51
Director

Hicieron el amor durante toda la tarde, y el resto de la noche. Parecían insaciables. Al cabo, satisfechos, relajados, se quedaron tumbados en la cama de aquel hotel, con la luz de las farolas de París entrando por la ventana. Artemis apoyó la cabeza en su pecho, suspirando. Era la primera vez que se sentía tan bien con un hombre, desde que jugaba con los niños massai en la sabana.

El sueño les venció cuando fueron capaces de dejar de pensar en el futuro, y la batalla que estaba en ciernes. Ahora se tenían el uno al otro.

Cargando editor
21/10/2012, 16:57
Director

El doctor obró su magia, una vez que habían preparado una habitación con pertrechos. El tiempo se detuvo, o se ralentizó. Cada minuto fuera eran horas dentro. Candance se sentó junto a Adrienne, y se miraron a los ojos. Le pidió que se relajara y se concentrara, y le explicara en que situaciones sucedían sus visiones. Analizaron que podía detonarlas, y trabajaron sobre como controlarlas.

A la mañana siguiente, los Talbot, acompañados de otros agentes de la sociedad, entre ellos el señorito William, llegaron a París, y se reunieron con el resto de integrantes del comando. El enemigo avanzaba hacia la ciudad, y la gran batalla se decidiría en dos frentes: en la ribera del Marne, y sobre el cielo de París. Todos trabajaron en los preparativos, e intentaron anticiparse a los planes del enemigo.

Mientras Ness ponía a punto los aeroplanos con los hermanos Wright, el profesor Plantard y su ayudante trabajaron trayendo de vuelta algunos diseños de Ness, entre ellos el Ornitófero, ahora convertido en máquina de guerra con varias ametralladoras. Durand entrenaba sin descanso, destrozando sacos de boxeo con Tupolev y Artemis, mientras los Talbot diseminaron a sus espías por la ciudad, desbaratando muchos planes secundarios del enemigo.

Cuando finalmente la puerta del cuarto de Candance se abrió, una nueva Adrienne apareció. Una Adrienne capaz de controlar sus visiones, y que había visto parte del plan del enemigo. Avisó a sus compañeros, y se prepararon con menos de 24 horas de antelación. La Torre Eiffel iba a ser asaltada por aire y tierra, mientras las tropas francesas comenzaban a pelear en el Marne. Se alzaron globos de observación, se dispusieron los antiaéreos, y un grupo de soldados, al mando de Tupolev, permaneció en la Torre Eiffel, para repeler el ataque en última instancia. Tenían ametralladoras y hasta un cañón. Todo eso fue subido 3 horas antes del ataque, según las visiones de Adrienne. No había que dar tiempo al enemigo a alterar su plan.

Condujeron hasta el aeródromo a toda pastilla, y los motores se calentaron. Los hermanos Wright pilotaban un caza, y el resto iba en el ornitófero junto a Ness. Artemis ocupaba la ametralladora de cola, y Durand aguardaba con una espada en la vaina, mirando a su esposa que cargaba sus pistolas, y a Candance que estaba sentada junto a su marido. Poco después la radio de a bordo se activó. El enemigo había sido visto. El controlador de pista les hizo una señal, y el teniente Roland Garros alzó el pulgar desde la cabina de su aparato. Todo listo. La radio retransmitía un mensaje del general Rigaud a las tropas de París.

Cargando editor
21/10/2012, 17:14
General Rigaud

-Compatriotas que lucháis en el frente, ciudadanos y aliados. Hoy la guerra llega a nuestras puertas. Pero ante su ataque, ante el poderío del ejército alemán, y sus nuevas armas, hemos decidido ser tozudos. Hemos decidido permanecer firmes, y rechazarles. París no ha sido evacuada, por que París jamás caerá.

Ahora ha llegado el momento de combatir, hermanos. Cuando vuestro ánimo flaquee, recordad nuestra gloriosa revolución, y la batalla de Valmy, donde detuvimos la invasión teutona. Ciudadanos-soldados, apoyados por los civiles en una unión sagrada. Os pido que miréis a la calle, y veais este espíritu del que os hablo. El pequeño infante colabora levantando barricadas, y la vieja panadera reparte su hornada del día a las tropas. Las mujeres aplauden a los soldados que marchan hacia el frente, montados en los taxis de París. Estamos mandando un mensaje, un mensaje que los alemanes jamás olvidarán: Francia es mucho más que una bandera. Francia sois todos vosotros. Vuestros sueños, vuestras ilusiones, vuestra fortaleza, vuestro sacrificio...

Dejemos que los alemanes sepan cual es nuestra intención. ¡No pasarán! ¡Jamás nos doblegarán! No importa la sangre, no importa el sacrificio. En el Marne, en los cielos de París, les detendremos. No importa cuanto dure esta guerra, ni lo que nos cueste la victoria final. Pero yo os digo, hermanos, que esta batalla será una victoria. Porque cuando vuestro ánimo flaquee, y vuestro hermano yazca muerto entre vuestros brazos, empuñad el fusil, y secaos las lágrimas. Entonces cargad hacia el enemigo, con el valor que solo puede anidar en el pecho de los justos. ¡Hacedles retroceder hasta el Rhin! ¡No pasarán!

Dios os bendiga a todos, y tenga piedad de nuestros enemigos. Porque nosotros no la tendremos.

Cargando editor
21/10/2012, 17:31
Director

La gigantesca flota aérea alemana apareció en el horizonte. Estaba formada por un conjunto de zeppelines, un ejambre de cazas y una serie de bombarderos experimentales. Sobre todas las naves destacaba el superzeppelin de von Krauser, con una cobertura de polímero innífugo de color plateado. Era un verdadero monstruo volante, erizado de cañones y ametralladoras.

El teniente Garros y la escuadrilla volaban a una altitud increible, y las bunfadas parecían papel de fumar. Hizo una señal, y activó la radio, dando órdenes a sus pilotos.

-Nosotros nos encargamos de los cazas y la flota. Ustedes asalten ese monstruo, y destrúyanlo. Aunque primero habrá que llegar hasta él.

Orville Wright abrió también el canal de radio.

-Caeremos sobre ellos con el sol a las espaldas. Será pan comido.

Se escuchó a su hermano protestar, y luego una especie de chillido cowboy, parecido al rebel yeel.

-¡¡¡Yiiiiha!!!!

Los aeroplanos descendieron hacia la formación enemiga, con las ametralladoras cargadas. Y comenzó el baile.

Cargando editor
21/10/2012, 17:43
Director

El primer zeppelin había caido, pero eso distaba mucho de amedrentar a los alemanes. Venían refuerzos para ellos, y la cosa se iba a poner fea. Los franceses comenzaron a luchar a la defensiva, mientras ellos se acercaban al gigante. Candance, ya transformada en Inanna, vió que le era imposible usar su poder con el superzeppelin, para explotarlo. Uno de los topacios estaría allí, y Krauser lo estaría manejando, bloqueando cualquier interferencia mágica. El dirigible aceleró, enfilando la Torre Eiffel, aunque todavía estaba lejos. Un mensaje de radio de lady Talbot les informó de que una columna de infantería alemana había sido vista marchando en los suburbios de París. Seguramente, los hubieran desembarcado como distracción. Ellos se encargaban.

Ness miró a su esposa, y esta negó. Luego habló en voz alta debido al ruido, mientras los antiaéreos comenzaban a disparar, con poca puntería hacia amigos y enemigos. La nave se zarandeó un par de veces.

-¡Voy a intentar llegar hasta el zeppelin para que podáis entrar! -dijo.

Artemis pegó un chiflido, avisándoles. Varios fokker se habían situado a su cola, después de derribar a un avión francés. "Si les dejaban llegar". Aquello estaba cobrando sentido.

Notas de juego

Al turrón muchachos.

Cargando editor
21/10/2012, 18:42
Artemis Marie Sowreston

Si alguna vez habìa estado lista, nunca mejor que en ese momento. Con las manos fuertemente asidas a la ametralladora, esperaba el momento justo para disparar al zeppelin. Ya habìa visto caer a otro pero eso no significaba nada, absolutamente nada. Escuchò las voces de sus compañeros y se convenciò de que aquello tambièn pasarìa como la primera aunque ya casi ni recordaba còmo habìa sido. Como si le doliesen las manos, estirò los dedos tensàndolos un poco. Dio un grito hacièndoles ver que estaba lista.

-¡Alemanes, mejor que estèn preparados, hijos de p...!

Volviò a cerrar las manos y accionò el arma, la joven vibraba entera y no sòlo literalmente sino que la adrenalina que le recorrìa el cuerpo la hacìa sentirse viva. Se podìa decir que sonreìa mientras apuntaba el blanco al zeppellin. Su cuerpo se movìa tirando a diestra y siniestra porque estaba decidida a derribarlo. Sus ojos estaban fijos en la nave y finalmente, tras una ràfaga importante, consiguiò lo que querìa, levantando las manos en señal de triunfo, uno menos era uno menos siempre y si alguien sabìa de eso era ella.

Cada bala que impactò habìa sido como un respiro para Artemis, cada impacto, un respiro menos para el enemigo. Se quedò mirando su obra, pero sòlo un instante, no tenìan tiempo que perder en ensoñaciones que estaban muy lejos de la victoria.

- Tiradas (3)
Cargando editor
22/10/2012, 10:46
Candance Urquart

Le dolian los pechos al salir de la habitacion, aun le daba de mamar a Prue y llevaba horas posponiendolo a causa del entrenamiento de Adrienne.
Si con Irving fue algo sorprendentemente fluido con la francesa fue bastante mas complicado, estaba demasiado nerviosa y preocupada, hacerla vaciar su mente y distinguir su espiritu del de su bebe fue harto dificil. Los metodos tradicionales orientales no funcionaban con ella, eran conceptos que le resultaban demasiado extraños, asi que tuvo que improvisar. Adrienne entendia las visiones como una intromision y no como algo intrinseco a ella e inconscientemente las bloqueaba. Candance recurrio a un par de trucos-placebo para predisponerla de forma positiva y en seguida la cosa empezo a avanzar vertiginosamente, el talento estaba ahi y llevaba toda una vida rabiando por salir. Lo mas dificil ya se habia hecho y solo quedaba ponerle compuertas al caudal para que no se desbordara sin control.

Antes de abandonar la sala Candy rebusco entre los cajones de un mueble lacado en negro y saco un  estuche de terciopelo. Dentro habia un aderezo hindu completo de esmeraldas y rubies.

-El maestro me prometio que Inanna no me consumiria pero puedo morir igual que cualquiera de vosotros. Por lo que pueda pasar toma esto, es mi regalo de madrina para tu hija, vale una pequeña fortuna que bien administrada le dara para muchos años de tranquilidad si alguna vez necesita disponer de ella.

-----------oOo-----------

Con lagrimas en los ojos se despidio de la bebe en brazos de Amina

-Se buena cariño mio y no olvides que mama te quiere

La beso en la frente para luego entregar una especie de pequeño petate a su pupila.

-Dentro esta mi legado, mis escritos y mis cosas mas preciadas. Algun dia ella me sucedera y necesitara de todo ello. Cuidala y cuidate tu tambien.

Irving la abrzazo

-Cuida de nuestro tesoro...

Dijo seriamente a Amina

-...hasta que volvamos

y juntos se fueron al encuentro de sus compañeros sin poder evitar mirar atrás.
Tenia el corazon encogido, jamas habia experimentado una sensacion tan desoladora, era la primera vez que se separaba de su hija y sentia como si la estuviera abandonando.

-----------oOo-----------

Habia llegado el dia que tanto llevaba esperando. Fue ver el ornitoptero y a Artemis y el corazon le dio un palpito, le hubiera gustado hablar con Tupolev. Elevo los ojos al cielo deseando que la conexión entre ellos siguiera abierta “Despues de todo recuerdeme que tengo un mensaje del Asha para usted”.

Se arrodillo para besar la tierra y luego entro en el aparato. Se sento junto a su esposo cerciorandose de que llevaba todo (daga, lagrima y cetro). Al poco divisaron la flota enemiga cuyo zumbido estremecio al Asha haciendolo despertar, echo un ultimo vistazo a sus colegas intentando sonreir.

-Pase lo que pase esta es mi ultima batalla... ha sido un honor, un privilegio...

Inanna estaba presta a aflorar y no queria irse sin antes decir algo

-...Gracias

Tomo la mano de Irving

-Hagamos una promesa: Siempre juntos...

Sus ojos se tornaron completamente rojos y su piel y cabello completamente blancos ante la atonita mirada de todos y para sorpresa de la latente Candance, escucho por primera vez la atronadora voz de Inanna dirigiendose a ella “Lo siento”

Cargando editor
22/10/2012, 13:05
Durand Rosseau

A pesar del poco tiempo transcurrido en París, mucho era lo que había cambiado en la vida de Durand: su mujer logró controlar finalmente sus visiones, gracias a la ayuda de Candance, él iba a ser padre de una niña... y su mujer le había pronosticado dos futuros en uno de los cuales él podría morir.

Sin embargo, todo esto quedó en un segundo plano cuando se preparó para la batalla que se avecinaba. Debía de estar concentrado en eso y nada mas. Al fin y al cabo, se jugaban mucho en este combate. El destino de Francia y del mundo dependía de que París no fuera destruida. 

Y allí estaban ellos, en el ornitófero, esperando pacientemente que se acercaran al zeppelin alemán para poder abordarlo y acabar con los planes de Krauser de una vez por todas. Había que darlo todo por el todo para lograr la victoria. Eso lo sabía muy bien tanto Durand como sus compañeros. 

El ornitófero se acercaba poco a poco a la nave enemiga, mientras Artemis disparaba a diestro y siniestro y Candance intentaba inútilmente usar sus poderes contra el zeppelin. 

¿Cuanto queda para el abordaje?- gritó Durand en medio del bullicio del combate.

Cargando editor
22/10/2012, 19:02
Adrienne Rosseau

-¡Voy a intentar llegar hasta el zeppelin para que podáis entrar!

La voz de Irvin sacó a Adrienne del momentáneo ensimismamiento en que había caído recordando los días transcurridos junto a Candance al margen del tiempo real. Habían sido jornadas extenuantes, llenas de escollos que habían tenido que sortear, con la fatiga como constante compañera mental. Había sido como derribar un grueso muro de piedra con la ayuda de una cucharilla de té, pero la perseverancia de ambas mujeres y la destreza de Candance al instruirla habían sido determinantes de cara al triunfo en el control del poder por parte de Adrienne.

Y ahora, el viento aullaba en torno a la burbuja de metal que era el ornitóptero y el recuerdo de la última vez que lo habían usado era demasiado poderoso como para relegarlo a un segundo plano. El vuelo sobre Alemania, la fiesta, Otto Von Bismarck, Prue. La mirad de Adrienne resbaló por el lugar donde había reposado el cuerpo de la joven en su desgraciado viaje de vuelta y una sonrisa de tristeza se dibujaba en su rostro. Pasó una mano sobre su vientre, sobre la nueva vida que crecía en ella.

Y entonces fue testigo de la transformación de Candance. Un escalofrío recorrió su cuerpo ante aquella piel blanca adornada con unos ojos de fuego.

-¿Cuánto queda para el abordaje?

Durand, pensó. Siempre tan práctico, tan realista y poco dado a las fantasías. ¿La niña sacaría su carácter? De ser así, tenía un verdadero trabajo por delante para pulir las cortantes aristas de su escasa diplomacia. Acarició su revólver. Pronto o tarde deberían asaltar el zeppelin y sabía que no iba a ser fácil. Para aquello no necesitaba de especiales visiones.

Cargando editor
22/10/2012, 19:59
Director

El primer aeroplano alemán explotó envuelto en llamas bajo las balas de Artemis. El piloto del segundo, resultó fatalmente alcanzado, y su avión cayó sobre los suburbios de París. Unos cuantos fokker se aproximaban también, y comenzaron a sentir las turbulencias de los cañones del superzeppelin.

-¡Allá vamos! -dijo.

El fuego de tres ametralladoras cortó una de las alas del ornitófero, y Ness tuvo que luchar contra viento y marea para estabilizar el aparato. Al final entró en rumbo de colisión con la parte superior del monstruo, directo a la cúpula de cristal que protegía el habitáculo de las inclemencias del tiempo. Un fokker disparó sobre ellos, y perdió el rumbo, rectificando en el último momento. Resbalaron sobre la superficie del zeppelin, y Ness soltó los mandos para gritar como un loco:

-¡Saltad, saltad!

Si no saltaban sobre el zeppelin, caerían al otro lado, y se estrellarían contra París.

- Tiradas (1)

Notas de juego

*PA: Esfuerzo supremo.

Hacedme una tirada de Atletismo o Acrobacias, DC 20.

Cargando editor
22/10/2012, 20:08
Doctor Irvin Ness

El propio Ness fue el primero en saltar, dejándoles a todos todavía agarrados a las paredes del aparato. Se lanzó con pocas acrobacias, y cayó de pie y luego de morros sobre la superficie del cristal. Vió que abajo había una serie de compartimentos y galerías. En la principal estaba Krauser padre, empuñando un cetro con el topacio que había capturado. Miró hacia arriba y sonrió. Todo estaba lleno de soldados, que alzaron sus armas para apuntar.

Aquello iba a ponerse muy feo.

- Tiradas (1)
Cargando editor
22/10/2012, 20:41
Adrienne Rosseau

Tras Irvin, saltó Adrienne. Un beso fugaz había sido cuanto pudo hacer para despedirse de Durand y desearle suerte. Su vestido aleteó furioso cuando el viento hizo presa en la tela, zarandeándola bruscamente. Al instante de terror que se sucedió, donde se veía a sí misma en una caída prolongada hasta estamparse en el suelo, siguió un momento de frialdad, en el que su mente evaluó en micras de segundo sus posibilidades. Y las aprovechó.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Gasto un PA: usando dote "calmado bajo presión".

Cargando editor
22/10/2012, 23:03
Durand Rosseau

Durand vio como saltaba en primer lugar el doctor... yendo a par sin problemas al zeppelin. Después fue su esposa, la cual tuvo durante unos segundos problemas en el aire pero logro solucionarlos con rapidez y facilidad. No había tenido tiempo de despedirse en condiciones, mas eso no debía preocuparle ahora. Cuando acabasen ya tendrían tiempo de sobra para descansar.

Es mi turno- sin mas, Durand da un potente salto hacia la nave enemiga. Nota el aire en su cara, y la sensación momentánea de estar en el "vacío", mas por poco rato. Sus pies se acomodan a la perfección a la superficie del zeppelin.

Vio la escena: Krauser con su cetro y la multitud de guardias que les rodeaban. 

Sacó su arma con celeridad y fue en pos de ellos... al fin y al cabo, él era inmune a las balas.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Salto es la tirada, se entiende XD

Cargando editor
22/10/2012, 23:18
Innana

Absolutamente impasible siguió al doctor saltando con precisión felina. Ver el cetro en manos de Krauser padre le hizo fruncir el ceño, ponzoña ensuciando un objeto sagrado, que los demás se encargaran de la soldada que ella tenia una cuenta pendiente.

-Que las llamas brillen en tu honor gran Ahura

Dijo sacando el cetro de Ziusudra de entre sus ropas para a continuación agarrar del brazo al marido de Candance

-Cronos, vela por todos nosotros

- Tiradas (1)
Cargando editor
22/10/2012, 23:55
Artemis Marie Sowreston

Saltar. Eso era lo que tocaba a continuación pero no estaba muy segura de poder o mejor dicho, de querer. Me costó un poco de trabajo pero al final me lancé, si es que no quedaba de otra. Por un momento cerré los ojos, esperando lo peor y deseando lo mejor, ¿o era al revés?.

Finalmente me di cuenta que estaba bien, que iba a estar bien y abrí los ojos. Después de todo, lo peor había sido sólo saltar y en cierto modo había sido emocionante.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Gasto un PA y que Dios nos ampare

Cargando editor
23/10/2012, 00:56
Director

Artemis fue la última en caer, y se agarró a un costado de aquel plástico innífugo. Adrienne tuvo problemas para caer bien, y ambas se ayudaron a subir. Cuando alzaron la vista, vieron que el doctor Ness corría hacia una escotilla, mientras los alemanes comenzaban a perforar y destruir el cristal sobre sus cabezas.

A pesar de ser una "diosa", Inanna tuvo que esconderse de esos disparos, por lo que optó por seguir a Ness hacia el final de aquella plataforma, pasando encima de otras secciones del acristalado que no colindaban con aquella sala central. Durand, sin embargo, se santiguó, desenvainó, encajó un par de tiros y cayó acto seguido a la gran sala de mandos del zeppelin. Los demás lo perdieron de vista, al menos momentáneamente.

Ness levantó la trampilla y miró en dirección a Artemis. Necesitaban cobertura si bajaban allí abajo.

Notas de juego

Decidid si bajar por la trampilla o asomaros al hueco de la gran sala donde estará Durand batiéndose el cuero con los malos.

Cargando editor
23/10/2012, 01:03
Director

Durand cayó en uno de los lados de la sala de control, perdiendo pie durante un momento. Cuando alzó la mirada, vió un montón de soldados alemanes, algo temerosos, apuntándole con sus fusiles. Detrás de ellos hay una versión en miniatura del "mecha" que usaron en el Orient Express y la batalla de las pirámides, con una ametralladora, que parece no intervenir. También hay otro grupo de soldados y un hombre con un tatuaje en el cuello y un bombín que empuña una escopeta de corredera. Los pasos de unas botas precedieron a Krauser hijo, que desenvainó su sable con una sonrisa.

Su padre miraba sentado en su "trono", la silla de control central. Bajo sus pies, al parecer, estaba la gigantesca bola que iban a depositar sobre la Torre Eiffel, justo un compartimento por debajo, separada por una rejilla metálica.

Cargando editor
23/10/2012, 01:16
Klaus von Krauser

Pensó en aplaudir, pero aquel tipo habría reaccionado enseguida. Los soldados aguardaban la orden para llenarle de plomo, y el se limitó por ahora a sonreir como un lobo.

-Maestro Rosseau. Ma alegra volver a verle. Un buen numerito el de los aeroplanos franceses, pero su viaje acaba aquí.

Hizo una señal para que los soldados se preparan para disparar. Sabía que no iba a matarle, pero le dejaría hecho unos zorros. Entonces escucharon unos disparos en el pasillo de acceso.