Partida Rol por web

Hinazuki sabía que Kalida no quería separarse de ella, pero no podía permitir que volviera a la ciudad. Seguramente aún sería un desastre.

“Tardaré lo menos posible. Esta noche debería haber vuelto. Me asusta que la guardia pueda atreverse a buscar supervivientes en los bosques” Miró a Roxo a los ojos y, sin darle importancia a su extraño color, continuó “¿También vas a volver? Me gustaría un poco de compañía" No era una petición. No era una orden. Ni siquiera un comentario que haces cuando esperas que alguien te ayude. Hinazuki simplemente asumía que aquel chico la acompañaría. Lo hizo con la potente voz de alguien importante que sabe que no se van a negar a sus deseos. También lo hizo sin malicia alguna. Inconscientemente.

“Os daré otra moneda de oro a mi regreso. Y estas espadas” Señaló las dos espadas de su antiguo capitán “Y también os permitiré a los tres acompañarnos en nuestro viaje.”

Una breve pausa llenó el aire. El silencio podía oírse en el quejumbroso y lento respirar de las plantas. Podía oírse en los rayos de sol rebotando en sus hojas.

Se dirigió entonces a la chica de pelo rubio “¿La protegerás hasta que vuelva? Después podremos ser todos amigos.” Por primera vez en muchos años, Hinazuki sonrió de corazón.

Shin no pudo evitar sonreir, la oportunidad de su vida frente a sus ojos, solo habia una cosa que no le hacia demasiada gracia si era el quien se encargaba de la niña debería ser él el que se llevara la recompensa, por otro lado pareciera que la inquisidora deseaba compartir el pago con todos.

Miró de nuevo a la niña que seria su trabajo cuidar, habia empezado a comer las bayas que el mismo había traído, parecía demasiado timida y asustadiza."Podria darme problemas tratar con ella" Miró a Kobato que en ese instante comenzaba a hablar:

                  -KKKKK -Kobato comenzó a reir mientras posaba con su mano tapando su ojo izquierdo mientras dejaba ver su ojo derecho a través de sus dedos- Shin y yo cuidaremos de la niña hasta que vuelvas, por ello tomaremos las dos monedas de oro y una de las espadas, la otra se la quedara Roxo si te acompaña como dices-Kobato parecía contenta, debería estar pensando lo mismo que Shin, dinero fácil-KKKKK, ¿Una idea que nos favorece a todos verdad?

"Dinero fácil a repartir entre dos,empiezo a tener mejor impresión de ti bruja" Shin sonrió de nuevo, ademas de resolver el problema del reparto Kobato le seria de ayuda a la hora de tratar con la niña, después de todo ambas eran mujeres y seria más fácil para ella llevarse con la niña que parecia que fuese a echarse a llorar en cualquier momento.

-Concuerdo con ella, puedes estar segura de que cuidaremos de la pequeña hasta tu vuelta .Lo que pase después lo hablaremos cuando llegue el momento-"No se hasta que punto me interesa involucrarme con alguien que antes pertenecia a la inquisición, por el momento solo aceptare este trabajo" En ese punto Roxo tambien deberia salir complacido del trato, se llevaria una espada de todo aquello, por lo que sin prestarle mucha atención le hablo a la pequeña que se encontraba detrás de Hinazuki,- Bien pequeña como ya he mencionado antes me llamo Shin durante el dia de hoy y en ausencia de tu caballero en brillante armadura seré tu protector.¿Puedes decirme tu nombre?

Os seguiré,quiero conocer a JasterY quiero investigar sobre ese Gremio.Vamos Bubú,hacia la ciudad!!.Un camino peligroso les esperaba por delante hacia la ciudad,por lo que era muy importante que guardasen silencio y mirasen a su alrededor en busca de la más mínima señal.

Me revolví incomoda cuando el muchacho que se había presentado como Shin se dirigió hacia mi. Tenía la sensación de que estaban comerciando y que yo era el producto, sus ojos brillaban con avaricia. La chica por índole también me asustaba, sus movimientos, su manera de expresarse. No me daban la sensación de seguridad. Mire de manera lastimosa a la chica que  me había traído hasta allí intentando pedir una explicación de sus acciones.

Ninya se encogió de hombros.-Como queráis , aunque el camino no será… agradable.- Ninya subió las escaleras dando saltos y vosotros le seguisteis. Al salir de la casa-cueva-árbol visteis con claridad los alrededores que el día anterior, a causa de la oscuridad de la noche, no percibisteis.

Cerca de la entrada de la casa había un pequeño huerto con algunas hortalizas plantadas en el, al fondo del huerto había algunos tocones de leña apilada. Todo el paisaje era rustico en su mayoría la frondosa vegetación casi no dejaba pasar rayos de luz, cayendo estos entre las ramas como si fueran haces de energía. Era un hermoso paisaje, pero no tuvisteis mucho tiempo de fijaros en los alrededores ya que Ninya ya estaba bastante adelante.

Ninya caminaba rápido y con energía,  os costaba mantener su paso por entre el bosque, no había un camino, simplemente atravesaba el bosque, parecía tener una facilidad para ello bastante alta, saltaba ramas y bordeaba los arboles con una agilidad que os costaba seguir. En sus pasos se notaba que conocía los alrededores y conocía hacia donde se dirigía.

Era un buen trato. Kobato creía que el bosque era un lugar bastante seguro, muchisimo más que la ciudad por supuesto.

Por lo que Kobato podía entender, aquella chica sufrió muchisimo durante la purga, y es muy posible que perdiera a toda su familia la noche anterior. En cierto modo, ambas se parecían: niñas abandonadas a su suerte por una gran injusticia, sin hogar, sin dinero, sin familia... Por ello, se acerca a Kalida lentamente, sin hacer ningún movimiento brusco. "Estará aterrorizada ahora que Hinazuki se va. Delicadeza ante todo"

-Hola, mi nombre es Kobato, y este chico de aquí es Shin. Y a partir de hoy, te protegeremos. Sé por los momentos que estás pasando... Yo también los sufrí el año pasado- Se sienta junto a ella.- Todos lo hemos perdido todo en las purgas: no solo el hogar o las pocas cosas que teníamos, sino, la familia también. Tanto Shin como yo somos huérfanos pero ahora nos tenemos el uno al otro...-

Kobato realmente no sabía que clase de relación tenia ni con Shin, ni con Roxo, ni siquiera con Jaster, pero había que darle un mensaje de unión y de "casi familia" a la pobre muchacha, ya que muy posiblemente sólo confíe en Hinazuki y solo porque la salvara. Además, es posible que la recompensa por cuidarla no la haya sentado muy bien y no sería nada bueno que saliera corriendo detrás de Hinazuki porque no se sienta a salvo con nosotros. "Espero que Shin se haya dado cuenta el porqué he dicho lo que he dicho, y siga mi planteamiento"

-Al igual que los que cuidaron tanto de Shin como de mí, nosotros te vamos a proteger. Este es un sitio seguro, sería muy raro de que apareciera nadie por aquí así que puedes descansar tanto el cuerpo como la mente. Si quieres hablar, si quieres saber más de nosotros, o si simplemente quieres un abrazo,, no dudes en decirlo. Ahora, somos una familia. 

-No os ofendais, peo paa que alguien de la inquisición ofezca dineo po cuida a una chiquilla me paece muy extaño, la estais tatando cómo mecancía y nos acaba de conoce,aun que reconozco que una moneda de oro convence a cualquier, peo, apenas quiso coger las bayas que le ofecía difícilmente va a quere quedase con vosotos- Roxo volvía a estar arisco y distante hacia todo el mundo, sus cambios de personalidad se habían acentuado enormemente desde todo lo ocurrido.

-Respecto a ti, tengo que volve de todas fomas a Albino, así que supongo que podemos ir juntos, po lo menos hasta el pueto su que queda póximo a este bosque, aun que si me dejases una espada iría mucho más seguo, tanto como para defendeme si intentas algo o po si nos atacan ¿que dices? Te la devolveé al final del día si reguesamos vivos-

"Joder porque tendré que acompañarla solo quiero encontrar a Jaster y ver que le puedo sonsacar, si hubiese ido con Shin me daría igual, incluso ir con Kobato, pero con una inquisidora, esto no me gusta"

Roxo no sabia si sabría volver al puerto desde allí, pero una vez en la ciudad solamente tendría que seguir como siempre, y supuso que Hinazuki sabría cómo volver

La cara de Shin se tornaba más seria mientras Kobato hablaba, habia ido a tocar un punto que no debia delante de él, entendia perfectamente lo que trataba de hacer, se ganaria la confianza de la chica fingiendo ser su familia sustituta, se parecia al truco que utilizaba Shin de parecer amigable al acercarse a la gente, pero habia una tremenda diferencia... De repente imagenes de su pasado vinieron a su cabeza,escenas de su "familia", la mera mención de la palabra le asqueaba. Su rostro habia perdido cualquier rastro de amabilidad, lo unico que quedaba era un semblante serio e indiferente hacia la gente de sus alrededores, la cara de alguien a quien no le importa lo que piensen de él.

Miró a Roxo cuando este hablaba,su forma de actuar tambien habia cambiado, volvia a ser el que habia conocido la tarde anterior, arisco, desconfiado. Fuera de extrañarse supuso que el tambien habia intentado actuar amable esa mañana pero que algo le habia echo perder la paciencia, era imposible para él saber acerca de la doble personalidad de Roxo, todavia. Miró de nuevo a la niña asustadiza con una mirada que tenia un ligero aire de lastima hacia ella,"Solo otra cobarde que no sabe hacer mas que gimotear, incapaz de ponerse de pie por si misma". Tras pensar estas palabras sintió una punzada de dolor en la cabeza, los suficiente fuerte como para hacerle echarse una mano a ella en busca de la fuente del dolor.El dolor duró solo un instante"¿Que demonios?", no parecía tener ninguna herida externa... ignorando lo que acababa de pasar volvió a la conversación.

-Roxo lleva parte de razón ¿ que tal cambiar los trabajos de cada uno?, él y yo iremos a la ciudad y buscaremos información acerca de como estan las cosas, nos llevaremos una de las espadas y una moneda de oro como pago por adelantado, mientras que vosotras tres os quedareis aqui hasta que volvamos, de esa forma la niña no se sentirá tan insegura-"Y yo no tendré que aguantar sus gimoteos"- Al regresar compartiré toda la información contigo y traeré algo de comida, Roxo se quedara con la espada que se llevo originalmente a la ciudad y Kobato el resto del pago que quieras darla por ayudarte a cuidarla. Un trato con el que todos salen ganando.

Shin esperó la aprobación de la inquisidora así como a que le dijera que tipo de información quería. No creía que tuviera que preocuparse mucho de que Roxo y la niña asustadiza aceptaran, los únicos problemas serian Kobato y la inquisidora...

Mientras avanzaban por los caminos sinuosos del bosque y la maleza,Mordeim creyó escuchar voces,.-Quién esta hablando?,pero lo tomó como una tontería sin importancia,ninya se movía rapidamente y seguirle era bastante duro para los otros dos muchachos,a medida que nos acercabamos a la ciudad olía más a carne quemada,polvora y aún se podían palpar los gritos y el sufrimiento de esta purga

Hinazuki golpeó suavemente a Shin en la mejilla. No era un golpe con intención de hacer caño ni de ofender. Parecía que no pensaba con claridad. La intención de Hinazuki era sacarle de su ensimismamiento. Una pequeña sonrisa que se transformó en una leve risa afloró en los labios de Hinazuki ante la atónita mirada de Shin.

“¿No te parece absurdo que te pague por cuidar a la niña si al final la cuido yo?” paró de reír. “Tengo que encontrar a una persona que se refugia en las alcantarillas. Iremos yo y el chico de los ojos rojos.” Miró a Roxo “Te daré la espada, por supuesto”.

Hinazuki se volteó y agarró a Kalida de los hombros, con dulzura.

“Volveré pronto. Seguro que si duermes volveré antes de que despiertes. No quiero que vuelvas a ese horrible lugar. Después podremos hablar.”

Dicho esto Hinazuki se quitó el casco y se lo puso a Kalida en la cabeza. El yelmo se tambaleaba en una cabeza tan pequeña, lo que le daba a la escena un toque cómico.

“Así no estarás en peligro. Mis valores, mi fuerza y mi disciplina están guardados en este casco. Ahora son tuyos.”

Hinazuki miró a Shin a los ojos. Sin casco, su semblante era todavía más inexpresivo cuando estaba seria. ¿Estaba seria? Sus ojos parecían no expresar nada a simple vista. Sus labios eran una línea recta. Nada. O eso pensaban los niños.

En aquella situación, los ojos de Hinazuki expresaban furia. “No fracases” decían “porque yo voy a volver”.

"Esta puta...si así son las cosas que asi sean" Shin hizo un ligero gesto con la mano y utilizando el pulgar lanzó la moneda de oro que había recogido al principio de la conversación contra la frente de Hinazuki, la cual quedo estupefacta ante el impacto, a Shin incluso le pareció que frunció el ceño, era difícil de decir con una cara como esa. Se dio la vuelta sin decir nada y recogió su gabardina, la limpio un poco y se la puso de vuelta. Cogió unas cuantas bayas y se las guardo en los bolsillos.Cuando se dio la vuelta Hinazuki aun le miraba como esperando una explicación.

-Quedate con tu moneda de oro y métete tus ordenes por donde te quepan- Shin hablaba sin alterarse, tranquilo y al mismo tiempo expresando desprecio por la inquisidora, su plan era buscar la información que le pidiera la inquisidora y regresar en verdad con comida para todos con dinero del mismo pago que recibiría, podía ser un don nadie y un ratero pero tenia un mínimo de honor y un trato era un trato, no obstante la inquisidora había mirado a Shin por encima del hombro como si de verdad fuera a faltar a su palabra y a huir con el dinero. Le había ofrecido una forma de que la niña no quedara con dos extraños y todos salieran ganando y la había despreciado.

Por otro lado Shin había visto todo claro con el comentario de la inquisidora, había un punto en común a por lo menos cuatro de las personas que se encontraban alli mismo, Jaster. Era solo una deducción apresurada pero la historia de Kobato de la niña soldado que intento reclutar Jaster, su reacción de anoche al verla y ahora decia que necesitaba encontrarse con alguien en el alcantarillado.En el alcantarillado solo se mueve el gremio y no creía que se fuera a juntar con un miembro oficial.

-Diviertete encontrando alguien al que dar ordenes inquisidora y a quien hacer cuidar de la niña, tengo cosas que hacer asi que nos vemos,-Miró un ultima vez a Kobato- Esperó que nos llevemos bien él futuro- Esas palabras tenian un claro mensaje, Shin no tenia nada en contra de Kobato,si tomaban caminos diferentes no tenia que haber odio entre ellos, no le convendria a ninguno tenerse mutuamente como enemigos, en especial a ella desde que el conocía su secreto. Mientras se iba dirigió unas palabras a Roxo-Creo que tu tienes los mismos asuntos que yo y te gustaría venir conmigo,aunque si prefieres que la inquisidora te siga dando ordenes espero que te diviertas.

Shin no esperó la respuesta de Roxo y se introdujo en el bosque, siempre vigilando que la inquisidora no hiciera ningún movimiento. Puso dirección hacia la entrada sur del alcantarillado donde habían quedado con Jaster, recordaba el camino, despues de todo en la oscuridad de la noche pudo ver perfectamente por donde se movía...

-Voy contigo, pefieo seguí sin arma antes que deber nada a los inquisidoes- Dijo mientras se acoplaba el petate con todas sus pertenencias a la espalda y mientras usaba la vara a modo de bastón para poder aligerar el paso y alcanzar a Shin.

-Kobato te digo lo mismo que Shin, y tu chiquilla, buena suerte, espeo que po lo menos la inquisidoa sepa potegete sola-

Roxo miro una última vez a Hinazuki con desprecio, se dio la vuelta y escupió violentamente mientras corría hacia Shin, que aún no se había alejado demasiado como para perderle de vista.

Una vez lejos Roxo le pregunto a Shin

-¿"quees " que Jaste eestaá  en el pueto? Al fin y al cabo ni siquiea sabemos si sigue vivo y aun que lo este no se si sea fácil de encontra, no paece el tipo de persona que se deja ve fácilmente-

Roxo iba andando a la par que Shin, aandando sobre los pasos que dieron la noche anterior 

-De todas fomas me da pena esa chiquilla no tenda más de 6 años y se ve que durante la puga salio heida po eel fuego- Roxo sentía verdadera lástima por aquella niña, pero el con esa edad ya se ganaba la vida con los malabares y con su padre robando. Pero el recuerdo de su padre le sentá como una puñalada y los ojos de Roxo se humedecieron con intención de llorar, pero al estar cerca de Shin se reprimió "No puedo dejar que piense que soy un blando"

Como supuso Roxo lo acompaño,no era una sorpresa,despues de todo tenian como objetivo a la misma persona.

Mientras Roxo hablaba de la chica timida que nisiquiera se habia presentado, Shin notó como los ojos de este se humedecian como si fuera a llorar pero que se reprimió en el último momento. Sin prestarle mucho caso al asunto y sin saber porque Shin comenzó a hablar:

-Llorar no es un signo de debilidad, dejar que la angustia te domine y sentarte a gimotear sin mover un dedo , eso es ser débil,- Shin paró de golpe la marcha,Roxo le miró un segundo atónito, el mismo estaba sorprendido, ¿Porque habia dicho aquellas palabras?,¿Eran esas palabras si quiera suyas?. Agitó fuertemente la cabeza como intentando librarse de cualquier pensamiento y siguió andando-Olvida lo que he dicho.Como dices esa chica parece haber sufrido mucho,puede que este llena de miedo y le cueste seguir adelante pero en algún momento tendrá que levantarse por sus propios medios.-La chica si que le inspiró lastima, pero por el echo de que no parecía que fuese a recuperarse de lo que le hubiera pasado- Volviendo al tema principal, Jaster dijo que nos encontraríamos en la salida sur del alcantarillado así que si esta vivo sin duda estará allí, esperaremos un par de horas y si no aparece supondremos que habrá muerto. Si lo encontramos contrólate, no se que tipo de información buscas pero no deberíamos hacernos enemigos suyos. Ademas tengo la sospecha de que la inquisidora busca a Jaster, el mismo dijo que habia intentado reclutar a cierta persona y ella ha dicho que quería reunirse con alguien de las alcantarillas, aunque puede que me equivoque. En todo caso si la busca de verdad su información es una moneda de cambió, no la desaprovechemos-Estaba confiando a Roxo la única información con la que podría negociar con Jaster ,en caso de que fuera cierta y la necesitaran claro, esperaba que entendiera aquello.

-Se me ha metido algo en los ojos no estoy llorando -Dijo mientras se apresuraba a secarse los ojos -Yo había llegado más o menos a la misma conclusión aun así, intentare controlarme. Lo cierto es que el alejarme de esa bruja me ha sentado bien, no le guardo ningún rencor, pero no comprendo eso de la "magia" y me pone nervioso estar cerca de un "mago"- Roxo decia aquello en tono medio burlón, pero realmente no le hacía ninguna gracia, el había llegado a la conclusión de que sus ojos se habían tornado así a causa de aquel líquido, el cual tenía por seguro que era mágico.

-Ya estamos llegando al pueto, sea mejo i con cuidado, las cosas tal vez sigan revueltas- Roxo se cubrió la cara para que no resultasen sus ojos y siguió adelante

Os acercasteis con cuidado a las proximidades del puerto, de las casas colindantes aun se elevaban volutas de humo de la noche anterior, la devastación de los alrededores era evidente, de lo que antes eran casas toscamente construidas ahora solo quedaban sus esqueletos que se erigían como testigos de lo ocurrido la noche anterior. El olor enrarecido aun flotaba por la zona, un olor dulce de madera quemada mezclado con uno más desagradable, carne quemada.

Con cuidado y prestando atención de lo que había alrededor para no ser descubiertos disteis una pequeña carrera hasta la entrada del conducto de las alcantarillas, pero antes de entrar os parasteis en seco, se oían una especie de gemidos del interior  y en el agua que salía de la alcantarilla se podía vislumbrar como finas líneas de color rojo carmesí se iban diluyendo hasta mezclarse totalmente con el agua salada.

Después de unos momentos de duda echasteis un vistazo dentro, y lejos de lo cualquier cosa que pudieras imaginar os encontrasteis con lo que habíais venido buscando a la ciudad. Jaster recostado en la pared del interior se cubría el vientre el cual era obvio que estaba herido. Nada mas veros aparecer por la entrada os clavo la mirada. Sus ojos que en el dia anterior se habían visto amistosos, joviales y con cierto tono vacilón se dirigieron a vosotros como los de una bestia enfurecida y con intenciones de matar. Era obvio que la noche anterior no había sido una de sus mejores. Fue solo un momento, pero esa mirada se os quedo gravada para siempre.

En cuanto vio quienes erais intento ahogar una risa.- Jaja… esperaba a…  otra persona…Cof cof -Ahogo una tos de la que visteis como algunas gotas de sangre se juntaban con su saliva.- Bueno, veo que sobrevivisteis… a la noche anterior, ¿Fue seguro vuestro refugio?.-  Parece que le cuestan de sobremanera pronunciar las palabras, pero aun con esas en su última pregunta se entiende un tono jocoso. Entonces sus ojos se percatan de que sois dos.- Bueno, al menos fue seguro para vosotros dos…

-Tsk-Un chasquido de rabia salió de la boca de Shin, el hombre con el que hablo la noche anterior era uno fuerte y orgulloso, ahora era alguien destrozado que apenas podía hablar- Cállate pedazo de idiota, si apenas puedes hablar no te fuerces a ello. Roxo ¿ tienes algo con lo que vendarle temporalmente la herida?- Se giró de nuevo hacia Jaster- ¿Algún lugar donde podamos llevarte para que te miren la herida? Algún sitio cercano donde puedan atenderte y al que podamos llevarte sin que te mueras por el camino.-Shin era consciente de que lo mejor seria llevarlo con alguien que tuviera más capacidad medica que ellos, pero no sabia a donde llevarlo o si podría llevarlo...

Shin esperaba las respuestas de los presentes si tenían alguna idea era el momento de hablar, si no solo quedaba una cosa por hacer, cauterizar la herida ellos mismos, o al menos intentarlo...

"¿Pero esta gente no sabe quedarse quieta? ¿No saben que si queremos sobrevivir a lo que nos viene tenemos que estar unidos?" pensó Kobato. "Y ahora qué hago yo?".

Kobato estaba hecha un verdadero lío. Por una parte no podía abandonar a la pequeña Kalida, la había hecho una promesa que no podía romper. "Si abandonamos a su suerte a una pobre niña, no seremos muy diferentes de los que nos queremos vengar".
Pero, claro, tampoco quería quedarse con la ex-inquisidora que por mucho ex que fuera, seguía teniendo grabado a fuego todo el entrenamiento e ideología y, para ella, era un blanco a matar...

-Kalida, yo seguiré contigo. No puedo permitir que te quedes sola y sufras tanto como sufrí yo... Espero que ahora puedas confiar en mi.- 

Eso era indispensable, la confianza.  No quería que Kalida la viera como una secuestradora, sino como su pretectora. Su corazón necesitaba saber que estaba haciendo algo bueno, que iba progresando, que no era la indefensa, sino la defensora.

-Bueno, Hinazuki, si tan importante es lo que tienes que hacer en la ciudad vete ya y vuelve cuanto antes. Si no, quédate aquí y protege a Kalida que es para lo que estás adiestrada, proteger al débil, ¿no?- Dijo Kobato con un claro tono recriminatorio hacia la Inquisición.

Kobato, acto seguido, empezó a cargar de forma oculta, sin que nadie se diera cuenta la suficiente energía para soltar una ilusión visual por si la escena se ponía fea.

Fue una inquisidora, no me puedo fiar aún de ella.