Viendo que sus compañeros empiezan a entrar en razón se pone también manos a la obra para retirar la armadura viviente. Pero parece que sus ganas de hablar y la situación le superan y cae al suelo cuando se le resbala de las manos la armadura de la que intentaba tirar hacia arriba cayendo de espaldas, se levanta limpiándose las ropas y dice:
- Haced lo que queráis con el espejo o lo que sea que hay en ese sucio trapo que huele a azufre, pero no contéis con que vaya a volver a aquella cueva.- se seca las manos en los pantalones a ver si puede ayudar a sus compañeros- ¡A ver si me han echado un mal de ojo con todo esto!
Motivo: Fuerza
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 100 (Fracaso)
Jajaja vaya tipo este Puñadas!!
Ni siquiera entre todos podéis mover aquella mole, que, aunque tiene cuerpo vacío y no es más que placas de armadura y coracinas por fuera, resulta imposible de trasladar, por lo que sigue ahí, en medio del camino, y vosotros a su lado. Justo en esos momentos, y casi sin daros cuentas, amanece. El sol ya brilla por el este y se ve muy bien, pues apenas hay montañas que lo oculten en esa zona. En breves, ese camino se llenará de comerciantes, pastores transehúntes, viajeros, y cualquier hombre que necesite cruzar dichas tierras.
- O lo intentamos de nuevo o decidimos si nos vamos con el carruaje o hacia donde sea, pero aquí, no podemos quedarnos más.
Como perdamos las jornadas aca , nos pillaran los caminantes de los camino en el mejor caso y el peor caso Guardia Real. Debemos tomar una decision huimos como mujeres y rompemos el espejo aqui mismo o nos enfrentamos al maligno ganando un puesto en el cielo.
Koldo estaba exasperado. Tomó la botella de vino medio vacía con el cuello partido y apuró el contenido tras sentarse en una roca junto al camino. Su frente estaba perlada de sudor y estaba cansado de todo aquello.
- Mira, chicos, yo me voy a buscar esa cosa y lanzaré el espejo al suelo junto a sus narices y que sea lo que Dios quiera y dejémonos de sandeces que tampoco es tan difícil y no seas vago Puñadas deja ese carruaje que llamará mucho la atención. ¿Alguien quiere seguirme?
- Por mí podéis hacer lo que os venga en gana, pero yo dejaría eso ahí tirado y que se apañe quien lo encuentre. Y el carro... ¿os habéis mirado? seguro que nos detienen nada más que nos vean aparecer con él. Deberíamos dar media vuelta, enseñarle el espejo a la sombra y después olvidar todo lo que ha pasado. Y a vosotros... si os vi no me acuerdo. Así que yo me voy con Koldo.
Pedro Puñadas frunce el ceño ante la decisión de la mayoría:
- Me parece bien vuestra decisión, pero no me acercaré a la guarida de aquella criatura sin ningún plan más que llegar allí y partirle la cara a algo intangible. Así que os acompañaré y me quedaré al menos a media legua del lugar y eso si no vuelve a aparecer aquella niebla que estuvo a punto de llevarse a alguno de nosotros al otro mundo.
Más o menos con algo decidido, volvístes hacia atrás, regresando por la vereda. Caminásateis durante un buen rato hasta dejar de ver al hombre de hojalata y el extraño carro (y lo mejor sería ahora ni volver a pasar por allí, pues cualquier sabe qué sospechas se levantarían). Veíais ya el camino y a la media legua más o menos Puñadas se paró y cumplió su voto*, mientras que el resto se internó, una vez en la puerta dentro del caserón.
*En realidad no entendí bien tu post, Pedro, porque dices que le "vas a partir la cara" y también que te "quedarás al menos a media legua del lugar". De momento estás fuera a no ser que decidas entrar en la ruinosa casa.
Al veros entrar, la Sombra, que estaba en el mismo lugar, permanecía tapada con aquella especie de manta, como oculta, igual que horas antes.
¡¡Dadme el espejo!! -gritó enfurecida- ¡¡NI SE OS OCURRA ROMPERLO!!
Su voz gutural, llena de eco (un eco imposible en esa estancia) y tenebrsa retumbaba en vuestros oídos. Tragábais saliva y la tensión se mascaba en el ambiente.
Ya está bien, eso era. Decía que el plan era llegar allí y matarla según mis compañeros y eso no me parecía un buen plan.
Llego al refugio del Servidor del Maligno. Respiro hondamente. Había pasado muchas cosas en larga presencia en este Mundo de Dios. Ahora le toca enfrentarse al miedo y si muere su alma estaba lista entrar en reino de Dios.
Padre nuestro Que estás en los cielos,
Santificado sea tu Nombre;
Venga tu Reino; Hágase tu Voluntad;
Paso por cerca de Koldo, recordó donde había puesto el espejo.
En la tierra como en el cielo;
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy;
Perdona nuestras ofensas,
(?)
Como también perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
Y libranos del mal.
Dadme fuerza para enfrentarme al Maligno.
¡AMEN!
(?) Intento meterme para coger el espejo. Si necesitas una tirada por hacer el forzajeo o llevarme el espejo a las manos.
Gasto los 4 puntos de suerte que me da.
Koldo no lo soltará así como así. Lo que puedes intentar es una tirada de Robar (HAB). Luego, si aciertas, Koldo tiraría PERX3 para intentar darse cuenta.
Motivo: Robar
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 55 (Fracaso)
Mientras espera a sus "compañeros", Pedro se sienta en el suelo de vez en cuando para descansar y se levanta para otear el camino a ver si ve aproximarse a los hombres del rey. También mira en la dirección que marcharon sus compañeros por si ve alguna cosa extrañe y debe acudir a ayudarlos o si ha hecho bien en quedarse.
PNJOTIZADO.
Venga Ko... Koldo -dije asustado ante la tremenda voz-, dale ya el espejo, ¿a qué esperas? Quiero largarme de aquí de una vez por todas...
Fray, Koldo y Mudarra, no marquéis a Pedro de momento, que está esperando fuera.
Puedes hacer una tirada de Otear (PER), Pedro.
Pedro intenta estar atento a cualquier cosa que se mueva y parezca peligrosa, pero nunca ha sido muy bueno como vigía, pero ahora está sólo y debe hacerlo lo mejor posible, de ello depende su vida.
Tirada oculta
Motivo: Otear (per)
Tirada: 1d100
Dificultad: 15-
Resultado: 90 (Fracaso)
Koldo extrae el espejo y sin ver su reflejo lo destapa y lo dirige hacia la sombra apuntado directamente hacia él para que se refleje. Tragó saliva, no sabía si era una buena opción y esperó. ¿Se introduciría en la imagen?, ¿se haría más fuerte al verse reflejado?, ¿adoptaría una forma física? Sólo podía espera para ver el desenlace, pero no soltó el espejo.
Koldo extendió sus brazos, casi apartando la vista del espejo en sí, y mostrándoselo a la sombra en todo su rostro. En esos momentos, aquel ente que os erizaba el vello dio un absoluto grito de muerte, terrorífico, al tiempo que una voz parecía como salir del espejo, hablándole a la sombra.
¿AÚN NO? ¿¿¡¡¡AÚN NO LO HAS DESTRUIDO!!!??
La voz que salía del espejo era terrorífica, mucho más que la de aquel ser que teníais delante. La sombra, entonces, en cuestión de segundos, comenzó a ser absorbida por el espejo ¡ante enormes muestras de agonía!, hasta que despareció en él, y en un breve tiempo el marco del espejo comenzó a recalentarse y volverser rojo candente ¡cómo quemaba! Instintivamente Koldo tuvo que soltarlo, haciendo que éste cayera y se partiera en numerosos trozos.
Fue en éstas cuando reinó la calma. Tras tantas horas de angustias, luchas y temores parecía respirarse un poco de paz.
Fin de la escena. Ahora pongo epílogo.