Partida Rol por web

La sombra del Norte

Capítulo 1: La Comarca

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12/10/2016, 00:00
Director

Turno 5

Poco a poco se fueron retirando del claro del bosque donde se había desarrollado el combate contra el jabalí. Mithdúlin continuaba haciendo sonar su arpa y entonando los versos que habían logrado calmar la furia del puerco salvaje, aunque Aeth ya lo había reducido entre las mayas de la red sin que ofreciera resistencia alguna.

Mientras unos se apuraban en regresar de vuelta con la dama que debían escoltar, Rossuon y Aular se mantenían en el claro tratando de curar la fea herida que había recibido el dúnadan. La herida había dejado de sangrar desde que Rossuon la presionaba pero sabía que si no se colocaba una venda o algo similar no se detendría. Y mientras tanto, el hombre de los bosques parecía preparar una especie de hechizo o algo similar.

Ya de vuelta en la caravana, Dimrod les preguntó sobre lo sucedido y dejó que le pusieran al día. Los hobbits se mostraron muy agradecidos por la ayuda pero tenían prisa por llevar a su compañero malherido ante un sanador de su poblado, aunque antes dieron las explicaciones que Aceroamargo había requerido.

-Esas bestias de Lord Tamir son bichos de cuidado. Estábamos recolectando las últimas setas de la temporada cuando apareció como una furia y dejó malherido al pobre Freddo de una colmillada. - Les explicó el mediano que había resistido estoicamente junto a su compañero herido con la única protección de su bastón. -Los nobles dúnedain tienen esa peligrosa costumbre, -prosiguió, -cazar a esas bestias. Lord Tamir es un experto cazador, decenas de jabalíes han caído bajo su potente lanza y su temerario arrojo. Tal es su destreza en la caza que hace años que se aburre con los jabalíes salvajes del bosque y por ello ha decidido criar y educar una fuerte casta de esas bestias. Lo hace en un refugio boscoso que tiene unas millas al norte de aquí, pero cuando consigue un ejemplar digno de ser cazado por él lo suelta en los bosques cercanos y cada cierto tiempo tenemos que vérnoslas con alguno de ellos. 

El hobbit abrió su alforja y sacó una pequeña bolsita de cuero que entregó a Aceroamargo.

-Os agradecemos de nuevo la ayuda, de no ser por vosotros estaríamos muertos. Tenemos que llevar a Freddo cuanto antes a que le curen esas heridas, pero me gustaría daros eso en señal de agradecimiento. No es mucha cosa, es una hierba que aquí llamamos Curatripas. -En el interior de la bolsita de cuero había una hierba de finas hebras. -Si la hervís en agua y respiráis sus vapores podrá aliviar cualquier enfermedad de estómago.

Notas de juego

-Aular, puedes lanzar el hechizo sobre Rossuon en este turno.

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12/10/2016, 11:42
Aular Robleviejo

Con los ojos en blanco y entonando su cantinela parece que Aular se siente en comunión con todo lo que le rodea.El hombre de los bosques acelera el ritmo hasta que se vuelve algo frenético e ininteligible que apenas podrían llamarse sonidos humanos y de repente todo termina de forma abrupta.Se seca el sudor con la manga y recogiendo sus cosas se levanta diciendo Eso debería de bastar si los espíritus del bosque quieren..... .Hace un gesto de desagrado señalando el metal que Rossuon lleva encima .si no se sienten ofendidos

- Tiradas (1)
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12/10/2016, 17:59
"Aceroamargo"

El joven frunció el ceño ante las palabras del mediano. Sus sospechas no solo eran ciertas, si no que la realidad era aún peor. El tal Lord Tamir criaba especialmente a las bestias para conseguir ejemplares grandes, fuertes y peligrosos. Se enojaría aún más si lo mataban o si se lo llevaban que si lo hubiesen hecho con un jabalí normal. Y si lo había soltado, era que la cacería estaba próxima. Sería crucial acelerar el paso, y poner tierra de por medio. Con algo de suerte, el Lord estaría demasiado ocupado con sus frusilerías como para enviar jinetes en su busca.

Por otro lado, la actitud de ese Lord Tamir dejaba mucho que desear. Por gente como él el Reino estaba en decadencia. Hombres buenos caían haciendo frente a los saqueadores de Carn Dûm, mientras otros gastaban tiempo y recursos en criar bestias para su diversión. Recordó los vados del Baranduin, y la rabia recorrió su interior.- Una lanza potente es la que abate al invasor; y solo demuestra temerario arrojo el que combate al Enemigo. Tu Lord Tamir solo mata cerdos.- Dijo al mediano, con voz seria. Después, relajo el rostro y le sonrió. A fin de cuentas, él no tenía culpa alguna.- Y os pone en peligro por su diversión. Si sabéis esto, deberíais andar con más cuidado, por muy sabrosas que sean esas setas.- Aceroamargo acepto de buen grado el presente del hobbit y lo tomó con respeto, guardándolo en su mochila.- Agradezco este presente, pequeño. Seguro que nos será de utilidad.¿Necesitáis ayuda para llevar a vuestro amigo hasta el sanador?

Espero a la respuesta del mediano, y luego se dirigió a Dimrod.- Maese Dimrod, cuando me separé del resto, el jabalí aún vivía; pero algunos quedaron atrás con la intención de matarlo o apresarlo. Este Lord Tamir no parece un buen señor, y en otras circunstancias yo mismo acudiría ante él a pedirle explicaciones y a recriminarle su actitud. Pero intuyo que la prisa y el incógnito son importantes para vos y la señora. Mi consejo es que aceleremos el ritmo y salgamos pronto de estas tierras.

 

 

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12/10/2016, 23:41
Dimrod

El mediano rechazó la ayuda que le ofrecía Aceroamargo con cortesía, alegando que ya habían hecho mucho por ellos salvándoles de la furia del jabalí y que podrían arreglárselas entre los dos hobbits sanos para llevar al tercero malherido. Sin perder más tiempo se pusieron manos a la obra y se alejaron de allí enseguida. La información que después le brindó Aceroamargo a Dimrod no fue muy del gusto de éste.

-Intuís bien, maese Aceroamargo. Y estoy de acuerdo con vos, será mejor que dejemos a ese puerco para que Lord Tamir se entretenga si ese es su deseo, por muy deplorable que nos parezca su actitud. Nosotros debemos ponernos en marcha cuanto antes y me temo que ese animal sólo haría que retrasarnos de un modo u otro. Encargaos de avisar al resto para que regresen y liberen al jabalí. 

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12/10/2016, 23:51
Melyanna Forestel

-¿Un jabalí?- Preguntó la dama Melyanna sorprendida y arrugando la nariz ante la imagen que tenía de esos bichos, a los que relacionaba como primos grandes de los cerdos. Y la imagen que tenía de los cerdos era revolcándose en sus propias heces y oliendo pestes.

-Puaj... Espero que no lo traigan aquí.

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13/10/2016, 00:56
Rossuon Pairaniar

Rossuon contempló la actuación de Aular con inquietud, evitando la tentativa de huir al pensar que pretendía reducir el dolor que le afligía y por la curiosidad que tan extraño proceder despertaba en su mente. Pero la conclusión del demencial ritual resultó una decepción. Pues los espíritus del bosque no dieron muestra de querer colaborar. El hombre de los bosques señaló la posible causa, el metal. ¿Acaso debía haberlo apartado más de sí mismo? ¿o su uso había dejado una mella en él que los disgustaba? Fuera como fuera un pinchazo en su abdomen concentró su atención, y se revolvió, presionando con más fuerza la herida. 

- No están de mi lado...- farfulló, doblándose por el dolor. 

Tras reponerse, levantó levemente la mano que retenía la sangre, confirmando que no había ninguna alteración, y enseguida buscó algo con lo que taponar el agujero de su cuerpo. Rasgó un pedazo de tela y se lo enrolló con cierta torpeza, pues solo estaba usando una mano mientras seguía obstruyendo la herida. Una vez la improvisada venda empezó a cumplir con su función usó la totalidad de sus dedos para asegurar su posición y se permitió unos segundos sobre su asiento para respirar profundamente, echar un vistazo al sosegado jabalí y alejar las reflexiones de su mente.

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13/10/2016, 01:41
Rossuon Pairaniar
Sólo para el director

En aquel breve instante de introspección, con la mirada fija en el jabalí, se cuestionó su actuación. El riesgo asumido, la torpeza de sus ataques, el convertirse en un objetivo de la bestia, su miedo, la terrible sensación de ser atravesado con fuerza, su actitud frente al indefenso animal... Fue consciente de que algunas reacciones no eran propias de él. Pensó que quizás estuviera molesto por la situación a la que le había arrastrado Dimrod, forzándole a demostrar su valía. O por haber demostrado al grupo que, de hecho, no valía. O que el elfo, un talentoso músico, si controlaba una magia útil y de poder. La frustración y la vergüenza le consumía... Por otro lado no sabía qué pensar sobre Aular. ¿Era de verdad una especie de chaman? ¿o era un mayor fraude que él mismo? Ese pensamiento le llevó directamente a pensar en el metal y su vista gravitó hacia el anillo de oro, desencadenando las más inverosímiles teorías acerca de su maestro...

Notas de juego

Añadido de sus reflexiones. 

Edito por la interrupción de Aceroamargo.

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13/10/2016, 10:21
Aular Robleviejo

Al ver que mi ceremonia no ha tenido el fruto deseado meneo la cabeza y finiquito la conversación con un..no hay nada que pueda hacer por ti si los espíritus no te consideran digno .De vuelta con los demás aunque le veo caminar renqueante le dejo arreglárselas solo ya que es lo que los espíritus han dictado.Le predije muerte y puede que viese justo

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13/10/2016, 13:46
"Aceroamargo"

Aceroamargo asintió una vez firmemente a las palabras de Dimrod y, chocando talones en un movimiento castrense fruto de la costumbre y disciplina, dió media vuelta y salió a la carrera, hacia donde habían quedado el resto de miembros de la escolta. Quizá después de todo tuviesen suerte, al fin y al cabo ¿Cómo diablos se iba a enterar Lord Tamir de aquello?. Aunque matasen al jabalí, hasta que no saliese a cazar o de alguna manera alguien encontrara el cuerpo, no tendría forma de saber que algo había pasado. Aceroamargo no creía que los hobbits los delatasen, al menos no voluntariamente o por iniciativa propia. 

Esto animó al joven, que apretó el paso hasta el claro de la pelea.- Dimrod quiere partir de inmediato y a buen ritmo. Hay que abandonar estas tierras lo antes posible.- Informó a los compañeros que habían quedado rezagados, sin dirigirse en particular a nadie. Luego vio a Rossuon, pálido; Aular trataba de ayudarlo. Parecía que el dunadan de Gondor estuviese próximo a la muerte. Aceroamargo se acercó para examinar la herida que Rossuon trataba de taponar, y ofreciéndole un brazo de apoyo. Y suspiró aliviado. Vista la reacción del hombre se esperaba lo peor- Solo es un rasguño... ¿Necesitarás ayuda para caminar?

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13/10/2016, 22:23
Rossuon Pairaniar

Se permitió unos segundos sobre su asiento para respirar profundamente y echar un vistazo al sosegado jabalí, inmerso en reflexiones hasta que las palabras de Aceroamargo acapararon su atención. Izó la mirada hasta encontrarse con sus ojos azules. No escondió su irritación, pensando que se reía de él. Primero restó importancia a su herida, tildándola de rasguño, como si sus mudas quejas, sus involuntarias contracciones y sus contados gemidos fueran injustificados. Y menos mal que se había contenido, pues hubiera montado un mayor espectáculo por menos de no querer parecer competente frente a los profesionales. Después le ofreció su ayuda, como si aquel mero "rasguño" fuera a representarle una limitación. ¿Qué se pensaba? ¿Y qué había hecho él?

- Tu ayuda llega tarde...- increpó al dunadan. Aunque interrumpió el inicio de una perorata al recordar sus anteriores cavilaciones. Debía controlarse. 

Se levantó, recogió sus pertenencias y marchó hacia el camino sin prestar atención a cualquier posible replica. Al encontrarse con el resto de la comitiva se mantuvo en silencio y fingió normalidad. Se negaba a mostrar debilidad frente a Dimrod. O frente a Aceroamargo. Pese a ello su rostro le traicionó a intervalos, mostrando su sufrimiento. 

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13/10/2016, 23:20
Matha Pieldegamo

-¡Oh!. -Exclamó la mediana del grupo cuando vio aparecer a Rossuon renqueante a través de los árboles del linde del bosque cercanos al camino donde Dimrod, Eoden, la dama y ella misma esperaban su regreso. Sin embargo, durante un rato Matha retuvo su instinto curioso en favor del orgullo del dúnadan. Pero cuando observó las muecas de dolor que Rossuon trataba de ocultar cada cierto tiempo terminó acercándose hasta él para ver cómo se encontraba.

-Os lo dije. -Le replicó con esa cara de abuela cascarrabias que ponía a veces. A pesar de su aparente juventud, el ceño se le contraía y se le formaban arrugas en la frente cuando adquiría ese comportamiento con los demás para abroncarles. -La jarana y el festejar no son buenos compañeros de un guerrero. Anda, déjame ver eso que te hace rezongar como un gato malherido.

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14/10/2016, 00:35
Aeth Umbradacil

Por unos breves instantes Aeth se consideró satisfecho con la captura del jabalí. Era pesado, pero daría para una buena cena, y tal vez incluso su piel y cuernos valieran algún dinero, pero sus pensamientos no llegaron a verse cumplidos; lo comprendió cuando vio la expresión en el rostro de aceroamargo, pero no quiso creerlo hasta que no tuvo a la vista a Dimrod y a la Dama. La mirada del Eriadoriano lo decía todo.

Con un gruñido de disgusto dejó caer a la bestia al suelo y la quitó la red, con cuidad de dejar una cuerda alrededor de las patas del animal. no pensaba dejarlo libre de nuevo, al menos mientras ellos continuaban cerca; en esos momentos comenzaba a vislumbrar que aquél trabajo solo le daría dolores de cabeza y no los suficientes beneficios.

Y hablando de dolores de cabeza, ahí estaba el herido, rezongando por su destino, cuando muy probablemente él se lo había buscado emborrachandose hasta perder el sentido y perdiendo reflejos por su propia culpa. No estaba dispuesto a escuchar más quejas aquél día, ya tenía suficiente con su propia frustración. Cuando la mujer mediana se acercó para tratarle, la detuvo para poner en sus manos un par de hojas gruesas, alargadas y pegajosas que sacó de sus bolsas sin pestañear.

- Sobre la herida. - Volví a gruñir - A ver si así se calla. - No le preocupaba tanto que la planta le curase realmente, a que le aliviase lo suficiente el dolor como para dejar de escuchar sus quejidos.

Notas de juego

Lo que doy es una hoja de Aloe (dobla la velocidad de curación de quemaduras y cortes leves). No creo que lo que sufre Rousson sea exáctamente un corte "leve" pero menos da una piedra.

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14/10/2016, 09:57
"Aceroamargo"

El joven observó la reacción de Rossuon con sorpresa, no había querido ofenderle.- No era mi intención menospreciar tu herida o tu actuación, Rossuon Pairaniar; simplemente me alivió comprobar que tu vida no corría peligro. Actuaste con valentía.- Le dedicó un breve inclinación de cabeza a modo de disculpa; aunque se percató de que el gondoriano no había dedicado atención a sus palabras. Desistió de prolongar su intento; mientras veía como Aeth le tendía un par de hojas medicinales a Matha, esto le recordó las hierbas que le había regalado el mediano. Se acercó al misterioso chamán de los bosques, Aular Robleviejo; que por lo visto era un sanador, o al menos sabía un par de cosas sobre el tema.

- Hombre de los bosques... Aular.- Habló mientras caminaba a su lado.- Los medianos a los que ayudamos me dieron esto como muestra de agradecimiento. Dijeron que eran hierbas curativas, para el estómago. Curatripas, las llamaron. Mis conocimientos de curación son limitados y son peores aún cuando se trata de hierbas y medicinas. Creo que vos sabréis mejor cómo y cuando usarlas. Aceptadlas, por favor.- Dijo a la vez que le tendía al barbudo hombre el saquito de cuero que contenía las hierbas.

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15/10/2016, 11:20
Rossuon Pairaniar

A pesar de no querer mostrar ninguna consideración por las palabras de Aceroamargo, la disculpa llegó a sus oídos. Rossuon no pudo desprenderse de la sensación de haberse precipitado, de nuevo. Le gustó escuchar de su valentía, siempre vulnerable al alago, sobretodo cuando creía que lo merecía. Y, a su parecer, el miedo que había llegado a sentir frente al enorme jabalí lo justificaba de manera holgada. 

Una vez junto al resto del grupo, mientras simulaba estar en perfectas condiciones con dudosos resultados, seguía combatiendo en su mente para comprender aquella actitud que no conseguía abandonar y los sentimientos que la acompañaban. Se aferraban a sus pensamientos, exigiendo el control de sus acciones. ¿Qué le había dicho su maestro del orgullo?...

El acercamiento de la mediana, con buenas intenciones y un sermón en su boca, interrumpió sus avances. Torció el gesto, aparentemente molesto, y alzó su armadura con indiferencia para mostrar la torpe cura que se había realizado. Desvió sus ojos en otra dirección, queriendo parecer ajeno al dolor y preparándose en vano para cuando aquellas pequeñas manos entraran en contacto con la herida. De no haber corregido en parte su conducta por las palabras del otro dunadan hubiera sido más probable que le hubiera quitado importancia, negándose a ser tratado. Con el perjuicio propio que le podía haber supuesto. 

La intervención de Aeth atrajo una breve mirada de rabia contenida. Rossuon estaba convencido de que no era más que una provocación, pues no consideraba que hubiera fundamento que la respaldara, e intentó tranquilizarse observando el bosque. Continuó en su intento por mantener una apariencia digna, sin quejas audibles, concentrado en paliar las punzadas de su abdomen ante la acechante intervención de Matha. 

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15/10/2016, 13:53
Aular Robleviejo

Levanto la vista y miro al joven que me ofrece un matojo de hierbas como si me hubiese confundido con un conejo o alguna de las acémilas .No curo con hierbas , yo pido a los espíritus que me cedan su poder para curar y si ellos consideran que el herido lo merece me lo conceden . Respondo antes de volver a mis pensamientos .no se ha cerrado su herida porque no lo merece o he hecho algo que ha ofendido a los espíritus?.No debí de dormir bajo techo

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15/10/2016, 14:04
Matha Pieldegamo

-Por la gracia de Varda...- La mediana suspiró profundamente ante la cura improvisada que se había realizado Rossuon como había podido. -Menuda chapuza te has hecho. - Matha chasqueó la lengua negando con la cabeza mientras sacaba algunas cosas de su bolso de viaje.

Cuando ya tenía todo preparado, Aeth se acercó hasta ellos y le tendió unas hojas de aloe. -Esto ayudará, aunque mucho dudo que deje de hacerlo. - Le respondió al dorwinadan agradeciendo la planta, aunque sin dejar de mirar de soslayo a Rossuon.

La mediana conocía la planta así que sabía como debía prepararla, tomó las hojas de aloe y las machacó en un pequeño mortero de madera que llevaba consigo. Las manos de la pequeña mediana eran hábiles y rápidas, y apenas tardó un par de minutos en tener un pasta homogénea de color verdoso. Su dedos delgados y ligeros quitaron la venda que Rossuon había colocado de cualquier manera y aplicaron el ungüento en cuestión de segundos sin que el dúnadan sintiera nada más que la viscosidad de la pasta que le era aplicada. Después la mediana colocó un trozo de tela limpio y lo sujetó alrededor de la cintura del hombre.

-Hala, ya está. -Dijo para sorpresa de Rossuon que no había sentido dolor alguno y ahora comenzaba a notar un agradable calor en la herida que le aliviaba tremendamente.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Aeth, desconté un aloe de tu ficha. Rossuon, ahora recuperarás 2 pv cada hora de reposo y otros 2 pv cada 3 horas sin reposo.

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15/10/2016, 14:25
Director

El resto de los miembros del grupo fue regresando al camino para proseguir con el viaje. Aeth, que había arrastrado el pesado jabalí desde el claro del bosque hasta el camino, no sin dificultad, lo terminó dejando atado por las patas para evitar otro disgusto cuando Mithdúlin dejara de tocar su canción. Cuando finalmente el elfo guardó su arpa, el jabalí comenzó a patalear y gruñir con rabia, sus ojos inyectados en sangre les miraban con un odio que no era nada natural. Dimrod ordenó que continuaran el camino, pues ya habían perdido suficiente rato con aquel asunto y las carretas comenzaron a moverse.

Eoden, por orden de Dimrod, se quedó atrás para liberar al jabalí cuando la caravana estuviera lo bastante lejos como para considerarse seguro hacerlo. Aunque no era muy seguro dejar a aquella bestia allí suelta por los posibles problemas que pudiera ocasionar a otros medianos de la zona, Dimrod consideró que asesinar al animal y dejar allí su carne para que se desperdiciara no era humano y podía atraer a lobos u otras criaturas que supusieran un peligro mayor. Aunque convencería a su señor para enviar una carta de reproche al tal Lord Tamir, cuando regresarán a su hogar.

Eoden dejó pasar unos minutos y montó en su caballo, Hersu. Desde su grupa, y con ayuda de su lanza cortó las cuerdas que ataban las patas del jabalí y aprovechó el tiempo en que la bestia tardó en levantarse para clavar las espuelas en el caballo y salir de allí a toda velocidad, dando por concluido el incidente del jabalí.

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15/10/2016, 15:44
Director

El tranquilo camino

Turno 1

La noche les alcanzó cerca de Delagua, un pequeño pueblo de la Cuaderna Oeste al sudeste de Hobbiton, al sur de la laguna que le daba nombre, y cercano a la Piedra de las Tres Cuadernas, que era el lugar donde las fronteras de tres de las cuatro Cuadernas convergían junto a una gran roca grisácea que se erguía junto al Gran Camino del Este. Debido a la cercanía del pueblo, Dimrod decidió continuar a pesar de la oscuridad para poder dormir a cubierto aquella noche. Las noches de la Comarca proporcionaban la suficiente seguridad como para que caminar por sus caminos cuando el Sol ya había caído en el horizonte no supusiera ningún riesgo.

A su paso por Delagua, el Gran Camino del Este transcurría por una avenida ancha, con árboles frondosos a cada lado, numerosos agujeros hobbit con jardines que llegaban hasta los bordes de la laguna se alzaban a su alrededor, y en su extremo oeste se alzaba la famosa posada del Dragón Verde. Delagua además disponía de una oficina del servicio de correos. La honorable familia Coto era la más ilustre de cuantas se acomodaban en la villa, y poseían la mayor parte de las granjas que se extendían al sur del Camino durante largas hectáreas.

La famosa posada del Dragón Verde se situaba en la misma villa de Delagua y de hecho era el primer edificio con el que el caminante se encontraba bajando desde Hobbiton al pueblo por el Camino de Delagua. El grupo llegó al edificio y guardaron los caballos a buen recaudo dentro del establo junto con las carretas. Dimrod solicitó la ayuda de un par de hombres para cargar los pesados cofres con los que viajaban y transportarlos hasta su habitación. Cuando cruzaron la puerta de entrada que había bajo el gran letrero de madera con el dibujo del dragón, se encontraron ante una gran sala central que disponía de mesas y banquetas así como de una chimenea. Era aquel el lugar donde se reunían los hobbits de la región tras una dura jornada de trabajo en el campo para saborear la exquisita cerveza que destilaban en la famosa posada; un lugar lleno de extraños y parroquianos habituales que se conocían tan sólo entre ellos, pero que a pesar de eso se notaba el esfuerzo de sus dueños en hacer de aquel lugar un acogedor hogar para el viajero. Los suelos de madera crujían bajo sus pasos levemente y el calor de la chimenea reconfortaba al instante los huesos más doloridos por el camino, además de que el apetitoso olor de la comida inundaba la sala al completo para levantar el apetito de los comensales.

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15/10/2016, 15:46
Dimrod

-Descansaremos en el Dragon Verde. -Anunció Dimrod. -La cama y la cena corren a mi cuenta, todos los demás gastos irán de la vuestra. -Miró de reojo a Rossuon cuando pronunció aquello en recuerdo de la noche anterior y de la borrachera tomada a cuenta del bolsillo del eriadoriano.

Matha y Melyanna compartirían una habitación individual, Dimrod dormiría en la contigua junto a los cofres y el resto de pertenencias y los demás dormirían en una de las habitaciones compartidas de la posada, donde había dos largas hileras de camas junto a cada pared, llegando a sumar unas seis camas por lado.

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16/10/2016, 15:04
"Aceroamargo"

El joven caminó en silencio, manteniendo su posición junto a Lady Melyanna, todo el trecho que separaba "El Claro del Jabalí" de la acogedora alde de Delagua y su próxima parada, el Dragón Verde. No quiso incomodar a su, fácilmente irritable, protegida con su cháchara, y por otro lado no tenía demasiadas ganas de hablar. Aular, el extraño hombre de los bosques, había rechazado las hierbas medicinales de los hobbits; extrañado, había asegurado que él solo pedía la sanación "a los espíritus" y que no curaba con hierbas. Con un encogimiento de hombros había vuelto a guardar el saquito de cuero en su petate. Quizá resultasen de utilidad más tarde.

Una vez llegados al Dragón Verde, la notable posada de Delagua, se dejó envolver por el calor hogareño que desprendía el fuego mientras colgaba capa, mochila y escudo de uno de los ganchos de la pared. Se dijo a sí mismo que valía la pena aprovechar aquellos alojamientos de pago mientras pudiesen, pues sospechaba que no encontrarían demasiados lugares similares antes de llegar a Fornost. Una vez las pertenencias de Dimrod y la dama estuvieron a buen recaudo en sus habitaciones y hubieron asignado una mesa para el grupo, localizó a uno de los medianos que servían las mesas.- Yo cenaré una pata de cordero asada con miel y hierbas, con patatas asadas con mantequilla y un trozo de plan blanco.- Sí, había que aprovechar esas cenas. Pronto estarían comiendo pan del camino duro y tiras de carne salada correosa, acompañado de agua de lluvia.- Y una jarra de cerveza para bajarlo todo.

Mientras esperaba a que les sirviesen la cena, se dirigió al resto del grupo.- ¿Creéis qué deberíamos organizar guardias durante la noche?.- Era cierto que parecían estar en un sitio seguro; pero la naturaleza del viaje de Dimrod y Melyanna seguía siendo una incognita. Y estaba el asunto de los cofres ¿Podían estar seguros de que La Comarca estaba libre de ladrones? Bonita estampa sería que alguien robase algo de los cofres de Dimrod mientras la escolta dormía a pierna suelta.